En el año 1975, el psiquiatra y ensayista Rafael Llopis Paret (1933), introductor de la obra de Lovecraft en lengua castellana, tuvo la amabilidad de contestar a una larga carta mía en la que le hablaba, desde la simpleza y pesadez de mi condición de adolescente, de diferentes aspectos de la obra lovecraftiana. De esta carta copio un extracto que me parece particularmente interesante.
_______________________________
"Querido amigo:
Veo, por tu larga carta, que vas poco más o menos por donde yo: Lovecraft, Jung, las profundidades, la lucha de la razón con la estética...
En lo que se refiere al racionalismo, yo lo considero superado por la sencilla razón de que no ha conseguido hacer feliz al hombre ni mejorar su forma de vida. Al contrario, la ha empeorado y hasta está poniendo en peligro la misma supervivencia del planeta en que vivimos. Cuando hablo del racionalismo me refiero a una forma de pensamiento que empezó a desarrollarse en el Renacimiento y alcanzó su auge en el siglo XVIII. Ese racionalismo no es más que una forma históricamente perecedera de la razón. La forma perecedera ha hecho patente su fracaso en la vida (que es el banco de pruebas más auténtico que existe) y ahora la razón --que no es sino la inteligencia de la vida-- se tiene que buscar otra forma superior de manifestación, que satisfaga precisamente a la vida. Por eso, al amparo de la crisis del racionalismo se están revitalizando los antiguos ocultismos. A mí, sin embargo, no me interesa el ocultismo sino como materia estética. Pero ahora aún no es posible saber cual va a ser el próximo paso que dé la evolución de la conciencia del hombre. De todos modos me parece un tema de interés apasionante."
Rafael Llopis Paret (Mayo, 1975)
________________________________________
No voy a añadir gran cosa a su acertado comentario, porque no soy erudito en ese tema. Sólo me atrevo a decir lo siguiente:
Después de 35 años, en que se escribió esa carta, ¿ha dado algún paso la conciencia del hombre? ¿aunque sea uno pequeño? Me temo que no. Únicamente veo destellos aislados aquí y allá, pero en términos generales lo noto todo igual, incluso peor. Quizá es que treinta y cinco años es un lapso de tiempo demasiado corto para estas cosas tan universales.
Lo de los destellos ha existido siempre, y
la conciencia del hombre lleva un largo camino recorrido... Pero no ocurre así con la sociedad en general, con la ingente masa de seres humanos que viven inmersos en una rutina gris, luchando a diario precisamente para escapar de esa rutina lo más posible, incluso entregándose a la euforia fácil de cualquier evento espectacular, que les distraiga de sí mismos y les haga sentirse partícipes de un grupo más grande y poderoso. Como he dicho, la alegría fácil, un sentimiento eufórico de unión con los demás, pero muy transitorio y muy poco real en el fondo.
Y esto ha ocurrido desde siempre, o sea, que no es signo alguno de evolución de la conciencia. Simplemente son las vueltas habituales que al ser humano le gusta dar, como en una noria de feria.
No quiero con esto parecer pesimista, pero es que me cuesta mucho creer que la razón, "la inteligencia de la vida", como la llamaba el doctor Llopis, esté buscando una forma superior. Y si lo hace va bastante lenta esta señora... Porque lo que yo veo por casi todas partes es lo contrario: una regresión a formas primitivas, que nos alejan de las buenas formas de la civilización, y un mantenimiento de la estolidez humana. Y conste que hablo de "formas", no de fondos.
En cuanto al "ocultismo", a mí sí me interesa, y no sólo como materia estética. Porque estoy convencido de que entre mucha hojarasca falsa hay auténticos pozos de conocimiento.
Para mí, una noche de luna, con su viento y su bosque de sombras inquietantes o acogedoras, no es sólo una escena de la que puedo extraer belleza, sino un panorama seductor que me atrae y me invita a meterme dentro. Porque
siento que allí hay algo más que debo descubrir. Es decir, un viaje de la conciencia.
Los locos vemos las cosas de esta otra manera.
Antonio H. Martín
la locura es la ventana que nos permite atravesar al mundo siempre soñado. Y aunque no te encuentro pesimista, si no mas bien demasiado realista, el mundo tiene mucho de gris, y lamentablemente somos sus propios pintores.
ResponderEliminarsaludos primo
Demian Haller
Pues yo soy optimista y si que veo un cambio de la conciencia humana y que lleva el mismo ritmo que nosotros le imponemos. Nadie va a llegar de fuera a cambiar nada.
ResponderEliminarEste cambio de conciencia es individual de uno a uno. Cada cual tiene que hacer su trabajo. Somos gotas de un inmenso océano y la pureza del agua dependerá de la calidad de esas gotas.
¿Está clara y limpia mi gota??
Un abrazo, hermano
He escrito un largo comentario, que ha desaparecido en el Averno infórmático...
ResponderEliminarComo parece ser que nada ocurre por casualidad, intentaré dejar otro pero mucho más breve.
El mar es el conjunto de gotas que lo forman una a una. Todo cambio colectivo, pasa primero inexcusablemente por el individual.
También creo como Llopis y tú, que es evidente que el racionalismo no ha conseguido hacer feliz al hombre. Pero también estoy segura, que el no utilizar esa metodología lo hubiese hecho aún mucho más infeliz
Pero para ser justos diré que las posiciones descartianas y volterianas desde el Renacimiento hasta aquí, nos han librado de oscurantismos e integrismos varios.
La libertad del alma humana pasa por ese análisis imparcial de la Ciencia que utiliza la "razón del observador" desde su punto de vista más luminoso.
La New Age, a través del esoterismo que nombra Llopis nos puso en contacto con el Pensamiento Positivo que vendría a enlazar de alguna forma con los últimos postulados de la Física de Partículas.
Pero es dificil poner en práctica en la realidad material ese pensamiento por lo que conlleva de renuncia al mundo en su parte más crematística. Y menos en tan solo 35 años... esos cambios son siempre paulatinos y muy lentos. Geológicos en su parte más biólogica.
Confiemos en que esos destellos que dices ver y observar vayan sumándose a este Todo... y acabe por liberarse toda esa energía que poco a poco se está generando.
Y en otro orden de cosas... 35 años, es mucho tiempo amigo... ¿cuántos años tenías cuando te carteabas con Llopis? Nos ha salido precoz el Druida, jeje!
En fín, abrazos para tí y para la parentela.
Hola, primo Demian.
ResponderEliminarLa locura es la ventana, sí, pero siempre ha de ser una locura controlada, como decía Don Juan, el de Castaneda.
Me disculpo por si parezco pesimista, pero de lo que hablo es de lo que veo, o sea, de lo real aparente. Y efectivamente abunda mucho el gris. Por eso pongo mis pinceladas medio azules todo lo que puedo, aunque eso sirva para muy poco.
Sin embargo, no puedo ni quiero hacer otra cosa.
Saludos.
La verdad, hermana Mária, es que algo de eso veo también yo, y ha sido desde que entré en este mundo de los blogs. A eso precisamente me refería cuando hablaba de "destellos".
ResponderEliminarSí, somos gotas de un inmenso océano, y la pureza depende sólo de nosotros mismos, ¿de quién si no?
A tu gota la veo muy clara y limpia, sí. Gracias y a ver si cunde el ejemplo.
Un abrazo de agua.
Hola, amiga Cristal.
ResponderEliminarEse averno informático se debe estar culturizando gracias a tus pérdidas, jeje.
Así es, tal y como dices, porque un cambio colectivo que no tenga un origen individual, ni es cambio ni es nada.
Mañana a algún alcalde de un pueblo cualquiera se le puede ocurrir pintar todas las fachadas de azul cobalto, rojo bermellón y verde esmeralda, y poner flores en todas las farolas, pero... ¿eso cambiará a la sociedad de ese pueblo? No, en absoluto. Porque los habitantes seguirán llevando el gris dentro, hasta que se lo quiten ellos mismos.
La crítica al racionalismo es propia de los románticos, y yo soy un adicto al romanticismo. Pero eso no me impide reconocer la importancia de cierta claridad. Es precisamente ese racionalismo el que nos permite ahora comunicarnos a través de estos cuadernos de bitácora, y de otras muchas formas. Las funciones que derivan del racionalismo, en su versión científica, son muy provechosas en muchos aspectos, pero lo malo de todo esto no son los logros, los productos, sino el espíritu que hay detrás. Un espíritu que es simplemente utilitario y funcional, y que carece de alma.
Está claro que el alma es sólo nuestra.
¿No es el consumismo una especie de oscurantismo, amiga mía?
¿No es la adicción a los estúpidos programas de la televisión una forma de ocultismo negativo, que adormece a las conciencias, ya de por sí bastante adormiladas?
¿No es la pasión por ese deporte que llaman "rey" un modo de integrismo mundial?
Todos tenemos las comodidades del coche, la nevera, la tele, el móvil, internet, etc, etc, pero sin corazón nada de eso tiene sentido.
No es que confunda racionalismo con materialismo, aunque me parece que son primos hermanos.
Lo importante es encontrar la razón de las cosas, y la más valiosa es la razón de vivir, que poco tiene que ver con esquemas o diagramas, ya sean cuánticos o de café con leche.
Y esta razón nunca va a venir de ningún racionalismo, sea del color que sea, porque la vida, amiga, es irracional.
Bueno, ya decía en mi texto que no soy erudito en este tema, pero he querido dejar mis impresiones personales.
Respondo a tu preguntita final: cuando la carta del doctor Llopis este lobo tenía diecisiete años, o sea, que estaba empezando a "salir del cascarón", como diría Demian.
Gracias por tu comentario, Cristal.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar(¡Gulp!
ResponderEliminarSe había copiado dos veces mi Comentario, por lo cual suprimí una de las dos.)
Es un placer que eres de lo que utilizan la conciencia para cohesionar con un entorno especial, me alegra ver que tu conciencia es una herrmaienta para saberte más de este mundo.
ResponderEliminarEres tan, tan genuino.
Un abrazo.
Es exactamente como dices, amiga Liz: "la evolución de la conciencia no tiene nada que ver con el paso del tiempo lineal".
ResponderEliminarSon caminos propios, sí, claro que sí, porque no existe otro camino más que el propio.
Todos los ilustres nombres que mencionas son los nombres de seres que se atrevieron a ser individuos, que no quisieron ser masa, que se embarcaron en el viaje de la conciencia, les llevara éste donde les llevara... Son los destellos a los que me refería.
Y eso sucede muy aparte del tiempo del mundo.
Un abrazo atemporal, amiga que pinta destellos y sueños.
PD.- no te preocupes, Liz, eso de la duplicación de comentarios me sucedió a mí ayer varias veces, debe ser alguna anomalía de blogger.
Lola, mi conciencia tiende a esos rumbos. Y no hay nada que despierte mi interés más que eso, ese viaje.
ResponderEliminarGracias por lo de "genuino".
Un abrazo, amiga.
Antonio, pásate por mi casita que tengo un regalito para tí.
ResponderEliminarBesos
'Lo que está oculto' es lo que resplandece en el silencio.. Que es el puente que todo lo une; incluso, aquel que fuiste con el que eres..
ResponderEliminarQué bueno tener la oportunidad de compartir con gente que tiene tanto que enseñarnos, siendo aún tan joven.. Son esos encuentros que la vida nos va regalando, los que nos ayudan a conocernos..
besos miles!
Muchas gracias, Mária, ahora mismo voy a ver tu regalo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así lo veo yo también, amiga maga, en el silencio es donde se encuentran esos destellos.
ResponderEliminarSí, fue una suerte para mí conocer al doctor Llopis, aunque sólo fuese por carta. Y después de él vinieron otros, como mi estimado amigo don Jesús, maestro de escuela, escritor y filósofo. Son, como dices, encuentros que nos regala la vida.
Un abrazo, Isis.
No es que seamos "locos", mi querido Antonio. Simplemente, tenemos otro enfoque (aunque, claro, muchos nos tachan de locos).
ResponderEliminarYo pienso que la evolución de la conciencia no tiene nada que ver con el paso del tiempo lineal. Tiene un desarrollo independiente, y discurre por caminos propios. Por eso, siempre es bueno bucear por los escritos de los grandes sabios de la Antigüedad, que dieron ya respuestas lúcidas fuera de cualquier cronología:
Buda, Confucio, Lao Tsé, Goethe, Shakespeare... y tantos otros -entre los cuales yo incluiría desde luego a Hesse y a Wilde- han tenido destellos de lucidez extraordinarios.
Ah! Y la Carta que te escribió Don Rafael Llopis me parece fabulosa.
Gracias, una vez más, por traer a colación temas tan interesantes, Amigo del Árbol Lunar.
Un beso atemporal
LIRIO
...............
(Copio este comentario de la amiga Liz, porque había desaparecido.)