Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







lunes, 12 de septiembre de 2016

Rey de sí mismo





    Hace unos días, una buena amiga que estaba de viaje en Oporto, en el norte de Portugal, me trajo a su regreso un bonito recuerdo de allí. Se trata de un pequeño folleto publicitario que contiene fotografías de la preciosa librería LELLO (que ahora es una especie de museo), y contiene además una selección de poemas de Pessoa.   
    De esos poemas escojo ahora éste:


No tengas nada en las manos
Ni un recuerdo en el alma,

Que cuando te pongan
En las manos el último óbolo,

Al abrir tus manos
Nada te caerá.

¿Qué trono te quieren dar
Que Atropos no te lo quite?

¿Qué laureles que no se marchiten
En los arbitrios de Minos?

¿Qué horas que no te conviertan
De la estatura de la sombra

Que serás cuando te vayas
Por la noche y al final del camino?

Coge las flores pero suéltalas,
Apenas las hayas mirado.

Siéntate al sol. Abdica
Y sé rey de ti mismo.



Fernando Pessoa
(in Odes - Ricardo Reis)



    Como nota final, quiero decir que creo, sinceramente, que ser rey de sí mismo es el mayor reino que uno puede conquistar. No es tarea fácil, en absoluto, porque continuamente te asedian los conflictos y las contradicciones, desde dentro y desde fuera. Pero si uno llega a conseguirlo, si logra llegar a una especie de dominio, de control sobre esas circunstancias fluctuantes de la vida, internas y externas, la vida misma responde y el camino, antes áspero y abrupto, se allana y se suaviza. De manera que se puede respirar mucho mejor, e incluso sonreír ante cada amanecer. 
    La vida va a seguir siendo oscilante, porque ésa es su manera de ser. Pero siendo rey de sí mismo vamos a saber oscilar con ella. Da igual las vueltas que dé. La sombra que encontremos al final del camino no nos va a robar las flores que acariciamos durante nuestro caminar.



Antonio H. Martín
(12 de septiembre, 2016)