Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







miércoles, 26 de mayo de 2010

Dos poemas de Li Po




Las hierbas son como hilos verde-azul;
de la morera cuelgan ramas verdes.
Ya es tiempo de pensar en el retorno,
ya mi pena resulta insoportable.
Viento primaveral, no te conozco;
¿por qué atraviesas mis cortinas de gasa?


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Los aullidos lejanos se mezclan al murmullo del arroyo.
Cae la lluvia ligera y reaviva la rosa y las flores del melocotonero.
De cuando en cuando pasa rauda la tímida gacela.
Corre suave una fuente,
y el lejano tañer de la campana no turba su murmullo.
Acá y allá los dardos del bambú se clavan en el pecho de la niebla azulada.
En el costado norte del alcor, una cascada cuelga sus espumas.
A visitaros vine, pero no os encuentro.
Retorno melancólico y apoyo a veces mi flaqueza en el torso robusto de los pinos.



Li Po

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imagen: "Cascada", por Liz Hentschel

música: "Odessa", por Martin Tillman


sábado, 15 de mayo de 2010

Recordarse



"... Hubo quien me aconsejó el olvido de mí mismo. Resultó un mal consejo, ya que sólo dándome cuenta de quién soy puedo hallar algún consuelo."

Oscar Wilde

("De Profundis")

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Estas palabras del maestro Wilde hay que colocarlas en el contexto en que fueron escritas, o sea, cuando estaba preso en una cárcel de Londres, pero me dan pie a algunas breves reflexiones...
Recuerdo, por ejemplo, a Jung, que decía que el "egoísmo" era una necesidad para el proceso de individuación; o a Gurdieff, que recomendaba "recordarse siempre a sí mismo", porque era necesario para no perderse en el laberinto.

No hay que confundir egoísmo con egolatría. Una cosa es quererse a sí mismo, por el deseo de vivir y crecer, y otra muy distinta es creerse el centro del universo y así permitirse molestar o incluso eliminar a otros seres humanos, sólo por querer ordenar el mundo conforme al propio capricho. Que es el caso de tantos y tantos fascistas que hemos visto pasar a lo largo de la historia.

Pero recordarse, saber quién es uno, en las circunstancias que sean, es una necesidad básica. Hoy, en este mundo tan moderno y tecnificado, todo parece inclinarse hacia la masificación. Algo que por otro lado no es nada nuevo.
Siempre ha existido el "pan y circo", porque eso es lo que piden los humanos, la masa, la gente, que no se ha atrevido a individualizarse, porque es mucho más fácil pertenecer a una tribu, a un equipo deportivo o a una nación, que enfrentarse con el dolor de ser uno mismo.
Pero estimo ese proceso como algo que es absolutamente necesario. Necesario si queremos que nuestra vida particular sea algo digno, algo que merezca la pena, algo que apunte hacia nuevos horizontes.

Quien sólo espere de su vida una situación cómoda y divertida, no tiene la necesidad de recordarse... Cualquier anuncio del televisor le va a mostrar, casi continuamente, lo que tiene que hacer con su vida y ahí va a encontrar su identidad.
Pero hay otros seres humanos que tienen esa necesidad, porque algo, algún brillo, alguna forma de jade se les mostró hace tiempo, mucho tiempo, quizá una señal azul en medio de una nube, o un reflejo de luna en el sendero junto al río...
Estos otros necesitan recordarse siempre, porque si no sienten que se diluyen en un laberinto al que no pertenecen, uno que les ahoga, les asfixia y les anula como individuos.

Lo reconozco, soy un egoísta, a pesar de que mi ego me importe muy poco, y quiero recordarme siempre. Mi egoísmo es, sobre todo, una necesidad de crecer y de no perderme entre la miseria.
La luna me cuenta historias porque sabe que las escucho.

Antonio HM.

miércoles, 5 de mayo de 2010

El regreso



¿Se puede regresar?
Según nos indica la flecha del tiempo parece que no, el espejo de los días y los años nos niega esa posibilidad.
Pero... ¿es eso real? ¿Qué es la flecha del tiempo? ¿qué es ese espejo?
Antes de venir aquí, ¿de dónde veníamos? Y cuando nos marchamos, ¿a dónde vamos?
Los antiguos indios hablaban de "maya", en sus textos sagrados, los Vedas, pero... ¿por qué esa "maya"? ¿por qué esa niebla que parece que quiere confundirnos y ocultárnos algo importante?
Yo sólo me agarro a una cosa, a mi presente, el cual se me escapa día tras día, pero al cual vuelvo a agarrar cada nuevo día. Porque soy un cazador del tiempo, todos lo somos.
Me moriré, como todos, pero nunca sabré qué es morir, sólo sabré de la vida...
Hermann Hesse solía decir que su mejor sueño, su mayor deseo era "regresar a casa".

AHM.


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- "Return to Innocence"
- Enigma

martes, 4 de mayo de 2010

Animales




Siempre se ha dicho aquello de que "la primavera la sangre altera"... Y es cierto, como todos sabemos. Al fin y al cabo, también nosotros somos animales, "racionales" pero animales. Y cualquier cambio de tiempo, de estación, tiene un efecto en nuestro cuerpo, nos modifica los biorritmos, o algo así, y eso es porque estamos permanentemente conectados a nuestro entorno. Lo cual es lógico, ya que ese entorno y nosotros somos básicamente lo mismo...
Y ya que esto es así, ¿por qué no tomarnos esos cambios de la mejor manera posible? Por ejemplo... cantando.

AHM.





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PD.: Aclaro que este sorprendente y simpático vídeo animado me lo descubrió ayer la amiga Cristalook, que anda siempre navegando por la red en su barco pirata.
Gracias, Cristal.