ESCRITO EN LA ARENA
Son sólo un soplo de brisa
el encanto y la belleza;
la más preciada delicia
sólo es gracia pasajera:
pompa de jabón, flor, nube,
infantiles risas frescas,
fuegos de artificio, espejo
donde se ve una doncella
y otras muchas maravillas
que, apenas vistas, se alejan
son sólo perfume y céfiro:
lo sabemos, ¡ay!, con pena;
y, en cambio, no nos cautivan
tanto las cosas eternas:
el duro fulgor del oro,
el gélido de las gemas,
incluso las incontables,
mudas, lejanas estrellas
no hallan , como lo que muere,
el fondo del alma nuestra.
No: la belleza más íntima
la encarnan tan sólo aquellas.
A amar más a lo mortal
nuestra inclinación nos lleva,
y el bien supremo, la música,
que al nacer se esfuma y vuela,
sólo es soplo, río, tránsito
de melancólica estela,
porque ni al simple latido
del corazón se sujeta,
y se evade y se disipa
nota a nota, apenas suenan.
Así, a lo que fluye y vive
nuestro corazón se entrega
leal y fraternalmente,
no a las cosas duraderas.
Nos cansa lo que perdura
-la roca, el rubí, la estrella-,
nos hechiza lo que cambia:
el viento que hincha las velas,
lo que anda a la par del tiempo
como el rocío en la hierba,
el requiebro de los pájaros,
mortales nubes que juegan,
copos de nieve, arcos-iris,
mariposas que se alejan,
un rumor de risas, algo
que apenas nos roce, encienda
en el alma unos destellos
de alegría o de tristeza.
Amamos lo que entendemos,
lo que se nos asemeja
porque es transitorio: aquello
que el viento escribe en la arena.
Hermann Hesse
(Septiembre de 1947)
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Quería terminar este año con un poema del amigo Hesse, y aquí está. No me gusta la traducción; habría que limarla, pero no he tenido tiempo.
Lo que dice está claro: se ama más a la flor que a la estrella, porque la flor se va y la estrella se queda.
Cuando Hesse escribió este poema ya era viejo, y se nota el acento melancólico. Aún le quedaban quince años de estar en este mundo, pero ya la sombra de la despedida le apretaba el corazón...
De todas formas, seguro que el tío Hermann sabía, en el fondo, que una estrella también es una flor.
AC. (31 de diciembre, 2008)
Y al revés. Porque, en el fondo y al final de todo, en nuestra última esencia, la flor y nosotros mismos, también somos polvo de estrellas. Hesse lo sabía y tu también. No hay más que ver tus fotos, que me encantan. Casi tanto como los textos.
ResponderEliminarUn abrazo Antonio.
También soy un antiguo seguidor de Hesse, Antonio. Desconocía este poema. Solo añoramos las bellezas y las presencias perdidas. Lo que gira entorno a nosotros lo desatendemos porque suponemos que siempre será perpetuo. Aunque creo que tanto la flor como la estrella, acaban siendo fugaces.
ResponderEliminarQue tengas un dichoso año. (Dichoso de dicha).
Amamos lo que se nos asemeja si en nosotros predomina el aspecto narcisista, si no es esto lo predominante detestamos cuanto se nos asemeje.
ResponderEliminarDepende de tantas circunstancias.
Hesse uno de mis favoritos. lo fugaz, transitamos sin detenernos?. saludos de maga.
ResponderEliminarTu blog está lleno de enigma. No soy poeta, aunque admiro profundamente a quien consigue ordenar sentidos y llegar tan hondo. Me gustó mucho tu interpretación del poema de Hesse. En mi opinión hay más pasión en lo que se marcha, pero supongo que no más amor...La flor y la estrella no hacen más que representar los dos tipos de amor que hay; el que está en la tierra, se marchita, muere, ...pero la primavera siguiente vendrán otras, nuevas y preciosas. Y la estrella...que está ahí...siempre, pero que es misteriosa, lejana, y también preciosa. Te leo...besitos
ResponderEliminarAntonio, el tío Hermann, consiguió tocar la musicalidad de la tangente fibrilar de la verdaera armonia de los elementos que rodean la vida de sus sobrinos. Saludos.
ResponderEliminarQuerido Antonio,
ResponderEliminarAmo a flores y estrellas, huracanes y rocíos, la permanencia y la fugacidad. Y sí, Antonio, ¿qué son las estrellas, sino flores en el cielo del tiempo?
'I believe a leaf of grass is no less than the journeywork of the stars.'Walt Whitman
Un beso de estrella fugaz
Muchas gracias Antonio; conozco otra versión de este poema; me gustaría pegársela aquí, junto con la dirección de dónde lo encontré. Si considerara que es demasiado atrevimiento y texto, puede ejercer de moderador del espacioy borrar este comentario sin piedad. Soy muy difícil de ofender, aunque curiosamete, demasiado fácil de contariar. Tiene Ud. una eleción de música que calificaré de ¡soberbia!; esto es: que me gusta a mí.
ResponderEliminarLe dejo con la otra versión y los datos para encontrarla. Herman Hesse me introdujo a la vida pensante (que no soñante). Aquel cartel del Teatro Mágico, sigue apareciéndoseme de tanto en tanto.
Escrito en la arena (1944-1962)
Que lo hermoso y lo hechicero
sea tan sólo hálito y tormenta,
y que lo encantador y lo precioso
y lo propicio nunca permanezca:
que flor y nube y pompa de jabón,
fuegos artificiales, risas de los niños,
mirada de mujer en el espejo
y tantas otras cosas tan maravillosas
que se extinguen, apenas descubiertas,
duren sólo un instante,
eso penosamente lo sabemos.
No nos es tan querido
lo duradero, inmóvil:
piedra preciosa con un fuego frío,
pesada barra de oro refulgente;
y las mismas estrellas
extrañas, alejadas, no parecen
iguales a nosotros, seres transitorios,
pues la hondura del alma no la alcanzan.
Parece que lo hermoso, que lo amable tienda a la destrucción,
tan cerca siempre de la muerte,
y que lo más precioso, los tonos de la música
que desde el nacimiento
huyen, se desvanecen,
hálito son tan sólo, ríos, persecución.
Y por un dolor tenue derribados de un soplo,
pues tampoco se dejan detener
por el tiempo que dura este latido, tampoco exorcizar; sonido tras sonido, casi apenas tocados, se esfuman y se escurren desde allí.
Así está nuestro corazón
lealmente entregado,
fraternalmente a lo fugaz,
la vida, lo que mana,
no a lo que, sólido, posee duración.
Pronto lo permanente nos fatiga, joyas,
roca y mundo estrellado,
a nosotros, en el eterno cambio a la deriva,
almas de viento y pompas de jabón,
al tiempo unidos, y fugaces,
a quienes el rocío de una hoja rosa,
a quienes el cortejo de unas aves,
la muerte del espejo de las nubes,
el brillo de la nieve, el arco iris,
la mariposa que voló, nosotros,
a quienes el sonido de una risa
que al pasar nos rozara
nos parece una fiesta
o nos causa dolor. Amamos todo aquello
que nos es semejante, y entendemos
lo que el viento escribe sobre la arena.
Perdone, se me había olvidado el link. Allí podrá encontrar más poesía del tío Hermann
ResponderEliminarhttp://usuarios.lycos.es/jhbadbad/hesse/hhpoemas2.htm#escrito_en_la_arena
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOiga, me gusta su blob; la música y la elección de textos
ResponderEliminarLamentablemente para Ud. creo que volveré
Quizás también es que la flor es más próxima, mas accesible que la estrella...y tan bella, a fin de cuentas todo es energía aunque sea en diferentes formas, la materia sólo es una parte.
ResponderEliminarMuchos besos y espero que este año nuevo te sea favorable.
Antonio,
ResponderEliminarGracias por la lectura, por las palabras...
(Nos seguimos leyendo)
Me sorprende este Hesse...al principio me sonaba tanto a Rubén Darío...es curioso las múltiples escrituras, voces, registros que puede tener un autor...
Tus palabras finales me gustaron mucho...saber que una estrella es una flor...
Un abrazo!
Quizá sea también un canto para alejar los miedos del paso en el mundo, dejando no más rastros que flores que pueden perecer, a pesar de que las estrellas también mueren y acaba por extinguirse su luz. Lo que hizo Hermann está muy por encima de la existencia efímera y por eso no cabe compararla a la mortalidad de los seres reales. Hizo metáforas de la vida en la humildad de quien no confía en que su obra sea razón de más para alzar su mundo invisible a lo más alto que pudiera la humanidad. Quizá pensó que tenía ya demasiados años para llegar a todo lo que se propuso.
ResponderEliminarUn saludo y feliz año.
En la arena te pedí escribir un día mi nombre para que el agua saciara la sed que de ti teniam
ResponderEliminarFeliz entrada de año desde
Mi mar de libertad
interesante lugar..
ResponderEliminarfeliz 2 mil 9..
mucha tinta.. y paz-ciencia!!!
Sí, Cristal, somos polvo de estrellas, y algún día (yo preferiría una noche) volveremos a ellas, que es como no decir nada, pero bueno, para entendernos. Mientras tanto seguiremos leyendo lo que el viento escribe en la arena, que es mucho y muy bueno, y también lo que la arena escribe en el viento...
ResponderEliminarEs un placer para mí que te gusten las fotos que elijo y las letras que me eligen.
Un abrazo cristalino, con lejano brillo de estrellas y lunas.
Hola, conde Daniel.
ResponderEliminarEncantado de saber que también eres lector de Hesse.
Las presencias no perdidas, lógicamente, no tenemos que añorarlas, pero eso no significa que debamos desatenderlas. El aire que respiramos no es el de ayer ni el de mañana...
Claro, la estrella y la flor son fugaces, pero no hay punto de comparación entre una y otra fugacidad, jeje.
Lo mismo te deseo, Daniel, que el susodicho año te sea dichoso.
Alfaro, no hace falta llegar al extremo narcisista, sólo con tener algo de autoestima llegamos a apreciar lo que se nos parece.
ResponderEliminarYo, por ejemplo, siempre me he sentido atraído por quien mira la vida de forma parecida a la mía. Y mucho más si desde un principio similar llega más lejos.
Creo que es una simple atracción de fuerzas iguales o amigas.
Un saludo amistoso. ;)
Hola, Maga.
ResponderEliminarTransitamos sin detenernos, claro, porque de lo contrario se acabó la historia.
Somos fugaces, exactamente igual que todo lo demás. Pero estoy encantado con mi fugacidad. No me gustaría ser una montaña, y menos una estrella... Desde aquí abajo, me parece muy aburrido.
Un saludo de aprendiz de mago.
Hola, Elisa, y bienvenida a este rincón.
ResponderEliminarPor lo que veo amas por igual a flores y estrellas; eso es tener amplitud de miras. Es normal sentir más pasión por lo cercano, aunque conozco a gente enamorada de la luna...
¿Que mi blog está lleno de enigma?
Puede que tengas razón. Lo llamaré entonces El Cuaderno de la Esfinge. :)
Gracias por tu visita. Nos seguiremos viendo, espero. Un saludo.
Terry, ¿esa frase te salió de un tirón?, jeje.
ResponderEliminarGracias por la parte que me toca (la de sobrino).
Me voy al trote a ver las últimas novedades en tu blog.
Un saludo trotón.
Gargola, me gusta mucho eso de "flores en el cielo del tiempo". ¿No serás por caualidad, poeta?
ResponderEliminarY si las hojas de hierba son el fruto del trabajo de un día de las estrellas (creo que decía eso), entonces contigo estuvieron trabajando más de un año...
Aunque signifique otra cosa, yo lo llamaría 'un año-luz', por la luz que desprendes.
Recibe un beso, estrella fugaz, de este humilde chispa.
Hola, Antón; bienvenido a ésta tu casa.
ResponderEliminarNada de borrar. Te agradezco mucho la versión del poema de Hesse, que incluso me gustá más que la que encontré. Lo único que no entiendo es la primera fecha que hay junto al título (?). E igualmente agradecido por el link.
En cuanto al cartel del Teatro Mágico, ¿te refieres al de "Sólo para locos"? Si es así, has llegado al sitio apropiado, porque estoy como una cabra, jeje, (esteparia se entiende).
Y que bien que a un anacoreta le guste mi música. Esto parece ser el comienzo de una buena amistad.
Un saludo estepario.
Ah, Antón, y no me llames de usted, por favor.
ResponderEliminarEntre los visitantes del Teatro Mágico no se usa ese trato.
Hola, Lúzbel.
ResponderEliminarGracias por apreciar mis gustos y mis trabajillos.
Cometió usted la primera diablura: duplicó comentario. ¿Los diablos hacen siempre las cosas a dos manos? Aunque tampoco hacía falta borrarlo. Parecía un espejo. :)=(:
Afortunadamente para mí, espero que vuelva.
Lo malo es que no tengo dónde leerle, ya que cerró la sociedad infernal...
Un saludo.
Hola, Caminante.
ResponderEliminarEfectivamente, todo es energía en diferentes formas, y una de las que más me gustan es la de esos ojos inquisitivos y chispeantes que se asoman en tu avatar.
Alguna noche me atreveré a preguntarte si es tuya esa mirada.
Besos, y que también para tí sea un buen año. Que la jarra no vuelva nunca más a romperse...
Hola, Lena.
ResponderEliminarUn placer el que incluyas entre tus mil orillas a esta otra de mi cuaderno.
Hesse, en realidad, fuera de sus obras más populares, no es muy conocido. Se desconocen mucho, por ejemplo, su poesía y sus cuentos. Algún día publicaré aquí alguno de éstos. Seguro que mi tío me da su permiso.
Un abrazo entre orillas amigas.
Hola, Carlos.
ResponderEliminarFuiste de los primeros en comentar en mi cuaderno, hace ya más de un año, y ahora me sorprendes con esta grata visita de año nuevo. Gracias.
No sé lo que pensó exactamente el tío Hermann cuando compuso ese poema. Lo que sí es fácil de ver es que sentía que se estaba yendo, que le quedaba poco tiempo, y quiso despedirse de aquello que amaba. Y le pareció bueno ensalzar lo efímero, lo caduco, por encima de oros, gemas y estrellas.
Fue un postrero y emotivo abrazo a todo ese pequeño mundo que había llenado su vida.
Un saludo, amigo, y que las estrellas iluminen las flores de tu camino, éste y todos los años.
Hola, Mar (permíteme que te llame así, que si no es muy largo).
ResponderEliminarPor un momento pensé que me hablabas a mí, y no sabía a dónde mirar ni dónde meterme... Luego entendí que era un poema en el aire, libre como él.
Espero que nuestras personales libertades se sigan encontrando.
Gracias por pasarte por aquí, y feliz año.
Hola, Allek.
ResponderEliminarTambién tú eres nuevo por aquí. He faltado un par de días y me encuentro con nuevos amigos.
¿Alguien ha puesto un cartel en algún sitio?
Gracias por tu visita y por tus deseos para el año. Me gusta eso de la paz-ciencia, buena fórmula.
Me apunto tu nombre para devolverte la visita y leer tu voz.
Un saludo, y que tengas un año inteligente y pacífico.
Me he tomado la libertad de contestaros a todos uno a uno, porque de haberlo hecho en sólo uno o dos mensajes, y diciendo cuanto quería decir, hubiera o hubieran sido más largos que un día sin pan.
ResponderEliminarAdemás, así los comentarios son más personales, cada uno en su correspondiente apartado.
Sólo me queda decir una vez más que gracias por vuestras amables visitas.
Y repito mi pregunta de antes:
¿Alguien ha puesto un cartel en algún sitio?
Un abrazo para todos.
Hola Antonio, perdona que no te haya contestado antes...el virus me tiene un poco aislada. Supongo que lo de enigma está relacionado con la sensación que me provocan las fotografías que publicas, la música que se escucha...tiene algo secreto detrás, que no acabo de entender bien. Soy joven....y acabo de palpar este espacio -muy tuyo- iré poco a poco desvelando esos pequeños secretos que creo que tiene cada cosa que publicas. Un beso enorme
ResponderEliminarBuenos días Antonio; nadie, que yo sepa, ha colgado un cartel en ningún lado, pero ya se sabe, la miel atrae.
ResponderEliminarGracias, Elisa.
ResponderEliminarEntiendo que tu juventud se extrañe de las palabras de un viejo, pero te llaman la atención las fotos y la música, y supongo que también las letras, y eso significa que te atrae algo de eso que llamas 'secreto'.
Con el tiempo nos iremos conociendo y desvelando secretos; eso espero.
Una pronta mejoría para la joven Elisa. Besos.
Hola, Antón.
ResponderEliminarGracias por el símil de la miel, aunque no me veo precisamente como dulce...
Lo siento, pero no vas a conseguir que me entre complejo de abeja.
Los lobos somos otra cosa.
Un saludo, amigo.