Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







sábado, 5 de febrero de 2011

Poe-ma sin nombre


No fui en mi infancia como los otros,
nunca ví como los otros vieron.
Mis pasiones yo no podía
hacer brotar de fuentes iguales a las de ellos;
y era otro el canto que despertaba
mi corazón para la alegría.
Todo lo que amé lo amé solo.

Así en mi infancia, en el alba
de mi tormentosa vida, irguióse,
desde el fondo de todo bien o todo mal, 
desde cada abismo, encadenándome,
el misterio que envuelve mi destino. 


Edgar Allan Poe




14 comentarios:

  1. Y "never more". Probablemente todos los enredados en este vicio de las palabras tampoco fuimos de niños del todo como los otros, pero ¿de veras hay un "los otros" uniforme?
    Un abrazo, Antonio.

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  2. Creo que Edgar Allan Poe, no fue ni en su infancia ni en su vida como los otros.
    Me encanta este poema aunque rezuma tristeza.
    Un saludin

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  3. NADIE ES COMO OTRO....aunque algunos parecemos mas cuerdos y otros mas locos...pero..mmmm quien es el cuerdo??? y quien es el loco???
    hermoso poema....y muy bello tu blogg que gracias al concurso descubro...un saludo y mis felicitaciones porque quedé maravillada de las cosas que encontré aqui..super interesante tu espacio!!!!!buen fin de semana!!!!!!!!!!! ELI MENDEZ

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  4. Caminar sobre la infancia, es siempre revelador del sentimiento y a veces, hasta "peligroso". Pero sospecho que te encuentras entre los solitarios de naturaleza.

    Y siempre me pregunto si es la soledad, algo que algunos buscamos y hasta amamos, lo que nos hace diferentes o al revés?
    En todo caso, ahí acostumbra a estar la clave de lo que somos.


    Es curioso que hayas publicado primero al discípulo que al maestro. Eso sí, bienvenidos ambos y su simbolismo especialísimo. Me encantan.

    Abrazos, Druida.

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  5. No, Bel, no creo que esa esfera de la otredad sea uniforme, pero sí se nota en ella una tendencia masiva hacia la normalidad, y es en esa normalidad donde seres como Poe se sienten marginados, porque la perciben como algo hostil. De lo cual me alegro, porque no puedo imaginar a un Poe normal y corriente escribiendo, por ejemplo, El cuervo.

    Un abrazo.

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  6. Así es, Malú. Poe no fue como los otros, sino un ser muy especial, casi me atrevería a decir que un genio. Y gente como él no suele ser feliz en este mundo que apunta hacia lo burdo y lo vacío, lo superficial y lo idiota.
    El poema es triste, sí, porque en él reconoce que todo lo que amó lo amó solo, y es duro tener que reconocer eso.
    Y el último verso ("el misterio que envuelve mi destino.) indica que Poe se resistía a esa su realidad de solitario, pero al mismo tiempo se rendía ante su inapelable evidencia.

    Un saludo, amiga astur.

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  7. Hola, Eli, bienvenida a este cuaderno de pequeñas reflexiones.
    ¿Quién es el cuerdo y quién el loco?... Está claro que el loco siempre será "el otro", jeje.
    Pero yo me apunto al bando de los locos románticos, como Allan Poe.

    Me alegro de que te guste este rincón. Un saludo.

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  8. Hola, amiga Crystal.
    Creo que algunos elegimos la soledad porque nos sentimos diferentes, porque no comulgamos con las formas de la sociedad que nos rodea, que para nosotros son como ruedas de molino. Y por otra parte esa soledad escogida y amada nos hace aún más diferentes frente a los demás, que no pueden entender los "oscuros motivos" por los que alguien prefiere estar solo.
    El solitario no quiere estar solo, pero necesita estarlo. Es un balance de fuerzas muy dispares el que aquí está en juego. La soledad le sirve como refugio y como puente para poder acercarse a su esfera personal, sin las interferencias externas; para poder poetizar y transformar el mundo, para poder vivir.
    Aunque, por otro lado, el solitario es humano, y la soledad duele, a veces.

    Te confieso que cuando publiqué el texto de Baudelaire no tenía en mente a Poe, pero luego me acordé de este poema del maestro, que encontré hace años en no sé qué libro y que copié celosamente. Un poema sin título, y que no he vuelto a encontrar en ninguna de sus antologías. Y me dí cuenta de que tenía mucho que ver con el anterior texto de Baudelaire.
    Míralo así: las letras del discípulo son el preludio a las letras del maestro.

    Un abrazo, Hada.

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  9. Antonio, creo que la verdadera riqueza está precisamente en nuestras diferencias. Imagínate muchas ovejas Doly, uniformadas, al final acaban yendo a la guerra o matadero nacional.

    Saludos.

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  10. Estoy de acuerdo, Terry.
    La diferencia enriquece, y gracias a ella no formamos un compacto rebaño de ovejas uniformadas, sino que somos individuos, con sus peculiaridades y sus particulares puntos de vista.
    Pero en el caso de Poe, quizá esa diferencia era excesiva. Y es que hay seres que parecen vivir entre mundos, sin pertenecer ni a uno ni a otro. Seres que podemos llamar "especiales", y que a pesar de su genialidad (o precisamente a causa de ella) nunca consiguen encajar en ningún grupo, y mucho menos en ningún rebaño.
    Es como si llevaran la marca de su destino grabada a fuego.
    Estos seres nunca irán a ninguna guerra o matadero, al menos no voluntariamente, pero sí están inmersos en una guerra personal constante, la que libran contra el mundo y también contra sí mismos. Es, quizá, el sino desgarrado del artista original y único, el sino del genio.
    Lo que está claro es que "los otros" son ellos.

    Un saludo, don Terry.

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  11. Increíble Poe, cuánto genio. Uno de mis preferidos. Y que poema tan sentido! Gracias por "convidarlo". Llegué hasta tu blog a través de otro blog amigo. Me hago tu seguidora.
    Te invito a conocer los míos, será un placer verte por allí.
    Un abrazo!!!

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  12. Hola, Susana.
    En breve me pasaré a conocer tus letras.
    Bienvenida a este espacio de la noche con lunas. Un abrazo.

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  13. Poe es sin lugar a dudas otra ausencia obligada del alma. Un fuerte abrazo Antonio y gracias por una tarde deliciosa.

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  14. Hola, Eli.
    Aunque parezca mentira, descubro ahora tu comentario. ¡Después de casi tres años! Lo siento.
    Para mí el maestro Poe es más bien una presencia... Me alegro que este poema sin título te haya hecho pasar "una tarde deliciosa".

    Un abrazo, amiga.

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