Así como las flores se marchitan
y a toda juventud la vejez sigue,
florecen los peldaños
porque asciende la vida,
todo saber, toda virtud florecen en su momento exacto
sin que les sea dado durar eternamente.
A cada llamamiento, al corazón se exige
que esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo,
que esté dispuesto a darse, sin trabas y animoso,
a nuevas y distintas ataduras.
En la entraña de todo comienzo hay un hechizo
que a vivir nos ayuda, y nos protege.
Ledamente debemos recorrer los espacios;
no atarnos a ninguno como a una patria propia;
el espíritu cósmico no quiere encadenarnos ni oprimirnos,
aspira a que ascendamos, a que nos dilatemos peldaño tras peldaño.
Apenas intimamos con una nueva esfera de la vida
o nos acomodamos en un ámbito,
comenzamos sin duda a entumecernos;
tan solo el peregrino, tan solo el que está pronto a la partida
se hurtará a la parálisis que engendra la costumbre.
Aun la hora de la muerte puede que nos coloque
frente a nuevos espacios que hayamos de cruzar:
la vida jamás cesa de llamarnos...
¡Animo, corazón!: ¡di adiós y estás curado!
Hermann Hesse
____________________________
Imagen:
Fotomontaje de Gárgola, de
We Create the Time(el
link en la anterior entrada y en la lista de blogs)
Qué fácil parece morirse...
ResponderEliminarde mí tendrán que tirar y mucho o esperar a que mi ciclo vital esté cumplido, no es por apego a las cosas sino a las personas.
Un abrazo.
Bueno, Alfaro, hay mil formas diferentes de morirse, a Hesse le tocó una de las mejores, según mi parecer.
ResponderEliminarApego a las personas, sí, yo también lo tengo, pero algún día habrá que irse...
Y espero que para entonces haya cumplido ese ciclo vital.
Un abrazo, amiga.
precioso poema de hesse:)
ResponderEliminary el relato anterior hace viajar!
un saludo grande!
buen dia
¿Así que hoy es el aniversario de la muerte del tío Hermann?
ResponderEliminarPues qué oportuno, Antonio, aparte de hermoso y profundo, es este poema de él.
Efectivamente, la traducción no es muy poética; ¡es TAN difícil traducir poemas! La melodiosidad de cada lengua es única, y resulta casi imposible "trasvasarla" a otra lengua. Es como si alguien tradujera a San Juan de la Cruz, o a Lorca, al chino o al inglés, al ruso o al guaraní. ¡De lo que se perderían los lectores! Pero lo que sí se puede intentar, es acercarles la idea general que el poeta intentaba expresar...
Independientemente de ello, la visión que nos propone Hesse en este poema es espléndida, muy positiva y edificante. Realmente, es saludable en extremo tener la actitud del "peregrino,... el que (siempre) está pronto a la partida", sin aferrarse a las cosas de este mundo.
Es sana -no digo que sea fácil. Yo, como Cristalook, soy aferrada a las personas y a los lugares también, y a las lecturas, y a la música... ¡Uuuf! Soy una empecinada Tauro, llena de apegos. Y entre todos ellos, están ustedes, mis amig@s del alma.
Besos escalonados, para ti y, si es que fuere posible, al Maestro Hesse en el mundo sutil, hoy que es un día especial.
Qué maravilla de texto, amigo!!!
ResponderEliminarMe ha impactado tanto.. Será porque siempre tuve ese sentir: "En la entraña de todo comienzo hay un hechizo que a vivir nos ayuda, y nos protege"...
Cuando nos 'acomodamos' nos entumecemos.. Nunca lo he dudado. Tal vez por eso no temo al cambio y me entusiasma lo inesperado, aunque muchos me tilden de 'desarraigada' jaja.. En realidad, creo que estoy arraigada en mi libertad ;)
Don Juan decía que todo puede desaparecer en un instante y que esto es lo único seguro.. Yo solo sé que esa es una regla de oro para mí y que por eso no me interesa lo estable ni lo seguro.
Hay quienes dicen que solo hay ciertas 'etapas' de la vida en que se puede hacer esto porque después las obligaciones que adquirimos nos lo imposibilitan (como es el hecho de tener hijos, por ejemplo). Sé que es, al menos, una suerte no tener 'nada que nos ate' pero tengo que diferir con la opinión generalizada, en que esto es una cuestión de actitud más que de circunstancias.. Pues por paradójico que parezca, en el cumplimiento de un deber también está la libertad...
En fin...
Asimismo dicen que solo en la juventud se tiene esa 'valentía' pero que conforme pasan los años, todo ser humano busca enraizarse.. Pues yo creo que en mí los años no tienen el mismo efecto jaja... Al contrario, cada vez me siento más libre para 'desarraigarme' y, cosa curiosa, esta sensación es inversamente proporcional en intensidad a la de estar arraigada en mi interior...
Cosas de la vida ;)
Que te cuento porque siempre me haces viajar a mi propio interior con las maravillosas líneas que destellan en tu cuaderno nocturno ;)
Un grandísimo abrazo, amigo que lee en las estrellas ;)
...La muerte tiene sus diferentes rostros.. en los cambios, es la terminación de etapas, antecediendo al nacimiento (de un nuevo yo en el mismo ciclo vital o en otro....)..
ResponderEliminar"La vida jamás cesa de llamarnos"..
Vaya... me quedo con esa frase grabada a fuego en mi alma, en esta tarde en la que, de repente, siento ese llamado en el alma del mundo y desde los horizontes de la mía ;)
besos
Cuesta hacerse a la idea de que lo único permanente es el cambio. Sobre todo por esa sensación de pérdida inevitable que suscita. Y sin embargo sólo la mutación nos permite seguir adelante y evolucionando.
ResponderEliminarEn esta dimensión sólo la muerte se mantiene estable, al menos lo que de ella podemos llegar a intuir y a conocer. Aunque, en realidad, de ese acto sólo conocemos el "tránsito" y... ¡quien sabe!...
"Apenas intimamos con una nueva esfera de la vida
o nos acomodamos en un ámbito
comenzamos sin duda a entumecernos,
tan solo el peregrino, tan solo el que está pronto a la partida
se hurtará a la parálisis que engendra la costumbre"
Traducciones aparte, se puede decir más alto, pero no más claro. El amigo Hesse conocía la naturaleza humana como nadie.
Abrazos.
P.D. nuestra Gárgola está hecha un crack.
Ayer cuando vi esta nueva entrada en el reader, pensé ohhh...Antonio ha borrado la entrada anterior que me gustaba tanto (¡aún no había leído que ya anunciabas a Cristal que seguirías!!!).
ResponderEliminarEl poema de Hesse es magnifico y me ha impresionado es que el fotomontaje está hecho como si fuera para ilustrar el poema, pero que yo no lo conocía... Quizás esto que Jung llama sincronicidad.
Gracias y más gracias, guardo tu texto y el poema en una carpetita de estas que siempre tienes a mano cuando quieres o necesitas impregnarte de sabiduría y ternura.
besos fresquitos
"Di adiós y estás curado"
ResponderEliminarY ahí comienza el verdadero peregrino. He leído a tus conterturlios que tanto añanden a tus entradas. Sin duda Hermann Hesse era un conocedor del "espíritu humano", pero yo no sé decir adiós. Todavía.
"Cada final trae un principio" . Hoy me dijeron esta frase y por alguna razón se queda flotando con esa de nuestro amigo, y trato de dilatarme peldaño a peldaño y no entumecerme y no acomodarme, y me da miedo que la muerte no me pille de camino.
Un placer recordar la importancia de estar presto al adiós y comenzar de nuevo sin trabas y animoso, a nuevas y distintas ataduras.
Un abrazo de verano.
Desapegarnos a las costumbres, ir a por el mañana, sea cual fuere y no rendirnos a la vida inútil, sin preguntas, ni a la muerte sin respuestas...
ResponderEliminarMe ha encantado el significado del poema de Hesse. Ese hombre sabía. Claro que sí.
Fue una agradable sorpresa encontrar esta entrada.
Besos,
Blanca
Todos arrastramos la yaga metálica sobre los hombros, la brisa tenue envuelve nuestros suspiros para alentar al espacio… se bloquea quizás la lógica, pero es así; es mágico el camino, esos rieles tendidos en el cielo.
ResponderEliminarUn abrazo
Bellísimo poema!! espero vivir mucho, pero si así no fuera esta sería la mejor de las formas, como un recomenzar!! te dejo un gran beso!
ResponderEliminarGracias, Leo.
ResponderEliminarLa pena es que la traducción sea poco poética, pero no dispongo del original en alemán.
Y el relato es muy mejorable, pero si te ha invitado a viajar ha merecido la pena.
Saludos.
Hola, Liz.
ResponderEliminarCuánto me hubiera gustado tener el texto original del poema para habértelo pasado. Seguro que tú lo hubieras traducido de un modo mucho más poético.
Sí, un 9 de agosto, el amigo Hesse se perdió en un sueño para nunca más volver. Me parece una buena forma de "marcharse".
También yo tengo mis apegos a personas y lugares, pero opino que el camino de la vida es el camino de la libertad, y que si no seguimos "el camino del guerrero" no tenemos la actitud correcta.
Besos escalonados y ascendentes, amiga.
Hola, Isis.
ResponderEliminarPrecisamente sobre ese tema que comentas pienso basar una próxima entrada del cuaderno.
Según el brujo don Juan Matus, la única libertad posible para el guerrero, para el hombre de conocimiento, es actuar impecablemente, no tiene otra opción. O lo hace así o enferma...
Somos libres, sí, pero sólo para hacer las cosas bien, lo otro nos daña y nos hunde en el fango.
Esa valentía se suele tener en la juventud, cuando sentimos que podemos "comernos el mundo", pero lo de ser joven es una cualidad del corazón, no de la edad.
Y tú eres la prueba, Isis.
No te estoy llamando "vieja", jeje, pero seguro que ya no tienes veinte añitos...
Joven se es siempre, si se quiere serlo. Las sombras y los pesos de la edad no deben entorpecer nunca el camino de quien se siente joven por dentro y conserva aún su asombro ante el misterio de la vida.
Y en cuanto a la muerte...
Como dice Hesse: "la vida jamás cesa de llamarnos", incluso desde ese umbral misterioso que llamamos muerte.
Un gran abrazo, amiga maga.
Pues estoy convencido de que así es, amiga Cristal: la vida es puro cambio o no es.
ResponderEliminarRecuerda el sabio I Ching.
Y sí, la muerte se mantiene "estable", pero... ¿qué es la muerte?, jeje.
Por supuesto, Hesse tiene razón, pero qué difícil, ¿verdad? Siempre se ha dicho que somos animales de costumbres, y es cierto. En realidad, lo que somos es "comodones", es muy fácil y sencillo encontrar una cueva de nuestro gusto y quedarnos ahí para siempre, pero la vida es un viento, una tormenta, un arco iris, y no va a estar pendiente de nuestra cueva, por muy bonita y cómoda que ésta sea.
Así que o te "agarras" al viento o te conviertes en momia.
No hay vuelta de hoja en esto.
Un abrazo, amiga hada.
PD.- Gárgola es un crack en todo: en la poesía, en el pensamiento, en la escalada y ahora en la informática y el photoshop. Me siento orgulloso de haberla conocido.
Hola, Gárgola.
ResponderEliminarPues en cuanto vi tu primer fotomontaje pensé en este poema de "Escalones", que recordaba vagamente. En principio me frenó la traducción, pero luego tuve que ponerlo, porque encaja muy bien con tu imagen.
Sí, sin duda la sincronicidad de Jung es real y parece que funciona muy bien, jeje.
Un abrazo, amiga, y gracias por tus "besos fresquitos".
Hola, Carmen "Medialuna".
ResponderEliminarEs muy fácil, repite conmigo: "a..di..ós".
Cuando una etapa de la vida nos da la espalda, lo mejor que podemos hacer es mirar para otro lado. Porque la vida no se ha ido con esa etapa, lo único que pasa es que ha cambiado de sitio. ¿Entiendes?
Pero no la vamos a ver nunca si seguimos mirando las huellas del pasado...
Por eso la mejor forma de vivir es tener siempre la maleta preparada, y dentro los prismáticos. No es eso lo que solemos querer, sino todo lo contrario, pero la vida nunca se va a adaptar a nuestros deseos. La vida es libre y va donde quiere y cuando quiere.
Como he dicho antes, o nos "agarramos" al viento o nos convertimos en momias. Y ¿quién quiere ser una momia? ¡Hay que aprender a volar!
Un abrazo de otoño (imaginado).
(es que me encanta el otoño)
Hola, Blanca.
ResponderEliminarMe gusta eso que dices de "no rendirnos a la vida inútil", que es como no claudicar ante las sombras, pero no es tanto "ir a por el mañana" sino ir a por el hoy, que es lo que se nos escapa.
La muerte, sin duda, nos dará sus respuestas, en su momento, pero ahora debemos buscar las respuestas de la vida, que rondan por aquí, delante de nuestros ojos.
Me agrada que te haya gustado.
Un beso, amiga escritora.
Hola, Eduardo.
ResponderEliminarSi, "se bloquea quizás la lógica", pero es que ¿qué sabe la lógica del misterio de la vida?
La lógica nace del lenguaje, del "log", pero la vida hunde sus raíces en el fondo más antiguo, en un océano "prelógico", primigenio, que no entiende de lenguajes.
Un abrazo, joven amigo.
Eso espero yo también, Fabiana, que vivas muuuchos años.
ResponderEliminarY espero también que eso que llaman "muerte" sea un nuevo comienzo. Y si no es así, pues... agradecido de haberme asomado un tiempo por este mundo, en el que he encontrado tan buena gente y tan bellos paisajes, tanto pensar y, sobre todo, tanto sentir.
Un beso.
Ay decir adiós! a veces no es posible, mejor dicho me niego a decirlo, hay adioses que hielan el alma. A mi me gustaría vivir en un permanente hola, tampoco, porque un hola implica una despedida previa, creo que mejor es estar siempre "hasta que la muerte nos separe"
ResponderEliminarBesos, Antonio.
Una de mis esclavitudes, Antonio, es la estima a las personas y a mis cosas. Nunca supe decir adiós a nada. Esperé que las despedidas las pronunciaran otras bocas y lógicamente sin desearlo he ido confeccionando un variopinto mosaico de pesares. Unos dolorosos; otros más llevaderos.
ResponderEliminarAsí los pobladores de mi infancia, los moradores de mi juventud, se han ausentado de mi camino y yo nunca alcancé a desprenderme de ellos, ni con la alegría ni con la indiferencia que me hubiese hecho ser sabio, acomodaticio y lógico. Debo estar hecho de otra materia, porque siempre admiré a quienes conocían la forma de pasar la página y decolorar el pasado.
Ahora, en mi madurez, ante este juicioso poema de Hesse que nos recuerdas, reflexiono y pienso que -quizás- concebir el mundo como lo hizo el tío Hermann, es sólo cuestión de tiempo. Desconozco la edad que contaba el poeta de Montagnola cuando nos legó estas expertas palabras. Pero hay un no sé qué, que me anuncia que si ha de venir mi senectud, será entonces cuando aprenda de una vez por todas y dejaré de ser ledo. Aunque intuya lo duro que ha de ser decir adiós al otoño. Poco a poco y de un modo sereno, dominaré el arte del “irse” antes de que la parca pronuncie mi nombre.
Gracias por este sensato post. Recibe mi cordial abrazo de siempre.
No, amigo...
ResponderEliminarYa no tengo veinte añitos pero tampoco me despido todavía de esa década jaja..
Me ha encantado tu respuesta a mi comentario, así que dejo constancia de ello ;)
Y te comento que un gran amigo y maestro me dijo alguna vez que mi alma era vieja..
Así que estoy acostumbrada a la palabrita y no me asusta jaja... Sé que refería a su 'kilometraje' jeje..
Ojalá me entiendas ;)
un abrazo inmenso para tu alma, que también sé 'vieja' aunque la albergue un corazón niño ;)
...herman hesse lo llevo siempre comnigo como un lobo estepario , pidiendo minutoas para vivir.`precioso cuaderno nocturno .
ResponderEliminarEn este tiempo
para descansar,
amar, sentir y vivir
todas las sensaciones
que den paz,
sosiego y
tranquildad a nuestro corazon.
Desde mis HORAS ROTAS,
y AULA DE PAZ
un afectuoso abrazo y
cariño compartido
siempre desde el alma
saludos
de amistad:
---Jose Ramon---
Te entiendo perfectamente, amiga Juana "Lunaazul".
ResponderEliminarTodos deseamos la continuidad, pero me temo que la vida es más bien discontinua.
Y ese es el tema: o somos como la vida o nos perdemos en engaños, que pueden ser muy bonitos, pero son engaños, y ¿quíén quiere vivir en la mentira?
La respuesta es: ¡todos! jaja.
Lo único malo que tiene la mentira es que al final siempre se descubre, y entonces nos sentimos como desnudos, vacíos y se nos pone una cara de idiotas tristes que para qué te cuento, jeje.
Lo mejor, siempre, es la verdad, nos guste o no, es lo mejor y lo único que merece la pena, y la verdad es saber decir adiós, aunque duela. Lo otro es perder el tiempo.
Un abrazo, Juana.
Amigo Daniel:
ResponderEliminarTu comentario está para ponerlo directamente en un cuadro y clavarlo en la pared del recuerdo.
¡Me encanta!
La estima a las personas y a ciertas cosas forma parte del corazón humano, y yo lo comparto, por supuesto, pero también entiendo que saber decir adiós y estar preparado internamente para ello forma parte de la realidad de la vida. Somos viajeros, caminantes en esta senda plagada de misterios.
Saber decir adiós no significa perder esa estima por personas y cosas, es simplemente estar preparado para lo que en cualquier momento puede suceder, y sucede. Y no me estoy refiriendo sólo a la muerte última. En cada hora está la muerte, en cada minuto está la despedida.
Como decía Lunaazul, en el hola ya está el adiós.
Queremos quedarnos sólo con un lado del asunto, pero el hecho es que tiene dos...
Un abrazo, conde Daniel.
Hola, maga Isis.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te haya gustado mi respuesta.
Ya sé que eres joven y vieja a un tiempo. Aunque en cuanto a los años te creía algo mayor, pero eso da igual.
El "poder" que te corre por las venas es muy grande y fuerte, y eso es lo importante.
Un abrazo, amiga viajera.
Hola, José Ramón y bienvenido a este cuaderno.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. En cuanto tenga tiempo visitaré tus "Horas Rotas", que seguro que tienen mucho que decirme.
Como detalle te comento que yo también soy algo asturiano y, como has podido comprobar, "hessiano".
Un saludo amistoso.