Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







domingo, 8 de agosto de 2010

Amiga de la magia



Hace más de treinta años, mientras caminaba por los pasillos del metro de Madrid, me encontré en un rincón con un vendedor ambulante de reproducciones de cuadros, y entre ellos estaba La Gioconda, de Leonardo Da Vinci.
La miré atentamente, porque es una pintura que ya me atraía desde hace tiempo, la miré y... me miró. Sí, me miró y me sonrió. Pero no con la media sonrisa habitual, que cualquiera puede ver, porque es lo que está pintado en el cuadro, no, me sonrió de una manera especial, que parecía hablarme, y no sólo con la fina boca, sino también con sus hermosos ojos castaños. Fue más bien su mirada la que me habló. Y supe en seguida que ese cuadro debía estar en mi casa.
Y así fue. Entonces vivía en una casita de pueblo, solo y dedicado a mis libros y a pasear por el campo, casi como un ermitaño, y ese cuadro quedó colgado en una de las paredes de mi estudio, junto al escritorio.

No sería nada especial si no fuese por un detalle importante: desde un principio, esa imagen de la Gioconda parecía estar atenta a mis estados de ánimo, y según fueran estos de una u otra índole, la Monna Lisa mostraba un gesto diferente.
Suena a juego de la imaginación o a desvarío mental, pero hablo de lo que veía. Según estaba yo, así se mostraba ella. Si lo que hacía estaba bien, me sonreía y le brillaban los ojos, como si asintiera, y si lo que hacía no estaba tan bien, me miraba seria, adusta y con un cierto acento de reproche...

Finalmente, ese cuadro de La Gioconda se convirtió para mí en una especie de barómetro vital, y me acostumbré a consultar su rostro, para saber cómo andaban los latidos de mi caminar. Porque sentía una unión entre ambos, como si su imagen fuese la imagen de mi hada amiga.
Se ha comentado en ocasiones que ese cuadro es "mágico". Yo creo que efectivamente lo es.

Han pasado más de treinta años, y ese cuadro, que encontré de "casualidad" en los túneles de la tierra, me sigue acompañando. Está aquí aún, en la nueva casa, y ha estado en todas las casas en que he vivido.
Y cuando tengo alguna duda sobre algo, sobre si el paso dado es bueno o malo y sobre si debo dar o no algún otro, siempre miro su rostro, y ella me contesta. Si me sonríe, continúo caminando en ese sentido, si no es así, me detengo y cambio de rumbo.

La suelo llamar "amiga de la magia". Y siempre, cuando me embarco en cualquier cosa, me suelo preguntar: ¿sonríe la Gioconda? En mi caso, no lo hace todos los días, pero cuando lo hace... me da ánimos para continuar y me hace sentir que estoy en el lado bueno de la vida.


Antonio HM.

22 comentarios:

  1. Yo quiero un cuadro así. Vamos si lo quiero...

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  2. Me parece fascinante tu oráculo personal. Todos tenemos uno y, en tu caso, el tuyo me parece una prueba de extraordinaria sensibilidad, además de lucidez porque no muchos entienden que somos las mujeres las más indicadas para guiar al alma ;) je je

    (Perdóname la broma y sí.. sé que no solo las mujeres tenemos ese privilegio ;)

    Pues a mí este cuadro siempre me ha resultado enigmático. Siempre que lo veo me convenzo de que esa sonrisa esconde algo que a la vez revela.. Y que la posición de las manos no es casual: me parece que es un gesto de espera.. Un gesto de paciente espera porque ella sabe que aquello que está detrás de su mirada podrá ser visto algún día por nosotros.. Si podemos ver desde sus ojos o, al menos, si mirando muy, muy atentamente, podemos ver el reflejo de la imagen en sus pupilas...

    Qué bueno que 'te dejes guiar' mi amigo, por alguien que ha visto pasar los siglos y que nació de un pensamiento de una mente genial. Sin duda, el artista supo el propósito de su obra desde que la concibió y supo que las personas 'despiertas' como tú, sabría cómo comunicarse con el alma que habita en ella.

    Y ya lo dijo otra mente genial: solo hay dos formas de ver el mundo: la una es pensar que todo es un milagro y la otra, que nada lo es. Sin duda, cuando le preguntes a la Gioconda si tu visión es la adecuada, ella te sonreirá dulcemente... ;)

    besos miles!!

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  3. Hola, Kimberly.

    Si lo quieres de veras, seguro que lo encontrarás. Puede ser un retrato o un paisaje, pero saldrá a tu encuentro. En cualquier caso, el alma personal llama al alma universal, y no son palabras vacías. Todo está relacionado.

    Un saludo.

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  4. Amiga Isis:

    No veo tu comentario como una broma, porque yo también creo que sois las mujeres las que mejor sabeis guiar al alma. Más que nada, porque sois el alma misma.
    En el universo, los hombres somos como una rareza, como mucho un complemento (al contrario de lo que dice la Biblia), pero el fondo y la fuente siempre estará en la mujer.
    La mujer es, a mi modo de ver, el origen.
    Y la Gioconda tiene mucho que ver con ese origen, que me recuerda mucho a "Las Madres" del Fausto, de Goethe.
    Y esto no es adulación gratuita, sino una sensación que se acerca bastante a la certeza.

    El cuadro de La Gioconda esconde y revela, sí. Y en mi caso particular, me habla directamente, porque su gesto cambia dependiendo de mis actos.
    Es una relación mágica, que no se puede explicar.
    Sus manos, ay, desde el primer momento me llamaron mucho la atención. No sé si están en actitud de espera, pero me encanta mirarlas.

    Como dices, sólo hay dos formas de ver el mundo. Yo las suelo llamar la mirada del mundo y la mirada del sueño, y creo que está claro cual es mi preferida.

    Besos, amiga maga.

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  5. Te felicito por tu intuición mi querido amigo ;)

    besos

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  6. Qué historia tan bonita. Nada es casualidad y por nuestra vida pasan multitud de giocondas para acompañarnos y guiarnos en nuestra vida. Solo hay que estar atento.
    Yo tengo a los pájaros.
    Besos

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  7. Un cuadro de esa guisa merece todos los parabienes. Comprendo que le tengas tanto afecto y devoción, pero me da la impresión de que son tus querencias las que re reflejan en su rostro...Como si fuese un espejo que te mustra tus anhelos más íntimos...

    Un cordial saludo

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  8. qué bonita historia personal,Antonio!
    tendré que encontrar un cuadro así!

    besos*

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  9. De vez en cuando paso por tu blog aunque no comento. Ya sabes...la falta de tiempo. Pero estoy ahí. Me gusta lo del cuadro. Son meditaciones muy personales y es que todos andamos buscando respuestas, algunas veces en el otro, otras en el paisaje, otras en un cuadro...Te saludo con cariño. Victoria.

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  10. Qué linda Entrada, e interesante también.
    Te creo, porque todo eso que declaras es posible.

    A mi también me ha "hablado" un cuadro, a tal grado que me dejó asombrada y fascinada y no lo olvido: fue el Autorretrato de Durero, en la Alte Pinakotheke de Munich: entré en esa Sala del museo, y allí estaba él, mirándome desde el fondo y atrayéndome con su fuerza. Se "borraron" literalmente todos los demás cuadros que allí colgaban, ¡y sólo tuve ojos para él! Me acerqué y estuvimos dialogando un buen rato. Mi corazón latía acelerado, y no daba crédito, pues allí estaba escrita claramente la fecha de su confección, 1500... y sin embargo, estaba vivo, inmortalizado en su espléndida tela.
    Me dije: ¿cómo es posible que hayan transcurrido 500 años y este bello hombre me esté mirando así??
    De inmediato, bajé a la tienda del museo y me compré una reproducción de esta obra a tamaño natural, misma que aún cuelga en la pared de mi estudio.

    Otro "gong" de afinidad entre nosotros, Amigo del Árbol Azul.

    Un beso, y espero que tu Mona Lisa particular esté hoy de acuerdo contigo en todo lo que emprendas.

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  11. Suelo levantarme antes de la madrugada y escuchar la noche. Mi diminuta sombra se funde en el regazo materno y tiendo a entender aquello que siempre supe. Amo sentír como su verdad me despeina. Es como verse en un espejo que no miente. La pupila transparente en la que me precipito. Pues dejando atrás el río, al mar es que me dirijo.

    Besos.

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  12. Bonita historia de la Gioconda, gracias por compartir la sonrisa de la Gioconda.
    Saludos

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  13. "Esa media sonrisa de la dama Monna Lisa es como una grieta, o mejor, un puente por el que se puede cruzar, entre el mundo de lo posible hasta el aparentemente imposible. (Cuaderno Nocturno)

    No es la primera vez que te ocupas de este cuadro y su enigmátic@ protagonista, pero desconocíamos esa personal historia que os puso en contacto y también que fuese tu personal oráculo para abordar caminos vitales.

    ¿Qué decir al respecto? ¿que todos utilizamos algún tipo de sortilegio que nos haga creer que estamos acertando en en nuestras decisiones? ¿y porqué no dejarnos llevar por la propia intuición y por la magia de esa imagen intemporal?.
    Hay además en ese cuadro elementos que tocan a tus letras de forma especial, como ese "puente" que se distingue en el paisaje tras el icono de esa misteriosa ¿mujer?.

    Pero sobre todo, esa sonrisa que desaparece si la miras fijamente de frente y vuelve a aparecer cuando observas cualquier otra parte del cuadro... Magia pura... no me extraña que la hagas servir de oráculo amigo.

    Y como nada ocurre por casualidad en este Universo, yo no creo que fuese sólo el azar el que pusiese en contacto a esa misteriosa mujer y al habitante de este Cuaderno... os deseo pues una feliz y provechosa relación amigo.

    Abrazos.

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  14. Gracias, Isis.

    Uno tiene pocas cosas, pero una de ellas es, sin duda, la intuición.

    Un abrazo, amiga Maga.

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  15. Tampoco yo creo en la casualidad, Mária.
    ¿Qué sentido tendría la casualidad?... Me inclino mucho más a la causalidad, porque soy de los que creen que este mundo, tan aparentemente caótico, tiene sentido.
    Pero, eso sí, lo imprescindible es conectar, ¿conectar con qué? Con la vida misma.

    Hay muchas imágenes que pueden "guiarnos", en mi caso fue La Gioconda, pero hay otros muchos cuadros, y también están el horizonte, la luna, las estrellas, y cualquier rincón que sepamos ver. Y, por supuesto, los pájaros, tus pájaros, esos seres alados que te hacen sonreír y te transportan a algo que suele llamarse alegría.

    Besos, amiga.

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  16. Luis Antonio:

    Muy interesante tu comentario. Efectivamente, el cuadro actúa de espejo, por eso digo que es mágico. Si una pintura es capaz de reflejar nuestros sentimientos es porque tiene algo diferente...
    No he pensado nunca que el gesto de La Gioconda cambie realmente (no estoy tan loco, jeje), pero sí tengo la certeza de que influye sobre mi mirada, porque refleja mis más ocultos sentimientos, y me muestra su parecer...
    Eso es lo que veo, lo que siento y lo que me importa.

    La magia está en la mirada, amigo, y hay ciertas imágenes que la reflejan. He ahí el secreto.
    Parece algo como místico, pero, sinceramente, es lo que veo.

    Un saludo, por supuesto también cordial.

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  17. Pues sí, amiga Silviyuela, es una historia personal y muy real.
    ¿Encontrar un cuadro así?
    Búscalo, seguro que viene a tu encuentro.
    En cualquier rincón inesperado se esconde la magia.

    Besos, maga de las palabras.

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  18. Hola, Victoria.

    Entiendo bien lo de la falta de tiempo, porque a muchos nos pasa lo mismo, incluido yo, claro.
    Dices que andamos buscando respuestas, "en el otro, en el paisaje, en un cuadro..." Así es, ese es juego de la vida.
    Y lo verdaderamente notable es encontrar esas respuestas. A mí me ha sucedido algunas veces, las suficientes para hacerme ser como soy, un extraño que sonríe.

    Un abrazo, Victoria Eugenia.

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  19. Amiga Liz:

    Sé bien de tu sensibilidad hacia los cuadros, hacia ciertos cuadros, por eso eres mi pintora de sueños preferida. No se puede ser artista sin esa sensibilidad.
    El autorretrato de Durero tiene mucha fuerza, parece que consiguió meter parte de su alma en ese cuadro.
    ¿500 años? ¿qué son quinientos años frente a la historia del alma?
    Lo mágico lo es porque transciende el tiempo.

    Sí, querida amiga, la Monna Lisa asiente ante mis planes de vida.

    Un fuerte abrazo, desde este árbol, cada noche más azul.

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  20. Eli:

    Amiga, "escuchar la noche" es mi especialidad. Por eso esta bitácora se llama 'cuaderno nocturno'.
    Me encanta tu frase de... "Amo sentir cómo su verdad me despeina". Me recuerda al estimado Novalis.

    Besos, poeta.

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  21. Gracias, Marian.

    Pero entiende que no es una historia literaria, en absoluto. Ni siquiera lo adorno, es la realidad, y me limito a contarla lo mejor que sé.
    La sonrisa de La Gioconda es, efectivamente, la sonrisa de mi amiga de la magia.
    Un saludo.

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  22. ¡Vaya, amiga Cristal! ¡Gracias por tu atención!
    No recordaba que ya había mencionado este tema de La Gioconda. ¿Fue en una entrada o en un comentario? Bueno, es igual; después de casi tres años con este cuaderno no me acuerdo de muchas cosas.

    Sí, mi cuadro de La Gioconda actúa de oráculo personal, y eso no lo busqué, simplemente sucedió, y sigue sucediendo. Nos hemos hecho muy amigos, jeje. No es broma.

    Hay mucho misterio tras este cuadro, tan famoso, y hay quien dice que en realidad no era un retrato de la mujer del Giocondo, sino un autorretrato del mismo Da Vinci, y que todo él está lleno de enigmas y de claves...
    De hecho, el maestro Da Vinci nunca lo entregó, sino que lo conservó consigo durante toda su vida.
    No se entiende por qué la imagen de una bella mujer está pintada sobre un fondo tan árido, y no se entiende el por qué de esa media sonrisa, que a todos encanta.
    Siempre se ha dicho aquello de que su mirada parece como que te "sigue", te muevas hacia donde te muevas, pero eso imagino que pasa también con otros muchos cuadros.
    El caso es que éste en concreto fue el que a mí "me miró", y me enamoró, por eso lleva conmigo más de treinta años, y por eso es mi amiga de la magia, porque hemos hablado mucho y muy íntimamente, como a veces hago con la misma luna.
    Los locos ven y sienten cosas que los demás no ven ni sienten.
    Y yo soy un loco, jejeje.

    Un abrazo, Cristal.

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