Recuerdo que cuando era niño me gustaba imaginar que mi cama era como una barca a la deriva en medio del mar. Me arropaba bien y sentía el vaivén de las olas... Parece absurdo, pero me gustaba esa sensación, en la que se mezclaban el peligro y la confianza. Y me entregaba a los sueños, como quien se deja mecer por los brazos de su madre. Hoy, muchos años después, esa imagen me suena a lo que ha sido y es mi vida. Porque la propia existencia me parece justo eso: una barca en medio del océano. Pero no es el océano un entorno hostil y enemigo, sino otra cosa muy distinta... Quizás la madre, nuestro origen y nuestro destino.
Y me alegro de que mi pequeña barca siga navegando, porque navegar es vivir, sentir. Y qué bien cuando los sueños se mezclan con la vida, cuando el agua fluye y se refleja en la mirada...
Antonio HM.
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- imagen: "Dream", por Jacek Yerka - música: "Cançao do Mar", por Dulce Pontes
Qué entrada más total, desde la imagen, pasando por tu narración hasta la canción de Dulce Pontes. Yo creo que donde la Tierra es madre la mar es muerte, aunque también es principio. Un abrazo.
Superficie y (profundid/volunt)ad, mi mar y mi más, reconciliando en el vaivén su idiosincracia. Su sal. Solo yo y sola ella, a mar ausente, más cerca. Madurando azul cristal...
Bien, Luis Antonio, me alegra saber que lo has visto de esa manera. La verdad es que intento escribir sólo sobre cosas positivas, para las negativas ya están los periódicos.
Antonio: ¡Qué placer leerte! Esta Entrada me ha fascinado.
navegar es vivir, es cierto. Navegar en una barca, navegar en la imaginación, navegar en el sueño, y ¡navegar en Internet! Porque aquí encontramos compañeros fabulosos de embarcación, como tú.
Sigue, por favor, recordando momentos preciosos y compartiéndolos con nosotros en tu Cuaderno Navegante.
Sí, eso es lo que sentía, me rodeaban las sombras de la noche y los múltiples peligros que allí pudiera haber, pero al mismo tiempo sentía como una seguridad, una protección. Tal vez, la madre.
Me alegra mucho saber que te ha gustado. "Navegar es vivir", y lo único importante es seguir en la brecha, desplegar las velas y acertar con el rumbo. ¡Y ojalá el viento sea favorable!
Hola, Doña, y bienvenida a este espacio. Los sueños son mensajes, caminos, senderos y puentes que nos dicen muchas cosas. Hay que escucharlos con atención.
Preciosa y apropiada imagen la de Yerka, siempre tan onírico. Se adapta bien a tu barca.
La cama de mi infancia no era una barca, pero si que flotaba en el vacío. La recuerdo entre nubes... y creo que sigo en ellas ¡jeje!.
En el fondo, creo que flotar en el vacío o entre nubes, es otra forma de navegación vital... hacia ese origen o ese destino que citas en tu entrada. La vida es un viaje de destino incierto e inevitable a un tiempo, casi siempre lleno de sorpresas. Me alegra que el Sr. Druida esté en un momento dulce, donde sus sueños se mezclan con la vida. Le deseo que siga fluyendo...
Sí, Cristal, Yerka sabe mezclar bien los símbolos. Me lo descubrió Liz, que también pinta sueños, y lo hace maravillosamente. ¿La cama de tu infancia era una nave espacial?... Pues tú sí que viajas lejos. Sí, amiga de dragones, mi vida está en un momento dulce. Y la culpa es de los dragones y de mi chica. El amor tiene estas cosas.
Hoy, pasar por este espacio resulta muy gratificante: se respira oxígeno y esperanza. Y como son bienes escasos, se agradecen...
ResponderEliminarQué entrada más total, desde la imagen, pasando por tu narración hasta la canción de Dulce Pontes.
ResponderEliminarYo creo que donde la Tierra es madre la mar es muerte, aunque también es principio.
Un abrazo.
Antonio...
ResponderEliminarSuperficie y (profundid/volunt)ad, mi mar y mi más, reconciliando en el vaivén su idiosincracia. Su sal. Solo yo y sola ella, a mar ausente, más cerca. Madurando azul cristal...
Besos.
Bien, Luis Antonio, me alegra saber que lo has visto de esa manera.
ResponderEliminarLa verdad es que intento escribir sólo sobre cosas positivas, para las negativas ya están los periódicos.
Saludos.
MJ, ¡hola!
ResponderEliminarPues no sé bien quién es la madre, si la tierra o la mar, aunque me inclino a creer que ambas lo son, indisolublemente.
Un abrazo, poeta.
Eso es, Eli, "azul cristal", que es el color de los sueños.
ResponderEliminarBesos.
Sentí mucha paz al imaginarme en una barca mecida por las olas del mar... tienes razón, es lo más parecido a una madre.
ResponderEliminarUn abrazo,
Blanca
Mucha serenidad en ese lecho sobre el mar. Tiempo habrá de enfrentarnos a las tormentas.
ResponderEliminarDulce esa chica siempre.
Besos
Antonio:
ResponderEliminar¡Qué placer leerte!
Esta Entrada me ha fascinado.
navegar es vivir, es cierto.
Navegar en una barca, navegar en la imaginación, navegar en el sueño, y ¡navegar en Internet! Porque aquí encontramos compañeros fabulosos de embarcación, como tú.
Sigue, por favor, recordando momentos preciosos y compartiéndolos con nosotros en tu Cuaderno Navegante.
Un beso bogador.
Y feliz Domingo
Que bello que los sueños sigan haciéndose realidad..y aunque no se realicen lo maravilloso de ellos es que podemos seguir soñando..besos
ResponderEliminarHola, Blanca.
ResponderEliminarSí, eso es lo que sentía, me rodeaban las sombras de la noche y los múltiples peligros que allí pudiera haber, pero al mismo tiempo sentía como una seguridad, una protección. Tal vez, la madre.
Un abrazo.
Hola, Virgi.
ResponderEliminarNunca, en esos ensueños, hubo tormentas, pero sí estaba la sensación de peligro. Al fin y al cabo, una cama no es una "barca" muy segura...
"Dulce esa chica siempre", dices. Si te refieres a mi chica, sí, es muy dulce.
Besos.
Muchas gracias, amiga Liz.
ResponderEliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado. "Navegar es vivir", y lo único importante es seguir en la brecha, desplegar las velas y acertar con el rumbo.
¡Y ojalá el viento sea favorable!
Un abrazo, amiga pintora de sueños.
Hola, Doña, y bienvenida a este espacio.
ResponderEliminarLos sueños son mensajes, caminos, senderos y puentes que nos dicen muchas cosas. Hay que escucharlos con atención.
Besos.
Preciosa y apropiada imagen la de Yerka, siempre tan onírico. Se adapta bien a tu barca.
ResponderEliminarLa cama de mi infancia no era una barca, pero si que flotaba en el vacío. La recuerdo entre nubes... y creo que sigo en ellas ¡jeje!.
En el fondo, creo que flotar en el vacío o entre nubes, es otra forma de navegación vital... hacia ese origen o ese destino que citas en tu entrada. La vida es un viaje de destino incierto e inevitable a un tiempo, casi siempre lleno de sorpresas.
Me alegra que el Sr. Druida esté en un momento dulce, donde sus sueños se mezclan con la vida. Le deseo que siga fluyendo...
Sí, Cristal, Yerka sabe mezclar bien los símbolos.
ResponderEliminarMe lo descubrió Liz, que también pinta sueños, y lo hace maravillosamente.
¿La cama de tu infancia era una nave espacial?... Pues tú sí que viajas lejos.
Sí, amiga de dragones, mi vida está en un momento dulce.
Y la culpa es de los dragones y de mi chica. El amor tiene estas cosas.
Un abrazo.