No todo en el universo es claro y luminoso. Esto lo saben hasta los más tontos. Lo que otros llaman oscuridad, maldad o demonio, yo lo llamo la ponzoña, el veneno.
Pero también quiero apuntar que hay como una corriente en el universo, una fuerza, un camino… Si te juntas a esta corriente, si andas por esta vía, al veneno ese le resulta mucho más difícil tocarte.
Y no estoy hablando de dios, que es (para mí) un personaje demasiado concreto para ser cierto. Hablo más bien de lo que Castaneda definía como “el lado activo del infinito”, o de lo que algunos antiguos chinos nombraban como el Tao.
A.C.
(22 de noviembre, 2006)
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