Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







jueves, 3 de enero de 2013

El lobo del cuaderno



Una tarde de invierno, en la dorada plaza de Salamanca, dos amigos conversaban tranquilamente ante unas humeantes tazas de café...

-Oye, ¿sabes algo del lobo del cuaderno? Hace ya mucho que no sé nada de él.
-¿El lobo del cuaderno?
-Sí, hombre, el del cuaderno nocturno.
-Ah, H. Martín. Sí, creo que anda viajando por ahí, buscando lugares solitarios y leyendo nubes, que es lo suyo.
-¿Leyendo nubes?
-Sí, ya sabes que Antonio está algo loco...
-Sí, es verdad, algo loco sí que está el hombre, pero siempre ha sido así.
-Cierto, pero a veces ha escrito cosas memorables. A mí por lo menos me gustan; me gusta entonces su estilo y en ocasiones dice cosas que me han llegado.
-Estoy de acuerdo, aunque últimamente...
-Ya, bueno, ya sabes que sus circunstancias desde hace algunos meses no son precisamente favorables...
-Sí, ya sé. A ver si se le arreglan pronto.
-Por cierto, ahora recuerdo lo que me dijo la última vez que le ví.
-Cuenta, cuenta.
-Pues, recordando al I Ching, me dijo que la vida es cambiante, y que no hay que forzar las cosas, porque todo viene a su debido tiempo, aunque añadió que había que dar aquellos pasos que la vida nos indica. Y que él estaba dispuesto.
-Quizá por eso está ahora "leyendo nubes", como decías.
-Sí, como buen soñador, Martín siempre ha sido amigo de las nubes. Y, quién sabe, quizá sea cierto que sepa leer algo en esas formas que a nosotros sólo llegan a transmitirnos sensaciones de tipo estético.
-Puede ser. La verdad es que a mí también me ha impresionado más de una vez el amigo Antonio con eso que él llama sus "claridades". Esa faceta casi mística tiene en ocasiones atisbos de un extraño conocimiento.
-Sí, así es. Es lo que él suele denominar "conocimiento intuitivo". Lo malo de esto, en su caso, es que no lo controla, no lo domina, y a menudo olvida asuntos importantes, que poco tiempo atrás tenía muy claros.
-El amigo H. Martín también es cambiante, jeje. Más bien, variable, diría yo.
-Sí, y seguramente por eso anda ahora por ahí intentando descifrar el lenguaje de las nubes.
-Pues le deseo lo mejor, y que vuelva pronto.
-También yo. Ojalá le veamos cualquier tarde aparecer por esta misma plaza, para contarnos sus viajes, sus pensamientos y sus sueños.
 
Los amigos siguieron conversando, mientras el aire danzaba sinuosamente en el centro de la plaza, y las luces azules y ambarinas iban siendo abrazadas por las suaves sombras del anochecer. En el ancho cielo, las nubes escribían sus frases de espuma y agua, con letras que sólo los expertos caminantes, los buenos soñadores, sabían leer...

6 comentarios:

  1. Los soñadores son la esperanza de este mundo.

    Descansa, sé feliz sobre todas las cosas y feliz 2013.

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  2. Así lo creo yo también, amiga. Y aunque no me considero esperanza de nada, está claro que soy un soñador. Nací con esa particularidad, y soñar ha sido siempre para mí la vía principal para sentirme vivo.

    Lo mismo te deseo, Butter. Que tengas un feliz año. Un abrazo.

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  3. Hermosa conversación. Leer las nubes, leer las almas, leer los propios renglones en la soledad de uno mismo, es buscar el sentido y la belleza de la vida, el por qué de nuestro discurrir. Es, sin lugar a dudas, algo muy importante; de una importancia esencial y mística.

    Sigue viviendo, aprendiendo, aguantando los embates, disfrutando de las breves perlas de rocío que son los instantes de felicidad.

    Te deseo un feliz 2013. Tu primera andadura del año en el blog ha sido muy acertada.

    Jose Hijo

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  4. Sí, Jose: leer las nubes, intentar descifrar el lenguaje mágico de la vida, ese antiguo, prístino lenguaje, que aunque no sepamos verlo siempre nos está diciendo cosas importantes.

    Feliz año, amigo, y un fuerte abrazo.

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  5. Me gusta este ejercicio de imaginar a otros hablando de ti. Es un buen "desdoble" y una proyección a otro plano. Muy bonito, Antonius.
    Le deseo al Lobo del Cuaderno un buen caminar y soñar en el año que comienza. Por acá nos seguimos leyendo.
    Cuídate.
    Un beso

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  6. Es un buen ejercicio, amiga, porque te alejas de ti mismo para al mismo tiempo acercarte, desde otra perspectiva.
    Gracias por tu buen deseo. Pero necesito saber qué problemas tienes ahora para publicar, porque se te echa de menos.

    Un abrazo azul noche, pintora de sueños.

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