Que la vida es un camino lo sabemos todos, pero hay diferentes formas de ver, de sentir y pensar ese camino, distintos modos de vivirlo... Yo ahora reconozco dos: la del mundo y la del sueño.
Cuando mi mirada encaja en la primera, en la del mundo, la verdad es que no veo gran cosa, más allá de una cotidianidad vulgar y anodina que no va a ninguna parte. Sé que detrás de un amanecer hay un día, con su mañana y su tarde, con sus horas, lentas o veloces, cortas o largas, en las que encontraré las mismas esquinas de piedra de ayer y me cruzaré con parecidas sombras. Y luego, durante la noche, cuando los pensamientos se alargan, se ahondan y quieren ver más allá de la rutina, sigue pasando lo mismo: dos más dos siguen siendo cuatro, una pared es una pared, una mesa es una mesa y después de las nueve vienen las diez... Es como una película que se repite. Y la sensación que te queda es como de vacío, como si nada tuviera sentido, como si todo fuera un laberinto absurdo. Miro mi cara en el espejo y me digo: ¿pero aún estás aquí?
La luna en el cielo nocturno, entre nubes y estrellas, es sólo un círculo iluminado que no dice nada, un simple satélite, una gran piedra redonda que cuelga de hilos invisibles que llaman gravedad, un desierto blanco que flota allí arriba, no se sabe para qué...
Y si me acerco a un libro, uno de esos tesoros que duermen en los estantes, sólo veo un objeto mudo con signos extraños que no sé qué quieren decirme. Leo, entiendo las palabras, las frases, la entonación, pero todo me parece la canción de un loco: ¿de qué me está hablando este hombre?...
Eso es porque la mirada del mundo es incapaz de percibir la música, porque sólo reconoce el ruido. La mirada del mundo ve la vida a cuadros, en facetas, suma y resta, multiplica y divide, y al final le salen siempre las cuentas, en positivo o en negativo, pero esas cuentas no le dicen nada, nada que merezca la pena. Y todo se siente como un remolino de detalles sin aliento, como un mosaico sin vida. La mirada del mundo es cuadrada, vacía, gris...
Pero, afortunadamente, está también la otra mirada, la del sueño. Algo que no siempre podemos escoger, pero que a veces viene a nosotros, como un pájaro de otro mundo que nos prestase sus ojos.
Y entonces vemos las cosas de otra manera... La Tierra no es una bola que da vueltas sin sentido en medio de la nada. Los días y las noches no están llenos de horas iguales, las esquinas no son sólo de piedra, también de miel y almendras, y las puertas cerradas se abren con sólo tocarlas, porque tenemos una llave invisible que reconocen.
Entonces podemos estar sentados o caminando y a cada paso o a cada latido escuchar una música interior, secreta, que nos habla y emociona. La música del sueño. Y cualquier horizonte o cualquier calle es un umbral abierto que nos llama.
La Luna no es ningún círculo iluminado y lejano, sino una amiga que brilla con luz propia, escucha nuestras historias y nos cuenta sus secretos. Una amiga blanca que a veces nos sonríe.
Cuando con esta mirada abrimos uno de nuestros libros, esos pequeños tesoros de papel y rosas, ya no vemos letras extrañas, sino violines que danzan, nubes serenas, bosques y montañas, ríos y valles, y todo, todo nos parece posible, porque escuchamos la voz de quien lo escribió y sentimos cercana su presencia, la presencia mágica del amigo. Las horas se transforman en oro, en ese oro que hay al final del arco iris.
Y los puentes bailan con la brisa.
Cualquiera me podría decir que todo esto que digo es mentira, pero... soy un soñador, y esta es mi mirada.
Dos hemisferios aurigas, peleándose las riendas de una biga, en que la vida transita. Dos ruecas que triangulizan lo que la rueda imagina. Dos fugas, curvan al caracol en direcciones distintas. Y de una canción partída, es que nace la Poesía.
Un fuerte abrazo a quien ilumina muros con su nocturna grafía.
Si hay visiones y visiones de lo que es la realidad, ¿por què no elegir aquella que nos brinde màs oportunidades de entender la totalidad de la vida? Yo creo que hay miradas míopes y miradas que abarcan lejanos horizontes...
Creo que el 'viaje' es más emocionante con la segunda mirada ;)
Eso es exactamente lo que pienso, amiga maga Isis. Entre la mirada del mundo y la del sueño, elijo, por supuesto, la segunda, por eso que dices de que abarca más horizontes. Y porque con esa segunda mirada se siente uno mucho más vivo.
Perdona si últimamente no me paso por tu casa para leerte y comentar, pero es que me falta tiempo. Entre quehaceres cotidianos y ensueños se me van las horas como el agua. Pero siempre te recuerdo, y me gusta saber que estás ahí y que sigues desplegando tus sabios embrujos en la noche.
Don Antonio, yo, que me reconozco un negado para los sueños (sueño poco o, si lo hago, no suelo recordarlos al despertar), he disfrutado y me he elevado con tan hermoso texto. Lo he leído y releído. Y le he tenido por momentos envidia (no sé si sana). Siga disfrutando en brazos de Morfeo, y háganos disfrutar con su palabra. Así, posiblemente, también me acercará a mí hasta esos mares oníricos que tan bien describe.
Es un gusto constatar que tenemos aficiones comunes. Estoy de acuerdo contigo, sólo que hay un detalle: el mundo "real" no siempre es tan plano y aburrido, pues abre Puertas al universo de la ensoñación constantemente. Una obra de arte, por ejemplo, un atardecer, la sonrisa de un enamorado, un libro, la misma computadoraetc... son objetos de esta Realidad que nos "disparan" frecuentemente a otros niveles. ¡Qué bueno que sea así!
Un beso, desde ambos planos, hasta tu Árbol Azul y también hasta tu piso madrileño, jeje
Perdone, pero "don Antonio" es usted, que es más mayor, jeje (eso creo). De todas formas, que me diga que este texto le ha provocado cierta "envidia" es para mí una adulación, porque el poeta es usted, no yo. Pero, gracias. Y me alegra saber que le ha gustado mi texto y que lo ha disfrutado. Sobre lo de soñar y recordar los sueños, le diré que durante la noche me despierto a menudo, o sea que no duermo de seguido, así que me encuentro con imágenes muy claras del sueño que acabo de vivir.
Por supuesto, querida amiga Liz. Entre la mirada del mundo y la del sueño hay muchos puentes. Afortunadamente, ambas miradas no están cerradas, sino abiertas, porque la vida siempre es múltiple y todo está interrelacionado. Puedes estar haciendo cualquier asunto cotidiano y vulgar y de pronto se te cuela un brillo de magia. Pero para eso hay que tener una mirada amplia, una mirada que abarque varios horizontes, una mirada libre. Yo la llamo la mirada del sueño.
Ayy!!! no sabía que había otra mirada que no fuera la del sueño!!¿A qué se llama realidad entonces?. Estoy placenteramente confundida. Dicen que es una necedad negar la realidad...pero yo siento que no la niego, simplemente tengo otra. Un abrazo.
si no nos viéramos desde ese otro lado, con esa otra mirada, ninguno de nosotros andaría por aquí, ninguno de nosotros se hubiera conocido. un placer esta entrada, Antonio,realmente de ensueño!
A veces nuestros días se repiten en un sin-sentido. A veces todo encaja como en puzzle, sin faltar ni sobrar ninguna pieza.
Tu texto me ha recordado a la película "Atrapado en el Tiempo" donde el protagonista repite una y otra vez su rutinario día hasta que aprende a ver la magia en su entorno, hasta que evoluciona, hasta que se toma todo en serio y como un juego. Eso es la vida un juego de luces y sombras, donde aprendemos que después de la tempestad siempre, siempre, llega la calma.
Así es, Silvia, es esa mirada la que hace que nos acerquemos, porque es una mirada compartida y amable. Es como una luz, como un faro para los caminantes que navegamos por este océano.
Luces y sombras, sí, así es la vida, pero hay que saber mirar para distinguir. Porque muchas veces la luz no está en la luz misma sino oculta en una sombra. Y quien no sabe mirar no ve nada importante, ni en la tempestad ni en la calma, sólo viento y agua en la primera y rutina y aburrimiento en la segunda. Por eso digo que la mirada del mundo es gris y vacía.
Esa realidad que nos envuelve es un laberinto dominado por una mirada en concreto, la mirada del mundo. Y a la vista está que no es nada grata. Por eso defiendo la otra mirada, la del sueño. No se trata de engañarse con fantasías, se trata de no perderse los tesoros ocultos que hay en cada rincón, o en muchos de ellos.
Dos hemisferios aurigas, peleándose las riendas de una biga, en que la vida transita. Dos ruecas que triangulizan lo que la rueda imagina. Dos fugas, curvan al caracol en direcciones distintas. Y de una canción partída, es que nace la Poesía.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a quien ilumina muros con su nocturna grafía.
Valió la pena la espera. Ha vuelto el extraño con fuerza inusitada y su claridad nos alumbra. Diría que se nos ha hecho de día.
ResponderEliminarLe ruego que deje a su mirada seguir soñando pero no se olvide de situarnos primero, es fantástico ver la diferencia.
Me ha dejado vd. sin aliento Sr.Druida. Gracias por compartir su mirada.
Si hay visiones y visiones de lo que es la realidad, ¿por què no elegir aquella que nos brinde màs oportunidades de entender la totalidad de la vida? Yo creo que hay miradas míopes y miradas que abarcan lejanos horizontes...
ResponderEliminarCreo que el 'viaje' es más emocionante con la segunda mirada ;)
besos miles querido amigo..
Gracias, Eli.
ResponderEliminarComo siempre, tus comentarios son un regalo para el alma de este caminante.
Un abrazo.
Sí, Cristal, parece que ha vuelto "el extraño". ¡Ya era hora! jaja.
ResponderEliminarGracias a ti, por pasear tu mirada de cristal por estas humildes letras.
Saludos hasta Nunca Jamás.
Eso es exactamente lo que pienso, amiga maga Isis.
ResponderEliminarEntre la mirada del mundo y la del sueño, elijo, por supuesto, la segunda, por eso que dices de que abarca más horizontes. Y porque con esa segunda mirada se siente uno mucho más vivo.
Perdona si últimamente no me paso por tu casa para leerte y comentar, pero es que me falta tiempo. Entre quehaceres cotidianos y ensueños se me van las horas como el agua. Pero siempre te recuerdo, y me gusta saber que estás ahí y que sigues desplegando tus sabios embrujos en la noche.
Besos de luna, maga amiga.
Es la libertad infinita que nos regala la imaginación. ¡Hermosa entrada!
ResponderEliminarHola, Persis.
ResponderEliminarSí, es un regalo la imaginación y su libertad, y de ese regalo ha salido lo mejor de este mundo.
Saludos desde la mirada del sueño.
Don Antonio, yo, que me reconozco un negado para los sueños (sueño poco o, si lo hago, no suelo recordarlos al despertar), he disfrutado y me he elevado con tan hermoso texto. Lo he leído y releído. Y le he tenido por momentos envidia (no sé si sana). Siga disfrutando en brazos de Morfeo, y háganos disfrutar con su palabra. Así, posiblemente, también me acercará a mí hasta esos mares oníricos que tan bien describe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermano Soñador:
ResponderEliminarEs un gusto constatar que tenemos aficiones comunes.
Estoy de acuerdo contigo, sólo que hay un detalle:
el mundo "real" no siempre es tan plano y aburrido, pues abre Puertas al universo de la ensoñación constantemente. Una obra de arte, por ejemplo, un atardecer, la sonrisa de un enamorado, un libro, la misma computadoraetc... son objetos de esta Realidad que nos "disparan" frecuentemente a otros niveles.
¡Qué bueno que sea así!
Un beso, desde ambos planos, hasta tu Árbol Azul y también hasta tu piso madrileño, jeje
Perdone, pero "don Antonio" es usted, que es más mayor, jeje (eso creo).
ResponderEliminarDe todas formas, que me diga que este texto le ha provocado cierta "envidia" es para mí una adulación, porque el poeta es usted, no yo. Pero, gracias.
Y me alegra saber que le ha gustado mi texto y que lo ha disfrutado.
Sobre lo de soñar y recordar los sueños, le diré que durante la noche me despierto a menudo, o sea que no duermo de seguido, así que me encuentro con imágenes muy claras del sueño que acabo de vivir.
Un abrazo, señor poeta amigo.
Por supuesto, querida amiga Liz.
ResponderEliminarEntre la mirada del mundo y la del sueño hay muchos puentes. Afortunadamente, ambas miradas no están cerradas, sino abiertas, porque la vida siempre es múltiple y todo está interrelacionado.
Puedes estar haciendo cualquier asunto cotidiano y vulgar y de pronto se te cuela un brillo de magia.
Pero para eso hay que tener una mirada amplia, una mirada que abarque varios horizontes, una mirada libre. Yo la llamo la mirada del sueño.
Un abrazo, pintora de sueños.
Ayy!!! no sabía que había otra mirada que no fuera la del sueño!!¿A qué se llama realidad entonces?.
ResponderEliminarEstoy placenteramente confundida.
Dicen que es una necedad negar la realidad...pero yo siento que no la niego, simplemente tengo otra.
Un abrazo.
si no nos viéramos desde ese otro lado, con esa otra mirada, ninguno de nosotros andaría por aquí, ninguno de nosotros se hubiera conocido.
ResponderEliminarun placer esta entrada, Antonio,realmente de ensueño!
mil besos,con la luna en la cara*
LUCES Y SOMBRAS.
ResponderEliminarA veces nuestros días se repiten en un sin-sentido. A veces todo encaja como en puzzle, sin faltar ni sobrar ninguna pieza.
Tu texto me ha recordado a la película "Atrapado en el Tiempo" donde el protagonista repite una y otra vez su rutinario día hasta que aprende a ver la magia en su entorno, hasta que evoluciona, hasta que se toma todo en serio y como un juego. Eso es la vida un juego de luces y sombras, donde aprendemos que después de la tempestad siempre, siempre, llega la calma.
Te dejo un beso!
En estos momentos, cualquier mirada es más gratificante que la que pueda dirigirse a la realidad que nos envuelve...
ResponderEliminarUn cordial saludo
Muy bien, Vico.
ResponderEliminarEfectivamente, no estás "negando" la realidad, sino que la ves con otros ojos, con otra mirada, y eso la transforma.
Un abrazo.
Así es, Silvia, es esa mirada la que hace que nos acerquemos, porque es una mirada compartida y amable. Es como una luz, como un faro para los caminantes que navegamos por este océano.
ResponderEliminarBesos, amiga lejana que mira desde ese otro lado.
Recibo tu beso, Malvada Bruja, gracias.
ResponderEliminarLuces y sombras, sí, así es la vida, pero hay que saber mirar para distinguir. Porque muchas veces la luz no está en la luz misma sino oculta en una sombra.
Y quien no sabe mirar no ve nada importante, ni en la tempestad ni en la calma, sólo viento y agua en la primera y rutina y aburrimiento en la segunda. Por eso digo que la mirada del mundo es gris y vacía.
Un beso, Bruja.
Hola, Luis Antonio.
ResponderEliminarEsa realidad que nos envuelve es un laberinto dominado por una mirada en concreto, la mirada del mundo. Y a la vista está que no es nada grata.
Por eso defiendo la otra mirada, la del sueño.
No se trata de engañarse con fantasías, se trata de no perderse los tesoros ocultos que hay en cada rincón, o en muchos de ellos.
Un saludo.