¿También te ocurre a ti que, muchas veces, en medio de estruendosas diversiones, en una alegre sala, en una fiesta, te tienes que callar y huir de pronto?
Te echas después, sin sueño, sobre el lecho, como quien sufre una desgracia súbita; risa y placer como humo se disipan y lloras sin razón... ¿También te ocurre?
Hermann Hesse
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- Un Bel Di Vedremo
- Madame Butterfly
- Puccini
- voz: Maria Callas
Si... Eso tambièn me ocurre a mì... Pero creo que son etapas y momentos de èsta vida, que a veces (solo a veces) no es còmo uno quisiera.
Si me lo permites Antonio, hoy hago mìa èsta entrada, tiene tantos detalles e imagenes, asì como mùsica, que han marcado momentos tan importantes en mi vida. Nota: Cada una de tus entradas son admirables, pero de todas hasta hoy... Me quedo con èsta!
Buen fin de semana!! Besos de Madame Butterfly! :XD
Pocas veces tengo que huir porque rara vez estoy. Soy una persona solitaria. A veces huyo de mi y me voy a llorar con la multitud, con la risa, con la fiesta. Hay unos versos de Becquer que dicen más o menos: tengo alegre la tristeza y triste el vino. Así me he sentido en alguna de esas ocasiones en las que he ido a festejar mi pena.
No entiendo nada de opera, pero me ha conmovido María.
Me ocurre de forma diferente...Gente que ríe, y yo no entiendo de qué. Gente que se divierte cuando a mí lo que hay a mi alrededor me aburre. Y me encojo de hombros, y pienso, este Aquelarre no es para tí. Me voy. Me estiro en la cama y pienso: "Debo ser muy rara".
En mi caso...las "estruendosas diversiones" me hacen perder el límite entre lo que soy yo y lo que no... por eso las evito...tienen un no se qué que me entristece.... Un abrazo.
Claro que me ocurre, Antonio querido. Me resulta difícil, a veces, compaginar mis deseos de departir en grupos o en sociedad con mis deseos de soledad y silencio... Creo que nos sucede a todos, en mayor o menor medida.
Un abrazo, y felicidades por la ilustración tan bella, así como la música.
Yo, Silvia, ya no ando por entre la gente. La última vez que salí a la calle me golpeé con una farola porque iba mirando a las nubes. Jejeje. Y el llanto lo guardo en una cajita de madera de sándalo, de la cual he perdido la llave.
Sabes amigo... Siempre he sentido que el alma añora algo... Con una nostalgia profunda e indescriptible. Tiene un poco de tristeza pero no es tristeza nada más. Es algo más azul, más insondable.. como el silencio del mar.
Tal vez Platón tenía razón y eso que el alma añora sea su origen..
Solo así entiendo esa súbita nostalgia que nos hace llorar sin razón... Que nos hala hacia un instante a solas y cuando se produce esa reminiscencia, de algo que no sabemos bien identificar qué es... simplemente la emoción es tan ajena a este mundo que el cuerpo no la puede contener...
Pues entonces no hay duda, Amanecer: ¡la entrada es tuya!
Sí, efectivamente, son etapas y momentos. No siempre, por el hecho de ser especialmente sensibles, nos vamos a ir de una fiesta a llorar en un rincón. Es algo que sólo pasa algunas veces, cuando algo dentro nuestro se siente dolido...
Te entiendo perfectamente. Yo tampoco suelo "estar", por eso no me hace falta huir. Pero hace muchos años no tenía ese control, y me encontraba ante un abismo. Y también escapar de sí mismo y "diluirse" en la fiesta, es bueno, porque te libera. Aunque luego uno vuelva a su rincón, que es desde donde mira y se asombra del universo en que vive.
Lo de Becquer me resuena por dentro: porque mi tristeza canta, quizá irónicamente, pero canta. Y mi vino se vuelve con facilidad "oscuro" y meditabundo. In vino veritas.
Tampoco entiendo de ópera, pero Maria Callas es impresionante.
Gracias de corazón por eso de "mago de la noche". Me llega, porque es mi más íntimo deseo.
Malvada Bruja del Norte, ¡es que eres muy rara!... ¡Jajajaja!
Lo que cuentas lo he vivido montones de veces, pero eso es porque estamos en otra onda. Menos mal que nos queda la cama, la música, las letras y mirar por la ventana a la luna y las estrellas. Ese "aquelarre" sí que lo entendemos bien, ¿verdad?
Pues así es, Persis. Lo has dicho muy breve pero con mucho acierto. De eso precisamente es de lo que huimos en determinados momentos: de algo que nos quiere robar, que sentimos que nos anula como individuos.
No sé en realidad qué dice la letra de Madame Butterfly, pero aquí quien manda es el señor Inconsciente, y relacioné, no sé bien por qué, esa emotiva música con el poemita de Hesse. Quizás es que quiero convertirme en un Magister Ludi, un maestro del Juego de Abalorios, y ando haciendo mis "pinitos", jeje.
Pues, Vico, únete al club de los solitarios. Podemos decir que quien es sensible y quien suele pensar ve cosas que los demás no ven. Hay una pulsión natural por pertenecer a "la masa", pero nuestros paseos por otras dimensiones nos distinguen de la mayoría, y al final nos resulta muy difícil, o imposible, participar de sus "fiestas".
Yo mis fiestas las busco en otros sitios. Al principio duele un poco, pero luego te alegras de haber salido del rebaño...
Recuerda, Liz, que no soy yo quien pregunta, sino el Tío Hermann.
Cuando leí por primera vez este poema de Hesse me sentí acompañado, porque creía que eso sólo me pasaba a mí... Ahora lo veo lógico: Hesse no podía ser uno de esos que sueltan por la noche risotadas de cabra en medio de la calle (como el negrito que ahora mismo tengo que sufrir), sino un ser diferente, y el que es diferente tiene que tragar ciertos sufrimientos y soledades. Es así. Al principio se llora, pero se acaba riendo.
Isis: No sabía yo que tenía una "hermana" en Ecuador... ¡Jejeje! Así es amiga: "el alma añora algo". Mira: la primera vez que sentí algo así fue a la edad de ocho añitos. No entendía nada de lo que pasaba, pero ahí la vida me estaba indicando claramente que mi camino era otro. Lo que se siente en esos momentos es una claridad implacable de que no perteneces a la tribu. La sensación inmediata es de vacío y de soledad. Por eso se llora. Nunca se llora sin razón. El cuerpo sabe muy bien lo que hace. Lo que se siente es la nostalgia del verdadero hogar. Es mi forma de verlo, y estoy casi seguro de que es así.
Hola
ResponderEliminar¡¡muy bonito!!
un saludo
A veces
ResponderEliminarando
entre la
gente
como si
(yo)
fuera de
a
i
r
escapando
hacia
e
l
lanto.
(y Mme Buterfly!Y María!qué maravilla,amigo!)
Mil besos!
A mi no me a ocurrido pero no tiene que ser agradable.Un abrazo
ResponderEliminarSi... Eso tambièn me ocurre a mì...
ResponderEliminarPero creo que son etapas y momentos de èsta vida, que a veces (solo a veces) no es còmo uno quisiera.
Si me lo permites Antonio, hoy hago mìa èsta entrada, tiene tantos detalles e imagenes, asì como mùsica, que han marcado momentos tan importantes en mi vida.
Nota: Cada una de tus entradas son admirables, pero de todas hasta hoy... Me quedo con èsta!
Buen fin de semana!!
Besos de Madame Butterfly! :XD
Pues si, también a mi me ocurre. Un abrazo Antonio
ResponderEliminarPocas veces tengo que huir porque rara vez estoy. Soy una persona solitaria. A veces huyo de mi y me voy a llorar con la multitud, con la risa, con la fiesta. Hay unos versos de Becquer que dicen más o menos: tengo alegre la tristeza y triste el vino. Así me he sentido en alguna de esas ocasiones en las que he ido a festejar mi pena.
ResponderEliminarNo entiendo nada de opera, pero me ha conmovido María.
Besos, Antonio, mago de la noche.
Antonio, te presto a mi Rocinante o a su compañero Jumento, para que en esos momentos huyas a resolver entuertos, que haberlos haylos.
ResponderEliminarSaludos.
Me ocurre de forma diferente...Gente que ríe, y yo no entiendo de qué. Gente que se divierte cuando a mí lo que hay a mi alrededor me aburre. Y me encojo de hombros, y pienso, este Aquelarre no es para tí. Me voy. Me estiro en la cama y pienso: "Debo ser muy rara".
ResponderEliminarMe pasaba hasta que descubrí que era una reacción a algo que quería robar mi yo.
ResponderEliminarSaludos!!!!!!
De nuevo, excelente y emocionante combinación de letras y música amigo.
ResponderEliminarHesse y María, nada menos!
Preciosa esa ária de Butterfly.
Anda vd. inspirado Sr. Druida.
Abrazos.
En mi caso...las "estruendosas diversiones" me hacen perder el límite entre lo que soy yo y lo que no... por eso las evito...tienen un no se qué que me entristece....
ResponderEliminarUn abrazo.
Claro que me ocurre, Antonio querido.
ResponderEliminarMe resulta difícil, a veces, compaginar mis deseos de departir en grupos o en sociedad con mis deseos de soledad y silencio...
Creo que nos sucede a todos, en mayor o menor medida.
Un abrazo, y felicidades por la ilustración tan bella, así como la música.
Gracias, Jose Jaime.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo, Silvia, ya no ando
ResponderEliminarpor entre
la gente.
La última vez
que salí a la calle
me golpeé con una farola
porque iba mirando
a las nubes.
Jejeje.
Y el llanto lo guardo en una cajita
de madera de sándalo,
de la cual he perdido
la llave.
Un abrazo alegre.
sisisisisisi....
ResponderEliminar¿Qué se llama eso????
;)
Sabes amigo... Siempre he sentido que el alma añora algo... Con una nostalgia profunda e indescriptible. Tiene un poco de tristeza pero no es tristeza nada más. Es algo más azul, más insondable.. como el silencio del mar.
Tal vez Platón tenía razón y eso que el alma añora sea su origen..
Solo así entiendo esa súbita nostalgia que nos hace llorar sin razón... Que nos hala hacia un instante a solas y cuando se produce esa reminiscencia, de algo que no sabemos bien identificar qué es... simplemente la emoción es tan ajena a este mundo que el cuerpo no la puede contener...
¿será eso???
besos miles amigo!!!
Hola, Luciérnaga.
ResponderEliminarNo es agradable, pero hay a quien le pasa eso.
A mí me ocurría de niño.
Un abrazo.
Pues entonces no hay duda, Amanecer: ¡la entrada es tuya!
ResponderEliminarSí, efectivamente, son etapas y momentos. No siempre, por el hecho de ser especialmente sensibles, nos vamos a ir de una fiesta a llorar en un rincón. Es algo que sólo pasa algunas veces, cuando algo dentro nuestro se siente dolido...
¡Besos alegres, mariposa!
Encantado de volver a verte, Milagros, después de tanto tiempo.
ResponderEliminarTen en cuenta que el poema no es mío, sino de Hermann Hesse.
Pero me atrevo a decir que el hecho de que te ocurra habla muy bien de ti.
Un abrazo.
Amiga Juanaazul:
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente. Yo tampoco suelo "estar", por eso no me hace falta huir. Pero hace muchos años no tenía ese control, y me encontraba ante un abismo.
Y también escapar de sí mismo y "diluirse" en la fiesta, es bueno, porque te libera. Aunque luego uno vuelva a su rincón, que es desde donde mira y se asombra del universo en que vive.
Lo de Becquer me resuena por dentro: porque mi tristeza canta, quizá irónicamente, pero canta. Y mi vino se vuelve con facilidad "oscuro" y meditabundo.
In vino veritas.
Tampoco entiendo de ópera, pero Maria Callas es impresionante.
Gracias de corazón por eso de "mago de la noche". Me llega, porque es mi más íntimo deseo.
Besos, Brujaazul.
Vale, Terry, me quedo con Rocinante, que aunque famélico siempre irá más deprisa que Jumento, jaja.
ResponderEliminar¿Para resolver entuertos hay que llevar lanza y espada?
Un abrazo, Don Terry.
Malvada Bruja del Norte, ¡es que eres muy rara!...
ResponderEliminar¡Jajajaja!
Lo que cuentas lo he vivido montones de veces, pero eso es porque estamos en otra onda. Menos mal que nos queda la cama, la música, las letras y mirar por la ventana a la luna y las estrellas.
Ese "aquelarre" sí que lo entendemos bien, ¿verdad?
Un abrazo brujo.
Pues así es, Persis.
ResponderEliminarLo has dicho muy breve pero con mucho acierto.
De eso precisamente es de lo que huimos en determinados momentos: de algo que nos quiere robar, que sentimos que nos anula como individuos.
Saludos.
Hola, Cristal.
ResponderEliminarNo sé en realidad qué dice la letra de Madame Butterfly, pero aquí quien manda es el señor Inconsciente, y relacioné, no sé bien por qué, esa emotiva música con el poemita de Hesse.
Quizás es que quiero convertirme en un Magister Ludi, un maestro del Juego de Abalorios, y ando haciendo mis "pinitos", jeje.
Gracias por lo de "inspirado".
Un abrazo, hada.
Pues, Vico, únete al club de los solitarios.
ResponderEliminarPodemos decir que quien es sensible y quien suele pensar ve cosas que los demás no ven.
Hay una pulsión natural por pertenecer a "la masa", pero nuestros paseos por otras dimensiones nos distinguen de la mayoría, y al final nos resulta muy difícil, o imposible, participar de sus "fiestas".
Yo mis fiestas las busco en otros sitios. Al principio duele un poco, pero luego te alegras de haber salido del rebaño...
Un abrazo.
Recuerda, Liz, que no soy yo quien pregunta, sino el Tío Hermann.
ResponderEliminarCuando leí por primera vez este poema de Hesse me sentí acompañado, porque creía que eso sólo me pasaba a mí...
Ahora lo veo lógico: Hesse no podía ser uno de esos que sueltan por la noche risotadas de cabra en medio de la calle (como el negrito que ahora mismo tengo que sufrir), sino un ser diferente, y el que es diferente tiene que tragar ciertos sufrimientos y soledades. Es así. Al principio se llora, pero se acaba riendo.
Un gran abrazo, pintora diferente.
Isis:
ResponderEliminarNo sabía yo que tenía una "hermana" en Ecuador... ¡Jejeje!
Así es amiga: "el alma añora algo". Mira: la primera vez que sentí algo así fue a la edad de ocho añitos. No entendía nada de lo que pasaba, pero ahí la vida me estaba indicando claramente que mi camino era otro.
Lo que se siente en esos momentos es una claridad implacable de que no perteneces a la tribu. La sensación inmediata es de vacío y de soledad. Por eso se llora.
Nunca se llora sin razón. El cuerpo sabe muy bien lo que hace.
Lo que se siente es la nostalgia del verdadero hogar.
Es mi forma de verlo, y estoy casi seguro de que es así.
Besos, amiga maga.