Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







viernes, 16 de septiembre de 2011

Entre dos sueños...



Es difícil de asumir, y cuesta hasta creerlo... Me parecía que hacía tan sólo unos días, una semana a lo sumo, que había escrito la página anterior, pero no, resulta que ya ha pasado un mes. Todo un mes, treinta días sin memoria, como treinta sombras en la pared de la noche. ¿Es esto la vida? ¿Paseamos como fantasmas por un camino imaginario que apenas percibimos, del que apenas tenemos noción ni recuerdo?
No, seguramente no es así. Seguramente esto forma parte de mi mundo personal, de mi ya vieja calidad de medio sombra, de ser fantasmal y huidizo que hace tiempo se perdió entre dos sueños...


Antonio H. Martín
(Diario de un obstinado - 28 de mayo, 1991)




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imagen: AHM
música: Cluster One, por Pink Floyd

14 comentarios:

  1. Amigo Antonio, creo que la percepción del paso del tiempo va con la edad, cuando eramos niños un verano era eterno, ahora es cosa de un plis, plas...Las cosas son así, una espera que lleguen determinados acontecimientos con ansiedad, porque quiere disfrutar de ese día y cuando llegan, son tan efímeros que apenas tienes tiempo dedifrutarlos. No creo que exista ningún remedio para esto, salvo el de intentar no pensar en ello....quizás esa sea el mejor remedio... Lo que se puede hacer es intentar aprovechar al máximo cada momento, pensando en que no habrá otro igual y guardarlo en el baul seguro de nuestros recuerdos.
    Un saludin

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  2. Se me olvido decirte que el video es precioso. Solamente por oir la musica y los videos que pones ya merece la pena entrar en tu blog.
    Otro saludin.

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  3. Sí, pasa la vida entre los recuerdos de un pasado que se desvanece a la voz de ya... y la entelequia de un futuro, que nunca llega por que termina por convertirse en presente irremisiblemente.
    Dice la cábala que sólo existe el momento que percibimos. Y yo me pregunto hasta que punto, más allá de la intuición... somos capaces de entrever lo que nos concierne.

    Quizás la vida sea una sucesión de sombras y sorpresas en la pared del tiempo.

    Quien sabe... Un abrazo, amigo

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  4. Así es, Malú, la percepción del tiempo varía según las etapas de la vida. Cada edad tiene su propia velocidad, se podría decir.
    Cuando escribí esa nota, me asombraba de que hubiera pasado un mes, cuando creía que era mucho más reciente, y eso era porque estaba viviendo una sitación enajenada...
    Y es cierto lo que dices: cuando llegan esos ciertos momentos, nos parecen demasiado cortos, y es porque, en comparación con los otros, son, efectivamente, demasiado cortos. Vivirlos al máximo es la mejor fórmula, por supuesto, y luego guardarlo en nuestro almario.

    Me alegra saber que te gustan los vídeos y la música.

    ¡Saludines desde la vecina Cantabria!

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  5. Hola, Crystal.

    Es sabia la cábala, por supuesto. Lo único que existe de verdad para el ser humano es aquello que percibe. Lo demás son sólo nebulosas y conjeturas, sin una realidad efectiva, que es lo que nos interesa como seres vivos.
    Llegar a discernir dentro de ese momento percibido, es harina de otro costal, y depende, imagino, de la visión de la que seamos capaces.

    ¿La vida, una sucesión de sombras y sorpresas en la pared del tiempo? Sí, por lo que sé, por lo que he vivido, es tal que así. Y el secreto, la fórmula mágica está en saber ser lo bastante rápido para esquivar las sombras y atrapar las buenas sorpresas.

    Un abrazo, amiga hada, y gracias por tu visita.

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  6. A veces, la vivencia de los sueños es tan intensa y significativa, que llega a impactarnos más que los hechos reales cotidianos.
    Me ha sucedido muchas veces que cuando empiezo a soñar, "reconozco" perfectamente el lugar y sé con certeza que estoy retomando el hilo de otro sueño anterior. ¿No te ha pasado eso a ti? Sucede, en tales casos, que a uno le parece más trascendente eso que está viviendo en el plano onírico que los sucesos ordinarios...
    Podría ser, Antonio, que eso te hubiera sucedido entre los dos sueños que citas. No lo sé, definitivamente es algo misterioso. Pero ciertamente muy interesante.

    Te dejo un saludo pensativo, mientras resuenan en mis oídos las entrañables notas de Pink Floyd que has traído contigo.

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  7. A veces es bueno hacer un alto en el camino :-)))

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  8. Amigo mío, no hay que preocuparse más de lo debido!

    El tiempo es algo bastante relativo, y su ralentización sólo es cuestión de nuestro humor y nuestras tareas. A veces incluso síntoma de que estamos vivos.

    Entonces, ¿qué más pudiste/puedes pedir?

    Un gran beso, Antonio.

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  9. A mi Antonio, el tiempo me pasa tan rápido que me despeina; a veces pienso si no me estaré perdiendo la mitad de mi camino...¡Es imposible vivir tanto en un tiempo tan cortooooo!

    Besitos volados despeinados.

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  10. No es con ese sentido que mencionas, Liz, con el que escribí entonces lo de "se perdió entre dos sueños"... Pero, por supuesto, estoy de acuerdo contigo en que el mundo onírico tiene muchas veces más fuerza que el llamado real. Siempre lo he dicho: las vivencias más intensas y mejores las he tenido en sueños, y cuando algo me ha llegado especialmente en la vida real, ha sido porque entroncaba con algún sueño.
    Incluso he llegado a pensar que sería una muy buena forma de irse, la de perderse en algún buen sueño, de esos que tanto nos encantan...

    Un abrazo, amiga pensativa y soñadora.

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  11. Sí, Malvada, pero no es de eso de lo que me quejaba entonces, sino más bien de hacer un bajo en el camino, tan bajo que ni siquiera era consciente del paso del tiempo.
    Para mí era muy importante escribir mis obstinadas páginas, y si no lo hacía era por ser absorvido por otras cosas, en contra de mi voluntad. De ahí mi queja.

    Un abrazo, Bruja.

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  12. ¿Será posible? He escrito "absorvido" en lugar de absorbido... Me parece que me estoy haciendo viejo, jeje.
    Pero bueno, rectificar es de savios. Digo... ¡de sabios! ¡Jajaja!

    Sorry.

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  13. Sí, amiga Butter, tienes razón, pero hace veinte años no tenía yo el ánimo ni el humor para pensar en relativismos... Necesitaba, por encima de todo, ese contacto íntimo con mi cuaderno, porque sentía que me estaba diluyendo en una realidad extraña. Mi cuadernito era como la barca -frágil pero flotante- que aún me permitía navegar.
    Reconocer que había estado todo un mes sin ella, era darse cuenta de que me había pasado todo ese mes hundido en el fondo del mar, sin ni siquiera ser consciente de ello...
    Pero bueno, son cosas del pasado.

    Un abrazo, amiga.

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  14. Entiendo, Brujita, entiendo. Pero para mí, en aquella época, el tiempo no es que pasara deprisa, es que no me pertenecía. Mi vida entonces estaba enajenada, y yo vivía el tiempo de otros, no el mío.
    Afortunadamente, ya hace mucho que salí de ese pozo.

    Un abrazo con viento, amiga.

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