Ahora que ya han acabado estas breves vacaciones de semana santa, muchos sentirán el peso de la vuelta al trabajo, del regreso a la rutina, donde todos los días parecen iguales y donde casi siempre tiene uno que vérselas con situaciones que no son de nuestro agrado.
Contra eso, contra lo gris, es bueno mirar hacia dentro y recordar los colores que ahora es tan difícil ver, porque están ahí, en nuestro interior. Ante la niebla de la rutina, tenemos que agudizar la mirada y afinar el oído. Tenemos que saber mirar más allá de las cosas inmediatas y ver también entre ellas. Siempre hay intersticios por los que poder mirar, para ver otras cosas, como esos colores que ahora nos parecen invisibles.
Y asimismo es muy bueno recordar que, a pesar de las apariencias, aún encerrados entre paredes rectas y mudas, rodeados de edificios grises y sin alma, seguimos a bordo de la misma gran nave y nuestro viaje continúa... Por doquier, oculta tras cualquier cosa insignificante, sigue habitando la magia. La vida continúa siendo un misterio que se mueve y danza, incluso entre paredes de niebla y viejos espejos que parecen reflejar siempre lo mismo.
Pongamos nuestro intento en conseguir que los minutos se parezcan lo más posible a un sueño, a uno de esos buenos sueños en los que nos sentimos llenos de vida y el mundo no era un intrincado laberinto gris, sino un bello y amable paisaje que nos abrazaba y servía de fondo ideal a nuestra alegría.
Por supuesto, nos vamos a encontrar con aquellos que siempre están dispuestos a lo contrario y parecen determinados a amargarnos el día. Pero ante eso tenemos disponible la salida de ejercitar nuestro particular "tai chi", nuestra magia personal, y desviar esa fuerza contraria para que vuelva hacia su origen.
Creo que es posible, por eso hablo de ello. Es posible construir nuestro sitio y defenderlo, nuestra casa de colores y sentimientos, juntando los buenos momentos, aunque desde afuera nos amenace continuamente lo gris y el reloj sea una cadena que aprieta nuestra muñeca.
Puede que esa casa esté casi en el borde del abismo, pero habrá suficiente espacio para moverse, bastante aire para respirar, y eso es lo importante. Que lo gris quede afuera y no entre nunca en nuestro sitio, que no interfiera con nuestro verde, nuestro rojo, nuestro azul.
Antonio Martín
(14 de abril, 2009)
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- Adiemus
- Enya
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…en “el Estado de las Cosas” de Win Wenders, hay una especulación sobre lo sombrío. Se afirma que realmente todo fuera de nosotros, son sólo manchas de negro y blanco, es decir, gris. Por fortuna, hay muchos que tenemos ojos y podemos ver el arco de San Martín y podemos pigmentarlo para nuestro placer. Entiendo, que lo único que nadie puede quitarnos, es nuestro pensamiento ni el lugar físico que ocupamos en el mundo. Del resto, de todo lo demás estamos en riesgo de ser expoliados. Particularmente, sigo luchando para que nadie intente teñirme de mula torda. Otra cosa, es que lo consiga.
ResponderEliminarBuena reflexión, Antonio. Abrazos.
Ay, al venir a comentar se ha ido la música...
ResponderEliminarAntonio, el reloj, odio el reloj, siempre pendiente de la hora, de llegar a tiempo, por eso amo tanto la noche porque no lo miro...
quá gracia el comentario de D.Damián con eso de la mula torda.
me vulevo a la música.
gracias.
Dos besazos, una para cada mejilla.
Que bien dicho: "la vida continúa siendo un misterio que se mueve y danza".
ResponderEliminarMe llevo esa frase para este día...
Cada día emprendemos una nueva aventura... ¿por qué a veces olvidamos lo emocionante que es vivir? Despertar cada día, sin siquiera imaginar lo que nos espera..
Aunque tengamos una rutina establecida, la vida sigue su curso y muchas veces nos sorprende.. si estamos atentos ;)
¡Estemos atentos!! jeje..
(ejemplo: ayer se caía el cielo.. hubo una tormenta impresionante.. Hoy, el día está brillante y luminoso. El sol que ayer se escondía tras las nubes grises, hoy pinta de colores este pequeño mundo mío... y yo tengo tooodo el tiempo que quiera para contemplarlo ;)
muchos besos para ti, mi querido amigo...
PD: ME ENCANTA ENYA!!! ;)
Seguro que lo consigues, Daniel, seguro que sí. Hay ciertas cosas que son "inexpoliables". Y de momento parece que te va muy bien, porque en nada te pareces a una mula torda, jeje.
ResponderEliminarCada vez que entro en tu "Fanzara" veo ese arco de San Martín (que imagino que se trata del arco iris).
Pero no me dices nada de mi recién estrenado Slide Show. ¿No lo has visto? Lo hice inspirándome en el tuyo.
Y sobre la música, te cuento el detalle de que me contuve a la hora de poner algún tema de Mozart..., jejeje. Aunque acabaré subiendo alguno, uno suavecito, si lo encuentro.
Un abrazo, amigo Conde.
Sí, Alfaro.
ResponderEliminarAl tener la página de los comentarios abierta de par en par, el ordenador entiende que se entra a otro sitio y se desconecta la música. Digo yo que será por eso.
Dices que odias el reloj, espero que no te refieras al que tengo aquí, porque es muy bonito y además va atrasado, o sea que no sirve para llegar a tiempo a ningún sitio, jeje.
Con tu permiso, aprovecho tu comentario para poner aquí un poemita mío de hace treinta años. Sí, 30 años, lo escribí en la noche sin reloj que fue del 26 al 27 de mayo de 1979:
¿De qué le vale a un hombre
seguir los pasos que le dicta
la voz de la razón mundana?
Atar cada mañana a su muñeca
un reloj con horas marcadas,
y caminar con peso muerto
por interminables días sin historia.
Me direis que la sociedad ha creado
su pauta inalterable, y nosotros
sólo somos meras piezas impersonales
en la gigantesca maquinaria.
Bien está. Dejémos pues cerrada
la vieja maleta y montemos de nuevo,
y como siempre, en el tren de la rutina.
Olvidemos sobre el andénlas sonrisas
y los versos, los árboles y el viento,
y permitamos que el martillo gris del tiempo rompa nuestros sueños
y esperanzas.
No cultivemos ya ilusiones
para el azul de un día que nunca
llegará.
¿Ilusiones? Locuras de poeta,
pájaros necios e inútiles que sólo
saben volar.
¡Vamos, arriba! Ya ha sonado
la sirena, ya se ha quebrado
el silencio... ¡A trabajar!
Pero yo me temo, amigos,
que se esté ahogando la vida,
sin barca y sin ribera
donde poder respirar.
... ... ... ... ... ... ... ...
Un beso doble, Alfaro.
Hola, amigo de este lado del espejo:
ResponderEliminarPues sí, hay que recurrir siempre a la imaginación para evitar a toda costa esa grisalla. Teñir de todos colores el amenazante mundo rutinario, y hacerlo danzando si es posible.
Me vino a la memoria una buena frase alusiva a esto, de Mr. Brian Ferry:
"Dance away the heartache/ dance away the pain..."
Está muy bien cumplir con todo lo que el trabajo de esta vida nos exija, pero eso está del otro lado del espejo. Simultáneamente, unos polvitos de magia harán que de "este lado" brille la ilusión de vivir.
Y de comunicarnos con quienes nos son afines aqui.
Besos azules, rojos, verdes y de todos los demás colores.
Hola, Isis.
ResponderEliminarPues no sé bien por qué, es todo un misterio sobre el que he reflexionado a menudo. Pero lo que está claro es que hay un "empuje" extraño que nos inclina hacia el olvido. Le he puesto muchos nombres, como "la fuerza de la costumbre", "el veneno", "la mediocridad"... Pero no puedo saber qué es en realidad. El caso es que, como bien apuntas, hay veces (muchas, añado yo) en que nos olvidamos de la aventura que significa vivir.
Por supuesto, la vida sigue su curso, como un río imparable, su danza, sin prestar ninguna atención a si la miramos o no.
Ese "estar atentos" que mencionas tiene la clave de este importante asunto.
Me alegro de que te guste Enya. Esa mujer tiene algo especial. La mayor parte de las veces no sé qué dicen sus canciones, porque no tengo las suficientes nociones de inglés, y menos de irlandés, pero su música y la cadencia de su voz siempre me transmiten un mensaje amable y positivo.
Un beso nocturno con sol, Isis sin velo.
Hola, Liz, amiga.
ResponderEliminar¿Brian Ferry es el que era vocalista de Roxy Music? ¿El del tema de "Avalon", no?
Si la he entendido bien, la frase, está interesante, y algo así es lo que quería yo decir.
Pero fíjate, amiga, que das en el clavo, en el quid del asunto, cuando hablas del espejo y de sus distintos lados...
Creo sinceramente que ambos lados están interrelacionados, más allá de lo aparente. Y que esos "polvitos mágicos" pueden actuar en los dos sentidos.
El lado de "afuera" del espejo siempre va a reflejar la imagen que tiene delante, y ésta tendrá que ver con lo que hay "adentro" del espejo. Expresado así parece un laberinto, pero es un tema interesante que merece dedicarle unas letras más amplias y explicativas. Quizá algún día me atreva, o mejor una noche de luna.
De todas maneras, seguro que sabes de qué hablo.
Un abrazo de colores, Lirio.
No, no lo he dicho por el reloj de tu blog, sino por todos los que me rodean..., me da iagual que estén adelantados que atrasados, pero tampoco me gusta llegar tarde.
ResponderEliminarAh, no sabía yo que además eres y/o fuiste poeta, ya me parecía que a veces se te escapaba una vena lírica entre la prosa
"el azul de un día que nunca llegará" y habás encontrado la barca y llegado a una ribera donde respirar...
después del paso del tiempo ya sabrás si el azul llegó o no...,
Creo que han llegado todos los azules..., que llegan siempre a su manera, yo prefiero no mirar atrás, es como mirar desde arriba, da algo de vértigo, es mejor mirar hacia adelante siempre.
Un abrazo inmenso, desde todos mis azules, que son unos cuantos.
Y como "la vida continúa siendo un misterio que se mueve y danza", yo ya volví a escribir en lavanda,porque el lavanda tiene el poder de sujetar la casa y hacerla camino.
ResponderEliminarUn gran beso, amigo Antonio!
Hola Antonio. Me alegra haber pasado por aquí justamente hoy, un día en el que veo los colores un poco más grises de lo normal, un día en que la niebla amenaza con entrar. Me ha gustado tu texto tranquilo y esperanzador. Me gusta Enya y muy bonito tu slide pero está quizá un poco escondido allí abajo, no crees? Un abrazo enorme.
ResponderEliminarHola, Alfaro.
ResponderEliminarNo, no soy poeta ni lo fuí, y creo que nunca lo seré. Pero a ciertas edades casi todos nos aventuramos a escribir nuestros poemillas de juventud.
Ya que me preguntas, te diré que sí, que he encontrado una barca y una ribera, pero el azul aún no. Sólo lo veo brillar a veces en el horizonte, pero no he llegado todavía hasta allí.
Y a mí me da igual mirar hacia atrás o hacia cualquier otro sitio, porque siempre veo lo mismo: la interminable danza de la vida.
Gracias por tu abrazo de azules, aunque no es como dices, no es inmenso; según mi abrazómetro mide más o menos siete metros y medio de ancho... Pero bueno, para un abrazo ya está más que bien, y es justo llamarlo "inmenso".
Yo soy más humilde y te mando uno también de azules, pero pequeñito, de unos dos metros.
Ah, y un beso de regalo.
No dije nada, pero lo estuve viendo, Antonio; como veo que te ha quedado más chulo que el mío…( el tuyo tiene gotitas de chirimiri y todo!)…..callé para siempre..Jeje!. …bueno ahora un poco en serio. Las imágenes son muy “tuyas”, es decir, bellas, serenas y con gran sensibilidad.
ResponderEliminarIncluso vi una, especialmente querida para mí, de la portada de un disco de Yes. No recuerdo si era el Fragile o el Close to the edge”.
Saludos.
Hola, Silvia.
ResponderEliminar¿En lavanda? Si no estoy errado, lavanda es espliego y el espliego tiene las semillas grises y las flores azules....
Me gusta cómo suena, parece una metamorfosis de oruga en mariposa.
¿Y dices que tiene el poder de sujetar la casa y hacerla camino?
Pues habrá que escribir en lavanda.
Un beso, Rayuela, color de espliego.
Hola, Andrea.
ResponderEliminarMe alegra de que mi escrito te haya resultado oportuno. Sí, aquí en Madrid tenemos hoy un cielo gris, pero, como le dije en su momento a la amiga Rayuela, ese gris es de agua y gracias a él salen luego las flores de colores...
Siempre hay que intentar ver el lado positivo, no porque lo inventémos, sino porque existe.
La botella está medio llena, no medio vacía...
Sobre el 'slide', te digo que está allí abajo porque no dispongo de otro sitio. Mi barrita lateral es demasiado estrecha y aún eligiendo el tamaño mínimo se vería cortado.
La única alternativa sería ponerlo en la cabecera, pero entonces esto parecería un cine, jeje.
Un abrazo, Andrea.
Hola de nuevo, amigo Daniel.
ResponderEliminarGracias por tu calificación, me alegro de que te guste. Si te parece "más chulo", ya sabes que puedes hacer los cambios que quieras en el tuyo.
Ah, y mis gotitas no son de chirimiri, son de orbayu, bueno, da igual, jeje.
La imagen que comentas es de un disco de Yes, sí, pero no es portada sino una "inner". Era un disco doble, una recopilación llamada "Yessongs".
Me he hecho gracia yo solo al leer eso de: "un disco de Yes, sí,..."
Jejejeje.
En fin, se ve que hoy tengo el día un poco tonto.
Un saludo, apreciado Conde.
Gracias por visitarme,se que me fuí muy de golpe, pero tan de golpe como llegó la diabetes y la anemia que poco a poco voy llevando cada cosa a su lugar. No me ha sido nada fácil, las descomposturas por tanta medicación, pero voy por buen camino necesito descansar y estoy estrenando gafas,mi marido que me tiene una paciencia absoluta me lee los post, pero no puede con su blog y el mio, así que decidí esperar estar completamente bien y allí si retomar!
ResponderEliminarRecibir tu comentario me hizo muy feliz!!! y lo de la entrada fué que quise hacer un slide para los premios y no supe como ponerlo en el costado del blog y salió como un post, desastrosa.
muchassss gracias por visitarme!!!!. besos
A mi estado de ánimo le viene muy bién lo que has escrito.Es mejor mirar la vida como tú dices, ver la magia en lo cotidiano, llenar la casa de colores y sentimientos y no dejar que la tristeza nos arrastre.Gracias.
ResponderEliminarUn gran beso Antonio.
Claro que sé de qué hablas, Antonio.
ResponderEliminarO, al menos, lo intuyo.
¿No tendrá que ver con el tema del "doble" o "Doppelgänger"?
¡Sería fabuloso que escribieras algo sobre este apasionante tema! Desde ya, me lleno de anticipación.
(Por lo pronto, pienso inevitablemente en "Reflexiones", mi autorretrato que conoces a través de mi blog).
Y sí, claro que Brian Ferry era el vocalista de Roxy Music.
Saludos biselados
Sí sí sí...
ResponderEliminarHe leído tu respuesta a mi comentario y tengo que decirte que sí.. así es.. ¿qué es eso que nos empuja al olvido???
Todos esos nombres valen..
Y mira lo que he pensado: por contraparte, debe haber la otra emoción / sentimiento / sensación: el entusiasmo constante.. el enamoramiento permanente de la vida..
Si sientes el tedio, es porque necesariamene ha habido un momento en que has experimentado el auténtico entusiasmo (en-teos). Y entonces me pregunto... ¿por qué ese no es ese el estado permanente?
Cuando lo vivimos, seguramente teníamos aún intacta la inocencia.. Ahora esperamos muchas cosas y tenemos muchos esquemas. Ahora ya tenemos discursos en los que encasillar la vida. Cuando no los teníamos, la vida se nos revelaba como la aventura que es. Y nosotros la vivíamos. Así de simple.
Si no sintiéramos "lo gris" de vez en cuando, no nos diéramos cuenta de lo conformes y cómodos que estamos. No nos diéramos cuenta de que nos hemos estancado, de que nos hemos desviado del camino, de que nos ha llevado la corriente...
"Una fuerza que nos impulsa al olvido" Eso es!!!! Es algo como.. externo... que nos hala hacia la indiferencia. Menos mal que tenemos la voluntad.. Interna. Que a veces flaquee no significa que esté vencida ;) Tal vez solo le haga falta recordar... para que empecemos a colorear nuevamente nuestros días.
besos.. ;)
La vida es un misterio tan grande y profundo como el cerebro humano.
ResponderEliminarFuncionamos sin motivos que justifiquen nuestras acciones y ni nos entendemos a nosotros mismos. La clave está en intentar buscar el equilibrio. Contra lo gris... has planteado una buena opción con la que luchar. Quizás lo mejor.
Un abrazo grande, Antonio.
¡Hola, Katy!
ResponderEliminarMe alegro mucho de que estés mejorando y espero que pronto estés bien del todo y puedas retomar tu ritmo normal.
Sobre el slide, imagino que tendrás que elegir el tamaño más pequeño si quieres ponerlo en el costado, y luego incluirlo como un gadget. Tienes que elegir justo el que está arriba del gadget de la imagen en la lista, no recuerdo ahora si se llama Html o Java-Script, pero sí recuerdo que lleva el símbolo de "<>".
Un abrazo, amiga y cuídate mucho.
No sabes el gusto que me da leer tus palabras, LunaAzul.
ResponderEliminarSólo por ellas ya tiene sentido mi pequeño escrito.
Por cierto, amiga Juana, te noto cambiada. ¿Tú no eras en blanco y negro?
Ánimo, amiga; como te dije en tu sitio, hasta lo más duro termina volviéndose blando si se sabe esperar, pero no es una espera pasiva de lo que hablo, sino una en que uno trabaja en esas pequeñas cosas necesarias. Por ejemplo, lo de agudizar la mirada y afinar el oído. Entre una cosa y otra, en las hendiduras, se suele esconder el brillo de la magia.
Un fuerte abrazo.
Hola, Liz.
ResponderEliminarLa verdad, no sé si tiene que ver con "el doble", pero el tema es muy interesante. Sobre escribir sobre ello, no puedo prometer nada. Suelo escribir "a impulsos", nunca con un plan previo.
Imagínate que tú te "lanzaras" a pintar un cuadro directamente, sin un boceto anterior, y sin ni siquiera tener una idea muy clara de qué es lo que vas a pintar...
Pues así escribo yo.
De todas formas, me apunto en mi lista lo del Doppelgänger.
Un abrazo, amiga.
Interesante tu comentario, Isis.
ResponderEliminarPuede que sea como dices, aunque no creo que el hecho de que nos hagamos más complejos sea el motivo que nos empuja a la "indiferencia".
Y lo de darnos cuenta de nuestra ausencia de rumbo gracias al ataque de "lo gris", por contraste con el anterior entusiasmo... Estoy de acuerdo. Obviamente, cuando sentimos sed nos damos cuenta de que no hemos bebido agua y que necesitamos hacerlo, pero la sed no es la causa de nada, sino la consecuencia y el aviso. O sea, que seguimos sin saber el por qué de la situación.
Tenemos sed, sí, y sentimos la invasión de lo gris, pero ¿por qué tenemos sed si al lado nuestro hay una bonita jarra llena de agua fresca?
Me inclino a pensar que lo que pasa es algo bien simple:
La energía tiende a disiparse. Es como el agua, que se desborda si no hay un recipiente que la contenga. Y el recipiente es, claro, la voluntad. Sin voluntad, sin riendas, sin una orden clara, la energía toma otros rumbos, dispares e inconexos, y nos quedamos como sin fuerza para vivir la aventura.
Y la clave para esto, como dije antes, es la atención. Estar siempre atentos impide que la energía se disipe, porque la sujetamos con nuestra atención y nuestro cuidado.
Creo que es más o menos así.
Un beso atento y coloreado, amiga Isis.
Totalmente de acuerdo, Yurena: la vida es un misterio.
ResponderEliminarY me atrevo a decir que aún más grande y profundo que el cerebro humano, que ya es decir.
Y sí, hay que buscar el equilibrio, y lo que sea esto la misma vida se encarga de decírnoslo.
Entendernos quizá no sea tan necesario como parece. No creo que la vida necesite entenderse, como si fuera un problema matemático, sino sobre todo vivirse.
Eso es lo único importante.
Un abrazo, Yurena.
Llegué aqui en busca de colores, miré con esfuerzo a través de la gris bruma y de a poco los fuí encontrando. Precioso Antonio. Claro está que sos más que bienvenido en el otro lado del espejo.
ResponderEliminarY pondré en práctica eso de mirar el techo.
Un beso!
Creo que llego tarde a leer tu escrito, ya te lo han comentado mucha gente. No tengo tiempo a leer todo lo que te dejan así que perdona si me repito.
ResponderEliminarNo me desagrada la rutina y no es que no sea feliz con las vacaciones y las fiestas, también las disfruto a tope, pero cuando vuelvo a mi vida normal..también soy feliz...no soy una persona que me quede mucho tiempo parada, no me gusta sentarme en el sofa a ver la tele horas y horas, así que siempre tengo proyectos, cosas que hacer, y cuando, después de unos días de fiestas, como estos que hemos pasado, vuelvo al día a día...los disfruto cantidad, como si se me fueran acabar.
BEsos
Llegados a este punto Antonio, creo que es necesario ese color gris, puede que sea ese abismo y nos avise de que no, nos acerquemos demasiado, al enemigo hay que tenerlo aunque lejos pero, con esa posibilidad de poder verlo y, rociarlo con los colores mas vivos. Aun permaneciendo impermeable a esos colores, detecta remos que además el color gris es sordo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola otra vez, viste que se me fue el blanco y negro y ahora soy de colores, es más alegre no te parece?.
ResponderEliminarMientras visito a mis amigos escucho a Chopin "Nocturnes", es una delicia.
Un fuerte abrazo.
Amigo Antonio, me siento en total sintonía con tu artículo/reflexión, después de estas breves vacaciones te diré que echaba de menos pasearme por "mis" blogs habituales, esa ¿monotonía? cotidiana en la que los días de mi vida se van conformando unos tras otros, no me siento ni encerrada, ni gris por la vuelta. Como a veces se suele decir, ahora necesitaría un par de días para recuperar esos espacios habituales y/o descansar de las ajetreadas mini vacaciones.
ResponderEliminarUn grato encuentro ha sido encontrarme tus palabras.
Besos.
¡Hola, Celes!
ResponderEliminarMe alegra mucho tu visita. Lo de encontrar por aquí colores es un poco difícil, sí, pero no es porque no los haya sino porque es de noche.
Mirar al techo es relajante y te cambia algo por dentro, pero recuerda que antes te tienes que dar tú la vuelta, o sea, ponerte boca abajo.
Gracias por tu bienvenida al otro lado del espejo, pienso ir a menudo por allí.
Un abrazo, y saludos a tu misteriosa y encantada mamá.
Hola, Malú.
ResponderEliminarMe parece muy bien lo que dices. Por supuesto que no me refería a todas las rutinas, sino sólo a aquellas que nos hacen daño, a las grises, a las impuestas. Para mí, por ejemplo, es una rutina maravillosa el entrar aquí y leer vuestros comentarios.
A esto yo no lo llamaría "rutina", cuando algo tiene vida no es una rutina. Es vida.
Y si disfrutas de un trabajo cotidiano favorable, pues te doy mi enhorabuena, porque no suele ser así, o al menos no he tenido yo esa buena suerte.
Un beso.
Entiendo, Terry, pero yo al enemigo le tengo ya tan visto que preferiría no verlo más.
ResponderEliminarY sí, efectivamente, es sordo, y además ciego, porque por muchos colores que le eches encima nunca acaba de enterarse. Le puede el gris.
Así que los colores me los echo yo en los ojos. Es como ponerse unas gafas especiales, que te ayudan a ver mejor la realidad.
Saludos, amigo.
Sí, LunaAzul, es más alegre, y además sonríes. Eso es lo bueno.
ResponderEliminarTambién sonreías en la otra foto, pero ahora en color.
Buena música has elegido. Chopin fue mi inseparable amigo de juventud.
Un abrazo de colores.
Hola, María.
ResponderEliminarQuizá es que no me he explicado bien: no me refería a la rutina de los sitios habituales que forman la música de nuestra vida, sino a esos otros sitios que tenemos que frecuentar por obligación, a esos que normalmente están pintados de gris.
Un beso, María.