Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







martes, 15 de marzo de 2011

Mirando hacia el Norte



Otra vuelta de la vida, esta vez inesperada, me ha colocado en una nueva situación. Una en la que ciertos sueños parecen haber juntado sus fuerzas y confabulado para modificar el rumbo del aire...
Hoy me levanto muy temprano por la mañana, poco antes del alba, me asomo al balcón y lo que veo no es el feo edificio de enfrente, las casas anodinas y las filas de coches aparcados, sino a la buena tierra, a la tierra amable. Un horizonte de montes verdes, coronados por robles solitarios y algún bosquecillo de eucaliptos. Y abajo pequeños prados de alta hierba, salpicados por diminutas flores blancas y amarillas... Me quedo mirando todo esto, en silencio, e intento averiguar en qué sueño me encuentro, mientras las nubes me observan curiosas, pero el canto de los pájaros, los ladridos de los perros y los balidos de cabras y ovejas insisten una y otra vez, y al final me rindo, entre asombrado y agradecido, a la evidencia: sí, es cierto, estoy viviendo en el campo, en el siempre recordado y anhelado campo.
Mi nueva casa mira hacia el norte, desde el lecho de un valle. A ella nunca llega el sol, pero a través de amplias ventanas puedo ver su luz y disfrutar de un paisaje casi como de cuento de hadas. Los libros ya están colocados en sus estantes y parpadean, aún soñolientos, observando el nuevo cuarto de estudio, y según los susurros que oigo entre unos y otros parece que les gusta lo que ven.
No sé bien cómo he llegado hasta aquí, pero tengo muy claro que voy a vivir este regalo cada día, con toda la intensidad de que sea capaz.

De noche, cuando el pueblo duerme, me asomo otra vez al balcón blanco y puedo ver el movimiento contínuo del río, en cuyo espejo se refleja la luz tibia de las farolas y, ocasionalmente, la de la luna. Este río me dice algo muy sencillo, algo que, en este nuevo lugar, llega a emocionarme... Me cuenta, con su voz de agua, que la vida está en movimiento, siempre, y no puedo sino sonreír ante esta evidencia que la misma vida se ha encargado de mostrarme, cuando uno ya empezaba a dudar...


Antonio H. Martín

33 comentarios:

  1. Hola Antonio...echaba de menos tus escritos y ahora andaba cotilleando por la red cuando he visto que ponías una nueva entrada.
    Ya veo que está en el norte...no sé si has vuelto a tus origenes o estás cerquina..ya me diras.
    Me alegro que estés feliz en el campo.
    Un beso.

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  2. ¿Es de verdad o es un sueño? En cualquier caso, das envidia. ¡Enhorabuena!

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  3. Hola, Malú.
    Al fin he vuelto. No, no estoy en Asturias, pero sí cerquina, y el paisaje es muy similar.
    Un abrazo, amiga.

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  4. Gracias, Bel.
    Sí, es una realidad que parece un sueño.
    Un abrazo desde este verde Norte.

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  5. Espero que ese maravilloso paisaje sea tan estimulante para la escritura como esas sombras, que según tus palabras, ahuyentas a la hora de escribir. Veo que así es.

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  6. ¡Qué dicha, Antonio!

    La vida está llena de sorpresas y, si uno pone su voluntad en algo, seguro que los sueños se hacen realidad. Como en tu caso.
    Felicidades, y que este estado de cosas continúe y permanezca así por mucho, mucho tiempo.
    Me alegro por ti, Amigo del Árbol Azul: ahora estás en un entorno más apropiado para tu ser.
    Cariños

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  7. Amigo Antonio: felicidades dobles. Una, por haberte librado de fragorosos y limítrofes moradores. ¡ Qué dicha pillar un puente de plata!!!
    La otra, por residir en el lugar que anhelabas vivir. Esto es un tema de suerte y mérito.
    Me alegro mucho.

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  8. Alegra y da esperanza... casi emociona... saber que hay posibilidades, no sólo de vislumbrar sino también de atrapar y cruzar al otro lado de ese mágico puente que mencionabas no hace mucho, en este Cuaderno. Que desde largo tiempo ha deseado al Norte y su luz oblicua.

    Al igual que otros lectores asiduos, te dejo mis felicidades más sinceras, por haber alcanzado incluso físicamente ese lugar amado y que seguramente a menudo pareció inalcanzable, aunque siempre se respiró entre tus letras, sin duda.

    El primer paso de cualquier sueño, por lejano e inaccesible que nos parezca es siempre "imaginarlo", ¿verdad?. Gracias por compartirlo de alguna forma con todos nosotros, amigo.

    Un beso, y buena magia la suya Sr. Druída.

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  9. Me alegra mucho que al fin hayas llegado al lugar de tus sueños.

    Desde hace tiempo sé que lo deseabas, así que espero que lo disfrutes, como tú dices, día a día, segundo a segundo.

    Empápate de belleza, de nuevas experinencias y sigue compartiéndolas con nosotros.

    Te echaba de menos.

    Un abrazo.

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  10. Hola Antonio, non so scrivere nella tua lingua, perdonami, ma so leggerla e soprattutto comprenderla. Grazie per le emozioni profonde che le tue parole mi hanno regalato. Un sorriso, Red

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  11. Querido Antonio,
    Sabes de buena tinta que me alegro y participo vivamente de tu deleite ;). Los sueños, no solo son posibles sino que pienso que al crear el tiempo nosotros creamos nuestro presente. Todo ha confluido para que estés donde estás y el principal responsable de todo eres tú mismo, el deseo, la creatividad y asumir los riesgos inherentes de cualquier travesía. El camino es muchas veces arduo, pero movernos por él vale la pena, la inercia es cómoda pero también duele la rutina de los días descoloridos: ahora tienes un paisaje lleno de matices delante de ti…
    Te dejo un abrazo inmenso lleno de mi afecto y cariño.

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  12. Me alegro mucho por ti, Antonio… y también por mi, ya que ambos, casi al borde del abismo, hemos conseguido quedarnos quietos, parados, inmóviles. De esta manera, hemos podido percibir lo que nos rodeaba , lo que nos buscaba y que en nuestro continuo movimiento, nunca conseguía acercarse a nosotros.
    Te deseo todo lo mejor, siempre

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  13. Una verdad que parece un sueño, qué bien, Antonio, qué bien que estés donde deseas, más no se puede pedir, tranquilidad, arrullo de pájaros, hermosa vista...

    Un abrazo,
    Blanca

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  14. Sí, June, este paisaje ayuda, porque a su belleza se une el silencio, que permite escuchar voces y músicas que de otra forma estarían lejanas. Pero siempre el paisaje más importante es el interior, y éste depende de lo externo sólo en una pequeña parte.
    Un saludo.

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  15. Pues así parece ser, amiga Liz.
    Lo ocurrido me hace recordar mucho a la magia, y quizá lo sea. Espero que dure mucho tiempo, porque aquí me encuentro muy a gusto.
    Un abrazo desde este Tepoztlán europeo.

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  16. Muchas gracias, amigo Conde.
    Aquí casi no hay vecinos, y los que hay son gente tranquila y normal. Y en cuanto al lugar... pues bueno, lo veo como mi Montagnola particular, y con eso te digo todo.
    Suerte, sin duda; mérito, no sé. Pero el caso es que estoy aquí, y no pienso desperdiciar ni un solo día.
    Un abrazo, amigo.

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  17. Sí, amiga Crystal, se puede decir que he cruzado el puente de niebla, y me emociona lo que he encontrado al otro lado, porque es justamente eso que buscaba, y que tú mencionas: el Norte y su luz inclinada.
    Para alcanzar los sueños tenemos que imaginarnos en ellos primero, es cierto. Es como si los resoñáramos, moviendo las coordenadas y fortaleciendo con ello la posibilidad de que sean reales. Es como una llamada al infinito.

    Gracias por tu alegría, amiga hada. Un beso.

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  18. Gracias, Cristal.
    Sí, hacía tiempo que lo deseaba, y la verdad es que dudaba de que fuera a conseguirlo, pero aquí estoy. Este sitio tiene todo lo que deseo: un entorno natural y la tranquilidad necesaria para gozarlo. Ya son habituales los paseos por el campo, casi siempre cerca del río, descubriendo rincones de ensueño, y otros paseos nocturnos entre las sombras de sus callejas de piedra, llenas de historia y encanto.
    Esa es la idea: empaparme del paisaje, del que ya empiezo a ser amigo, y contar todo lo nuevo que aquí suceda.

    Un abrazo.

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  19. Gracias a tí, Red, por acercarte a este cuaderno y, sobre todo, por emocionarte con mis palabras.
    Un saludo.

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  20. Sí, amiga Gárgola, el camino es ciertamente difícil, como bien dices, pero tiene el color de la vida, cosa de que carece la rutina, que es sólo una colección de sombras.
    Crear el tiempo es convertirnos en protagonistas del mismo, hacernos dueños del presente, moldear su devenir. Y, por supuesto, es lo único que merece la pena. Lo demás se llama abandono, vacío gris y tiempo detenido, estancado, muerto.

    La "buena tinta" tenía razón en todo, y en todo ha acertado.
    Un fuerte abrazo, escaladora de poemas, conquistadora del tiempo.

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  21. Gracias, Sila.
    Lo mejor, ante crisis y conflictos internos, es eso que dices: pararnos, quedarnos quietos. Hace tiempo escribí aquí sobre lo que llamo la laguna de silencio, un lugar imaginario, interior, que nos permite escuchar... Es muy necesario visitar de vez en cuando este sitio, lejos de ruidos mentales y mundanos, porque se encuentran respuestas y claridades, caminos y rumbos que de otra manera permanecen ocultos.
    Me alegro de que también tú hayas hecho esa visita.

    Un abrazo.

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  22. Así es, Blanca, más no se puede pedir, a no ser el estar a la altura de las circunstancias, y saber corresponder a este regalo de la vida. Lo intentaré, con todas mis fuerzas.

    Un abrazo.

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  23. Antonio, como decía el clásico: "Qué descansada vida / la del que huye del mundanal ruïdo..." Dichoso tú, que puedes respirar ese paisaje, esa luz, ese silencio...

    Tiempo hacía que no dejaba rastro de mí por tu casa. Mal hecho, porque siempre se encuentra en ella paz y serenidad.

    Un abrazo.

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  24. Uno disfruta cuando siente cerca la paz de quien aprecia.
    Uno disfruta leyendo lo que otros sienten cuando algo hermoso y verdadero es compartido por ellos.
    Uno disfruta cuando los sueños se hacen reales por que ha sido uno quien ha ido detrás de ellos hasta que esas imágenes onírica parezcan producto cuando en la realidad es que son consecuencia de los buscado y añorado.
    Uno disfruta y además se vuelvo tierno y sonríe sin saber por qué pero la realidad es que se siente mejor. Hay zonas por esas tierras que son realmente maravillosas y en las por tiempo que se esté en ellas no se cansa de verlas y sentirlas.
    Qué disfrutes y así uno a uno todos los que pasamos por aquí disfrutaremos continuamente.

    Un saludo y un abrazo!!

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  25. Como me alegro que puedas disfrutar de las maravillas que te rodean, No todo el mundo sabe hacerlo.
    Besos.

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  26. Pues sí, Antonio. Es una dicha vivir en un sitio como éste. Uno sigue llevando a cuestas su propio ruido, pero el lugar ayuda mucho a calmarlo, a silenciarlo.
    Últimamente, también yo he dejado de visitar algunos blogs amigos, pero es sólo por falta de tiempo. Espero volver pronto a la frecuencia de antes.

    Un abrazo, poeta.

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  27. Sí, Chema, de todas esas formas que mencionas es posible disfrutar: con los amigos, con los buenos libros, con la cercanía de los sueños amables y con la belleza de ciertas tierras, como ésta en que ahora vivo.
    Y espero seguir gozando todos aquellos frutos que encuentre por el camino, que al parecer son muchos y muy buenos.

    Un saludo para la sabia Salamanca y el formidable León, y un abrazo para ti y tu legendaria Varlania.

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  28. Gracias, Mária.

    Es muy cierto lo que dices: no todo el mundo sabe apreciar y vivir ciertas cosas. Eso, supongo, va en la madera de que está hecho cada uno, en la savia que le corre por las venas.

    Un abrazo.

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  29. La madera y la sabia... es la tarea de cada uno el hacerla más bella, fuerte y transparente.
    Besos.

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  30. Ufff, Antonio...me se fué una b de burro que tenía que haber sido v.
    SAVIA.
    Besos.

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  31. Vivo en el campo desde que nací, y despertar con todo eso que describes me parece un lujo. El verdadero lujo de escuchar el silencio interrumpido solamente por el murmullo prístino de la naturaleza.
    No sabría vivir en la ciudad.
    Saludos

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  32. Sí, Mária, eso es una tarea absolutamente personal.

    En cuanto a lo otro, jeje, la culpa es del diseñador del teclado, que se le ocurrió poner la be al lado de la uve.

    Besos, amiga.

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  33. Sí que es todo un lujo, Begoña.
    Ese silencio y ese murmullo conforman la mejor música que existe.

    Un saludo.

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