Es verdad que bailan. Y lloran y ríen, y cantan y hablan. Crecen al sol y vierten su sombra; respiran luz y exhalan oxígeno; reposan erectos y duermen entablillados. Nunca muere quien primero fue árbol y luego madera. Baila, árbol; baila, madera.
La imagen que has dejado es preciosa. Tenemos aqui un tejo(texu) milenario que si le he abrazado...y entre su olor y tu magestualidad, trasmite sensaciones. Besos.
Cuentan por ahí que muchas veces nuestro destino ya está tejido de antemano... Pero sin duda nosotros podemos ayudarlo un poquito, con nuestra disposición abierta a lo mejor posible, que fue lo que hiciste tú al ir a bailar con el Sr. Árnbol.
Sí, maga Isis, todo baila, pero sólo lo vemos cuando somos conscientes de ello. Ese es el momento que no hay que dejar pasar de largo, como bien dices, y este lobo estepario no lo hizo. Así que me agarré a él y bailé... Momentos así son como una barca que pasa rauda y cuando los vemos hay que danzar con ellos. Son como especiales brillos de la energía, que, no sé bien por qué, a veces nos sonríen. Y, por supuesto son un tesoro inapreciable. Don Juan Matus solía denominarlos como "el centímetro cúbico de suerte". Y aunque él daba a entender que en la vida de cada ser humano sólo existía una sola vez, yo creo que me enganché desde el principio a ello. Por eso, de vez en cuando, veo a algún árbol bailar.
Cierto, Zen, los árboles hacen todo eso que dices, porque se parecen a los humanos en muchas cosas. Y me aventuro a decir que son mejores que muchos de nosotros, aunque decir eso no es nada original, me parece.
Me ha gustado tu nueva palabra de "magestualidad"... La palabra correcta sería "majestuosidad", y la tuya puede deberse a un error de tipeo, al escribir deprisa. Pero... me gusta pensar que la has escrito a propósito, porque "magestualidad" evoca una mezcla entre magia y gestos, y de eso precisamente están llenos los amigos árboles.
El ocaso es para mí, y para todos los que sois como yo, la puerta de los sueños y de la vida. Nací de noche, cerca del alba, pero mi espíritu se despertó cayendo la tarde, mientras miraba extasiado mi primer ocaso, cuando el sol luce sus más lujosos colores y pinta las nubes de oro, de ámbares y rosas. Y luego... la fiesta de la luna y las estrellas.
No puedo saber si nuestro destino está tejido de antemano, no soy brujo, pero sí te digo que si veo a un árbol bailar... he de bailar con él. Si eso significa colaborar con las Hadas del Destino, pues... ¡qué bien! ¡Ojalá mandaran las hadas en el mundo!
Gracias, Demian, por estos versos. Ya imaginaba que estabas al tanto de esta dualidad, pero es que... la vida, la auténtica vida está llena de una complejidad asombrosa, que nada tiene que ver con la educación que hemos recibido. Por eso "romper el cascarón" es romper el mundo, y dejar que el aire libre de la vida entre y nos inunde los pulmones y el corazón. Y entonces, y sólo entonces seremos hombres completos.
Abraxas es nuestro dios, o más bien el único dios que está en la verdad de la existencia. Todos los otros dioses, o la mayoría, están locos y quieren llevarnos hacia su locura. Yo no soy de dioses, sólo escucho lo que me dice mi corazón. Pero Abraxas me cae simpático, jeje.
De nuevo saludos, te deseo que te vaya de lo mejor.
Sólo se ve lo que enlaza con uno mismo. Y para eso hace falta una predisposición, que imagino está en la naturaleza de cada uno. Somos todos tan parecidos, pero al mismo tiempo tan diferentes...
¡AJAJÁ! Le pillé Sr. Druida! Así que somos todos tan parecidos vaya, vaya, vaya... Esto pasa a los anales de nuestras viejas controversias! ¡que lo sepa vd. Y yo si que me voy bailando hoy. ¡Hala! hasta más ver... RAYUUUUU!: Chicas malas 1- Sr. Druida 0. jajajaja!
Pues sí, amiga Cristal, somos todos muy parecidos, pero añado que también muy diferentes. Cada ser humano, aunque se parezca a su prójimo, es un pequeño mundo aparte. De eso doy fe. Y los más diferentes somos nosotros, los lobos esteparios. Muchas cosas nos unen a los demás, pero son muchas más las que nos separan de la gran mayoría.
Y esto no es un partido de fútbol, nunca lo fue y nunca lo será.
Opiniones haylas para todos los gustos, amigo. Y esa es la tuya y distinta de esa la mía...
Y creo además, que por más que muchos se crean singulares, es justo al revés de lo que dices y que son muchas más las cosas que nos igualan que las que nos diferencian, aunque en un acto de legítima pero vana presunción se quiera creer otra cosa.
Y en otro orden de cosas, sea o no... esto, un partido que podría ser de algo más que fútbol (hay más deportes...) le hacía a vd. con más ferplay Sr. Druida.
Ese resultado, pretendía ser tan solo, una sencilla y cariñosa broma. ¿Abrazos?
Habría que preguntarse, si ese árbol es en realidad Piktor. Aunque, en verdad, -yo creo- todos lo son. Esa danza contemplativa, llena de calma, fuerza y dignidad.
Hola, Conde, se te echaba de menos. Sí, ese árbol, cuya imagen saqué del blog de Brujita (la hacedora de haikus), recuerda mucho a Piktor. Pero, como dices, todos los árboles tienen una danza secreta en su interior, al igual que nosotros, o algunos de nosotros. Lo bueno es saber bailar con ellos.
Vale, lo encajo, he perdido, pero el partido era amistoso, jeje. Me encanta saber que bailas con los árboles. Eso es un signo de identidad, y una actitud.
Ah.. qué bueno es estar 'atento' a esos instantes.. Y mejor aún, no dejarlos pasar de largo cuando tocan a nuestra ventana..
ResponderEliminarTodo baila... al eco de la sinfonía inmortal de las estrellas...
besos miles amigo..
Es un árbol tan hermoso q dan ganas de bailar con él.
ResponderEliminarBesicos.
Es verdad que bailan. Y lloran y ríen, y cantan y hablan. Crecen al sol y vierten su sombra; respiran luz y exhalan oxígeno; reposan erectos y duermen entablillados. Nunca muere quien primero fue árbol y luego madera. Baila, árbol; baila, madera.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Chuff!!
Los he visto bailar, cantar y silbar y llorar...
ResponderEliminary yo como muchas veces me siento árbol los imito excepto en el canto.
un abrazo.
La imagen que has dejado es preciosa.
ResponderEliminarTenemos aqui un tejo(texu) milenario que si le he abrazado...y entre su olor y tu magestualidad, trasmite sensaciones.
Besos.
Mágico, como bailar con el árbol danzarín
ResponderEliminarAl ocaso, cielo y tierra, mar y barro, unen sus danzantes labios. Y germina desde el albo, otoño del meridiano.
ResponderEliminarSaludínes amigo mío.
Antonio:
ResponderEliminarCuentan por ahí que muchas veces nuestro destino ya está tejido de antemano...
Pero sin duda nosotros podemos ayudarlo un poquito, con nuestra disposición abierta a lo mejor posible, que fue lo que hiciste tú al ir a bailar con el Sr. Árnbol.
Te felicito, Colaborador de las Hadas del Destino
Sí, maga Isis, todo baila, pero sólo lo vemos cuando somos conscientes de ello.
ResponderEliminarEse es el momento que no hay que dejar pasar de largo, como bien dices, y este lobo estepario no lo hizo. Así que me agarré a él y bailé... Momentos así son como una barca que pasa rauda y cuando los vemos hay que danzar con ellos.
Son como especiales brillos de la energía, que, no sé bien por qué, a veces nos sonríen. Y, por supuesto son un tesoro inapreciable.
Don Juan Matus solía denominarlos como "el centímetro cúbico de suerte". Y aunque él daba a entender que en la vida de cada ser humano sólo existía una sola vez, yo creo que me enganché desde el principio a ello. Por eso, de vez en cuando, veo a algún árbol bailar.
Besos, amiga maga Isis.
Sara, baila con él. Te gustará, porque es una danza alegre y llena de vida.
ResponderEliminarSaludos (con besicos).
Por cierto, Sara:
ResponderEliminarNo suelo entrar a tu blog de "Elixir para olvidar", porque siempre me obliga a instalar no sé qué de Windows... Sólo por eso.
Saludos
Cierto, Zen, los árboles hacen todo eso que dices, porque se parecen a los humanos en muchas cosas. Y me aventuro a decir que son mejores que muchos de nosotros, aunque decir eso no es nada original, me parece.
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por volver.
Hola, Alfaro.
ResponderEliminarEn ti no me extraña nada eso, porque los poetas teneis una sensibilidad especial.
Suelo observar, sentir, que en cualquier ciudad una calle sin árboles no tiene el alma de una que sí los tiene.
Un abrazo.
Hola, Malú.
ResponderEliminarMe ha gustado tu nueva palabra de "magestualidad"...
La palabra correcta sería "majestuosidad", y la tuya puede deberse a un error de tipeo, al escribir deprisa. Pero... me gusta pensar que la has escrito a propósito, porque "magestualidad" evoca una mezcla entre magia y gestos, y de eso precisamente están llenos los amigos árboles.
Besos, Malú, y un saludo a vuestro texu.
Eso es, Demian, es algo mágico, y la magia es lo que más me importa de esta vida.
ResponderEliminarSaludos.
Ay, amiga Eli...
ResponderEliminarEl ocaso es para mí, y para todos los que sois como yo, la puerta de los sueños y de la vida.
Nací de noche, cerca del alba, pero mi espíritu se despertó cayendo la tarde, mientras miraba extasiado mi primer ocaso, cuando el sol luce sus más lujosos colores y pinta las nubes de oro, de ámbares y rosas. Y luego... la fiesta de la luna y las estrellas.
Un abrazo, amiga poeta.
Liz, mi querida pintora de sueños:
ResponderEliminarNo puedo saber si nuestro destino está tejido de antemano, no soy brujo, pero sí te digo que si veo a un árbol bailar... he de bailar con él.
Si eso significa colaborar con las Hadas del Destino, pues... ¡qué bien! ¡Ojalá mandaran las hadas en el mundo!
Un abrazo, amiga.
http://almademartoctdh.blogspot.com/2010/01/blog-post.html?showComment=1264132699912#c7989679692305186386
ResponderEliminarsaludos
"el bien y el mal
ResponderEliminardos mundos en perfecta diferenciación
la luz y la oscuridad
angel y demonio
soñamos con un cielo azul
y tambien con uno gris
con un mar de fuego
ahogando las penas
aún vivas y jamas pasadas
oasis incapaces de esconder el desierto
con un mar tan inmenso
como para seguir llorando
quien equilibra
quien hace la neutralidad de lo permitido
haciendolo prohibido
él, solo, él
la ambigüedad de la existencia."
(Demian Haller)
....................
Gracias, Demian, por estos versos.
Ya imaginaba que estabas al tanto de esta dualidad, pero es que... la vida, la auténtica vida está llena de una complejidad asombrosa, que nada tiene que ver con la educación que hemos recibido.
Por eso "romper el cascarón" es romper el mundo, y dejar que el aire libre de la vida entre y nos inunde los pulmones y el corazón. Y entonces, y sólo entonces seremos hombres completos.
Saludos.
Demian:
ResponderEliminarAbraxas es nuestro dios, o más bien el único dios que está en la verdad de la existencia. Todos los otros dioses, o la mayoría, están locos y quieren llevarnos hacia su locura.
Yo no soy de dioses, sólo escucho lo que me dice mi corazón. Pero Abraxas me cae simpático, jeje.
De nuevo saludos, te deseo que te vaya de lo mejor.
Profundamente Hermoso...
ResponderEliminarSi "ves" La Danza...es porque Tu estas Danzando!
Un abrazo
Mauro
Así es, Mauro.
ResponderEliminarSólo se ve lo que enlaza con uno mismo. Y para eso hace falta una predisposición, que imagino está en la naturaleza de cada uno.
Somos todos tan parecidos, pero al mismo tiempo tan diferentes...
Un abrazo.
¡AJAJÁ! Le pillé Sr. Druida!
ResponderEliminarAsí que somos todos tan parecidos vaya, vaya, vaya...
Esto pasa a los anales de nuestras viejas controversias! ¡que lo sepa vd.
Y yo si que me voy bailando hoy. ¡Hala! hasta más ver...
RAYUUUUU!:
Chicas malas 1- Sr. Druida 0. jajajaja!
Pues sí, amiga Cristal, somos todos muy parecidos, pero añado que también muy diferentes.
ResponderEliminarCada ser humano, aunque se parezca a su prójimo, es un pequeño mundo aparte. De eso doy fe.
Y los más diferentes somos nosotros, los lobos esteparios.
Muchas cosas nos unen a los demás, pero son muchas más las que nos separan de la gran mayoría.
Y esto no es un partido de fútbol, nunca lo fue y nunca lo será.
Un abrazo.
Opiniones haylas para todos los gustos, amigo. Y esa es la tuya y distinta de esa la mía...
ResponderEliminarY creo además, que por más que muchos se crean singulares, es justo al revés de lo que dices y que son muchas más las cosas que nos igualan que las que nos diferencian, aunque en un acto de legítima pero vana presunción se quiera creer otra cosa.
Y en otro orden de cosas, sea o no... esto, un partido que podría ser de algo más que fútbol (hay más deportes...) le hacía a vd. con más ferplay Sr. Druida.
Ese resultado, pretendía ser tan solo, una sencilla y cariñosa broma.
¿Abrazos?
¡Abrazos!, por supuesto, amiga hada.
ResponderEliminarNo entro en controversias, ¿para qué?
Un saludo del druida loco.
Habría que preguntarse, si ese árbol es en realidad Piktor. Aunque, en verdad, -yo creo- todos lo son. Esa danza contemplativa, llena de calma, fuerza y dignidad.
ResponderEliminarSaludos, Antonio.
Hola, Conde, se te echaba de menos.
ResponderEliminarSí, ese árbol, cuya imagen saqué del blog de Brujita (la hacedora de haikus), recuerda mucho a Piktor.
Pero, como dices, todos los árboles tienen una danza secreta en su interior, al igual que nosotros, o algunos de nosotros. Lo bueno es saber bailar con ellos.
Un abrazo, amigo Conde.
yo bailo a diario con los árboles! es más, hasta ayer lo hacía con una magnolia!
ResponderEliminarqué parecidos somos unos cuántos por aquí...
CRISTAAAAAAAAAALLLLLLLL!!!!
Chicas Malas:2- Sr. Druida:0
besos,, Antonio*
Hola, Rayuela.
ResponderEliminarChicas malas: 2 - Sr. Druida: 0
Vale, lo encajo, he perdido, pero el partido era amistoso, jeje.
Me encanta saber que bailas con los árboles. Eso es un signo de identidad, y una actitud.
Besos, amiga Silvia.