Para alguien que estimo mucho, y que ahora está pasando por el duro trance de perder a su mejor amigo...
Ojalá que recuperes pronto tu sonrisa, porque este mundo la necesita, como el sol de la mañana, la brisa entre las hojas o el agua en el río. Seguro que tu amigo que se va, desea lo mismo.
Un fuerte abrazo.
Antonio HM
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imagen: "Amanecer en Otoño", por Gary Mc Parland
música: "When I am laid in Earth", de Henry Purcell
voz: Emma Kirkby
Algo nos vamos dejando a lo largo del camino, y ese algo cada vez es un mucho... que tenemos que superar y seguir andando y sobrellevando la carga, tremenda ,del vacío que nos dejan en el alma.
ResponderEliminarMi comprensión desde el corazón por ese dolor de tu amigo.
Besos volados.
Bellas y conmovedoras palabras. Y qué decir de la música y las imágenes...
ResponderEliminarGracias. Muchas gracias, en nombre de ambos.
ResponderEliminar:;
La vida sigue. El sentimiento permanece. La amistad los unirá para siempre.
ResponderEliminarUn besazo, tanto para ti amigo mío, como para esa persona que tanto estimas y a su recientemente fallecido amigo.
Así es, Brujita. Hay que seguir andando. A todos nos llega alguna vez esa pérdida, ese vacío, pero hay que seguir andando.
ResponderEliminarGracias. Besos.
Bueno, Luis Antonio, gracias, pero las palabras son torpes, quise decir algo y así me salió. Es difícil escribir con acierto en determinados momentos.
ResponderEliminarMenos mal que la música y las imágenes sí están a la altura.
Un saludo.
Gracias a ti, por ser como eres; por tu presencia, siempre amable, cómplice y amiga, durante tantos años, y que seguirá viva en el recuerdo de los que te quieren.
ResponderEliminarNunca nos hemos visto, nunca nos veremos, pero permíteme que te llame amigo, porque sé de ti, y todo lo que sé es bueno.
Gracias. Un abrazo, y buen viaje, amigo.
Sí, Butter, la amistad es un lazo indeleble, un puente hacia el infinito. El sentimiento es para siempre.
ResponderEliminarLa verdad es que cuando uno ha llegado a cierta edad y se detiene a hacer balance de su vida, encuentra que los mejores tesoros tienen nombre propio. Son, cómo no, los amigos, los buenos amigos en quienes nos apoyamos y que nos apoyaron, que siempre estuvieron ahí, en los buenos y en los malos momentos. Ellos son, sin duda alguna, nuestra mejor riqueza, quizá la única que vale la pena en este camino sinuoso que es la vida.
Un beso.
Perder a un amigo es muy doloroso.
ResponderEliminarUn abrazo para tu amigo. Otro para ti.
Es un verdadero placer leerte, disfrute y aprendi mucho de este espacio..
ResponderEliminarYo también pasé por ese trance de perder a un amigo; también a mí se me perdió la sonrisa, y el ánimo, y la razón. Fue hace mucho tiempo y aún sigo haciéndome las mismas preguntas sin respuestas. Pero en ese cerco diabólico de la angustia y el desconsuelo, coexiste el impulso natural de lucha por la supervivencia. Un campo de batalla en el que cada vez se ve más clara la estrategia del enemigo y donde, a fuerza de caer lastimado y volverse a levantar, se acierta a elegir las únicas armas que te darán la victoria.
ResponderEliminarAunque el final nunca tenga sentido, tu amigo recuperará la sonrisa.
Un abrazo y gracias
Chuff!!
Maravillosa música para una despedida. Seguro que le gustaría.
ResponderEliminarUn abrazo, Antonio.
Son duras pruebas que nos pone la vida. No queda más que atravesar esos momentos con entereza y aceptación. Por supuesto, el dolor es inmenso y las muestras de adherencia y comprensión como la tuya ayudan mucho a esas personas que están sufriendo.
ResponderEliminarLa música, excelsa y adecuada perfectamente a las circunstancias.
Un abrazo fraterno
Me imagino que por la forma de vuestras letras, hablas de la muerte de un amigo de tu amigo.. déjame decirte que a veces no hace falta que llegue la muerte para que un amigo se vaya...y es igual de doloroso..
ResponderEliminarSaludos Hermano de Hesse
Muchas gracias, Virgi, por tu presencia y por los abrazos.
ResponderEliminarOtro para ti.
Gracias, Andrea. También a mí me gustan tus Silentes Fonemas. Aunque, permíteme que te diga que debes cuidar más la ortografía. Se ve que escribes deprisa y luego publicas sin releerlo antes. Pero bueno, son detalles sin importancia, que tienen fácil arreglo. Lo que vale es el interior.
ResponderEliminarUn saludo, y gracias por pasarte.
Ese es el tema, amigo Zen: la vida, y nuestro impulso natural por abrazarla y que nos abrace, a pesar de trances lamentables y situaciones dramáticas que escapan a nuestro control, y que no podemos sino asumir y aceptar, aunque nos duela profunda e intensamente.
ResponderEliminarEn cuanto a mi amigo, tengo el gran placer de comunicarte que parece que así es. Que, poco a poco, va encontrando, aunque sólo en ciertos momentos, su perdida sonrisa. Todo se andará. Eso le deseo, claro. El final, como dices, no tiene sentido, pero recuperar la sonrisa sí, y hay que hacer hasta lo imposible por conseguirlo.
Un abrazo, y gracias a ti.
Estoy seguro de que sí, Crystal.
ResponderEliminarGracias por decirlo.
Un abrazo, amiga hada.
No sé si son pruebas, como dices, amiga Liz, y si lo son no sé para qué sirven, aparte de para dejarnos hechos polvo. Lo que está claro es que no podemos hacer otra cosa que pasar por ello, porque no hay otra opción. La vida es, a veces, así de implacable, y no nos pregunta lo que queremos o no vivir, o lo que podemos o no soportar. Simplemente, sucede.
ResponderEliminarPuede que la bella música y las palabras de aliento, suenen pobres e inútiles en los oídos del que sufre, pero se ponen aquí, por supuesto, con la mejor intención, que no es sino acompañar al amigo en su dolor, e intentar, aunque parezca vano, ayudarle -como bien apuntas- a superar ese amargo trago, en la medida de lo posible.
En fin, un abrazo, querida pintora de sueños.
Sí, de eso hablaba, Demian.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, pero sólo en parte. Si te refieres a la ruptura de una buena amistad, es, efectivamente, doloroso, y mucho. Pero la muerte es algo tan... definitivo, tan sin salida ni regreso, que no es comparable a nada.
Podemos pensar en el amigo que se ha ido de nuestro lado de cierta forma favorable, imaginándole feliz en otro ambiente, con otros amigos nuevos. Lejos, sí, pero vivo. No así del que se ha ido para siempre, no ya sólo de nuestro lado sino de todos los lados.
A no ser que creamos en eso que llaman más allá, que seguramente existe, pero no sabemos cómo ni qué colores tiene. Ahí ya sólo nos queda el poder de la imaginación. Bueno, y quizá alguna otra cosa...
Un saludo, y gracias por lo de Hesse.