tag:blogger.com,1999:blog-1933082435627441642024-03-24T08:32:49.654+01:00 Cuaderno NocturnoAntonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.comBlogger588125tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-9971512255765379542018-06-08T13:40:00.005+02:002018-06-08T13:46:18.037+02:00Un largo paréntesis<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6SsrOzf0aFORyJDB1w8B0RKO2yT7GiSNqJZLvvW9B2mrNVtwsUk4IfnuKWJ8QfDpb61yAtF8zlZu5EtHL1iL_-0Z3foXGPRU2ptOvMVIS9PkODaJMV0S4HZYHvo9ylreDnofw2VbTFB89/s1600/Un+largo+par%25C3%25A9ntesis.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="960" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6SsrOzf0aFORyJDB1w8B0RKO2yT7GiSNqJZLvvW9B2mrNVtwsUk4IfnuKWJ8QfDpb61yAtF8zlZu5EtHL1iL_-0Z3foXGPRU2ptOvMVIS9PkODaJMV0S4HZYHvo9ylreDnofw2VbTFB89/s400/Un+largo+par%25C3%25A9ntesis.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Por si alguien se pasa aún por este cuaderno, aparentemente abandonado, y se extraña por tantos meses de silencio, diré que es que, siguiendo el mismo rumbo que tomó el protagonista de mi última historia (que publiqué aquí en junio del año pasado), yo también me he embarcado en esa búsqueda del "País de las Maravillas"... Y no se trata de una aventura a ciegas, porque sé que ese país existe. Lo sé porque lo visité muchas veces en el pasado. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> He llegado a ser más viejo que mi abuelo, Isidro Gómez Bardán, que en paz descanse y que buen viaje tenga por esos caminos del infinito. Más viejo que mi abuelo, sí, y me sorprende poder decirlo. Pero no he conseguido tener ni la sombra de su presencia en el mundo. Cuando murió yo tenía unos nueve años y me quedó grabada su imagen de un hombre sabio y fuerte. Sin embargo, yo, más viejo en edad, ni soy sabio ni soy fuerte. O quizá sí, pero de una manera cuyo sentido todavía se me escapa, porque no he asumido aún la perspectiva que corresponde a atisbar otros rincones...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Quizá ingenuamente, pienso que al igual que una partícula puede comportarse en ciertos momentos como una onda, dependiendo del método de observación (según demuestran los experimentos de la física cuántica), es casi seguro que la realidad cotidiana es susceptible de ser vista y vivida de forma diferente. Y descubrir ese país de las maravillas depende asimismo de un cambio en la forma de mirar. Se trata del viejo tema del modo de visión, del ángulo de la percepción. Y tiene que ver, por supuesto, con lo que hace tiempo solía definir como la mirada del sueño, en contraposición a la mirada del mundo. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Y cuento ahora que, buscando durante meses ese país de las maravillas, me encontré con varias ciudades... Pasé rozando, por ejemplo, la ciudad del Olvido, pero no llegué a entrar. Había ciertos recuerdos que no quería perder. Me detuve tan sólo unos segundos ante la gran puerta de un verde desvaído de esa aparentemente tranquila urbe, dudando, con deseos de cruzarla... Pero al fin pasé de largo y seguí mi camino. Quise conservar la memoria de aquello que aún estimaba como valioso.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Más tarde, me encontré con la ciudad de la Idiotez, y ahí sí que entré. Porque quería confirmar mis sospechas... Y mis sospechas fueron confirmadas. En ese lugar la población había crecido muchísimo desde la última vez que la había visitado, tanto que casi rebosaba sus fronteras, amenazando con conquistar e invadir a otras ciudades aledañas. Me paseé durante varias horas por sus atestadas calles, llenas de gente, y en todas partes ví lo mismo: a gente idiota que sólo hacía y decía idioteces. Me paré en algunas calles, en bares y plazas, y escuché las conversaciones de los grupos que allí había... Siempre era lo mismo: idioteces. Una tras otra, sin descanso, casi sin respirar, y casi siempre entre carcajadas sin sentido, risas estridentes que parecían insultar al mismo aire. Mientras sus pequeños hijos (los niños que un escritor calificó hace poco de "idolillos") bailaban frenéticos alrededor de la hoguera familiar, brincando y gritando.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Me asomé también a la ciudad del Vacío, y crucé sus grisáceas puertas. Me atreví a hacerlo porque sentía cierta curiosidad. Pero después de caminar durante casi una hora por sus calles medio desiertas, algo me impulsó a marcharme. Empezaba a sentir que no sentía nada..., como si mi ser se deshiciera a cada paso. No era aquello el místico vacío búdico, no era el Nirvana... Tan sólo me crucé con algunas figuras difusas que parecían fantasmas, de pasos lentos y gestos mortecinos, que miraban sin ver, sin ningún brillo en los ojos. Y había en toda la ciudad como una neblina gris que olía a silencio, pero un silencio mustio, aburrido, opaco, un silencio aterradoramente vacío...</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> En la ciudad de la Incertidumbre, barroca y extraña, caótica, llegué a marearme. Dudaba en cada cruce , sin saber qué dirección tomar, lo que me hacía sentirme confuso y como perdido. Tanto que hasta llegué a dudar de mi propio nombre, de cuál era mi origen y dónde estaba mi casa. Menos mal que acerté a encontrar la puerta de salida...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Y pasé muy cerca también de la ciudad de los Errores, e incluso llegué a pisar varios charcos de fango junto a sus murallas, que luego supe que formaban como una senda que llevaba directamente a la ciudad del Vacío.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Por último, pasé por la ciudad de Nunca Jamás (ese nombre ponía en un gran rótulo sobre su puerta coloreada) y estuve allí al menos un par de horas... Su interior estaba construido a semejanza de la isla fantástica del cuento, pero... No pienso volver a esa ciudad nunca jamás. Allí no estaban ni Peter Pan ni Wendy, ni Campanilla, ni los niños perdidos, ni los indios ni las sirenas. Ni siquiera ví al Capitán Garfio y su barco pirata, lo que hubiera tenido cierto interés... Lo único que ví fueron largos pasillos llenos de espejos, que en conjunto configuraban oscilaciones de la realidad, espejismos deformantes, como ilusiones de feria. Luces rutilantes que sólo iluminaban decorados de cartón piedra. Grandes tapices, paneles de teatro, de esos que suben y bajan según la escena de la obra. Y muchas figuras disfrazadas, como de carnaval, con ademanes afectados y máscaras de payaso, que para nada hacían reír...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Así que sin hadas ni duendes ni aventuras, noté que aquello era un lugar falso, y decidí marcharme. No era éste, en absoluto, el País de las Maravillas que andaba buscando. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Y se me olvidaba decir que me encontré asimismo con varias "interfieras" por el camino... Que no son bichos o virus de internet, no, sino molestos animales humanoides, que por su carácter guardan cierto parecido con las moscas, pero de mayor tamaño y vestidos con traje y corbata, o similar, que continuamente te preguntan, te comentan, te aconsejan y te sueltan su "erudito" discurso, que varía según el momento y los vinos, cervezas o licores que se hayan tomado. Entidades que quieren interferir en todo cuanto uno hace o piensa, intentando anularlo o volverlo del revés.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> A éstos nunca les hablé de mi búsqueda del País de las Maravillas, más que nada por evitar oír su risa hueca y por no ver la burla en sus ojos grises. </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> En cuanto al País de las Maravillas, no se trata sólo de encontrar un lugar fantástico más allá de las fronteras de la realidad, aun cuando ese lugar exista en alguna parte. Sino también de ver las maravillas que hay en esta misma realidad, de saber distinguir su luz entre el pantano de sombras de la vulgaridad cotidiana. Sé que no es fácil... Cuando hace cuarenta años solía usar la mirada del sueño en lugar de la del mundo, esas maravillas me asaltaban casi a cada paso. La magia de la vida me sonreía desde cualquier rincón, por oscuro que éste fuera. No había problema entonces, la oscuridad aún no había hecho mella en mi mente. Entre mí y esa esfera azul, de lunas y estrellas, de amables susurros y melodías, de besos aéreos y brillantes sonrisas, no había la distancia que hay ahora. Quizá esto se deba a la diferencia entre juventud y vejez... No lo sé. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Por otra parte, quizá el País de las Maravillas no sea sino esa dimensión, normalmente invisible, que tenemos casi siempre delante de los ojos, pero que no somos capaces de percibir, por culpa del velo... Esa gruesa y tupida cortina creada por una excesiva atención a lo que entendemos como mundo. Encontrar, pues, ese País pasaría por colarse entre las finas ranuras de la tela, entre las fisuras que hay en la malla de este mundo oscuro y absurdo. No sería esto, propiamente, como "descorrer el velo", pero sí atisbar lo que hay al otro lado.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> He de reconocer, sin embargo, que después de tantos meses de búsqueda sigo sin encontrar ese país maravilloso, esa tierra feraz que conocí de niño y en la juventud. Pero, en cambio, sí he logrado hallar otro país, mucho más sencillo, el de las Pequeñas Alegrías... Está conformado por cosas mínimas, brillos diminutos, detalles amables y suaves rincones con luz que fácilmente pueden pasar inadvertidos a una mirada normal, pero que cuando se perciben con claridad le recuerdan a uno el placer de vivir. Y a este último país vuelvo de visita siempre que puedo. Cada vez con más frecuencia. Me agrada tanto que cualquier día me quedo allí a vivir para siempre. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Ya sé que hay quienes después de perder el tren, por distracción o por no llegar a tiempo ese día y a esa hora, se quedan esperando en la estación al próximo tren. Lo cual, en principio, parece lógico. Pero muchos esperan ese tren, que no termina de llegar, durante el resto de su vida. Y es porque no saben que ya no hay más trenes. No saben que esa línea ferroviaria en concreto, la suya, ha sido suspendida... Por ello, no quiero engañarme sobre esto. Ya no espero ningún tren. Lo que haya de encontrar, sea lo que sea, ocurrirá mientras camino.</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Como complemento, y en compensación por este largo paréntesis de silencio, voy a añadir aquí un escrito de hace cinco años, que titulé "La voz y los ecos". Y lo hago porque lo que expreso en él no ha perdido vigencia. Entre las interminables galerías de luces y sombras, entre búsquedas y desencuentros, entre fulgores y agujeros negros, hay cosas, ciertas buenas cosas, que permanecen. Quizá por siempre. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Tal como decía mi amigo August Pausel: "Cuando uno cruza la frontera de sombra, más allá de la cual sólo hay extrañeza, y llega el triste momento en que ya no encuentras a nadie a quien ofrecer tu amabilidad, tu afecto o tu cariño, piensa que, en última instancia, siempre queda alguien... Y ese alguien eres tú mismo." </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Antonio Martín Bardán</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(8 de junio, 2018)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"LA VOZ Y LOS ECOS"</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> No amé al mundo, ni el mundo me quiso a mí.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> No adulé sus jerarquías, ni incliné</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> paciente rodilla a sus idolatrías.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> No he forzado sonrisas en mis mejillas, ni gritado </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> adorando un eco; entre la multitud</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> no me contaron como uno más.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Estaba con ellos, pero no era de ellos.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Estuve y estaré solo, recordado u olvidado.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Lord Byron</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> (<i>Childe Harold</i>, canto III)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Estos versos del apasionado y altivo Byron me hacen pensar en mi propia relación con el mundo. Y lo primero que me viene a la mente es ese simple consejo que me dí a mí mismo una noche cuando joven, según venía de pasar otra interminable y agotadora jornada en el cuartel, en el periodo del servicio militar: que la cuestión principal era una lucha entre el mundo y la vida, y que debía emplear todas mis fuerzas en ganar esa lucha. Por "mundo", claro está, me refería a la sociedad en que vivía, a sus formas y a sus normas, a sus limitaciones e imposturas, y por "vida" entendía en aquel momento la esfera de mis sentimientos, mi relación personal e íntima con la existencia. Por supuesto, me resultaba fácil entonces identificar esos sentimientos con la realidad, porque me veía aún a mí mismo como un ser que no estaba contaminado. Es decir, creía que lo <i>mío</i> era lo auténtico, que lo real tenía mucho que ver con el "sentido poético" y entusiasta con que miraba las cosas; mientras que el mundo no era sino un entramado falso y extraño que maquinaba sus visiones fuera de la vida, engendrando un ambiente frío, estúpido y sin alma. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Más tarde, como suele pasarles a todos los jóvenes, aquel soñador tuvo que pasar por diversas etapas de forzosa adaptación, y vivir —en contra de su voluntad la mayor parte de las veces— distintas y complejas mixturas de experiencia social. Lo que me expuso a extrañas influencias y empezó a enturbiar la clara imagen que tenía de mí mismo y mi esfera sentimental. Y, sobre todo, comenzó a socavar la certeza de que mi visión de la vida era la única válida. En otras palabras, el mundo traspasó mis barreras emocionales y de pensamiento y generó en mi interior un considerable caos, antes desconocido. Fue la época de las crisis de identidad, del sentirse vulnerable, de empezar a no reconocer la propia imagen en el espejo. Y llegué a sentirme como un intruso en mi propia casa... Esta situación tenía una consecuencia grave: que ya no podía vencer en aquella lucha, porque ya no estaban tan definidos los objetivos y las fuerzas se disipaban, no lograban concentrarse en una dirección nítida y concreta.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Mucho tiempo pasé entre esas brumas; tiempo perdido en que alcanzé el dudoso y ambiguo perfil de sombra. Pero tuve que pasar por ello, con lo que eso conllevaba de problemas y tristezas varias, para, después de unos años, poder reencontrar la antigua figura. Fue difícil y duro el trayecto, pero poco a poco las cosas volvieron a su sitio. Y, aunque ya sin la simpleza de antaño, la imagen del mundo y la mía propia se recolocaron en el lugar correcto. Con definiciones más complejas, con la intervención de nuevos puentes y la presencia de inesperadas galerías, pero la vieja lucha regresó con claridad a mi mente y a mi vida. Las dudas se disolvieron y volví a hallar el camino bajo mis pies. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Sin embargo, los matices eran otros, y ya no veía a aquello exactamente como una lucha. Sino, más bien, como una especie de complicada danza entre una esfera y otra, como una contienda pacífica en la que los contrarios podían a veces incluso interrelacionarse sin que saltaran chispas ni corriera la sangre. Digamos que la guerra era ya muy vieja, los enemigos se conocían sobradamente y no ponían demasiados obstáculos a la hora de compartir lugares y tiempos. Aunque, eso sí, siempre, al final de cada jornada, cada uno debía volver a sus cuarteles, dejando así al otro respirar tranquilo, descansar y entretenerse gozosamente con sus propios y particulares sueños y espacios.</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Tampoco yo he conseguido —como <i>Childe Harold</i>— amar al mundo, ni creo que el mundo me quiera. Pero a estas alturas, desde la soledad de estas estancias, no me rasgo ya las vestiduras por ello. Es algo asumido que no puede hacerme daño. El mundo está en su sitio, como siempre, y yo en el mío. Nos encontramos a diario, pero no nos molestamos demasiado, no hasta el punto de la beligerancia. Nos saludamos levantando el sombrero o la mano educadamente, como buenos enemigos, cruzando en ocasiones algunas palabras, y aunque haya también a veces miradas que rozan el desprecio o la indiferencia, cada uno sigue su camino sin más historias. Para mí sigue estando muy claro de dónde viene la voz y de dónde los ecos... </span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(1 de mayo, 2013)</span><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjazVTV2Z8VhwpgtOM2EqCC4ZpZjfnG7gUc4LqR0_C0Sqlr8_VWstjkiUXT6LLq-5g9un2GqpuEDQMuUkS_F4yVDUgQvLEBsm1QAyvFJ0lIjjYR34dk7XlJywmD2kyAdAsLNi7c4EIpCI0k/s1600/La+voz+y+los+ecos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="600" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjazVTV2Z8VhwpgtOM2EqCC4ZpZjfnG7gUc4LqR0_C0Sqlr8_VWstjkiUXT6LLq-5g9un2GqpuEDQMuUkS_F4yVDUgQvLEBsm1QAyvFJ0lIjjYR34dk7XlJywmD2kyAdAsLNi7c4EIpCI0k/s200/La+voz+y+los+ecos.jpg" width="200" /></a></div>
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<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-18833786144532347822017-06-17T04:24:00.000+02:002017-06-17T04:39:23.285+02:00El país de las maravillas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIYp8yfVP454Y6wj5KMgIkmiAcgkY9O2D7k4wwhxIWBL3HbKPasqpkDyPMbwCffYY9KDUIPw_pNBKq2LrT52hLfKI-TFjl4jPGKBMo3u8-sMTvN971azIeXm7UcmYF_H1DJh0PAE6ThA5-/s1600/Imagen+31.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="580" data-original-width="840" height="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIYp8yfVP454Y6wj5KMgIkmiAcgkY9O2D7k4wwhxIWBL3HbKPasqpkDyPMbwCffYY9KDUIPw_pNBKq2LrT52hLfKI-TFjl4jPGKBMo3u8-sMTvN971azIeXm7UcmYF_H1DJh0PAE6ThA5-/s400/Imagen+31.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Arturo Melgar desapareció hace algunos años de nuestro ambiente de amigos. Dos o tres, quizá cuatro; no recuerdo bien. Y no puedo saber si ha muerto o sigue aún vivo. Sólo puedo decir que se esfumó de nuestro entorno habitual, en el que nos reuníamos con frecuencia, en distintos lugares, y que hace mucho tiempo que no se sabe nada de él. La última noche que recuerdo nos vimos en la tertulia de un café, puede que en Salamanca. De este dato tampoco estoy del todo seguro, porque mi memoria está algo difusa al respecto. En aquellos días yo andaba pendiente de otras cosas, más personales, de otra índole, y no prestaba mucha atención a esos detalles. Simplemente estaba allí, disfrutaba de los momentos, de la buena compañía, pero sin anotar mentalmente los pormenores de esos encuentros. Cuando una corriente más fuerte te atrae o te ocupa, el apercibimiento de lo demás, de lo otro, pierde fuerza y queda difuminado.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero, aún así, recuerdo bien a Arturo. Era buen conversador, afable y culto, empático. Sabía escuchar, y solía encontrar la manera de introducir, en el momento apropiado, un comentario acertado e incluso chispeante en cualquier tema que estuviésemos debatiendo, ya fuera de política, filosófico o de astronomía. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Como he dicho, no puedo saber por qué se fue. Sin despedirse, sin decir nada, ni siquiera dejando una breve nota. Quizá Arturo emprendió un viaje lejano, y aún sigue en él, por motivos que desconozco. O tal vez algo se lo llevó...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El caso es que hace poco, tan sólo unas semanas, otro amigo del círculo, el bueno de Sergio Gómez, encontró (digamos que por casualidad), en un hotel de Segovia en el que se había hospedado Arturo pocos meses atrás, un cuadernillo que le perteneció. Había alquilado allí Sergio una habitación para unos días, por una visita de negocios, y sucedió la extraña suerte de que el encargado del hotel le recordó nada más verle, al igual que también recordaba al amigo Arturo... Este encargado y recepcionista del pequeño hotel provinciano, quizás el dueño, de cuyo nombre no me acuerdo, había participado algunas veces en nuestras tertulias, aunque sólo como espectador. Pero con un evidente interés que se le notaba en la mirada. Detalle que sí recuerdo, porque le observé y me extrañaba que nos acompañara en esas tertulias, que llegaban a veces hasta la madrugada, sin decir nada, sin quejarse, pero siempre atento a todo lo que allí se decía. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero, bueno, cosas de la vida, el asunto es que cuando Arturo se marchó de allí dejó algunas cosas personales. No sé si por distracción o por prisa. Nada importante: objetos de aseo, una camisa, un par de zapatos, un sombrero y... un cuadernillo de notas. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y en este cuadernillo, esta pequeña libreta, que ha llegado a mis manos gracias al amigo Sergio, me encontré anoche con unas líneas que me gustaron. En ellas escribió Arturo sobre lo que él denominaba "El país de las maravillas". Y esas líneas son las que voy a transcribir ahora.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... </span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El país de las maravillas existe, ¡ya lo creo que existe! Pero no está oculto en una mágica región subterránea o de otra dimensión, a la que se accede tras bajar por un profundo pozo, mientras se persigue a un fabuloso conejo blanco con reloj, como en el cuento de Carroll. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El país de las maravillas se descubre viendo a este mundo de un modo diferente; poniendo una especial actitud del corazón en la mirada.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No estoy hablando de utopías. No doy a entender que el mundo es susceptible de cambiar sólo con que sus habitantes cambien el tono de su voz y su mirada. Pero, quizá sí sea posible introducir un matiz que, poco a poco, lo vaya mejorando. Eso hablando en general. En lo personal, hoy puede uno mismo encontrar en su entorno ese País de las Maravillas...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No tengo ya edad para jugar con conceptos ilusorios, del orden de los que solíamos rozar en la juventud, un poco fantaseando. Necesito realidades concretas y tangibles, que pueda palpar y experimentar ahora mismo. Y de lo que hablo ahora tiene que ver con esto último, a pesar de que pueda parecer lo contrario.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Las maravillas a que me refiero no son fantasías de cuento, sino una forma distinta de percibir la realidad. No es un intento de "dorar la píldora", sino el acto, casi mágico, de mirar de otro modo, poniéndo énfasis en detalles que normalmente nos pasan desapercibidos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No sabemos si la "veladura" que uno puede poner sobre las cosas con esa particular mirada es un engaño o un descubrimiento. Pero en todo caso lo que está claro es que nos ayudará a vivir un poco mejor. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero, ¿es el mundo transformable, en alguna medida, según nuestra actitud y voluntad? No sé casi nada de física cuántica ni de misticismos milenarios. Y si algo sabía, lo he olvidado. Aún así, resulta sorprendente observar cuántas diferentes visiones del mundo coexisten en el mismo mundo. El mundo es el que es, lo veas como lo veas y pienses lo que pienses. Todas esas visiones son sólo subjetivas. Pero llegamos aquí a la orilla del océano, por el que navega ese barco inquisitivo en cuyo casco está escrita esta antigua pregunta: "¿Qué es la realidad?"</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El país de las maravillas está justo detrás del muro, sólo unos pocos metros más adentro de la conciencia. Detrás de ese muro mental que el espíritu del mundo erige ante nuestros ojos, para condicionar nuestra visión y, consiguientemente, enclaustrar nuestro vivir. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> He visto documentales, supuestamente de origen gnóstico, que aseguran que este planeta Tierra es en realidad el infierno. Hasta Aldous Huxley escribió en una ocasión que la Tierra es el infierno de otro mundo... Puede que tengan su parte de razón, visto el "desarrollo" histórico de la humanidad a lo largo de los siglos. Pero, aún así, me reafirmo en mi idea de que también aquí está el País de las Maravillas.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> "... Pero por mucho que afines tu mirada hacia la maravilla y lo positivo y luminoso, si te encuentras de noche con una hambrienta manada de lobos, de nada te va a servir..."</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Quién dice eso? ¿Es acaso cierto?... ¿Quién me asegura que, sabiendo mirar, acertando en la diana del centro del universo, no pueda hacerme amigo de esos lobos, y, fuera de conflictos, de hambres, deseos y luchas, pasear con ellos bajo la luz de la luna?... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Decía antes que quizá a Arturo <i>algo</i> se lo llevó... Pero, después de leer las olvidadas notas de su vieja libreta (aparte de si hubiera o no una incipiente locura), pienso que ese algo no fue ninguna pena, sino una alegría. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Una que se le mezcló con el agua lunar de algún buen sueño.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(17 de junio, 2017)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/jw5I2ctLri4?rel=0" width="460"></iframe></span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">música: <i>Here's to Life</i> - Laura Simó y Pedro Ruy-Blas</span><br />
<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-74726172626055547922017-01-31T23:30:00.003+01:002017-01-31T23:36:46.169+01:00En el centro de la diana<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibAE4owpZdscA9qK5h3lpVRK7pxSpxBxqJgzXL8t4JsTR2paJXe816ogAGTNKF_fOy3C0NwOWit6BrcM-llL2EaBC3zxSfgdaFiEaImjk4rQLTCnbtK6CU7j35QL5_rkVEi7MXIiRojUr1/s1600/En+el+centro+de+la+diana.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibAE4owpZdscA9qK5h3lpVRK7pxSpxBxqJgzXL8t4JsTR2paJXe816ogAGTNKF_fOy3C0NwOWit6BrcM-llL2EaBC3zxSfgdaFiEaImjk4rQLTCnbtK6CU7j35QL5_rkVEi7MXIiRojUr1/s400/En+el+centro+de+la+diana.png" width="400" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Son unas pocas frases que he ido encontrando en la prensa, en estas últimas semanas, hojeando periódicos y revistas. Frases que dan en el centro de la diana, de sus respectivas dianas. Y las cito aquí porque me han llamado la atención, a uno u otro nivel, como si tocaran algo que tiene que ver con mi propia interioridad. No es que esto de la interioridad sea interesante para nadie, excepto para uno mismo, pero creo que las frases tienen valor por sí mismas y puede que hablen a otras muchas interioridades aparte de la mía.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Por supuesto que cada una de ellas se merece un comentario personal. Porque a pesar de que parece sobrevolarlas un cierto aire de pesimismo (esa roca oscura que siempre rueda hacia abajo), también veo luces en su fondo. Quizá lo haga, si llega el momento apropiado. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Se me ha ocurrido comenzar así este nuevo año, después de dos meses de silencio en este cuaderno, con estas citas encontradas al azar (esa cosa en la que no creo). Aunque sólo sea para calentar motores. Porque siento que este caminante aún tiene algunas cosas que decir.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(31 de enero, 2017)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Como huérfano uno aprende a ser autosuficiente. Uno se hace <i>freelance</i> desde los cuatro o cinco años. Trataba a los demás como si también lo fuesen, y creo que eso lo sigo haciendo. Más de la mitad de las estrellas del universo son huérfanas, no pertenecen a constelación alguna y arrojan más luz que todas las estrellas de constelación.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «El silencio no miente.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">John Berger </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «No quiero que nadie sea yo mismo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Sólo yo soy capaz de soportarme.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Para saber tanto, para observar tanto</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">y para decir nada: nada acerca de nada.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Robert Walser</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «La desilusión no es nada malo. Si hay desilusión es que ha habido ilusión, y nunca es demasiado temprano para disipar una ilusión.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «A menudo me siento tentado por concluir que, en el plano intelectual, no ha sucedido nada desde 1860. Es irritante vivir en una época de mediocres, sobre todo cuando uno se siente incapaz de subir el nivel.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «... Quedarse tranquilo en un rincón, esperando el envejecimiento y la muerte, que terminarán solucionando el asunto.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Michel Houellebecq</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Casi sesenta años caminando por este mundo, y aún no me he enterado bien de qué va... ¿Seré un idiota disfrazado? ¿O es que la esencia del mundo es, precisamente, la idiotez, y por eso no he conseguido hallar su significado, simplemente porque no lo tiene? </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Menos mal que uno conserva aún el asidero de la vida y a veces puede seguir abrazando algún sueño.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">A. Martín Bardán</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-26372549292344224852016-11-24T03:23:00.002+01:002016-11-27T06:11:00.990+01:00Alegres amigos...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_usfrevBeQt2i5B9EPS4SATmnM7sTlpOtR_-8LEeAVG-2SzCJvBKBkxnDMGF9jPO3dat7o7ioMExJm12Sg_InjFa6mSRgkbEzS4UG4S6ehsu7FxUOm5vg6Lzhuys6yLOOsX7sYe8M0gYP/s1600/Alegres+amigos....png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_usfrevBeQt2i5B9EPS4SATmnM7sTlpOtR_-8LEeAVG-2SzCJvBKBkxnDMGF9jPO3dat7o7ioMExJm12Sg_InjFa6mSRgkbEzS4UG4S6ehsu7FxUOm5vg6Lzhuys6yLOOsX7sYe8M0gYP/s400/Alegres+amigos....png" width="400" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">PARA LOS ALEGRES</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Con gusto os veo: os he tenido afecto</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">a vosotros, que, en tantas ocasiones,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">me aliviasteis con un saludo amable,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">me disteis bondadoso y leal trato</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">y la franca alegría del artista,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">y sus rasgos de ingenio me brindasteis.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Lejos estoy ahora de vuestra amena tierra,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">hermosa y placentera, de donde brota siempre tanta vida,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">y cuyo idioma, empero, jamás pude entender. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">¿Me perdonáis? ¿Ya habíais olvidado</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">a este hombre descarriado que, con placer dudoso</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">y cientos de preguntas pueriles en su pecho,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">se sentó a vuestra mesa desbordante?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">¿Qué era yo? Un peregrino extraño a la existencia</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">a quien sólo placían los contactos huraños,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">y que, libre, sin trabas y estentóreo,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">corrió todas las calles de las ciudades vuestras.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Fui un niño a quien mimasteis y dejasteis</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">estar con los mayores en la mesa; pero que se escapaba</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">porque, sobre la cerca, le llamaba, hechizándole,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">un par de rosas rojas, un pájaro, o el viento.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Construisteis, creasteis, resolvisteis problemas...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Yo no puedo: me arrastran a lo largo del mundo,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">sin descansar, hacia una meta ignota,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">que cada día se halla más lejana.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Y siempre he de escuchar extraños sones</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">que, bajo tierra, y en la eterna noche,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">murmuran gravemente, tristemente, como un oscuro río,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">cuyo canto terrible me estremece.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Y ese clamor que surge del abismo</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">lleno de horror he de escuchar por siempre,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">hasta que, en su confuso coro mágico, </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">me arrebate la Noche a su regazo.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Hermann Hesse</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No creo necesario comentar el poema de Hesse, con la excepción de declarar que todo lo expresado en él lo he vivido. Hubo una época, en mi juventud, en que tuve unos cuantos de esos alegres amigos. Y eso me proporcionó, sin duda alguna, momentos muy gratos y divertidos, casi felices. Pero recuerdo asimismo que, ya en aquel entonces, en mi mente se proyectaban otro tipo de tendencias... De hecho llegué a escribir, en ese tiempo, un poemita al respecto, que titulé «Canto de la Huida». Es decir, que ya entonces, a pesar de la juventud y lo agradable y alegre de aquellas relaciones, mi espíritu apuntaba hacia otros derroteros... El por qué de esto, lo desconozco. ¿Será que existe en realidad algo así como un destino, un sello que marca el rumbo de la propia vida?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En cualquier caso, lo acepto. Recuerdo con gratitud aquellos alegres momentos de juventud, las risas, los paseos en compañía, la complicidad en tantas cosas buenas... Pero, también recuerdo que entre esos encuentros, entre esas pequeñas fiestas amistosas, siempre hallaba un instante para mirar hacia otro lado. Y entonces cualquier horizonte me parecía que brillaba de un modo especial, atrayéndome, llamándome, empujándome hacia lo que quizá sea mi destino.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No conservo los versos de aquel poemita, el del «Canto de la Huida», y casi mejor que sea así, porque seguro que eran malos; no en el fondo, pero sí en la forma. No obstante, el título ya dice por sí solo de qué iba la cosa. Ya entonces, años setenta, aun estando entre esos alegres amigos, planeaba sobre mí una extraña sombra azulada que me impelía a huir de esa sociedad alegre y divertida, para quizá poder encontrar un horizonte nuevo. Un horizonte en el que me imaginaba abrazando a un sueño... Un sueño que ahora mismo, aunque me lo propusiera, no sabría expresar en palabras. Porque muchos sueños están hechos de esas fibras casi etéreas que parecen proceder de otro mundo, y no son explicables en nuestro lenguaje cotidiano, porque ninguna explicación sería en absoluto plausible para las habituales mentes cortadas y vulgares que viven a ras de suelo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Ya sé que estoy algo loco, y tal vez mañana no sepa el sentido de lo escrito esta noche. Pero mañana... Mañana sé que la puerta del misterio seguirá abierta. Y que ese sueño seguirá brillando en el horizonte. Los locos caminantes, los bebedores de estrellas, los que dormimos de lado y soñamos con los valles de la luna, es sabido, creemos en estas cosas. Y nada nos va a hacer cambiar nuestra mirada. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(24 de noviembre, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/0NKLjYY6JGw?rel=0" width="460"></iframe></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen: de <i>Münchhausen</i> (1943)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">música: <i>El viaje</i> - Erik Satie y Michael Nyman</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-36240720418319780992016-11-09T05:26:00.002+01:002016-11-14T13:44:22.097+01:00Cuentos de hadas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5cfRhHBAoKaau5jXffWThuraQz9wo67Zj-Kj82nkdluv07pE0EOfkArtCW_PlRGS24ifiwzqIX2kON6_fyS5qNNW0giOMow6AgEgZaT6vbMn7xEHo00M1A9h_udUMhdeD4TXDzzg-jXEj/s1600/Cuentos+de+hadas+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="291" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5cfRhHBAoKaau5jXffWThuraQz9wo67Zj-Kj82nkdluv07pE0EOfkArtCW_PlRGS24ifiwzqIX2kON6_fyS5qNNW0giOMow6AgEgZaT6vbMn7xEHo00M1A9h_udUMhdeD4TXDzzg-jXEj/s400/Cuentos+de+hadas+1.png" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">"El sentido más profundo reside en los cuentos de hadas que me contaron en mi infancia, más que en la realidad que la vida me ha enseñado."</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Friedrich Schiller</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>The Piccolomini, III, 4</i>)</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">"Un día, en la mitad del invierno, cuando los copos caían del cielo como plumas, una reina estaba sentada junto a una ventana cuyo marco era de ébano. Y mientras cosía, alzó la vista para mirar los copos y entonces se pinchó el dedo con la aguja y tres gotas de sangre cayeron a la nieve..."</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Hermanos Grimm</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>Blancanieves</i>) </span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Cuando recuerdo los cuentos de hadas que me contaron en la infancia o leí después en la juventud, he de reconocer que lo que los distingue de otras historias, de aventuras o del género que sea, es el denominador común de la magia. En todos ellos fluye en el aire esa corriente azul y brillante, o esa fina lluvia esmeralda que embellece cualquier paisaje y llena de luz cualquier encuentro.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Todo ello, por supuesto, entreverado con las amenazadoras sombras del peligro y el misterio. Porque no se trata, en absoluto, de un material melífluo, almibarado y pueril, donde sólo hay cómodos encantamientos, preciosos castillos o palacios, amables príncipes azules, guapas cenicientas que devienen princesas, duendes benignos y finales felices... En los cuentos de hadas no sólo hay hadas, también hay ogros, duendes malignos, seres retorcidos y perversos, monstruos deformes y oscuros, y brujas (que pueden ser buenas o malas, según la magia que hayan decidido abrazar). Y también dragones...</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Junto a las brumosas montañas azuladas del lejano horizonte, encantadas de sueños, junto a los verdes e idílicos valles, hay asimismo pantanos de tristeza, ríos hediondos y cuevas tenebrosas. Y en una de éstas seguro que se esconde un dragón que guarda un tesoro maravilloso... Un dragón que puede ser elemental y violento, con el que hay que luchar a muerte, o que quizá sea un viejo sabio disfrazado, con escamosos bigotes, que hemos de conquistar con sensibilidad e inteligencia. Respondiendo difíciles acertijos o haciéndole ver la nobleza de nuestra aventura, lo puro de nuestro intento. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No es necesario leer a Bruno Bettelheim* para darse cuenta del simbolismo de estos relatos. Es fácil ver que se trata, en muchos casos, de parábolas de la misma vida. Es decir, que retrataban la realidad, pero disfrazándola con personajes y entornos de fantasía. A veces con fines educativos, que hoy podríamos llamar subliminales, y otras veces por el simple pero intenso placer de dar rienda suelta a esa fantasía. Que es esa materia luminosa de la que tanto carece el mundo actual, y a falta de la cual solemos mirar la vida con hosquedad o aburrimiento. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Independientemente del nivel de credulidad o de incredulidad, según la edad con que nos acerquemos a ellos, los cuentos de hadas siempre nos sorprenden con símbolos, imágenes y situaciones que nos tocan muy de cerca. Tal vez porque entroncan con el inconsciente colectivo, que es esa memoria universal de donde nacen los mitos y que está, de alguna manera, presente en la mente de todos. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Siempre quise vivir en uno de esos cuentos. Y alguna vez lo hice, felizmente, por ejemplo en un sueño que no recuerdo bien ahora, más allá de alguna fugaz imagen, pero que me llenó de luz en su momento. De todas formas, me atrevo a afirmar que también lo estoy viviendo ahora mismo... Y no sólo yo, sino muchos de nosotros. Puede que no sean cuentos al uso los nuestros, que no sean del estilo de los Hermanos Grimm, de Hoffmann, Tieck, Eichendorff o Brentano, ni de ningún otro, pero son los cuentos que nos ha tocado vivir. Nuestros cuentos.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Suena fatuo o ingenuo, quizá, decir que muchos estemos viviendo en un cuento de hadas. Pero... no hay que olvidar que la vida... Sí, esta vida nuestra, tan aparentemente vulgar y vacía, está llena de magia, o rodeada por ella. Lo sepamos ver o no, esa corriente azul y brillante o esa fina lluvia esmeralda está por todas partes. Porque... ¿qué sería la vida sin la magia? ¿Un desierto plagado de necesidades y olvidos, de huecos y de sombras? ¿Una selva llena de alimañas en la que sólo habitan la caza, la lucha y la muerte? </span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El mundo es una gran esfera encantada. Y está lleno de hadas y de duendes, de ogros, brujas y dragones. Pero junto al más oscuro pozo, medio oculta entre el limo, puede hallarse la fúlgida semilla de la magia... Y esa es la única llave que abre las puertas del paraíso.</span><span style="font-family: georgia, "times new roman", serif;"> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Todo es, en el fondo, como un cuento de hadas. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(9 de noviembre, 2016)</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_eVygPrZnLDVqKQsxJSvwKsTzGfOKkxM5F19eSfZYZQQk3SEWQvMDqIRY0Cjsa5JHN6P0RilQznKz5wGK9oWttZuEpJGl-mVy93CybpNHQymRakwsTHsGCS6o62NLsjWt0Q_7K8XTRp2H/s1600/Cuentos+de+hadas+2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_eVygPrZnLDVqKQsxJSvwKsTzGfOKkxM5F19eSfZYZQQk3SEWQvMDqIRY0Cjsa5JHN6P0RilQznKz5wGK9oWttZuEpJGl-mVy93CybpNHQymRakwsTHsGCS6o62NLsjWt0Q_7K8XTRp2H/s320/Cuentos+de+hadas+2.png" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">*<i>The Uses of Enchantment. The Meaning and Importance of Fairy Tales</i> - Bruno Bettelheim (1975, 1976)</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 1: Lily Collins, como Blancanieves, en <i>Mirror Mirror</i> (2012)</span></div>
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 2: de <i>Little Women</i> (1933)</span></div>
Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-13467935106280015932016-09-12T23:02:00.002+02:002016-09-12T23:03:10.477+02:00Rey de sí mismo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg3FvqJknlaleBE_x1Jnc9SZZgyZBm9Rn99ig-6ZNt2qe2bDIFCyi4Qy_krElhdq8L3uHBALcD6GLU8pLmP4v5wuPPr0K0FmdLaIPzVMDUCbNUMHahubKrCMuMag5PlYFx5kAw75eVnkov/s1600/Livraria_Lello_Irmao_Porto_14.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg3FvqJknlaleBE_x1Jnc9SZZgyZBm9Rn99ig-6ZNt2qe2bDIFCyi4Qy_krElhdq8L3uHBALcD6GLU8pLmP4v5wuPPr0K0FmdLaIPzVMDUCbNUMHahubKrCMuMag5PlYFx5kAw75eVnkov/s400/Livraria_Lello_Irmao_Porto_14.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Hace unos días, una buena amiga que estaba de viaje en Oporto, en el norte de Portugal, me trajo a su regreso un bonito recuerdo de allí. Se trata de un pequeño folleto publicitario que contiene fotografías de la preciosa librería <i>LELLO</i> (que ahora es una especie de museo), y contiene además una selección de poemas de Pessoa. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De esos poemas escojo ahora éste:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">No tengas nada en las manos</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Ni un recuerdo en el alma,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Que cuando te pongan</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">En las manos el último óbolo,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Al abrir tus manos</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Nada te caerá.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">¿Qué trono te quieren dar</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Que Atropos no te lo quite?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">¿Qué laureles que no se marchiten</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">En los arbitrios de Minos?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">¿Qué horas que no te conviertan</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">De la estatura de la sombra</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Que serás cuando te vayas</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Por la noche y al final del camino?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Coge las flores pero suéltalas,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Apenas las hayas mirado.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Siéntate al sol. Abdica</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Y sé rey de ti mismo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Fernando Pessoa</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>in Odes - Ricardo Reis</i>)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Como nota final, quiero decir que creo, sinceramente, que ser rey de sí mismo es el mayor reino que uno puede conquistar. No es tarea fácil, en absoluto, porque continuamente te asedian los conflictos y las contradicciones, desde dentro y desde fuera. Pero si uno llega a conseguirlo, si logra llegar a una especie de dominio, de control sobre esas circunstancias fluctuantes de la vida, internas y externas, la vida misma responde y el camino, antes áspero y abrupto, se allana y se suaviza. De manera que se puede respirar mucho mejor, e incluso sonreír ante cada amanecer. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> La vida va a seguir siendo oscilante, porque ésa es su manera de ser. Pero siendo <i>rey de sí mismo</i> vamos a saber oscilar con ella. Da igual las vueltas que dé. La sombra que encontremos al final del camino no nos va a robar las flores que acariciamos durante nuestro caminar.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(12 de septiembre, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin1uiq9go6YFulTL4pnIGy1tgG4AoWWUv30W60QCyTKULHmO4bm9IwbvktIaKomC3gC53Nfceg7TF73pJgwOWDMjqhH2-pbvclrStF-fVZyzm9SJzdCtiznRbekoYi41Z4hLycisckJHOC/s1600/Oporto_meets_Gaia_%25281148417747%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="69" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin1uiq9go6YFulTL4pnIGy1tgG4AoWWUv30W60QCyTKULHmO4bm9IwbvktIaKomC3gC53Nfceg7TF73pJgwOWDMjqhH2-pbvclrStF-fVZyzm9SJzdCtiznRbekoYi41Z4hLycisckJHOC/s320/Oporto_meets_Gaia_%25281148417747%2529.jpg" width="320" /></a></div>
<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-9381944622369021182016-08-07T13:10:00.004+02:002016-08-07T13:14:10.465+02:00Nevermore... Forever<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXkXSodmqSZLKaPc9b_JygxtNblsSp6jKtrBo9JFFpH3F-lOTK_cWkr92Ge8BtAGvVybnqAk-jsQjfScnwSTYbIimuwyAH-K54q5BnoW6n0YcJx2wnFShxRvpszU49mg2WTrov7e3xFvdB/s1600/Nevermore...+Forever.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="342" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXkXSodmqSZLKaPc9b_JygxtNblsSp6jKtrBo9JFFpH3F-lOTK_cWkr92Ge8BtAGvVybnqAk-jsQjfScnwSTYbIimuwyAH-K54q5BnoW6n0YcJx2wnFShxRvpszU49mg2WTrov7e3xFvdB/s400/Nevermore...+Forever.png" width="400" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Recordó el viejo Daniel, en una noche de agosto con estrellas y una preciosa luna en cuarto creciente, movido por los caprichosos aires de la memoria, aquel relato de Edgar Allan Poe en el que se repetía la palabra —como un grito desesperado— de "Nevermore! Nevermore!"... O sea, el famoso poema de <i>El cuervo</i>, con el que quizá se sintió identificado en otro tiempo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Hoy, sin embargo, desde una cierta serenidad, pensó que le hubiese dicho al amigo Poe que se quitara esa niebla de la cabeza y dejase que su corazón volara libremente. Y respecto al cuervo (a no ser que quisiese tenerlo como animal de compañía), le hubiera aconsejado que volviese a abrir la ventana para que se fuera con viento fresco y se llevara su oscura música a otra parte.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> A estas alturas de la vida, rayando los sesenta, ciertas nubes románticas habían quedado ya obsoletas. Habían caducado. Nubes pasajeras de un desvaído color azul, pálido y algo tristón, que, afortunadamente, ya no cubrían su cielo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Así que aceptaba hoy ese oscuro "Nevermore" casi como si fuese una luz, un mágico y alegre rayo de luna entre las sombras. Como si fuera una buena música, de esas que te hacen sonreír y bailar, por fuera y por dentro.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> La verdad es que entre las raras estimaciones de un lobo estepario siempre tendrá mucho más valor un adiós que un hola. Porque un lobo de esa clase y con esa edad, más allá de un paisaje, de un árbol o una estrella, de algún buen libro o alguna buena música, aunque a primera vista pueda parecer lo contrario, ya prefiere no saludar a nadie.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Porque ha llegado a la conclusión de que cualquier encuentro es ficticio, de que el río pasa sin cesar (cambiante y siempre nuevo), las sombras sólo son sombras, y los destellos sólo brillos fugaces que en seguida se traga la oscuridad. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Rica oscuridad, no obstante, metamórfica y brillante, porque en sus múltiples laberintos continúa latiendo la vida, que es lo único que verdaderamente importa. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Así que al buen amigo Poe le hubiese aconsejado, con la mejor intención, que intentase cambiar su patético <i>Nevermore</i> por un alegre, sereno y musical <i>Forever</i>... Por eso de que la vida sigue respirando a pesar de los laberintos y las sombras. Por eso de que la música y la magia continúan vivas, a pesar de cualquier muerte. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(7 de agosto, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-33839984580838408752016-07-16T17:16:00.000+02:002016-07-16T17:20:40.001+02:00La llamada<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBcWg38yLv67ZgQqh3sN8azrx_tWOhDkjTc3ADvt7oX83xwv0eSrx93ZZXVG5D5CaxSJVR00McTwVc1JzLWIzxJOJZiKiJ837quBIg0rRYlyztj5A4zrfFzsfpbm-86JjB3orjU88nt2Zj/s1600/La+llamada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBcWg38yLv67ZgQqh3sN8azrx_tWOhDkjTc3ADvt7oX83xwv0eSrx93ZZXVG5D5CaxSJVR00McTwVc1JzLWIzxJOJZiKiJ837quBIg0rRYlyztj5A4zrfFzsfpbm-86JjB3orjU88nt2Zj/s400/La+llamada.jpg" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> La voz del otro lado del teléfono me transmitió secamente la noticia, y para mí fue como si me cayera una piedra sobre el pecho... No una piedra cualquiera, sino una muy grande y pesada, que me dejó como clavado en el suelo, sin saber qué decir ni qué pensar y casi con dificultad para respirar. Era la voz de mi padre, que con un tono frío, distante y extraño me comunicaba la reciente muerte de mi amigo Alberto Linde.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No es que considerara a mi amigo inmortal. Sabía, lógicamente, que estaba sujeto, como todos, a cualquier eventualidad, al ataque fulminante de una enfermedad inesperada o al malhadado azar de un accidente. Pero..., hacía sólo dos días que habíamos hablado. ¿Cómo era posible que...?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No obtuve más detalles sobre el triste asunto. Mi padre me dijo que desconocía las circunstancias, pero que había sido avisado por un amigo común del fallecimiento la noche anterior de Alberto. Cuando terminó la llamada, yo estaba como hundido en una nube gris que se iba oscureciendo poco a poco. Miré el reloj, la once y cuarto de la mañana... ¿Sería posible que aún estuviera soñando? Fui al cuarto de aseo, me lavé la cara, me miré fijamente en el espejo y hasta me pellizqué el brazo. No, no soñaba, estaba despierto. ¿Alberto, muerto...?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Me dirigí a la cocina para prepararme un café, sin saber muy bien qué estaba haciendo. Me sentía como alucinado. Y al beber el primer sorbo, la taza se me resbaló de las manos y cayó con estrépito sobre el suelo. ¿Había recibido una llamada de mi padre diciéndome que mi mejor amigo estaba muerto? Pero... ¡si mi padre murió hace años! ¿Qué especie de pesadilla estaba viviendo?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Dormido o no, pensé que lo mejor sería llamar a Alberto, para confirmar lo que fuese. Pero su teléfono estaba desconectado. No me alarmé por eso, porque sabía de la poca relación que tiene Alberto con los teléfonos, pero ese silencio me dejó de nuevo inmerso en la perplejidad de esa pesadilla... </span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(16 de julio, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span>Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-39246525610224386392016-07-08T12:16:00.001+02:002016-07-08T12:17:05.344+02:00Lugares y deslugares<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSKE7rv0kPeesKo_OXzTHG7-TWPoj3lMe4mlfACR0W_GEJCxdFIznOHqMPHvNPIdOXqPJ4yIxCBA1jsZOMKXpN8Gsldca9rcN98ZFNWllJXhSHMjHy9xuuc-UOsyEoPCS7GyV1lhGFzlWr/s1600/Lugares+y+deslugares+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSKE7rv0kPeesKo_OXzTHG7-TWPoj3lMe4mlfACR0W_GEJCxdFIznOHqMPHvNPIdOXqPJ4yIxCBA1jsZOMKXpN8Gsldca9rcN98ZFNWllJXhSHMjHy9xuuc-UOsyEoPCS7GyV1lhGFzlWr/s400/Lugares+y+deslugares+1.jpg" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Librerías, bibliotecas y locales donde los jóvenes se reúnen para ensayar música... A esos sitios yo los llamo lugares, frente al 'deslugar'. Son lugares humanos donde habita la memoria, la emoción y donde establecemos una relación de iguales, creativa. Son lugares donde existe un optimismo del sentir y del pensar. Si le quitamos estos sitios a la ciudad, podrían existir urbes de muchos edificios, pero la ciudad es otra cosa. La ciudad nace frente a la fortaleza medieval como lugar de libertad y espacio cívico. Los lugares sin librerías se parecen a lo que Dante describe en los infiernos como los malditos sitios tristes.»</span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Manuel Rivas</span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(escritor y poeta gallego - La Coruña, 1957)</span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(de una entrevista de Lola Gallardo - El Diario Montañés, 18 de junio de 2016)</span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Qué podría yo decir ante estas palabras del señor Rivas? Para mí las librerías siempre fueron los atractivos bosques de palabras, cuyos árboles son, por supuesto, los estimados libros... Lugares encantados, donde la aventura y la fantasía se mezclan con el conocimiento; donde en sus múltiples y casi infinitos tomos de diferentes colores y tamaños uno puede encontrar un camino personal de vida, entre un amplísimo mosaico de muchos caminos distintos... Los libros, esos mágicos objetos, están llenos de voces. Voces que transmiten imágenes e ideas. Voces que ayudan mucho a que la mente se abra a nuevos horizontes. Voces que muestran paisajes, castillos y laberintos, que enseñan vías no halladas antes, ni siquiera imaginadas sino tan sólo quizá intuidas. Voces que nos hablan de otras vidas, de otros sentires y pensamientos, de otras miradas.</span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Qué es una ciudad sin librerías, sino un "deslugar", que aunque tenga muchos bares y restaurantes, un gran estadio deportivo y alguna discoteca se queda en una especie de desierto, en el que faltan esas voces necesarias, vitales, que nos muestran otros senderos para la conciencia, otras amplitudes, otras distancias? </span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Los libros son puertas mágicas que nos ayudan a ver dimensiones nuevas, nos ayudan a crecer, a sentir, a pensar y a vivir. Por eso, un lugar sin librerías es, como dice este poeta gallego recordando a Dante, un "maldito sitio triste". </span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Se agradece, en esos deslugares, que haya panaderías, tiendas de ropa, tabernas, restaurantes, pastelerías, estancos, supermercados... Todo ello es necesario. Pero, ¿dónde está el brillo de los libros, esos <i>silenciosos</i> amigos que pueden ocasionalmente llevarnos de la mano para descubrir que la vida puede ser también de otra manera...? </span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(8 de julio, 2016)</span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Zfoa1jxhjTKiKL_RMBevoz-V7wRUZP2yctcoPRzMSdit2w3kwto7n20FF6EO2cnWiadOuIiRyIxZwBB8MNe3i1VqtmGHpI1dn4_IADd5TQzr4shOumzEMsMRHSdOHJz-qyxQtpQtoiQ3/s1600/Lugares+y+deslugares+2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="188" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Zfoa1jxhjTKiKL_RMBevoz-V7wRUZP2yctcoPRzMSdit2w3kwto7n20FF6EO2cnWiadOuIiRyIxZwBB8MNe3i1VqtmGHpI1dn4_IADd5TQzr4shOumzEMsMRHSdOHJz-qyxQtpQtoiQ3/s320/Lugares+y+deslugares+2.png" width="320" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 1: <i>Inside Shakespeare and co- Paris bookshop</i></span></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 2: Audrey Hepburn, en <i>Funny Face</i> (1957)</span></div>
<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-89278068026884850312016-04-30T23:58:00.001+02:002016-05-05T03:41:54.188+02:00Retazos de un diario<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZyJ50wFiK2BcW0JjDfhZtEzZpckiKJ9KW5WVEJJhoQDF0sYrID9Dvmjug8uILJ0ugOdu4Zly-5L-jhRBTbHIhKUYgFIdQpIc1mLH9F4_daQG5iH7olGJnjhWHsOS9-52JFinlZ9lvNN-B/s1600/A+Night+To+Remember+-+Albert+Dros+-+copia.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZyJ50wFiK2BcW0JjDfhZtEzZpckiKJ9KW5WVEJJhoQDF0sYrID9Dvmjug8uILJ0ugOdu4Zly-5L-jhRBTbHIhKUYgFIdQpIc1mLH9F4_daQG5iH7olGJnjhWHsOS9-52JFinlZ9lvNN-B/s400/A+Night+To+Remember+-+Albert+Dros+-+copia.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En esta soleada pero fría tarde, la última de este mes de abril, mientras intentaba poner un poco de orden en mi caótica y dispersa biblioteca, he tenido la peregrina idea de abrir uno de mis viejos cuadernos; que estaban allí, entre los libros, perdidos y casi olvidados. Y, tras sacudir el polvo de los años (en los dos sentidos), me he visto claramente en esos viejos espejos. Lo que me ha proporcionado interesantes momentos, a veces con acentos de asombro, en los que incluso he llegado a sonreír... Agradecido a esas letras, que actúan como pequeños puentes que enlazan tiempos lejanos, casi extraños al principio pero que pronto resultan fácilmente reconocibles. Y después, acompañado por los conciertos de Giuseppe Tartini (¡por fin vuelvo a oír música!), entre sus amables violines y violoncellos, se me ha ocurrido transcribir aquí algunos de sus fragmentos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Son retazos de las páginas de un diario de hace diez años (signos de otra vida distante), que ahora me sirven para despedir este lluvioso y frío abril y dar la bienvenida al alegre mayo, que presiento portador de sutiles y valiosos regalos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">AHM</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(30 de abril, 2016)</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... </span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(24 de septiembre, 2006)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Después de sentarse en su trono, el recién elegido rey habló así a sus súbditos:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> —Ya hemos perdido el aura dorada de la juventud. Y la plata de nuestros sueños hace tiempo que se agotó. Ya no quedan canciones ni bailes junto al fuego, y tampoco dulces melodías a la luz de la luna. Hasta las estrellas parecen haber perdido su brillo de antaño. Así pues, llegó la hora de la verdad. Preparad vuestras armas, porque a partir de mañana vamos a... matarnos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Al despertar de una tranquila siesta, me levanto y se me ocurre escribir las anteriores líneas. No de una forma premeditada, sino que, aún medio dormido, las veo ante mis ojos y siento que tengo que escribirlas. ¿Qué significa esto? ¿Qué me está pasando?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(25 de septiembre)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Son las cinco y media. Aún quedan casi dos horas de noche. Y me paro a pensar en aquella denuncia que me hacía cuando era joven: la de que no soy serio. Ya entonces, hace unos treinta años, me daba perfecta cuenta de mi problema vital. Sabía que no era serio y que sin seriedad no se llega a ningún sitio. Mis escritos empezaban pero nunca terminaban. Todo lo mío parecía siempre un juego, frágil e inútil. Nunca quise ser escritor, pero sí me gustaba escribir. Sin embargo, no podía pasar de la segunda o tercera página. Mi pensamiento se cansaba en seguida. No tenía la fuerza para continuar.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Una cosa veo ahora clara: muchas palabras, cien páginas en vez de diez, no me van a servir de nada. No es eso la seriedad.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">....................</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> A mí no me circunda la luz, como a Nietzsche, pero no me engaña la sombra.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Puedo quererla, porque amo la noche, porque amo el sueño. Pero la sombra no me engaña.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">....................</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Una pregunta, ya en el mediodía:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Por qué no me deja mi conciencia degustar, saborear el no hacer nada?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No trabajo, estoy todo el día metido en casa, tengo mucho tiempo libre, pero ¡siempre estoy haciendo algo! Todo sin importancia, claro, pero lo hago. Yo me defiendo bebiendo vino y gozando el consiguiente sueño. Pero cuando despierto, la sensación es aún más punzante: he perdido el tiempo durmiendo y no he hecho nada que merezca recordarse. ¿Cómo puede uno librarse de esta tensión?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero ¿qué tengo que hacer? ¿Limpiar la casa, pintar las paredes, lavar la ropa, escribir un libro?... ¿Y si no tuviera que hacer ninguna de esas cosas?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Quiero estar sentado frente a mi ventana, mirando cómo se mueven las copas de los árboles con esta brisa de otoño. Quiero ver durante horas cómo pasan las nubes y cómo el cielo va cambiando de color... Me encanta hacer todas esas cosas inútiles, que en realidad son un no hacer.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Tengo que quitarme esta presión de encima, y respirar más hondo y más despacio. Y que cuando surja la acción —si surge—, sea siempre desde la serenidad.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De la otra manera, uno hace cosas, pero nada que merezca la pena, porque todo está mal hecho. Yo, a mis 49 años, sé perfectamente que no soy "un hombre de provecho", esa chorrada que decían antes las madres y las abuelas. Ni lo soy ni lo seré nunca. Cada uno es como es. Mi vida siempre ha sido caótica y desordenada. Hay como una pequeña corriente interior que fluye discretamente bajo la superficie, como un riachuelo entre cavernas del cual sólo oigo a veces el murmullo, el susurro. Pero todo lo demás, como digo, es caótico y desordenado.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Lo que quiero es entregarme a ese caos sin resistencia, dejarme llevar. Creo, sinceramente, que desde esta otra actitud podré oír mucho mejor el susurro de ese río.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(29 de septiembre)</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Dos cositas:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> A veces, o mejor dicho muchas veces, me gustaría poder desconectar mis oídos a voluntad. Sería gozoso evitar así la amalgama de ruidos circundante. Poder disfrutar de un amable silencio en medio de un entorno generalmente estridente y agresivo. Tengo unos tapones para ello, pero son insuficientes. Necesitaría, tal vez, unos cascos especiales, de obrero taladrador, para aislarme del ruido. Lo digo porque cuando estoy leyendo o escribiendo, y pasa por la calle un coche con su equipo de "música" a tope, con ese "bum-bum" que ahora está de moda, se me encoge el estómago y ya no puedo leer o me olvido de lo que quería escribir. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> (Con los ojos es más fácil. Sólo tienes que mirar hacia arriba en vez de hacia abajo. Pero los oídos lo captan todo, mires donde mires...)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y la otra cosa es: ¿podría haber soportado en el año feliz de 1979, cuando vivía en mi casita de solitario, ver una imagen de mí mismo del futuro, la actual del 2006? Seguramente que no. Me habría reído de este payaso de ahora, de este ser débil y maniático, y habría creído que algo así era de todo punto imposible.</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(1 de octubre)</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Leo, por encima, el capítulo de Fernando Savater dedicado a la religión (de su "Diccionario filosófico"), y me encuentro con la actitud racionalista de siempre: que si las leyendas, que si las mentiras, que si todo son inventos para controlar, que si los "milagros" son patrañas para ignorantes...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Según lo veo, el error de Savater (y de muchos como él) es confundir lo que hay detrás de la religión, o sea, su esencia, su verdad, con las legiones de "religionistas" o sectarios que la malinterpretan. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Recuerdo ahora cuando le comenté a mi amigo don Jesús (maestro docente y entendido en filosofías) el caso de alguien que predijo el hundimiento de un puente. Yo, joven entonces, se lo relaté con entusiasmo, y él, maduro y escéptico, en seguida me lo rebatió con detalles racionales... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> O cuando le conté a mi antiguo amigo Isidro que había estado a punto de hacer un viaje astral, y me dijo que sólo eran imaginaciones, alucinaciones de la mente... ¿Alucinaciones provocadas por agua y tabaco? </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> También se lo comenté, esto último del viaje astral, a otro antiguo amigo, Paco, y me contestó, con su característica gracia de pueblo, que aprovechase la ocasión y me comprara un "opel astra"... Con razón solía yo llamarle, años atrás, "Franciscus Ludibundus"...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En fin, sin comentarios. Los racionales, buenos o malos, son como ciegos. Por cierto, observo que Savater menciona frecuentemente a Freud, pero nunca a Jung.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Creo que cada uno piensa como es. Para mí el mundo siempre será mágico. Y eso es algo que no puedo explicar ni a Savater ni a don Jesús ni a Isidro, y mucho menos a Paco. Savater diría que soy un pobre y simple "creyente", y yo tendría que darle la razón. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Reconozco que prefiero volar a pensar. ¿Pero no es acaso volar otra forma de pensamiento?</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(2 de octubre)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Por qué una rueda, cualquier rueda, del vehículo o la máquina que sea, es siempre redonda? Un cenicero, por ejemplo, puede ser de muchas formas: redondo, cuadrado, rectangular, triangular, trapezoidal, poliédrico, etc, etc. Pero una rueda, siempre y en cualquier caso, es redonda.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Por qué?, repito. Pues porque una rueda <i>sólo</i> puede ser redonda. Sus posibilidades formales se reducen a una. Sus aplicaciones prácticas son múltiples y variadas, casi infinitas, pero siempre y en todos los casos, ya digo, ha de ser redonda. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿A qué me suena esto? ¿No existe cierto paralelismo con el propio ser humano? Si un ser humano no es redondo, ¿qué es? Y sin embargo, ¿cuántos seres humanos "redondos" hay en el mundo? ¿O éstos no son, no somos, como la rueda sino, más bien, como el cenicero?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Demasiadas preguntas para las diez de la mañana...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(13 de octubre)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Si con respecto a nuestro planeta Tierra somos casi invisibles, en cuanto al Sol o cualquier otra estrella ya no tenemos ni nombre.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Qué no-nombre tendremos si nos referimos a la galaxia en que viajamos, a la Vía Láctea?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Del universo, mejor no hablar. Y mucho menos del infinito. Entonces, ¿a qué viene tanta importancia?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(14 de octubre)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Cuando miro a las estrellas, a veces siento, como esta noche, que estoy mirando directamente a la cara del misterio.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">....................</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Uno ya es viejo, no cuando le empiezan a salir canas o a perder el pelo, o a fatigarse subiendo escaleras.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Uno ya es viejo cuando se mira en el espejo y no se reconoce.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Por mucho que se haga guiños e intente sonreír, el espejo permanece imperturbable. La imagen que tenemos delante, no hay duda, es la de un viejo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Me entran ganas de reír. Y para celebrarlo, me bebo un ardiente vaso de vino.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(26 de diciembre)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Cuando el saxo empezó a sonar demasiado lento y dulzón, Martín despertó de su sueño y supo que aquél no era el lugar donde debía estar, que aquél no era su sitio. Cruzó el mar de cuerpos y buscó la puerta de salida. Afuera corría un aire frío, cortante, hiriente, pero lleno de libertad y con olor de estrellas.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y la luna, sola y brillante, sonreía...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>Diario de un obstinado -</i> 2006)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/Z9asfMYFPxc?rel=0" width="460"></iframe></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen: <i>A Night to Remember</i> - Albert Dros</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span>Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-48515149334851231072016-04-25T10:26:00.001+02:002016-04-25T10:26:25.731+02:00La biblioteca del Edén<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlRJgWrBNVusirD0-eTzunf2Gg2p3pjn9KHchx5zhk6Oww9M20lQXDXlny84i_Dos8_c62KH8WaGno9-1WSf8-5_VIiZYqmApuEtYvtOuVHCuJqOKzkmOr-FxNF9ahJEP0Z5QyGH8Z7I6k/s1600/La+biblioteca+del+Ed%25C3%25A9n.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlRJgWrBNVusirD0-eTzunf2Gg2p3pjn9KHchx5zhk6Oww9M20lQXDXlny84i_Dos8_c62KH8WaGno9-1WSf8-5_VIiZYqmApuEtYvtOuVHCuJqOKzkmOr-FxNF9ahJEP0Z5QyGH8Z7I6k/s400/La+biblioteca+del+Ed%25C3%25A9n.png" width="400" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">UN SUEÑO</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(Hermann Hesse)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Huésped de un monasterio, en las montañas,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">entré en su biblioteca cuando todos</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">salían a rezar sus oraciones.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En los muros fulgían, al crepúsculo,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">mil lomos de vetusto pergamino</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">con raras inscripciones. Acuciado</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">por mi sed de saber elegí un tomo</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">al azar, con fruición, y leí: "El último</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">paso para la incógnita cuadratura del círculo."</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pensé al punto: "Este libro lo he de llevar conmigo."</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Vi luego otro volumen en cuarto, piel con oro,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">en cuyo lomo, en letras pequeñas, se leía:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"De cómo Adán comió también fruta de otro árbol."</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿De otro árbol? ¿De cuál?: ¡del de la Vida!</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Adán es inmortal, por consiguiente...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">—"Mi estancia aquí —me dije— no es inútil."</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hallé, en esto, un infolio que, en lomo, cantos y ángulos</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">ostentaba, lucientes, los colores del iris;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">pintado a mano, el título rezaba: "Analogía</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">del sentido y carácter</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de los colores y de los sonidos.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Demuéstrase a quien lea</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">que cada tono musical es réplica</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de un único color, directo o refractado."</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¡Oh, cómo destellaban a mis ojos</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">los cromáticos coros, colmados de promesas!</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Me vino una sospecha, confirmada</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">a cada nuevo tomo que escogía:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¡era la biblioteca del Edén!</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Toda la sed de ciencia que abrasaba a mi entraña</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">con mi hambre espiritual iba a saciarse,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">pues dóndequiera que se detuviese</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">mi rápida mirada interrogante</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">un tejuelo me daba respuesta promisoria:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">para todo apetito que sintiera</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">había el fruto allí con qué saciarlo:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">aquel que, temeroso, anhelaba el estudiante,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">aquel que satisface las ansias del maestro.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Allí estaba el sentido íntimo y puro</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de toda ciencia y toda poesía,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">la hechicera virtud que sabe el modo</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de inquirir, con sus claves y su léxico,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">sutilísima esencia del espíritu</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">guardada en esotéricos, magistrales volúmenes:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">llaves que dan acceso</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">a toda disposición y todo enigma</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y llegan como gracia a quien las pide</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">en el momento mágico preciso.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Entonces coloqué con mano trémula</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">sobre el atril uno de aquellos códices</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y descifré la magia de sus signos</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">como cuando se intenta comprender en un sueño,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">medio jugando, cosas antes nunca aprendidas</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y, felizmente, aciértase. Y muy pronto yo, alado,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">traspuse los espacios astrales del espíritu</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y me hallé en el Zodíaco, y en este —¡oh, maravilla!—</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">cuanto a la intuición de los humanos</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">—hija de una experiencia milenaria—</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">se abrió en revelación de alegorías</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">armonizaba ahora con nexos siempre nuevos:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">viejos saberes, símbolos y hallazgos,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">preguntas trascendentes, nuevas siempre,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">recién alzado el vuelo</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">volvían a acordarse unos con otros,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">así que en mi lectura (minutos, tal vez horas)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">volví a hacer el camino que hizo la Humanidad</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y dentro de mi espíritu cobijé de consuno</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">el íntimo sentido</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de su saber más viejo y más reciente:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">vi y leí sus figuras jeroglíficas,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">desplegadas a veces, otras apareadas,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">otras veces dispersas, luego en orden perfecto,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y aquéllas combinadas después en nuevos símbolos,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">figuras alegóricas de ágil caleidoscopio,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">a cada paso ungidas de sentido novísimo.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Y como atención tanta fatigara a mis ojos</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">hube de levantarlos para darles descanso;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">entonces vi que no me hallaba solo:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">en el mismo salón, cara a los libros,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">hallábase un anciano —quizá el bibliotecario—</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">atareado y grave, rodeado de tomos;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿qué objeto, qué sentido tenían sus desvelos?,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿en qué consistía su afanoso trabajo?</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Quise saberlo al punto; para mí, ciertamente,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">era de entidad suma saberlo; le observé:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Con delicados dedos seniles, requería</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">un volumen tras otro volumen, y leía</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">las palabras escritas en los lomos; soplaba</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">con sus pálidos labios sobre el título —¡un título</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">lleno de seducciones, garantía infalible</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de inagotables horas de exquisita lectura!—,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">lo borraba con suaves presiones de su dedo</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y, sonriendo, escribía otro título nuevo;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">daba luego unos pasos, cogía un nuevo libro</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de este o de aquel estante, y de idéntico modo</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">le cambiaba su título por otro diferente.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Le contemplé, perplejo, largo tiempo,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">sin poder comprender qué estaba haciendo;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">me volví a mi tratado, del que solo leyera</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">los primeros renglones, pero ya no encontraba</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">la procesión de símbolos que antes me llevó al éxtasis;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">habíase disuelto, de mi mirada huía</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">aquel cosmos de signos por el que avancé apenas,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">tan rico en precisiones del sentido del mundo;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">daba vueltas, nublábase e iba perdiendo fuerzas</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y acabó evaporándose sin dejar otro rastro</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">que los pardos reflejos del huero pergamino.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Sentí en mi hombro una mano, y levanté la vista:</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">a mi lado encontrábase el solícito anciano.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Me puse en pie. El, sonriendo, cogió mi viejo libro</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">—un hondo escalofrío recorrió mis entrañas—</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">y aplicó a su tejuelo la esponja de su dedo;</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">en el cuero, ahora limpio, trazó un título nuevo</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">seguido de preguntas y promesas vitales</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">—novísimos reflejos de antañones problemas—</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">con pluma cuidadosa de calígrafo experto.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Y luego, silencioso,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">partióse con su pluma y con mi libro.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>Hermann Hesse</i></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Huésped de un monasterio, en las montañas, entré en su biblioteca cuando todos salían a rezar sus oraciones. En los muros fulgían, al crepúsculo, mil lomos de vetusto pergamino con raras inscripciones. Acuciado por mi sed de saber elegí un tomo al azar, con fruición, y leí: <i>"El último paso para la incógnita cuadratura del círculo."</i> En seguida, pensé: "Este libro me lo tengo que llevar." Vi luego otro volumen en cuarto, piel con oro, en cuyo lomo, en letras pequeñas, se leía: <i>"De cómo Adán comió también fruta de otro árbol."</i> ¿De otro árbol? ¿De cuál?: ¡del de la Vida! Adán es inmortal, por consiguiente...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> "Mi estancia aquí —me dije— no es inútil." Hallé, en esto, un infolio que, en lomo, cantos y ángulos ostentaba, brillantes, los colores del iris. Pintado a mano, el título rezaba: <i>"Analogía del sentido y carácter de los colores y de los sonidos. Demuéstrase a quien lea que cada tono musical es réplica de un único color, directo o refractado."</i> ¡Cómo destellaban a mis ojos los cromáticos coros, llenos de promesas! Me vino una sospecha, que se confirmaba a cada nuevo tomo que escogía: ¡era la biblioteca del Edén!</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Toda la sed de ciencia que abrasaba a mi interior, mi hambre espiritual, iba a saciarse, pues donde quiera que se detuviese mi rápida mirada interrogante un rótulo me daba una respuesta promisoria. Para todo apetito que sintiera, había allí el fruto con qué saciarlo: aquel que, temeroso, anhelaba el estudiante, y aquel que satisface las ansias del maestro. Allí estaba el sentido íntimo y puro de toda ciencia y toda poesía, la hechicera virtud que sabe el modo de inquirir, con sus claves y su léxico. La muy sutil esencia del espíritu guardada en esotéricos y magistrales volúmenes. Llaves que dan acceso a toda disposición y todo enigma y llegan como un regalo a quien las pide en el momento mágico preciso.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Entonces coloqué con mano trémula sobre el atril uno de aquellos códices y descifré la magia de sus signos, como cuando se intenta comprender en un sueño,</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">medio jugando, cosas antes nunca aprendidas y, felizmente, se acierta. Y muy pronto yo, alado, traspuse los espacios astrales del espíritu y me hallé en las estrellas. Y en éstas —¡oh, maravilla!— cuanto atañe a la intuición de los humanos (hija de una experiencia milenaria) se me abrió en revelación de alegorías, armonizando ahora con nexos siempre nuevos. Viejos saberes, símbolos y hallazgos, preguntas trascendentes, nuevas siempre, recién alzado el vuelo volvían a acordarse unos con otros. Así que en mi lectura (minutos, tal vez horas) volví a hacer el camino de la Humanidad, y dentro de mi espíritu cobijé unidos el íntimo sentido de su saber más viejo y el más reciente. Vi y leí sus figuras jeroglíficas, a veces desplegadas, otras apareadas, unas veces dispersas, y luego en perfecto orden. Y aquéllas combinadas después en nuevos símbolos, figuras alegóricas de ágil caleidoscopio, a cada paso ungidas de un nuevo sentido.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Y como tanta atención fatigaba mis ojos, tuve que levantarlos para darles descanso. Entonces vi que no me hallaba solo... En el mismo salón, frente a los libros, estaba un anciano —quizá el bibliotecario— atareado y grave, rodeado de tomos. ¿Qué objeto, qué sentido tenían sus desvelos? ¿En qué consistía su afanoso trabajo? Quise saberlo al punto. Para mí, ciertamente, era de suma importancia saberlo. Así que le observé... Con delicados dedos seniles, cogía un volumen tras otro, y leía las palabras escritas en los lomos. Soplaba con sus pálidos labios sobre el título (¡un título lleno de seducciones, garantía infalible de inagotables horas de exquisita lectura!), lo borraba con suaves presiones de su dedo y, sonriendo, escribía otro título nuevo. Daba luego unos pasos, cogía un nuevo libro</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">de este o de aquel estante, y de idéntico modo le cambiaba su título por otro diferente.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Le contemplé, perplejo, largo tiempo, sin poder comprender qué estaba haciendo. Luego me volví a mi tratado, del que sólo leyera los primeros renglones. Pero ya no encontraba el proceso de símbolos que antes me llevó al éxtasis. Se había disuelto. Huía de mi mirada aquel cosmos de signos por el que avancé apenas, tan rico en precisiones del sentido del mundo. Daba vueltas, se nublaba e iba perdiendo fuerzas y acabó evaporándose sin dejar otro rastro que los pardos reflejos del huero pergamino. Sentí entonces una mano en mi hombro, y levanté la vista... A mi lado se encontraba el solícito anciano. Me puse en pie. Él, sonriendo, cogió mi viejo libro (un hondo escalofrío recorrió mis entrañas) y aplicó a su rótulo la esponja de su dedo. En el cuero, ahora limpio, trazó un título nuevo seguido de preguntas y promesas vitales (novísimos reflejos de antiguos problemas) con pluma cuidadosa de calígrafo experto. Y luego, silencioso, se fue con su pluma y con mi libro.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>Hermann Hesse</i></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">____________________</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">traducción: Mariano y Agustín Santiago Luque </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">versión prosada: Antonio H. Martín</span><br />
<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-62755132029384269882016-04-18T04:51:00.001+02:002016-04-18T20:19:35.123+02:00La sombra de Chopin<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiincz-vP6xMDYj1Bqqzoyr099GOtXKcO-v-5pWFrMPAtNe775RE7bqNjt8Z6G2A9KEBz5afKAgSZ_8U4csvWCqDxr8T7dG6msyzWecEGJacAa_8pbJJDsjCAQoIdAN2bpTUZUeaColtnKu/s1600/La+sombra+de+Chopin.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiincz-vP6xMDYj1Bqqzoyr099GOtXKcO-v-5pWFrMPAtNe775RE7bqNjt8Z6G2A9KEBz5afKAgSZ_8U4csvWCqDxr8T7dG6msyzWecEGJacAa_8pbJJDsjCAQoIdAN2bpTUZUeaColtnKu/s400/La+sombra+de+Chopin.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Hace ya algún tiempo que el amigo Alberto no me cuenta sus sueños... Y yo no le pregunto ni quiero indagar al respecto, porque sus razones tendrá. Pero no creo en absoluto que la causa sea que haya dejado de soñar. Me cuesta mucho imaginar al onírico señor Linde sin sus sueños. Pero de lo que sí hablamos hace poco fue de música, que de alguna forma está relacionada con los sueños. Fue por un comentario que le hice sobre los nocturnos de Chopin.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El tema es que desde hace más de tres años no escucho casi nada de música, por motivos personales que no viene ahora al caso comentar. Pero una tarde, de hace unos meses, cuando iba a echarme una siesta después de comer, se me ocurrió poner un disco, para que me relajara y me ayudase a descansar y quizá entrar en algún leve sueño. Y pensé en Chopin y en sus nocturnos, que de joven disfrutaba con frecuencia. Pero la elección no fue nada correcta, porque a los pocos minutos me tuve que levantar y quitar el disco. Aquella música preciosa y dulce, a ratos lánguida y acariciante, que me deleitaba en la juventud, no sólo me puso algo nervioso sino que empezó a atraparme y a empujarme con una sutil pero fuerte mano de hierro hacia un estado de depresión.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Cómo era eso posible? ¿Tanto había cambiado con los años mi forma de leer sus notas, mi modo de sentirlas? ¿Había quizá menguado mi nivel de sensibilidad?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Recuerdo que cuando entonces, con unos diecisiete años, relacionaba los nocturnos de Chopin con Lovecraft... Nada que ver un artista con otro, por supuesto, pero coincidió que cuando descubrí su música en la radio (grabándomela en una cassette que luego escuchaba muchas noches) estaba al mismo tiempo dedicado a varias lecturas del maestro de Providence. No eran los horrores de los relatos de Lovecraft lo que relacionaba con los nocturnos, evidentemente, sino ciertos pasajes en historias de su época dunsaniana en los que se entregaba a descripciones paisajísticas, que a mí me parecían poéticas, y hablaban de los viejos tejados coloniales de su amada Providence. La visión desde una colina al atardecer de esos tejados inclinados y como encantados, con ese fondo de nubes encendidas, y más tarde con Aldebarán despuntando en el horizonte le provocaban una intensa emoción, según contaba, y yo me quedé prendado de esa visión, emocionándome también.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Pero qué relación podía tener esto con la música de Chopin? Seguramente porque eran sus nocturnos lo que escuchaba mientras leía esos pasajes. Y en mi mente se estableció una singular y extraña conexión entre una cosa y otra. Así de simple.</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero hoy hace ya muchos años que no leo a Lovecraft, y dudo que pudiera volver a hacerlo, más allá de esos pasajes que mencionaba. Y lo mismo me ocurría con Chopin, hasta que llegó esa tarde en que tuve la idea de poner el disco de sus nocturnos. Y la verdad es que fue lamentable notar cómo me ganaba la tristeza con una música que antes amaba y que en ese momento sentí como una sombra fría que empezaba a hundirme. Casi como si me viese inmerso en uno de los opresivos ambientes de las novelas de Lovecraft... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El amigo Linde dijo que entendía mi negativa reacción, que le parecía natural, pero que el subjetivo vínculo entre Chopin y Lovecraft no explicaba nada. Porque ese vínculo se había establecido en relación a ciertos pasajes estéticos de Lovecraft que, en definitiva, muy poco tenían que ver con el tono general de su obra, dedicada exclusivamente al miedo más intenso, a lo que él llamaba "terror cósmico".</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y después me comentó que recordaba haber leído un artículo de juventud de Hermann Hesse en donde el lobo estepario avisaba de lo "peligroso" de ciertas obras de Chopin, sobre todo de algunos de sus nocturnos. Se decía allí algo como que no debía uno entregarse demasiado a esas obras, a pesar de su evidente belleza, porque eso conllevaba un riesgo que podía incluso derivar en pensamientos de suicidio. Sobre todo si quien las escucha es un joven hipersensible, que anda todavía por el mundo con el corazón demasiado al descubierto.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Al momento me pareció comprender de qué se trataba... Demasiada delicadeza, una sombra melancólica que se te iba clavando poco a poco en el pecho y un sutil pero venenoso acento como de desesperación. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Alberto estuvo de acuerdo, y añadió que él lo que veía en los nocturnos de Chopin era una música exquisita, pero tocada casi siempre por la sombra de la tristeza. Aunque en ocasiones se presenta en ellos de repente un torrente de rebeldía, la tónica general suele ser de tristeza y de resignación, como si el compositor estuviese recordando amadas cosas perdidas o anhelando utópicos paisajes imposibles.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El pobre amigo Chopin no hizo más que expresarse a sí mismo, derramar en las partituras de sus nocturnos sus más íntimos sentimientos. Con indudable belleza y maestría, sí, incluso genialidad. Pero también con esa al parecer ineludible sombra de tristeza. Murió antes de cumplir los cuarenta (se cree que de tuberculosis, enfermedad que entonces era considerada como "romántica"...) y nos dejó la apasionada, dulce y noble huella de su música, de sus sueños, sus alegrías y su dolor.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Quizá sus poéticos nocturnos (me comentó asimismo Alberto, poniéndose un poco romántico), sean un emotivo homenaje a lo pasajero, a la fragilidad de una existencia inevitablemente transitoria. Sensibles baladas dedicadas a esas alegres flores que encontramos en el camino, esas sonrisas de colores... Y también a esos pequeños pero brillantes rincones de magia, a esos puntos de luz que a veces nos sorprenden en medio de la oscura niebla de la noche, y que sabemos que en breve, al igual que las flores, se desharán entre las implacables manos de un tiempo que nunca regresa.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Después de escuchar sus palabras, se me ocurrió que quizá sería una buena idea el poner de nuevo en la caja de música ese disco de nocturnos. Como para ilustrar con las notas del piano lo que habíamos estado hablando y homenajear así un poco al amigo Chopin, contra el que nada teníamos... Pero sonriendo me dijo que mejor que no, que cada música tenía su tiempo. Y que no tenía nada de triste esa noche, ni tenía por qué tenerlo. De modo que no se puso disco alguno y salimos con nuestras copas medio llenas al fresco aire de la terraza. Para escuchar, durante un buen rato, la música del silencio.</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(18 de abril, 2016)</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/9E6b3swbnWg?rel=0" width="560"></iframe></span><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzQT1f1m0sYerkZqYBJ-MUMCi74Co8KhYaCVYZNG12kUNasI_p1xDK6g2VVVFODbNDctggs8tlMsSrZ7zG0LV0sXb3Hn5oGjZ-T_rG8XsuzQzv3LXwSq6HeChB4DSspU8iTDQDoJy0NBJo/s1600/Chopin.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzQT1f1m0sYerkZqYBJ-MUMCi74Co8KhYaCVYZNG12kUNasI_p1xDK6g2VVVFODbNDctggs8tlMsSrZ7zG0LV0sXb3Hn5oGjZ-T_rG8XsuzQzv3LXwSq6HeChB4DSspU8iTDQDoJy0NBJo/s200/Chopin.png" width="200" /></a></div>
<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-8236104867791632992016-03-31T08:54:00.003+02:002016-03-31T08:54:35.866+02:00El zen del frío<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFMr7s3tCNP65p0OPJgEqQtu4TOMwqDpgaX1YDCRwUJHykW8VtHsupMmTyKK1G5CzzM1uZRIISg_F5kXSGtecoUQyXKhM3tJvtx3e3Er1sQqE7crHOP8U6SZfQXMRLKOEkOJi13o1dJCIX/s1600/El+zen+del+fr%25C3%25ADo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFMr7s3tCNP65p0OPJgEqQtu4TOMwqDpgaX1YDCRwUJHykW8VtHsupMmTyKK1G5CzzM1uZRIISg_F5kXSGtecoUQyXKhM3tJvtx3e3Er1sQqE7crHOP8U6SZfQXMRLKOEkOJi13o1dJCIX/s400/El+zen+del+fr%25C3%25ADo.jpg" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> De pequeño, Daniel era aficionado a la serie de televisión "Kung Fu". No era su favorita, pero sin duda estaba entre sus preferidas. Aunque las historias, ambientadas en el viejo oeste americano, solían parecerle flojas y los números de artes marciales, que invariablemente salpicaban cada capítulo, dejaban mucho que desear (dado que el actor no era experto en esas artes), le atraía el personaje protagonista, un monje shaolin llamado Kwai Chang Caine que andaba buscando a su perdido hermano en las lejanas tierras americanas. Le atraía su relación casi mística con la vida y el mundo, su valiente soledad y su forma de enfrentarse a los problemas que encontraba en el camino, que eran muchos.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> De esta serie le gustaban sobre todo las escenas en <i>flashback</i>, cuando el monje guerrero recordaba su pasado y se veía a sí mismo en el templo zen en el que fue adiestrado. Allí, entre la paz y el silencio del templo, en desnudas salas adornadas sólo con velas o en adustos jardines casi vacíos, su maestro ciego (quien gustaba de llamar a su joven alumno con el mote de "pequeño saltamontes") le transmitía el conocimiento mediante métodos simples pero eficaces.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Así que Daniel, buscando el necesario contraste con la aburrida rutina del colegio (donde los profesores, ya fueran de física, lenguaje o matemáticas, solían impartir las lecciones a bofetadas), procuraba no perderse ningún capítulo de este "Kung Fu" televisivo que proyectaban semanalmente. Porque tenía la seguridad de que en el colegio sólo querían enseñarle cosas que no le interesaban en absoluto, cosas que se suponía iban a convertirle en un buen ciudadano y hombre de provecho, cosas que nada tenían que ver con su visión de la vida. Mientras que esa serie de televisión le mostraba otras cosas mucho más cercanas, atractivas e importantes.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Con el tiempo preferiría ver películas como "Cuentos de la luna pálida de agosto", de Kurosawa, pero aún era un niño y las aventuras que le ofrecía la pequeña pantalla eran todo cuanto podía ver en casa (aparte de cómics y libros ilustrados), y lo que le servía en gran parte como compensación para contrarrestar ese pozo gris que para él representaba la absurda y a veces agobiante cotidianidad del colegio. En las aulas todo apuntaba a convertirle en un ser normal y uniformado, en un servidor más de la mediocridad, en otro actor del teatro del mundo. Pero esa serie de "Kung Fu" le hablaba de que era posible otra clase de vida, una vida libre y con conciencia propia, una vida individual y auténtica. No lo razonaba así entonces, pero era eso lo que sentía. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Influido por esto, cogió la rara costumbre de salir en las noches de invierno al porche de la casa en camiseta... Cuando venían las gélidas oleadas, como aves grises y afiladas, se quedaba muy quieto, respiraba hondo y dejaba que éstas pasaran a su través... El resultado es que inmediatamente desaparecía la sensación de frío, y podía estar allí un buen rato sin sentirla, sin tiritar ni siquiera un poco, tranquilo y a gusto, casi como si estuviera en una noche de verano. Recuerda especialmente cómo el frío le traspasaba en esos momentos, para después dejarle en paz, sin volver a tocarle, como si respetara su osadía... Esto le hacía sentirse feliz, como si hubiese conectado con el lado mágico del universo, con una extraña fuente de poder que normalmente permanecía oculta tras el velo de una realidad que, al parecer, tenía mucho de ficticia.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Y sucedió así regularmente, hasta que una noche fue descubierto por su familia, y le prohibieron terminantemente hacer esas locuras, que podían costarle un serio resfriado. No volvió a hacerlo. Pero le quedó grabado en la memoria el poder de la mente, y la certeza de que un cambio en el tono de la propia actitud podía variar los efectos de fenómenos naturales, como el frío o el calor. Lo que también funcionaba (como comprobó en otras ocasiones) con asuntos interiores, como la tristeza o la ira.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Claro que por aquel entonces, con sólo once o doce años, se decía amigo del viento. Y la nieve era como su aliada. Una tarde de viento, cerca del crepúsculo, le podía transportar a una esfera de ensueño, como si el aire le trajera el aroma de un invisible paraíso cercano. Y una buena nevada transformaba el mundo para él de tal manera que se sentía directamente en ese paraíso.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Muchas nevadas han pasado desde aquel tiempo, y muchos vientos. Hoy se abriga en invierno todo lo que puede y caldea su habitación por las noches con una buena estufa. Pero, de vez en cuando, aún se aventura a salir de casa alguna de esas noches, aunque esté helando intensamente, y camina durante una hora por las solitarias calles del pueblo. Cuando siente el afilado mordisco del frío, que le impele a volver a casa, se acuerda de aquellos años lejanos y sigue caminando aún un rato más. Como si buscara aquel hechizo de la infancia, aquella ilusión, que le permitía lograr que el aire helado pasara a través suyo, casi como si no tuviera cuerpo, o como si éste se <i>abriera</i> para dejar que el frío le traspasase sin afectarle.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> De acuerdo en que posiblemente aquello se debía a una simple sugestión. Pero el caso es que le funcionaba, al menos en aquel entonces, y mientras todos andaban envueltos con jerseys, abrigos, gorros y bufandas, Daniel iba con el torso casi desnudo, y caminaba por la noche helada como si estuviera en el paisaje amigo de un sueño. Era su pequeño <i>zen del frío</i>.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> ¿Pero se atrevería hoy, en alguno de esos paseos nocturnos de crudo invierno, a quitarse la chaqueta y la camisa y quedarse sólo en camiseta? Dos poderosas razones le aconsejaban lo contrario. Una, el ridículo que representaba la posibilidad de ser visto por alguien del pueblo. No solía pasear nadie a esas horas intempestivas, las calles estaban vacías, pero casi siempre se cruzaba con el coche de algún vecino que inexplicablemente circulaba por ahí, viniendo o yendo no sabía ni de dónde ni adónde... Y otra, el riesgo claro de que, debido a su edad, pudiese pillar un severo resfriado, de esos que hacen que se tenga fiebre alta y te dejan unos días baldado sin poder levantarte de la cama.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Pero, aun así, hay ciertas locuras que nunca desaparecen del todo, y Daniel, a pesar de los años, sigue siendo un adicto a ese tipo de locuras...</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(31 de marzo, 2016)</span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> </span>Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-35285721270638480892016-03-21T23:37:00.003+01:002016-03-26T09:36:08.344+01:00La máquina de los sueños<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ8o_Pqs0dq-UpfvzSLnjRv1AfN6y7r0vuZqTBHLEgYIPBsO1UkHEArwsb_tfMRD8JFiQ5ry2gEuJqCkAroCXGTKQjUfIN2KgkweUZxQKu57OQJ9qra4HDhou_5hjKGMG4QYUPCLR7gYSB/s1600/La+m%25C3%25A1quina+de+los+sue%25C3%25B1os+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ8o_Pqs0dq-UpfvzSLnjRv1AfN6y7r0vuZqTBHLEgYIPBsO1UkHEArwsb_tfMRD8JFiQ5ry2gEuJqCkAroCXGTKQjUfIN2KgkweUZxQKu57OQJ9qra4HDhou_5hjKGMG4QYUPCLR7gYSB/s400/La+m%25C3%25A1quina+de+los+sue%25C3%25B1os+1.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Conozco al amigo Alberto Linde, el viajero onírico, desde hace muchos años, y mientras veía la otra noche la antigua película "La Máquina del Tiempo", de 1960 (basada en la novela homónima de H. G. Wells, de 1895), recordé una curiosa escena en su compañía, de hace sólo unos meses. Sucedió durante una de nuestras tranquilas e íntimas conversaciones nocturnas después de los habituales paseos por el valle. Me habló de un deseo muy querido, de un fuerte anhelo de sus primeros años. Sonreía al recordarlo, pero me confesó que entonces casi llegó a obsesionarle... Se trataba de que cuando empezó a tener sueños importantes, sueños lúcidos y sorprendentemente intensos, le atrajo tanto ese mundo interior y mágico que se le ocurrió la peregrina idea de que le encantaría tener una "máquina de los sueños"... Es decir, no una máquina generadora de sueños sino una que grabase los suyos propios, para después poder verlos atentamente en una pantalla, como en un cine o un televisor.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Ya por aquel entonces, hacia el final de su infancia, a los nueve o diez años, era muy consciente de que esa máquina no existía y de que seguramente era imposible de construir, pero se deleitaba imaginando su realidad. Y tenía muy claro que si lograse tener esa fantástica máquina en su poder no haría más que dos cosas en esta vida. La primera, soñar, y la otra mirar sus sueños en esa pantalla durante horas y horas, olvidándose del mundo. No concebía entretenimiento ni ocupación más interesante ni más valiosa. Ninguna otra cosa le parecía ni siquiera comparable. Así que todo lo que haría sería eso: soñar y luego ver y revivir sus aventuras ante una pantalla. No saldría casi de casa ni tendría casi relación alguna con nadie. Tal era la fuerza con que le atraían el juego y la danza de esferas brillantes y multicolores del universo de sus sueños.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Le pregunté por la causa de ese extraño deseo, y me respondió que la idea había surgido, probablemente, porque le costaba mucho soportar la sensación que tenía después de despertar. Una sensación decepcionante, como de exilio y de pérdida. Recordaba, por un lado, que en uno u otro sueño había sido inmensamente feliz, y el contraste con la prosaica y algunas veces amarga realidad del mundo cotidiano le dejaba abatido y sin ánimos. Y por otro, que en muchas ocasiones sabía con certeza que había encontrado en algunos de sus sueños tesoros inapreciables, que luego, en la vigilia, era incapaz de recuperar. No tesoros de oro y joyas, sino auténticos tesoros de vida, como fórmulas mágicas, caminos de cuento de hadas que llevaban a paraísos, a paisajes y ciudades en los que uno quería quedarse mucho tiempo, o incluso para siempre. Por eso pensaba que sería ideal tener esa máquina de sueños. Aparte de para revivir aquellas aventuras oníricas y volver a maravillarse con ellas, también para poder reencontrar esas fórmulas mágicas, esos caminos ocultos...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Con el tiempo fue consiguiendo tal maestría en su modo de viajar, a lo que mucho más tarde llamaría El País del Sueño, que olvidó lo de la máquina. Ya no le era necesario imaginar ni desear tal artilugio porque podía elegir volver a determinados sueños sólo con su voluntad. La manera en que llegó a esa asombrosa pericia es un misterio, hasta para él mismo, pero supongo que era algo que estaba y está en su particular naturaleza de soñador nato. Al igual que en algunos hay una natural predisposición para la pintura o la música, él había nacido con una rara habilidad para soñar.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Sobre ese punto, Alberto siempre ha preferido mostrarse más bien reservado. Pero no por hacerse el enigmático ni por ninguna otra presunción o arrogancia, ausentes en su carácter, sino porque se trata de algo tan personal y tan poco expresable en el lenguaje cotidiano, que considera que es mejor quedarse callado y correr un tupido velo sobre el asunto.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Después de comentarme su recuerdo de la máquina, me preguntó directamente qué me parecía semejante idea. Si a mí también me gustaría disfrutar de ese increíble artefacto y poder luego observar mis sueños como en una película... En principio, no supe qué contestar y necesité más de un minuto para imaginarme en esa inusitada actividad. Aunque complicada y algo estrambótica, como de ciencia ficción, la idea me gustó. No todos los sueños, desde luego, porque en mi caso muchos son ciertamente olvidables, pero sí algunos sueños... Esos de los que uno se despierta con una intensa sensación de haber <i>vivido</i>, como difícilmente ocurre en la normal existencia de todos los días. Así que asentí y le dije que me gustaría tener esa experiencia, al menos alguna vez.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En ese preciso momento sonó el timbre de su teléfono móvil. Debía ser una llamada de carácter privado, porque Alberto salió a la terraza para contestar. Me quedé solo en el salón, fumando tranquilamente mi cigarro y apurando lentamente la copa de vino. Dándole vueltas a esa idea de la máquina de sueños... A través de la ventana se veía la luna, en cuarto creciente y rodeada de pequeñas nubes que se encendían con su presencia. Estaba muy a gusto en mi sillón, la noche era serena y silenciosa y mi mejor amigo estaba ahí cerca, en la terraza. De modo que, pasados unos veinte minutos o media hora, me quedé adormilado y tuve un leve sueño...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Soñé, o imaginé, que Alberto, con una rara sonrisa, después de oír mi respuesta a su pregunta sobre la máquina, se levantaba e iba hacia el sofá sobre el que había dejado su maleta. La abrió y sacó de ella un estuche de tela dura, como los que se usan para llevar los ordenadores portátiles. Lo puso en la mesa baja ante la que nos sentábamos, y al descorrer la cremallera me encontré frente a un extraño aparato...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> —Ahí la tienes —me dijo escuetamente.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> —¿Cómo? ¿Estás de broma? ¿Quieres decir que...?</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> —Sí, aunque no la buscaba, porque no me hacía falta, la encontré. De una extraña manera, pero la encontré. Ésta es una máquina de los sueños como la que deseaba cuando era niño.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> —No me lo puedo creer, Alberto, es imposible. No existe una máquina así.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> —Eres libre de pensar lo que quieras, amigo. Lo único que puedo hacer es dejártela un tiempo para que la pruebes, y ya me contarás.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Me quedé mirando fijamente al aparato. Una caja negra metálica de poca altura, sin adorno de ningún tipo, con los lados pintados de un azul oscuro brillante. Por supuesto, no daba crédito, pero viniendo del amigo Linde...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pensé vagamente en aquella película ("Brainstorm", creo que se llamaba) en la que había una máquina que registraba en una cinta las experiencias y visiones internas de quien la usaba. Y luego, conectándose a la máquina, otra persona podía ver y sentir esas mismas experiencias y visiones como si fueran propias. Ahora que había tantos avances tecnológicos, con ayuda de la mecánica cuántica, ¿habrían inventado por fin una máquina que grabase los sueños? </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y empecé, casi sin darme cuenta, a fantasear sobre su uso. La verdad es que sería muy grato poder ver algunos sueños, pensé. Sobre todo esos tan vívidos, los raros y los felices, que te dejan la sensación de querer regresar a ellos. Y además estaba el atractivo de esa peculiaridad onírica del cambio de perspectiva, por la que cambia el punto de vista y uno puede ver la escena desde sí mismo, como protagonista de la historia, y un segundo después desde fuera, como un espectador que, en una especie de desdoblamiento, se ve a sí como si fuera otro, pero sintiendo que es uno mismo... Imaginé que sería alucinante poder observar todo eso en una pantalla.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Así que agradecí a Alberto el préstamo de la máquina, a pesar de mi lógica incredulidad, y me quedé con ella. Luego seguimos hablando un rato más del tema de los sueños y a continuación de otras cosas. Pero ya no pude evitar durante esa velada mirar de vez en cuando de reojo a la extraña máquina, ansiando el momento de estar a solas con ella en la intimidad de mi habitación.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Al abrir la máquina me encontré, para mi decepción, con un moderno ordenador portátil de última generación. Con un diseño nuevo y muy estilizado pero básicamente lo mismo de siempre. Es decir, la típica pantalla y el típico teclado. Solté una carcajada (no exenta de un hilo de amargura) y me pregunté después, cuando ya había superado la sorpresa, el por qué de esa broma... Porque no es el amigo Linde muy amigo de bromas, y menos en lo referente al tema de los sueños. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Al día siguiente, inquirí a Alberto sobre el asunto. Y nos reímos a gusto mientras tomábamos el desayuno. Aunque yo lamentaba por dentro el haber sido tan ingenuo. Después, poniéndose serio, me dijo lo siguiente:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> —Amigo, la máquina de los sueños existe de verdad, no lo dudes. Pero está en ti. No es necesario ningún artefacto manufacturado para ver de nuevo aquellos sueños que te impresionaron en su momento. Es ciertamente posible rastrear esa huella , y no sólo volver a verlos sino volver a vivirlos... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Quedé de acuerdo, porque por lo que me había contado de sus experiencias era realmente como decía. Pero le reconocí asimismo que eso era algo para mí muy difícil de conseguir, casi imposible. Porque no todos tenemos su habilidad para soñar. Y entonces el amigo Alberto me prometió que me enseñaría algunos de sus secretos para viajar.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Alberto Linde se fue esa misma tarde, de regreso a su lejana casa en las montañas. Pero se le olvidó llevarse ese estuche con la caja negra. En cuanto lo descubrí, pensé en llamarle para decírselo, pero..., bueno, me lo había prestado por un tiempo, así que no ví ninguna urgencia en ello. Y esa noche, antes de acostarme volví a abrir el maletín y puse sobre mi mesa ese moderno ordenador. Al encenderlo me pidió una contraseña de acceso, y no se me ocurrió otra cosa que escribir "máquina-de-los-sueños"... Y, extrañamente, funcionó. El sistema operativo se puso en marcha y en la pantalla salió un menú en el que se me pedía que tecleara una fecha o un nombre. Y supuse, fantaseando de nuevo, que se refería a mis sueños. Por supuesto que no pensé en ese momento que era imposible que respondiera adecuadamente, porque no había ningún registro de mis sueños en esa máquina, pero la lógica onírica suele pasar por alto ese tipo de detalles. Así que escribí en el teclado una fecha en concreto, una en que recordaba haber tenido un buen sueño. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Fue impresionante ver cómo tomaba forma en la pantalla la imagen de aquella casa, bajo una luz de atardecer, y la de alguien que en ese entonces la habitaba y que me miraba sonriente desde la puerta, invitándome a entrar... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El sonido de unos pasos me indicaron que Alberto volvía de la terraza, y me desperté de mi duermevela. Con el sueño bailando y brillando aún en mi mente. Y en seguida se lo conté, antes de que se difuminase. Había pasado casi una hora, y me sentía como si hubiera viajado a otro mundo, aunque creía no haberme dormido del todo... Nos reímos a gusto, como en mi sueño. Y exactamente como en mi sueño, me dijo que la máquina de los sueños existía, pero que estaba en el interior. Y añadió también esa promesa de mostrarme algunos secretos para viajar. Me dijo que puede que él tuviera ciertas habilidades desde niño, pero que todo se podía aprender. Sólo había que dejarse guiar, llevar un buen farol y andar el camino. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y, bueno, esa fue la escena que recuerdo de hace unos meses con el amigo Alberto Linde. Ahora pienso que estaría muy bien tener una máquina del tiempo, pero creo que una máquina de los sueños estaría mucho mejor. </span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(21 de marzo, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBhaW0hgPkji6tsDkn7yB0jCJlnwwFxhY-TnRZlSzAp1iCOvxe-8fH1nw0DQOJ_YjGxGTXSHuVUsXldkfbwlHKpHii7QjDFakgF2vGr1zZfkArRQTwIEVvqScjW7Vo9OxK7u2qPPVu-vgo/s1600/La+m%25C3%25A1quina+de+los+sue%25C3%25B1os+2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="297" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBhaW0hgPkji6tsDkn7yB0jCJlnwwFxhY-TnRZlSzAp1iCOvxe-8fH1nw0DQOJ_YjGxGTXSHuVUsXldkfbwlHKpHii7QjDFakgF2vGr1zZfkArRQTwIEVvqScjW7Vo9OxK7u2qPPVu-vgo/s320/La+m%25C3%25A1quina+de+los+sue%25C3%25B1os+2.png" width="320" /></a></div>
<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-78519859308493069672016-03-18T00:22:00.001+01:002016-03-18T00:45:15.253+01:00Flores<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIV2VLFq5iZXaurp6qQW20wE0OtATjHWM8YcLWe9gNFFsyyaSzjWxogy_56FEAWaPE8Ye60P_iOOdeeevxDXy_AvxiajfLZftW4W5pnrNJV0Uy1lWTjWDFGYLdJZxG5PjIW-YsFd1q20g7/s1600/Flores+1+%2528B.I.G.%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIV2VLFq5iZXaurp6qQW20wE0OtATjHWM8YcLWe9gNFFsyyaSzjWxogy_56FEAWaPE8Ye60P_iOOdeeevxDXy_AvxiajfLZftW4W5pnrNJV0Uy1lWTjWDFGYLdJZxG5PjIW-YsFd1q20g7/s400/Flores+1+%2528B.I.G.%2529.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">«No basta abrir la ventana</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">para ver los campos y el río.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">No es suficiente no ser ciego</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">para ver los árboles y las flores.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">También es necesario no tener ninguna filosofía.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Con filosofía no hay árboles: no hay más que ideas.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Sólo hay como una cueva en cada uno de nosotros.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo fuera;</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">y un sueño de lo que podría ver si la ventana se abriese,</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Fernando Pessoa</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>Poemas de Alberto Caeiro</i>)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">«Los sueños no son creaciones premeditadas y arbitrarias, sino fenómenos naturales, que no son otra cosa que lo que representan. No engañan, no mienten, no falsean ni encubren, sino que anuncian ingenuamente lo que son y piensan. Sólo son enojosos y equívocos porque no los comprendemos. No emplean artificio alguno para ocultar algo, sino que dicen lo que forma su contenido, tan claramente como les es posible a su modo. Podemos también comprender por qué son tan peculiares y difíciles: la experiencia muestra concretamente que se esfuerzan constantemente en expresar algo que el Yo no sabe y no comprende.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Carl G. Jung</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>Psychologie und Erziehung</i>) </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Hace un par de noches soñé que viajaba a un país lejano. El sueño era complicado y estaba lleno de detalles que no puedo recordar ahora con exactitud. Bueno, ni con exactitud ni con aproximación. Sólo quedan vagas sensaciones. Pero sí recuerdo algunas cosas... Recuerdo que, embarcado en un tren, veía desde la ventanilla que estaba, inexplicablemente, en México, donde nunca he estado realmente. Observé que ante mí pasaban pequeños núcleos urbanos, con casas blancas y gente tranquila que me gustaron mucho. Y durante unos momentos el tren fue muy despacio, y pude asomarme y ver muy de cerca unas flores silvestres que estaban junto a las vías. Ver esas flores, rojas, violetas y amarillas, me emocionó de tal manera que lloré. Lloré como hace mucho tiempo no lo hacía. Lloré de alegría. Más tarde sucedieron otras cosas extrañas, como hablar con un caballo... Pero eso ya es otra historia.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Hablan los físicos modernos de que hay once dimensiones en el universo. Las tres dimensiones visibles de este mundo, la cuarta del tiempo, una quinta (que desconozco a qué se refiere), y seis más, absolutamente desconocidas. Según sus cálculos y ecuaciones parece que debe ser así... Digo "universo", pero parece que ya se habla habitualmente (ya era hora) del multiverso o de universos paralelos. Dice la Teoría de Cuerdas que posiblemente el Big Bang fue el resultado de un choque (o varios) entre dos de esos universos paralelos, y que no fue el primero sino que hubo más, y los seguirá habiendo. Es decir, que el Big Bang no fue, realmente, una singularidad. A mí, que no sé nada de física, ni clásica ni moderna, me parece lógico que por fin se vea así. Porque siempre me sonó a imposible el que el universo hubiera surgido de la nada. ¿Qué provocó esa extraordinaria condensación de energía y su posterior deflagración? ¿Y dónde estaba anteriormente y de qué forma esa energía condensada o dispersa? ¿En la nada? ¿Qué es "la nada"? ¿Qué sentido puede tener eso de "la nada", si es imposible que algo así exista...? Hablar de un vasto océano indiferenciado, de un magma primigenio, y, por contra, de un orden conformado y armonizado, de caos y de cosmos, lo entiendo, pero el concepto de la nada me parece absurdo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Las antiguas sabidurías ya hablaban de una sucesión de "creaciones", de universos que surgen, se expanden y luego se destruyen, para formar nuevos universos. Después del Ragnarok nórdico, en el que morirán todos los dioses y sus mundos, vendrá el amanecer de un nuevo universo con otros dioses y otros mundos. Y esto parece que ha sido, es y será siempre así. A las edades de Oro, de Plata, de Bronce y de Hierro las seguirán nuevas edades, en un nuevo ciclo... De manera que el universo que conocemos puede haber nacido con ese famoso Big Bang, pero esto no representa más que un capítulo en la interminable historia de la vida. Una historia sin principio y sin final. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Sea como fuere, y sin querer meterme en laberintos que me caen demasiado grandes, yo me quedo con esas flores silvestres que me hicieron llorar de alegría, las que me encontré en un sueño.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Lo que significa ese sueño no puedo saberlo, pero me quedo con la afirmación de Jung, de que los sueños nunca mienten... Y en cuanto a Pessoa, no hay problema, porque yo no tengo ninguna filosofía, más allá de cuatro ideas poco hilvanadas, pero dictadas por el corazón. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(18 de marzo, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2jJ7Jz5YaQgwy1EN_fmPU8klqk3frgL7MUT1x4i0ITF4RMPdajZp0drvHhm71mJhlxg6pe4RMuPmJvW7HxSY63dfLQMebXyGvckCFf-YxcHYezB3Mw4Gplt9H-EvQnrAQU_dw6NqWR590/s1600/Flores+2+%2528copyright+Alan+Cleaver%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2jJ7Jz5YaQgwy1EN_fmPU8klqk3frgL7MUT1x4i0ITF4RMPdajZp0drvHhm71mJhlxg6pe4RMuPmJvW7HxSY63dfLQMebXyGvckCFf-YxcHYezB3Mw4Gplt9H-EvQnrAQU_dw6NqWR590/s320/Flores+2+%2528copyright+Alan+Cleaver%2529.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">imagen 1: de B.I.G. (Banco de Imágenes Gratuitas)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">imagen 2: Alan Cleaver</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-33921199169971594382016-03-07T12:47:00.000+01:002016-03-07T12:47:10.497+01:00Casas que caminan...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrMFPC4nRkSUmEeytQNuDiYsYXj8MiWi1uGtFvqxqfoFoeUdJRhsoMzoFpDr3E_v7RkKvEX2eU6aSR4xWiq5AGV4vLCUREbTuZ61m5KRjTcJRBTb1kRVKwCSiqmUr9ubI6oy0RFJ09WeAh/s1600/Casas+que+caminan....png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrMFPC4nRkSUmEeytQNuDiYsYXj8MiWi1uGtFvqxqfoFoeUdJRhsoMzoFpDr3E_v7RkKvEX2eU6aSR4xWiq5AGV4vLCUREbTuZ61m5KRjTcJRBTb1kRVKwCSiqmUr9ubI6oy0RFJ09WeAh/s400/Casas+que+caminan....png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Hace tiempo escribí aquí algo sobre esa antigua verdad de que el hogar está en el corazón y en ninguna otra parte... Lo que no quiere decir que no sea necesario además encontrar algún sitio en el mundo en el que podamos sentirnos en casa. Ese lugar sería el refugio, acogedor y seguro, la pequeña torre donde se concentra y se expresa, libre y satisfactoriamente, la personal dimensión de "lo nuestro", con sus objetos, sus colores y aromas, sus iconos y fetiches, con todo aquello que conforma nuestro mundo individual y se traduce en reconocimiento y sensación de compañía. En definitiva, en <i>nuestro hogar</i>.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Muchas veces ese encuentro no se consigue fácilmente, y puede incluso llevar casi toda una vida el hacerlo. Hay quienes aún están en la búsqueda, después de mucho tiempo, procurando no perder del todo ese frágil hilo de la ilusión y la esperanza, a pesar del curso de los años, que se suceden cada vez con mayor rapidez, y siguen confiando en poder hallarlo algún día.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Pero también hay otras ocasiones en que es la casa quien busca dueño... Sí, casas solas, vacías, viejas y abandonadas, sin moradores, sin inquilinos, sin voces ni risas, sin presencias. He visto muchas, y parecen llamarte a través de sus tristes ventanas, por las que no se asoma nunca nadie.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Imaginemos que una buena mañana algunas de esas casas, cansadas de la soledad, del vacío y el silencio, decidieran levantar sus cimientos y saliesen a caminar por el mundo. No sólo para buscar a alguien amigo que quiera residir en ellas, sino sencillamente para ver nuevos paisajes, nuevos horizontes y distintas perspectivas, y quizá también para encontrar un sentido a su existencia. Enfrentadas, como cualquier ser humano, entre temores y asombros, al misterio de la vida y a las penumbras de un destino incierto, azaroso e imprevisible. Quizá porque las casas, como ocurre con algunos animales de compañía, terminan impregnándose del carácter de quienes las habitan o habitaron. </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Parece imposible, pero como la imaginación no tiene límites...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Antonio H. Martín </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(7 de marzo, 2016)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/aKRZn0uS6eA?rel=0" width="560"></iframe></span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> </span>Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-14486308749890112542016-02-27T12:23:00.000+01:002016-02-28T00:11:11.594+01:00Oriente cuántico<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaHrGOFVoxlpMamuIE30yOZJK3nI6adrIBJoN_hYA91IhBuOFjRux8ToN2k_ai9kSZ9hSGeusuiUzmyBHMiq82H7LJIfsICjModriue9rYFN_9mQOKllMQQpFwzeZZymu_q-Ntc8Z_yeZg/s1600/Oriente+cu%25C3%25A1ntico+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaHrGOFVoxlpMamuIE30yOZJK3nI6adrIBJoN_hYA91IhBuOFjRux8ToN2k_ai9kSZ9hSGeusuiUzmyBHMiq82H7LJIfsICjModriue9rYFN_9mQOKllMQQpFwzeZZymu_q-Ntc8Z_yeZg/s400/Oriente+cu%25C3%25A1ntico+1.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">«Aquel que mira hacia fuera, sueña... Aquel que mira hacia dentro, despierta.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Carl Gustav Jung</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Andaba yo buscando en internet vídeos de física cuántica, cuando me encontré con esta joya... Uno de los mejores documentales que he visto, sobre un tema de lo más importante y valioso: el viaje de la conciencia y su sentido en el universo. En él se relacionan los modernos conocimientos cuánticos con antiguas sabidurías, como la védica, la azteca, la taoísta, la griega o la egipcia.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Que el universo se compone de ondas de energía que vibran en diferentes frecuencias, ya lo habíamos leído hace algunos años en los libros de Carlos Castaneda (por poner un ejemplo no científico). Pero resulta muy curioso que eso ya lo supiera el señor Buda y otros iniciados hace miles de años... Curioso y emocionante. Según esto, está claro que Buda y los demás eran unos "videntes" (en el sentido que Castaneda da a ese término) y podían "ver" los distintos flujos de energía sin necesidad de instrumento tecnológico moderno alguno, obviamente, sino sólo mediante antiguas técnicas de meditación que activaban la propia energía, reconduciéndola por los canales apropiados y abriendo las puertas de la percepción.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De ahí su conocimiento de que la auténtica realidad se halla oculta tras un velo (al que los védicos llamaron Maya), que viene a ser como una especie de tupida ilusión colectiva que nos impone una imagen distorsionada y ficticia del mundo, tanto a nivel físico como psíquico. Y de ahí también que las diferentes cosmologías de esas antiguas culturas tengan una significativa conexión con las actuales teorías de la física cuántica.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Ahora se dice que lo que conocemos como "realidad" es sólo una sucesión de proyecciones holográficas, pero eso ya era sabido en épocas remotas, aunque los antiguos lo expresaran de otra manera que hoy nos suena como alegórica, fantástica o mitológica.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Me pregunto ahora, no obstante, si el pobre burro que antiguamente estaba sujeto durante muchas horas al día a una noria o una carreta, o el pobre perro que está (aún en este tiempo presente) encadenado o encerrado de por vida al cuidado de unas gallinas, tenían y tienen la oportunidad de liberar su conciencia y escapar de la ilusión que los aprisiona... Y hago esto extensivo, por supuesto, a los pobres seres humanos, que transitamos por este mundo laberíntico y conflictivo de mentiras bien anudadas, desorientados, perdidos en lo que parece una galería de sombras, y con el espejismo de un falso horizonte ante nuestra engañada mirada.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Quiero creer que sí. Que todos los seres tenemos esa oportunidad, que somos capaces de saltar por encima del velo o de romperlo, de hacer una fisura en el mismo para mirar al otro lado y tener una visión muy diferente de la realidad. Un camino seguramente arduo, que para muchos se presentará como escalar una áspera y resbaladiza montaña, como cruzar un mar de hielo, como internarse en las tinieblas de una caverna que parece conducir al infierno... Pero un camino posible y necesario. Un camino hacia la libertad de la conciencia.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Quiero creer que esa puerta siempre está abierta...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Un tema sin duda apasionante. Sinceramente, las dos horas que dura el documental se me hicieron cortas. Podremos estar de acuerdo o no con determinadas cuestiones... Puede, por ejemplo, no gustarnos oír eso de que el pensamiento racional es fundamentalmente divisorio y nos impide conectar con la espiral de la vida... Porque somos muy celosos de nuestros pensamientos y nuestras culturas. Pero si nos paramos a reflexionar un poco nos daremos cuenta de que efectivamente es así. O también nos pueden dejar perplejos afirmaciones como la de que "las circunstancias no importan, sólo el estado de conciencia importa"... O esta otra que dice que "<i>no</i> somos nuestra mente"... Y sin embargo hay una sutil sabiduría en esas palabras. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En todo caso creo que, por encima de cualquier tipo de prejuicio, merece la pena ver este documental y, sobre todo, escucharlo y pensarlo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El mundo puede cambiarse a mejor. Por supuesto que sí. Pero tengo que repetir aquí esas viejas palabras, a las que nadie quiere nunca hacer caso, que dicen que la auténtica revolución es siempre interior. Que, indefectiblemente, cualquier cambio empieza por uno mismo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Mientras vivamos sumergidos en la cenagosa esfera del mercado, idiotizados por los programas televisivos y las estúpidas revistas de actualidad. Mientras nuestros sueños, deseos y anhelos se limiten a conseguir una u otra cosa para alcanzar determinado estatus social que nos proporcione confortabilidad e ilusión de poder. Mientras vivamos en ese oscuro pantano, plagado de falsos brillos, estaremos irremisiblemente perdidos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Hacia el final del reportaje, se citan estas palabras de Joseph Campbell: «No creo que la gente esté buscando el significado de la vida, más bien buscan la experiencia de estar vivos.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Qué puede importarnos realmente la cantidad de materia, atómica u oscura, y las diferentes energías de que se compone el universo, su finitud o infinitud y el número de planetas, estrellas y galaxias que lo habitan, a no ser como medio para avanzar tecnológicamente y enriquecer las enciclopedias... Y, en definitiva. qué puede importarnos el origen y significado de todo ello, más allá de la pura curiosidad, científica o filosófica...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El sentido último de la vida será siempre la vida misma. Lo que buscamos y queremos, por encima de todo, es <i>vivir</i>, sentir que estamos vivos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En fin, acabo ya con el largo comentario y os dejo con este interesante documental, titulado simplemente "Sobre Física Cuántica y Conocimiento Oriental". Casi ciento veinte minutos que se hacen muy merecedores de nuestra atención y que están compartimentados en los siguientes capítulos:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> 1º - Akasha .................................................. (3:28)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> 2º - La espiral .............................................. (33:50)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> 3º - La serpiente y el loto ............................ (1:05:28)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> 4º - Más allá del pensamiento ..................... (1:33:40)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Si encontráis tiempo y ánimo para ello, no os arrepentiréis de haberlo visto.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(27 de febrero, 2016) </span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA_YIRJG7uMHmC9rJLQ8thYjUqFwXvBIkGmDm6dfAemvpOvnvt9CC48kUnypZ92daJYjb3iVcxrAnXCyQCaj5Bx55vpFrVcmTHEtEDDOC1vy2R6oAgLx1fDqio1m9aAN8-OajVJ3F7_TbE/s1600/Oriente+cu%25C3%25A1ntico+2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="194" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA_YIRJG7uMHmC9rJLQ8thYjUqFwXvBIkGmDm6dfAemvpOvnvt9CC48kUnypZ92daJYjb3iVcxrAnXCyQCaj5Bx55vpFrVcmTHEtEDDOC1vy2R6oAgLx1fDqio1m9aAN8-OajVJ3F7_TbE/s320/Oriente+cu%25C3%25A1ntico+2.png" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/_ngvGgx6mf8?rel=0" width="560"></iframe></span><br />
<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-4359966427403362312016-02-24T13:37:00.002+01:002016-02-24T13:38:38.495+01:00En casa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPm5cgT2urwJMIzCbeh1f5i44wyGIL6L1L8gLG26PNs31FCF7ioKYiuJ7SLQVjnfC05NJawpvf4Cp4fUoW7aWLRvTeuQ80D_DVKRz3c8EM3K7tyRg0_hpHu0e0a0s0DcN3Ldy8fmnnatBk/s1600/En+casa+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPm5cgT2urwJMIzCbeh1f5i44wyGIL6L1L8gLG26PNs31FCF7ioKYiuJ7SLQVjnfC05NJawpvf4Cp4fUoW7aWLRvTeuQ80D_DVKRz3c8EM3K7tyRg0_hpHu0e0a0s0DcN3Ldy8fmnnatBk/s400/En+casa+1.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">«Lo observo alejarse, vencido y vencedor, ya olvidado en esta ciudad en la que no tiene sitio, y pienso que da a la vez testimonio de la existencia absoluta del hombre y de su absoluta imposibilidad.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Jean-Paul Sartre</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El viejo Luigi tenía un sueño:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Meterse en casa... Un piso alto, donde el ruido del mundo sólo llegara amortiguado, suave, lejano, casi inaudible. En invierno, cerrar bien las ventanas y encender la estufa. Una tenue lámpara, el caldeado salón en penumbra, y quedarse allí tranquilo, durante muchas horas, entre los libros, viendo cómo todo pasa despacio, sin prisa alguna, como hacen las nubes cuando casi no hay viento.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Recogerse en el sillón, frente a la terraza que da al cielo del oeste y, entre Cortázar, Dunsany y Goethe, escuchar el lento resonar de los minutos, gotas de mansa lluvia, como quien navega en una barca por un lago tranquilo. Darle de vez en cuando pequeños cortes al hilo del tiempo, con las tijeras verdes que encontró en aquel otro sueño de hace años, y también horadar poco a poco los espejos con la aguja brillante, la que le regaló la anciana costurera, hasta ver que se puede mirar al otro lado. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Después, esos momentos de confluencia entre sus ojos, la lectura y el cielo tras el cristal, hasta sentir que de lejos se acerca la música, una extraña melodía hecha de silencios, agua y estrellas, pero con voz de violín, saxo o piano, un raro aroma de luces, un sabor sin tiempo... Es entonces cuando se abre la puerta invisible, y una magia sencilla e íntima se cuela dentro de la casa como una caricia, esmaltando todas las cosas, también a él mismo. Y fuera brilla la luna, como una sonrisa de la noche. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El viejo Luigi... abandonó hace tiempo su sueño. Pero, algunas veces, lo recuerda. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(24 de febrero, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8MmDsqmxRXOgf95ckwPcammjNqJVMAXH8zZtYfIjgOtytHu_sIvWS0SgUsDcPoQXcp4wB8tU7tVUh4XMKtaR_cfzwfpcZ_AHyxq2HEJD95euP4qStpWx6jDNvYAnFel2Mwn0bw-i5rVWU/s1600/En+casa+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8MmDsqmxRXOgf95ckwPcammjNqJVMAXH8zZtYfIjgOtytHu_sIvWS0SgUsDcPoQXcp4wB8tU7tVUh4XMKtaR_cfzwfpcZ_AHyxq2HEJD95euP4qStpWx6jDNvYAnFel2Mwn0bw-i5rVWU/s320/En+casa+2.jpg" width="320" /></a></div>
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____________________<br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 1: <i>Amsterdam</i> - Anghelo Flores</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 2: <i>Lunar Halo</i> - Dave McGlinche</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-71296543606836073452016-02-10T13:56:00.004+01:002016-03-18T00:53:48.600+01:00Más allá de este sueño<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsmWq0m7B45JKTBZ3ROu1VHG-EDsRZcW2oVaMRphHvdjpxNCx5GF6a3qg-K9d6n8hT7yPMm3LZIaJxI5K_B-N9gMdhqA8vS3T4Txf-dcyy_XoofH6-rTdiD7rJ6xVUYDo2lb7mmCEV0jbq/s1600/M%25C3%25A1s+all%25C3%25A1...+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsmWq0m7B45JKTBZ3ROu1VHG-EDsRZcW2oVaMRphHvdjpxNCx5GF6a3qg-K9d6n8hT7yPMm3LZIaJxI5K_B-N9gMdhqA8vS3T4Txf-dcyy_XoofH6-rTdiD7rJ6xVUYDo2lb7mmCEV0jbq/s400/M%25C3%25A1s+all%25C3%25A1...+1.png" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Suelen decir los escépticos aquello de que la muerte es algo definitivo, de que no existe ningún más allá y que después de cruzar el umbral la persona desaparece para siempre en la nada... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Yo, sin embargo, sin encerrarme en el escepticismo (ni tampoco en creencia alguna), me inclino a pensar que lo que en verdad ocurre no es que el yo desaparezca en la nada, sino que se diluye en el todo. Es decir, que lo concreto abandona su forma temporal y se reintegra en lo abstracto de donde surgió.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De esta manera, la conciencia sigue viva más allá de la muerte. Ya no se llama María ni Martín, ni Lucía ni Pedro, ni Juana ni José, pero continúa existiendo dentro de la corriente universal, como una gota de agua en el ancho y profundo río de la vida. Para quizá, en algún otro instante del tiempo, volver a concretarse en una nueva forma. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Recuerda esa gota, mezclada con el infinito, la vida personal que tuvo antes? ¿A los seres a los que amó y los lugares en que vivió? Seguramente sí, pero ya desde fuera de la ego-burbuja en la que estuvo encerrada durante esa existencia.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Si me leyese algún escéptico, en seguida concluiría que esto que digo es otra simple proyección del deseo de continuidad. Pero lo digo desde una sencilla lógica objetiva, no como resultado de deseo personal alguno.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Al igual que se afirma que la energía no desaparece sino que se transforma, mi modo de mirar y pensar me dice que es muy probable que suceda exactamente lo mismo con la conciencia.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Cuando termina un camino siempre nos encontramos con algo, nunca con nada. Puede ser la ciudad o el pueblo que andábamos buscando, un valle, un bosque, un prado, un río, un lago, un mar, un desierto, una montaña, o el comienzo de otro camino, de otro nuevo sueño... Nunca con nada.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El viaje de la conciencia, de una forma u otra, continúa hasta el infinito.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(10 de febrero, 2016)</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2ktxIIV6tVXK4DVNHgnJraSrypWMlhLl5DKXZQ9I2An65hft7h5g27wDXvCJAZoK01GXVdn8OJovVoc5BSzCIoPfjsCQ5V2kdMh_gz-8W-1MxlepYuKhRKIlhRIQxcyRHWmO8cjPdybT2/s1600/M%25C3%25A1s+all%25C3%25A1...+2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2ktxIIV6tVXK4DVNHgnJraSrypWMlhLl5DKXZQ9I2An65hft7h5g27wDXvCJAZoK01GXVdn8OJovVoc5BSzCIoPfjsCQ5V2kdMh_gz-8W-1MxlepYuKhRKIlhRIQxcyRHWmO8cjPdybT2/s320/M%25C3%25A1s+all%25C3%25A1...+2.png" width="320" /></a></div>
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<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-27402591609279916202016-02-08T17:32:00.001+01:002016-02-08T17:39:31.508+01:00Movimiento (8-16)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1AQq1vjJGFtcytjTNh1kaptuTIng533UqiLi5K-Ar-LsVZCGD_q9Y-V96o1tdM60savNdQuSzNTsIr4ZLMjLYl7f0vsZQmzbo-QAZzdhfWMk-_nHYuYriWG649COSjBHjnqq-xbTydZYw/s1600/Movimiento+1+Reaching_for_the_Stars_by_nuaHs.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1AQq1vjJGFtcytjTNh1kaptuTIng533UqiLi5K-Ar-LsVZCGD_q9Y-V96o1tdM60savNdQuSzNTsIr4ZLMjLYl7f0vsZQmzbo-QAZzdhfWMk-_nHYuYriWG649COSjBHjnqq-xbTydZYw/s400/Movimiento+1+Reaching_for_the_Stars_by_nuaHs.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De vez en cuando me apetece dar paseos por este cuaderno, que ya empieza a estar viejo, como quien se pasea por un museo íntimo, lleno de cuadros y espejos, y ocasionalmente me encuentro con textos que me gustan. No porque tengan algún valor literario, sino porque enlazan con asuntos del presente, o porque están situados un poco más allá de la línea regular del tiempo, rozando una esfera continua e indeleble, lo que me gusta denominar como "el tiempo infinito"... No obstante, siempre resulta curioso observar las diferencias temporales. Los tonos particulares de muchos "entonces" no concuerdan con los de ahora. Pero hay otros, esos que digo que me gustan, en que sí.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y ese es el caso de este breve escrito, que titulé en su día "Movimiento". Un texto simple, que no se adentra en honduras, pero que valora ese movimiento vital y habla de lo gris e inútil de la inmovilidad. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Ahora mismo, en este preciso instante en que empiezo a escribir estas líneas, estamos viajando... Todo está viajando siempre, pero eso se reduce a un dato demasiado amplio para un individuo normal, algo que no le sirve para sentirse en movimiento. Nuestra conciencia personal no es consciente de ese gran movimiento cósmico en que estamos inmersos; a lo sumo puede imaginarlo, “saberlo”, pero no sentirlo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Y ocurre que necesitamos de una conciencia directa del movimiento, sin intermedios ni lejanías, porque eso nos transmite la sensación de estar vivos. En el viejo Oriente puede que esto no fuera necesario, pero nuestra mentalidad occidental requiere esa premisa de la movilidad para encontrar sentido a la existencia. Para nosotros el movimiento se traduce en vida y la quietud, la inmovilidad nos recuerda demasiado a la muerte, como si fuera su sombra. Seguramente es por eso por lo que nos esforzamos en estar siempre activos, corriendo de acá para allá y haciendo cien cosas distintas, para tener esa sensación de estar vivos, de ser, de que estamos eludiendo al vacío. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Cuando era joven formaba parte del típico grupo de amigos que van siempre juntos a todas partes, que siempre se cuentan sus cosas y comparten sus experiencias. Y recuerdo que lo que más nos interesaba, dentro del grupo, era la fuerza que algún compañero podía transmitir en determinado momento; el entusiasmo con que nos contaba su experiencia nos hacía partícipes de la misma y nos “movía”, aunque estuviéramos cómodamente sentados en sillones o butacas. De manera que el movimiento puede ser inducido por simples gestos o palabras, y además ser algo mental y no sólo físico. Lo importante, entonces, es el sentimiento. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En otras muchas ocasiones en que no aparecía el brillo del entusiasmo, nos dedicábamos a pasear sin rumbo por las calles, buscando inconscientemente algo que nos moviera por dentro; siempre intentando escapar de esa ciénaga llamada aburrimiento. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Aburrirse es como estar parado en medio de un mundo detenido y vacío. Nada nos divierte ni nos entretiene, nada nos llama la atención, nada nos dice nada..., nada nos mueve. Es una sensación desagradable, molesta y hasta angustiosa: “¿Qué me está pasando? O ha llegado el fin del mundo, o yo estoy muerto...” </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Sabemos que la vida tiene sentido, porque recordamos otros momentos en que así lo sentíamos, pero el aburrimiento es la desconexión de la vida, una especie de abismo que se abre entre la vida y la conciencia, y se hunde lenta y silenciosamente en la nada. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Necesitamos el movimiento tanto como el aire. Y, como decía, no nos sirve de nada ver otro movimiento que no sea el nuestro. Saber que algo ahí afuera se mueve, que el universo entero se mueve, sólo importa si nos ayuda a movernos. Al igual que nadie puede respirar por nosotros, es imprescindible que sintamos el movimiento, que lo hagamos nuestro; en cualquier caso, el movimiento debe ser interior, individual, consciente.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Echando una breve mirada sobre el lejano Oriente, se me presenta la figura del venerable Buda; creo que él solía afirmar que estaba totalmente quieto, que no se movía ni un milímetro, porque había escapado a la presión de la rueda del Samsara, porque estaba fuera de esa rueda y podía ver y sentir el mundo directamente, más allá del velo de Maya. Pero seguro que si pudiéramos mirar en su interior encontraríamos que dentro del venerable Siddharta Gotama había mil universos danzando con la música del infinito... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El movimiento no precisa de la apariencia para ser lo que es; quien se mueve por dentro puede parecer una piedra y, sin embargo, estar lleno de vida. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Moverse es vivir, la vida es movimiento; pero cuántas veces estamos metidos hasta el cuello en un remolino de actividades, enredados en cien cosas diferentes, sin conseguir “movernos” realmente del sitio. Cuántas veces toda esa múltiple y frenética actividad no es más que un laberinto insoluble que nos detiene y nos encierra. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Es movimiento el alocado y absurdo vuelo de una mosca? </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Moverse, vivir en definitiva, no es dar manotazos al aire ni serpentear en el agua densa de las cosas. Moverse es simple y llanamente abrir el pecho y percibir el aire y la luz de la vida, llenarse con su sabor, con su aroma y caminar al son de su música. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Moverse es dejarse llevar por ese viento. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(Octubre, 2008 - Febrero, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdNSXP2UQNvK8fEvncTcwQCWwy62iyj1ID21xFVlv0Xb5idJrUuu3hZ8LEwwVUoWRqJkjOIJMKvDYN13tAHsumrg5k7_u3GPWYtsoyz_9G3Z2_RvB2b847cnplhtN6GsTaEJp4UpOBWbTe/s1600/Movimiento+2+eTech_wall_by_johnnybg.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdNSXP2UQNvK8fEvncTcwQCWwy62iyj1ID21xFVlv0Xb5idJrUuu3hZ8LEwwVUoWRqJkjOIJMKvDYN13tAHsumrg5k7_u3GPWYtsoyz_9G3Z2_RvB2b847cnplhtN6GsTaEJp4UpOBWbTe/s320/Movimiento+2+eTech_wall_by_johnnybg.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 1: <i>Reaching for the Stars</i> - NuaHs</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen 2: <i>eTech Wall</i> - JohnnyBg</span><br />
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Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-29507619630996388432016-01-18T07:31:00.001+01:002016-01-19T20:58:30.675+01:00El tiempo de antes...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitmG5WdjqWsBAhgm7xHIrC5DFkGHctW1N11bOxntyjZFMXOimKphPEC7CfBvAqd0BpHs7ATZGpHPH-pgzKNl8gvRIyBqSXDIX-r_8pxDd70CDMuQ2dWHfNQNO7T30Y8YBkoxXMn7plYhQt/s1600/El+tiempo+de+antes....png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="385" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitmG5WdjqWsBAhgm7xHIrC5DFkGHctW1N11bOxntyjZFMXOimKphPEC7CfBvAqd0BpHs7ATZGpHPH-pgzKNl8gvRIyBqSXDIX-r_8pxDd70CDMuQ2dWHfNQNO7T30Y8YBkoxXMn7plYhQt/s400/El+tiempo+de+antes....png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Qué cansado es esto de vivir para nada... —pensó Sergio Gómez, mientras vaciaba la última copa de esa noche.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Luego subió a su cuarto, cerró las cortinas (estaba ya cerca el amanecer) y se acostó para intentar dormir. Aunque sabía que, como mucho en dos horas, volvería a estar despierto. Despierto e igualmente cansado.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Alessandro Castelli</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>Cuaderno de penumbra</i> - 2004)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Por qué nos parece tan diferente el tiempo de antes del tiempo de ahora? Porque se supone que la medida del tiempo no ha variado entre una y otra época... Así que, ¿por qué esa diferencia? Lo que ocurre es simplemente eso que todos sabemos de que nuestra percepción del tiempo es subjetiva. No es en absoluto lo mismo la duración de una hora conversando tranquilamente con un amigo, que la duración de una hora esperando en la estación la llegada del tren. Es decir, la duración objetiva sí es la misma, de sesenta minutos, pero nuestra percepción varía considerablemente según una u otra circunstancia.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Es por eso que recordamos los años de la infancia y la adolescencia como mucho más largos, en comparación con los de ahora. Porque entonces vivíamos el tiempo de una manera mucho más intensa. Habitábamos bien despiertos y atentos en cada hora del día, casi en cada minuto. Y cada jornada era una aventura, con sus emociones, sus peligros y alegrías, sus descubrimientos y sus pequeños tesoros. Eso alargaba el tiempo, o lo ensanchaba, y trescientos sesenta y cinco días se convertían, como por arte de magia, en mil quinientos o en dos mil.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Cuando recuerdo mi infancia, muchas veces me cuesta encajar las fechas con los hechos, y me pregunto cómo pudieron pasar tantas cosas en tan poco tiempo... Por ejemplo, entre los siete y los ocho años, transcurrió para mí un tiempo equivalente a más de cuatro años de los de ahora. Hoy, sin embargo, sucede lo contrario, que cuatro años se convierten fácilmente en tan sólo uno.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De la misma manera, cuando uno recuerda su juventud y compara esa imagen de sí con la que encuentra hoy en el espejo, se puede llegar a preguntar si ambos seres son el mismo... Evidentemente lo son, pero hay tantos cambios entre una y otra visión que se produce el espejismo de que son diferentes personas. Nada que ver, nos decimos, entre aquel joven lleno de ilusión y de fuerza y éste de ahora que, aparte del desgaste físico, pareciera haber perdido aquellas facultades, lo que le deforma tanto con respecto al pasado que da la sensación de ser otro.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero, a pesar de ello, creo que subsiste una línea de plata que —aunque no de un modo claramente perceptible— enlaza ambos tiempos... Hay un fondo personal (quizá nuestro ser más auténtico, nuestra alma o como queramos llamarlo) que está igualmente presente en ambas edades. Aparte de que podamos o no reconocernos en el deformador espejo de los años.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Esta noche, por ejemplo, hace poco más de media hora, cuando he interrumpido estas notas para bajar a la cocina y combatir el frío con un café, me ha venido un bostezo, y al cerrar los ojos he visto fugazmente la imagen de un sueño, uno en que salía el escenario de un pequeño teatro nocturno en el que me sentí feliz... No sé con qué sentido me ha enviado el inconsciente esa imagen en ese momento, rescatada de mi amplia colección de sueños, pero el caso es que la he visto y me he quedado muy sorprendido. No porque el hecho tenga en sí nada de particular ni de extraño, sino porque ese sueño lo tuve, si mal no recuerdo, ¡hace unos cincuenta años! </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Lo que me inclina a creer que existe realmente esa línea de continuidad que mencionaba antes, una <i>línea de plata</i> (me gusta llamarla así) que enlaza todos y cada uno de nuestros diversos avatares temporales. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Apunto lo del sueño porque en ese brevísimo instante del bostezo, al ver la vieja imagen, me he sentido, literalmente, <i>dentro</i> del sueño. Y la sensación ha sido muy clara: yo era exactamente el mismo de entonces...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De modo que llego a la conclusión de que aparte de las medidas subjetivas del tiempo, de las diferentes percepciones del mismo, hay un fondo común e inalterable, <i>intemporal</i>, que está más allá de cualquier contingencia o eventualidad. Y también de que hay como una especie de velo, una ilusión, un espejismo que nos hace creer en cambios que en realidad no existen. No en un nivel interior y auténtico, sino sólo en una superficie leve, circunstancial, que toca a nuestro ser únicamente de forma aparente. Ese velo es lo que nos engaña, lo que nos induce a tomarnos algunos cambios como reales, como si nos afectasen directa y profundamente. Es lo que nos hace sentir que las pérdidas y las sombras son definitivas e irremediables y lo que deforma nuestra imagen en el espejo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Así que pienso que la forma de esquivar el tono amargo de la cita del señor Castelli que pongo arriba (de su "Cuaderno de penumbra"), es ser consciente de la capciosidad de ese velo, de esa mala ilusión. No es posible «vivir para nada», porque eso no es propiamente vivir, sino morir. Hay que evitar a toda costa ese cansancio absurdo, basado en algo que en realidad no existe. Es un espejismo que surge de una percepción distorsionada del tiempo, y de un <i>olvido</i> imperdonable de nosotros mismos, que nos sepulta bajo escombros ficticios y envenenados.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Miremos, pues, atentamente al espejo y al mundo, y veremos que la línea de plata sigue viva, uniendo desde el fondo al paraíso gozoso y aventurero del ayer con este hoy que nos parece tan insulso y anodino. La insustancialidad del tiempo presente, que tan deprisa parece discurrir, y el vacío que lo acompaña son sólo sucios retales de ese velo múltiple y engañoso que, en favor de nuestra existencia, debemos romper.</span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Lo que acabo de escribir puede que a algunos les suene a necedad o a simple fantasía, y también puede que lo sea. No soy ningún sabio del tiempo... Pero, sinceramente, es así como lo veo y como lo siento.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(18 de enero, 2016)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(dedicado a mi amiga de siempre)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-69275785977947048932015-12-27T13:17:00.004+01:002016-02-10T14:02:36.928+01:00Hechizo de luna<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGzLiY3vQtSdUY7Ry5kUD7RliiZtgoSjYn_pgghgVN4wK33ffwGpds90owLk-xndUg1MGJ5B9a9UrPJO-h2hIsRKRapypV8ojFzboHpzSsz5kPDZ5XD-WXMWSOqhjPZmdSpMmYKGkCtoBy/s1600/Hechizo+de+luna+%2528b%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGzLiY3vQtSdUY7Ry5kUD7RliiZtgoSjYn_pgghgVN4wK33ffwGpds90owLk-xndUg1MGJ5B9a9UrPJO-h2hIsRKRapypV8ojFzboHpzSsz5kPDZ5XD-WXMWSOqhjPZmdSpMmYKGkCtoBy/s400/Hechizo+de+luna+%2528b%2529.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «En la soledad de la terraza, una de las veces, Axel lloró el vacío del mundo. Sin embargo, conservó su ánimo resignado y fatalista.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Isak (Karen) Dinesen</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>Cuentos de invierno</i> - 1942)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Me ocurría a veces que todo se dejaba andar, se ablandaba y cedía terreno, aceptando sin resistencia que se pudiera ir así de una cosa a otra. Digo que me ocurría, aunque una estúpida esperanza quisiera creer que acaso ha de ocurrirme todavía.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Quién sabe cuánto hace que me repito todo esto, y es penoso porque hubo una época en que las cosas me sucedían cuando menos pensaba en ellas, empujando apenas con el hombro cualquier rincón del aire.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Julio Cortázar</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>El otro cielo</i> - 1966)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Enamorarse es un triste error, una equivocación que, como un invasor hechizo lunar, anega nuestra conciencia, nos hipnotiza, nos embruja y acaba colocándonos indefectiblemente ante una pared de frío, encerrándonos en algún lejano rincón de un laberinto nebuloso y oscuro, aparentemente sin salida. Después, afortunadamente, con el paso del tiempo, podemos comprobar que hay un modo de salir, pero en esos momentos de bruma nos es imposible verlo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero también en esto hay excepciones. Y en algunos raros casos, resulta ser todo lo contrario... Algo así como encontrar la puerta azul de un paraíso perdido, el mágico puente que nos lleva a un mundo de ensueño, del que no quisiéramos salir nunca.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Hay una única compañía que es indispensable, absolutamente necesaria, sin la cual no se puede vivir, y es la de uno mismo. Me estoy refiriendo, por supuesto, a esa relación armónica básica que es ser amigo de sí mismo. Pero cuando sucede lo otro, cuando se abre de buena manera la ventana con paisaje azul y se da esa otra relación, entonces es como si ese "sí mismo" completara el círculo de su vida.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Como decía, rara vez ocurre, pero sin duda existe esa magia.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Alberto Linde</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>El laberinto de los sueños</i> - 2015)</span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... </span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No he leído aún el cuento del amigo Cortázar, por lo que no puedo saber con exactitud a qué asunto se refiere, aunque me suene mucho... Pero esas frases suyas (leídas al azar) las he sentido en relación con la posterior cita del amigo Linde, y por eso las pongo. Y lo mismo me pasa con las frases de Karen Dinesen, que he encontrado también <i>por azar</i>, si es que eso del azar existe...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> La razón de esta entrada está en las palabras del viajero Linde, que me envió hace poco y están sacadas de una obrita que está escribiendo sobre la materia de los sueños, en la que es experto. Me parece muy bien que se desenmascaren ciertos espejismos, pero que al mismo tiempo se deje la puerta abierta a la extraña pero posible situación de que tras algunos de ellos se encuentre un fondo de realidad. De que, en algunos casos, sea efectivamente agua eso que vemos brillar en el horizonte del desierto. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En cuanto a lo de enamorarse..., de momento prefiero no pronunciarme. Es, sin duda, un tema interesante, pero difícil y complejo, del que hablaré en otra ocasión, cuando las runas sean favorables.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(27 de diciembre, 2015)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/i__PgJX_5eQ?rel=0" width="420"></iframe><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imágenes: Leonid Afremov</span><br />
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<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-16385158014783612822015-12-21T23:47:00.002+01:002015-12-27T13:14:07.265+01:00Arbórea<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzim77BfBdtwovJJD2KE-92tVeZiBVBq1dRNArfR44HrYfXM5UkmG8SI2AK8ujz4A6bSnDYT4A5eFmvBBQ9u_esKlEWPDA7i0DLD4I7Qa9o6xxgpRyp5Vu3ZJFcWXhoUHYzPsszQlRRhqW/s1600/Arb%25C3%25B3rea+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzim77BfBdtwovJJD2KE-92tVeZiBVBq1dRNArfR44HrYfXM5UkmG8SI2AK8ujz4A6bSnDYT4A5eFmvBBQ9u_esKlEWPDA7i0DLD4I7Qa9o6xxgpRyp5Vu3ZJFcWXhoUHYzPsszQlRRhqW/s400/Arb%25C3%25B3rea+1.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">«Cuando venga la muerte, que lo haga en silencio, sin gestos bruscos ni ácidas preguntas, sin hielo y sin fuego. Y que se acerque despacio, envuelta en su oscura capa de definitiva noche... Sólo quiero ver su ojos, la magia o la sombra de su mirada.»</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Alessandro Castelli</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(<i>En el umbral -</i> 1982)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Sin llegar a lo de aquella canción de hace años, en la que el intérprete expresaba su deseo de tener un millón de amigos, puedo decir con sinceridad y sin fantasear ni literaturizar nada, que una de las íntimas alegrías que he encontrado en esta vida es la de tener muchos amigos. Todos ellos han sido y son siempre amables conmigo, me acompañan en los días solitarios, escuchan mis palabras, mis risas o lamentos, y me miran con comprensión en las horas tristes, e incluso danzan para mí a veces para darme ánimos.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Son cientos de amigos, todos hermosos, bellos, alegres, hasta los más oscuros. La demás gente suele mirarlos poco más que como si fueran objetos inanimados y los llama «árboles». Yo no puedo menos que llamarlos <i>amigos</i>...</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Da igual que sean castaños, robles, fresnos, nogales o abetos... A todos, sin distinción, los considero mis amigos. No es sólo por su inestimable valor, ni por su estética, sino sobre todo por otra cosa que no sabría explicar... </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Se trata de uno de mis pocos afectos que, usando términos hinduistas, se aparta de lo meramente «rajásico» y se acerca algo a la esfera de lo «sáttvico». Sin querer significar con esto nada fuera de lo común.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> En cualquier caso, benditos sean por siempre estos amigos árboles. Estos verdes compañeros de viaje, junto a los que puedo escuchar el seductor y amable susurro de la brisa (que a veces me cuenta historias), o la titánica música del viento. Bajo cuya amplia sombra puedo guarecerme cuando el sol aprieta en verano, y cuya silueta desnuda, en invierno, se recorta por la noche contra un cielo lleno de estrellas, al que parecen tocar con sus largas, cimbreantes y afiladas manos, cual puentes entre la realidad y el sueño, como si acariciaran suavemente el infinito... </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> </span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">(21 de diciembre, 2015)</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> <iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/rrVDATvUitA?rel=0" width="420"></iframe></span><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyAFrLDrwMwnBIqzLDsYUkbpUjJp3IMPMv4I1YYDhWX8ELTGrbyqPkBc3t3OgA-w3ba9q08GAxMwVOwOZRwGGwz-cKtQnu0ASCt9dcQbn9djknzIxoMoV45YOVxw4Uq5_sdEJoAnKJ7rU4/s1600/Arb%25C3%25B3rea+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="237" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyAFrLDrwMwnBIqzLDsYUkbpUjJp3IMPMv4I1YYDhWX8ELTGrbyqPkBc3t3OgA-w3ba9q08GAxMwVOwOZRwGGwz-cKtQnu0ASCt9dcQbn9djknzIxoMoV45YOVxw4Uq5_sdEJoAnKJ7rU4/s320/Arb%25C3%25B3rea+2.jpg" width="320" /></a></div>
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<br />Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-56741394000946512082015-11-24T08:36:00.003+01:002015-12-17T00:34:39.836+01:00Suzuki y los Anunnaki<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbHRvSac5u1MbQV8TyWVUtbfPZpvxwVo-zQOz5gi0HzqBhtvD1f9NKWsVholBtjd7cH47OPCZvVriQvCtorD9TgSZyr4SIF4YExQHLpwgSwhF7wsSwS8c4KI8_KEIyB9iZklEJLRQm1fu9/s1600/Suzuki+y+los+Anunnaki.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbHRvSac5u1MbQV8TyWVUtbfPZpvxwVo-zQOz5gi0HzqBhtvD1f9NKWsVholBtjd7cH47OPCZvVriQvCtorD9TgSZyr4SIF4YExQHLpwgSwhF7wsSwS8c4KI8_KEIyB9iZklEJLRQm1fu9/s400/Suzuki+y+los+Anunnaki.jpg" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «—Cuando las dudas te asalten hasta el punto de que corras peligro —dijo—, haz algo pragmático al respecto. Apaga la luz. Perfora la oscuridad. Averigua qué puedes ver.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Carlos Castaneda</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(<i>El lado activo del infinito - </i>1998)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> No es que el sosegado y lúcido señor Suzuki tenga nada que ver con los míticos e inquietantes Anunnaki (ahora tan nombrados), como pudiera deducirse del título de este escrito. No, en absoluto. Pero se me ocurrió poner su serena y nítida imagen aquí —aunque sólo sea tangencialmente—, frente a ese turbio y laberíntico espejo mitológico, para ver qué pasaba... Permítaseme, como el torpe intento de un pequeño y sencillo ejercicio de juego de abalorios.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> El 9 de julio de 1936, el doctor Daisetz Teitaro Suzuki (gran experto en budismo Zen y autor de numerosas obras eruditas sobre esa materia) participó en un ciclo de conferencias y debates en un Congreso Mundial de Religiones al que había sido invitado. El congreso se celebró en el Queen's Hall de Londres, y el tema sobre el que debía disertar era nada menos que el "Supremo Ideal Espiritual"... Pero Suzuki abordó el asunto con su habitual sencillez, y con una honesta claridad lo desbrozó y lo dejó limpio, despojándolo de su rigidez y altisonancia. Transcribo aquí una parte de su conferencia, las palabras que pronunció justo después de haber estado rememorando ensoñadoramente su casa con tejado de paja en el lejano Japón: </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «Déjenme despertar y enfrentarme a la realidad. Pero, ¿qué son estas realidades a las que ahora me enfrento? No ustedes, no este edificio, no el micrófono, sino el Supremo Ideal Espiritual, estas palabras tan altisonantes. Proceden de mí. No puedo seguir soñando por más tiempo. Debo hacer que mi mente regrese a su objetivo, el Supremo Ideal Espiritual. Pero realmente no sé qué es lo Espiritual, ni qué es lo Ideal, ni qué es el Supremo Ideal Espiritual. No me siento capaz de comprender exactamente el verdadero significado de estas tres palabras, tan conspicuamente colocadas ante mí.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> »Aquí, en Londres, salgo del hotel en que estoy alojado y veo en las calles innumerables hombres y mujeres andando, o, más bien, corriendo apresuradamente, pues, para mí, no es que estén andando, sino realmente corriendo. Puede que decir esto no sea del todo correcto, pero yo lo veo así. Además sus expresiones son más o menos tensas, sus músculos faciales están intensamente contraídos; deberían estar más naturalmente relajados. Las calles están atestadas con toda clase de vehículos, autobuses, coches y demás. Parecen estar apresurándose en una corriente continua —en una corriente incesantemente continua— y uno no sabe cómo dar un paso en esta frenética carrera de vehículos. Las tiendas están decoradas con toda clase de cosas, la mayor parte de las cuales no parecen ser necesarias en mi pequeña casa de tejado de paja. Cuando veo todas estas cosas, no puedo evitar preguntarme a dónde está yendo a parar la llamada civilización moderna. ¿Cuál es su destino? ¿Está buscando el Supremo Ideal Espiritual? ¿Son las tensas expresiones de sus gentes en algún modo simbólicas de su complacencia en contemplar la espiritualidad de las cosas? ¿Están realmente difundiendo su espiritualidad hasta los más lejanos confines del globo? No sé. No puedo responder.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> »Pero, veamos; lo espiritual aparece generalmente contrastado a lo material, lo ideal a lo real o práctico, y lo supremo a lo trivial. Hablar acerca del Supremo Ideal Espiritual, ¿significa realmente deshacerse de lo que parece ser material, no idealista sino práctico y prosaico, no supremo sino por entero vulgar? Es decir, ¿significa dejar de lado nuestra vida en esta gran ciudad? Cuando hablamos de espiritualidad, ¿hemos de deshacernos de todas estas cosas? ¿Está la espiritualidad totalmente separada de lo que vemos a nuestro alrededor? No creo que esta forma de ver las cosas, aislando el espíritu de la materia y la materia del espíritu, sea una forma provechosa de contemplar nuestro entorno. Por lo que respecta a esta interpretación dualista de la realidad entendida como materia y espíritu, ya hice algunas referencias en mi charla del otro día.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> »De hecho, la materia y el espíritu son uno, o, más bien, representan dos aspectos distintos de una misma realidad. El sabio tratará de apropiarse de la realidad en vez de andar mirando sucesivamente a un lado y a otro, contemplándola a veces como materia y a veces como espíritu. Pero cuando sólo se tiene en cuenta la vertiente material, nada espiritual aparece en la materia. Si sólo se hace hincapié en la vertiente espiritual, la materia quedará completamente ignorada. En ambos casos, el resultado es el mismo: parcialización, mutilación de la realidad, que debería ser preservada de forma total e íntegra. Me atrevería a decir que, cuando nuestras mentes están convenientemente equilibradas y son capaces de captar la realidad que no es ni espíritu ni materia y que sin embargo es, naturalmente, espíritu y materia, Londres, con toda su materialidad, resulta supremamente espiritual; y no sólo eso, sino que cuando nuestras mentes carecen de ese equilibrio, todos los monasterios y templos, todas las catedrales y órdenes eclesiásticas con ellas relacionadas, todos los lugares sagrados con su sagrada parafernalia, con todos sus fervientes adoradores, con todo lo que se incluye bajo el denominativo de religión, me atrevo también a decir que no son nada salvo materialidad, montones de basura, sumideros de corrupción.» </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Últimamente se suele hablar mucho de los «Anunnaki», una supuesta raza exterior que —según afirman algunos investigadores— es la que al parecer creó a los seres humanos, a los Homo Sapiens, hace muchos miles de años, con el objeto de que los sirvieran de diferentes maneras, principalmente como trabajadores esclavos, pero después también como una extraña y sutil forma de alimento... Esto de los Anunnaki es toda una historia delirante, como una fabulosa mitología, pero es curioso acercarse y echar una mirada, porque contiene muchos datos interesantes. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Cuentan que esta «creación» de los seres humanos fue llevada a cabo después de diversos experimentos de manipulación genética...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En principio, extrajeron los óvulos de varias primates Homo Erectus, y estos fueron fertilizados con el esperma de jóvenes astronautas Anunnaki y posteriormente reimplantados en los úteros de las hembras homínidas. Pero lo que resultó de ese experimento fueron seres deformes y enfermos, como aberraciones genéticas. Más adelante, en un segundo paso, otros óvulos fecundados fueron también implantados, pero esta vez en úteros de hembras Anunnaki. De ello surgió un ser humano primitivo (se supone que el Homo Neanderthalensis). Al primero de ellos lo llamaron Adamu, que significa «aquel que como arcilla de la tierra es», y a su pareja Ti-Amat. Es decir, los Adán y Eva bíblicos (¡adiós darwinismo!)...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero con el tiempo, tras varias generaciones, los genes de los descendientes de Adamu y Ti-Amat se fueron degradando, perdiendo la esencia Anunnaki y regresando a su estado salvaje anterior. No servían los Neanderthales para sus fines, eran demasiado primitivos, agresivos y torpes. No eran lo bastante hábiles para manejar las herramientas necesarias para trabajar en las minas de oro, que era el material que los Anunnaki habían venido a buscar a la Tierra, por razones de supervivencia, con la intención de crear con él una especie de escudo que reparase la dañada atmósfera de su mundo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Entonces, hace unos cien mil años, el dios Enki (alto mandatario y también experto genetista de los Anunnaki), quien había ideado y llevado a cabo las anteriores manipulaciones, realizó un tercer experimento involuntario, sin proponérselo y usando su propia simiente. Que quizá fue lo que dotó a los nuevos seres de una mayor sensibilidad e inteligencia. Tuvo una ocasional cópula con dos mujeres terrestres que excitaron sus sentidos, cuando las encontró desnudas mientras se bañaban en un río. Y de esa doble unión nació la primera pareja de Homo Sapiens. A él lo llamó Adapa («el primer hombre») y a ella Titi. Unos nuevos Adán y Eva...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Los Anunnaki vendrían a ser las entidades (según algunos, de apariencia reptiliana) que los pueblos antiguos consideraban como dioses, y otros como demonios. O ambas cosas, como dioses-demonios. Entidades poderosas, guerreras, soberbias y arrogantes, crueles y vengativas que, como «tiranos del cielo y de la tierra», podemos encontrar fácilmente en las mitologías de todo el mundo. Desde Mesopotamia o Egipto, hasta México, China, India o Escandinavia.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Seres en realidad físicos, no divinos ni etéreos sino de carne y hueso, pero muy superiores en conocimientos y tecnología. Seres que se alimentaban de nuestras energías, y que aún lo hacen hoy en día, según dicen esos investigadores, aunque no seamos capaces de verlos. Son los que ordenaron a los hombres de la Antigüedad, en muchas partes del mundo, que hicieran sacrificios de animales en su honor. Y también sacrificios humanos, como, por ejemplo, en los templos aztecas o mayas, donde las víctimas eran llevadas a un estado de pánico, para luego, entre otras cosas, poder beber su sangre impregnada por la adrenalina generada por el miedo. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Son los que instigan e inducen en la mente del hombre, antiguo y moderno, no sólo la hipnótica esclavitud a un mundo mediocre y rutinario, sino también el que haya continuas guerras y conflictos (otra forma de sacrificio humano). Y no porque vayan luego a devorar los cuerpos de los muertos o a beberse su sangre... Parece ser que del lamentable hecho de una guerra, con su tensión, su violencia y su odio, se desprenden abundantes energías psíquicas que constituyen el principal alimento de esos seres. Como si fueran una especie de vampiros de otras esferas.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Quizás —añado yo— incluso de cualquier simple alteración nerviosa cotidiana, de cualquier tensa emoción, ya sea ira o tristeza, emanan porciones de esa energía de baja frecuencia, energía que se pierde, que se escapa de nosotros y que sirve a esos seres (nuestros supuestos creadores) como alimento. Al igual que ocurre con aquellos otros seres de lejanas dimensiones, del espacio o de la conciencia, de los que hablaba Castaneda en sus extraños libros. Los seres inorgánicos que llamaba «voladores» y que serían los ocultos predadores del ser humano:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «—Lo que estoy diciendo es que no nos enfrentamos a un simple predador. Es muy ingenioso, y es organizado. Sigue un sistema metódico para volvernos inútiles. El hombre, el ser mágico que es nuestro destino alcanzar, ya no es mágico. Es un pedazo de carne. No hay más sueños para el hombre sino los sueños de un animal que está siendo criado para volverse un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil.» (Carlos Castaneda)</span><br />
<br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Los detalles que he contado antes (que me hacen recordar a las teorías de Erich von Däniken) proceden mayormente de los libros de Zecharia Sitchin, en los que expuso su personal interpretación de las antiguas tablillas sumerias con escritura cuneiforme que se encontraron en Nínive. Y aunque haya investigadores que ponen en duda casi todo lo escrito por Sitchin, lo cuento aquí como un curioso ejemplo de esa intención de esclarecer y hallar el tesoro de realidad que subyace en la profunda cueva de las mitologías. El ufólogo y astrólogo David Parcerisa, por ejemplo, fue en principio defensor y difusor de esos libros, y hasta llegó a grabar una serie de vídeos documentales sobre ellos. Pero ahora, después de consultar directamente la fuente, las antiguas escrituras sumerias, se desdice, en un ejercicio de honestidad, y afirma que su anteriormente admirado Sitchin manipuló datos y se inventó muchas cosas... A pesar de lo cual, el interés por esa enigmática historia sigue vigente. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Como decía antes, se trata de toda una delirante mitología. Pero no más delirante ni fantástica que cualquier otra. Y no hay que olvidar que en ella se hallan muchos puntos de contacto con todas las demás, dando la sensación de que fuera la mitología base, la fuente de la que todas las demás han bebido. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, se encuentran casi las mismas historias que se cuentan de los Anunnaki en las tablillas de arcilla sumerias. En este sentido, se puede considerar a la Biblia hebrea como un gran plagio, una copia de las escrituras de Sumer, donde lo único que se ha hecho es cambiar los nombres y manipular algunos conceptos y situaciones en beneficio de la religión cristiana.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Personalmente, no me hace gracia descender de una mezcla entre un primate y un anunnaki extraterrestre (sea éste reptiliano o no)... Pero he de reconocer que sin esa hipotética intervención externa es posible que estuviéramos, dentro del océano de la evolución, sumergidos aún en un nivel simiesco... </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> De todas formas, no me pronuncio sobre el tema. ¿Cómo podría hacerlo? ¿Desde qué base podría argumentar a favor o en contra? No soy investigador ni explorador ni, por supuesto, científico. No soy paleontólogo ni historiador ni arqueólogo. No sabría descifrar ninguna tablilla con escritura cuneiforme sumeria o babilónica, ni ningún jeroglífico egipcio. Así que me tengo que conformar con lo que esos investigadores me cuentan. Confieso, eso sí, que el tema me atrae... Me atrae como me puede atraer cualquier leyenda o mito. Y confieso asimismo que algo intuitivo me dice que puede haber mucho de verdad en esta historia. Aunque esto chirríe en las sedadas y cómodas mentes bienpensantes de nuestra «civilizada» sociedad. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Por lo demás, ya sabemos lo que ocurre, lo que ha ocurrido siempre... Que el mundo académico, la ciencia oficial, mira a estas nuevas voces con evidente burla y menosprecio. Para ellos, los científicos con título, diploma y corbata, todo esto no es más que un conjunto de mentiras, más o menos bien anudadas. «Supercherías», suele ser el nombre asignado. Mentiras inventadas por algunos chicos listos con mucha labia que lo único que buscan es adquirir cierta fama y vender sus libros... En fin, allá ellos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Algún día se redescubrirá que la Tierra es plana (es broma irónica); o que la Luna es sólo un huevo hueco al que le han extraído la yema y la clara, un asteroide ahuecado que fue rellenado, hace muchos miles de años, con multitud de precisos y avanzados instrumentos de medición, vigilancia y control, como hoy afirman David Icke y otros investigadores y divulgadores cuyo nombre no recuerdo ahora. No hace falta ser selenógrafo para echarse las manos a la cabeza ante semejantes «alucinaciones teóricas»... Pero he de decir que para mí la Luna siempre será mi amiga, mi compañera íntima y ensoñadora de tantos y gratos paseos nocturnos, tanto si está ahí vigilándonos como una gigantesca máquina alienígena, como si es un simple satélite frío, desierto, ciego y mudo.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero, bueno, quién sabe... Muchas extravagantes «locuras» del pasado han demostrado ser ciertas con el paso del tiempo. Sólo queda esperar a la idoneidad del momento histórico, a que el espíritu temporal abra una más de sus infinitas puertas, en el momento oportuno. Y puede entonces que lo que hoy es fantástico e increíble se torne en incuestionable realidad. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Lo que se me ocurre ahora pensar, ante todo esto (y lo hago con una sonrisa), es qué poco se alimentaron esos Anunnaki con la existencia del apacible, suave y sabio señor Suzuki... ¿Qué alimento podían encontrar ellos en este hombre? Un hombre que se quejaba en aquella conferencia de lo siguiente:</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> «... Pero la principal dificultad estriba en cómo colocar mi casa con tejado de paja en medio de estos muros de Londres, tan sólidamente construidos; ¿cómo puedo construir mi humilde cabaña en medio de Oxford Circus? ¿cómo hacerlo en medio de este barullo de coches, autobuses y vehículos de todas clases? ¿Cómo puedo escuchar el salto de los peces y el canto de los pájaros? ¿Cómo se puede cambiar todo lo que exhiben los escaparates por el frescor de las hojas verdes cimbreadas por la brisa matinal? ¿Cómo encontrar la naturalidad, la sencillez, el absoluto autoabandono de la naturaleza en la extremada artificialidad de las obras humanas? Este es el gran problema que actualmente se nos plantea.»</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> ¿Qué tipo de alimento podían hallar los Anunnaki en un hombre así, del que nunca se desprendían energías de baja frecuencia, y que sólo deseaba sentir y gozar la realidad pacíficamente en sus dos vertientes, de espíritu y materia? Con personas como el maestro Suzuki, a los Anunnaki les salió mal su plan de control mental sobre los seres humanos.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Aunque bien es cierto que, desgraciadamente, ese perverso y funesto plan funciona hoy en día en otros muchos... Y no sólo mediante un control mental de tipo hipnótico, cuyos largos y oscuros brazos están ahogando a esta sociedad... (No hay más que mirar las noticias diarias del mundo y después observar los hábitos y aficiones de la gente actual, como su exacerbada pasión por los deportes de masas, su tendencia a diversiones idiotas o su gusto por músicas mediocres y muchas veces estridentes, cuando no directamente dementes, desequilibradas e insoportables para cualquier oído con un mínimo de finura.) Y no sólo mediante ese control mental, decía, sino que asimismo hemos de contar con las barreras metálicas, punzantes e infranqueables de una sociedad dura e injusta, cuya crueldad puede llegar hasta límites inimaginables. Una sociedad dominada y dirigida por los «amables» bancos (lobos hambrientos y sanguinarios con piel de oveja), y por ese grupo de «altos» vuelos (más bien, muy bajos) que llaman la Élite.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> En fin, un panorama muy negro el de este pobre, esclavo y enloquecido mundo. Ya sea culpa de los Anunnaki o de cualquier otra clase de demonios...</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Yo, por eso, de mayor quiero ser como el buen maestro Suzuki, y cambiar las cosas que me quiere vender el mundo por el frescor de las hojas verdes cimbreadas por la brisa. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(24 de noviembre, 2015)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> <iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/xflXjQF956M?rel=0" width="460"></iframe></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> <iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/-yuIeVxXMhM?rel=0" width="420"></iframe></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">música 1: <i>The End (Varsity Blues)</i> - Mark Isham (1999)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">música 2: <i>A Promise (Life as a House)</i> - Mark Isham (2001)</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
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Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-193308243562744164.post-3854570260618792342015-11-20T09:28:00.003+01:002015-11-22T08:38:39.215+01:00El teatro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCy_0N40GFlW9AlFtdpBkPVnqwPvxn_MVv9OGg63ErUS2V6p0YKEZIh7CmZA0Zsk6I9-TeedDuRJbsxxqUNJdvXYhHlv1D0HgxL_LuK38FWQaPKtVvDx1atZkJrQtrxje-m7jhTkc_r8np/s1600/El+teatro+-+Facundo+Sanchez+Sosa.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="257" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCy_0N40GFlW9AlFtdpBkPVnqwPvxn_MVv9OGg63ErUS2V6p0YKEZIh7CmZA0Zsk6I9-TeedDuRJbsxxqUNJdvXYhHlv1D0HgxL_LuK38FWQaPKtVvDx1atZkJrQtrxje-m7jhTkc_r8np/s400/El+teatro+-+Facundo+Sanchez+Sosa.png" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pensaba, en sus mejores momentos, que la vida es un viaje de la conciencia, un largo y azaroso caminar a través del bosque enmarañado de las circunstancias, los hechos y las cosas. En el que uno iba creciendo, ensanchándose, evolucionando, a medida que conseguía iluminar las sombras del bosque con su mirada, según encontraba la forma de sortear los obstáculos y lograba pasar entre trampas y espinos, hasta llegar a campo abierto. </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero no obstante, en muchos otros momentos, no tan buenos, el mundo de cada día le parecía como si fuera un teatro. Entonces se veía a sí mismo como un espectador que asistía a una extraña y caótica obra, cuyo sentido resultaba muchas veces incomprensible. Los actores, como en una moviente y nerviosa galería de figuras, venían, entraban en escena y, siguiendo el hilo de una historia aparentemente absurda, soltaban su texto entre gestos y posturas que parecían significar algo, pero que para él no significaban nada. Y después se iban, salían del campo de visión, abandonando el decorado y dejando en el aire la sensación, el clima emocional de sus últimos gestos y palabras. Luego, en el siguiente acto, venían otros que, más o menos, hacían lo mismo y que igualmente acababan marchándose. Y ahí terminaba todo, al llegar la noche con su oscuridad, sus estrellas y su silencio.</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> Pero a veces, durante algunas noches de luna, sucedía que después del final, una hora más allá de la última bajada del telón, de los saludos y los aplausos, o las hosquedades e indiferencias, éste volvía a subir, inexplicablemente... Y lo que se podía ver entonces era sólo un escenario vacío, sin voces ni figuras, unos decorados inertes, sin aliento, unas luces apagadas, algunos vagos recuerdos emotivos, de risas o de llantos, penas o alegrías, cuyo eco aún resonaba levemente en medio del sobrecogedor silencio. Y... a ese raro espectador, inquisitivo y asombrado, que se había quedado solo en el patio, sentado en su butaca de viejo terciopelo rojo, y que se resistía a irse. Como si esperase que detrás de la función hubiera algo más...</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Antonio H. Martín</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">(20 de noviembre, 2015)</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> <iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/CBEpBM7xPcU?rel=0" width="420"></iframe></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><br /></span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> <iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="215" src="https://www.youtube.com/embed/CJQJOs7ax0I?rel=0" width="460"></iframe></span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">____________________</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">imagen: Facundo Sanchez Sosa</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">música 1: <i>Adagio Gayaneh</i> - Aram Khachaturian</span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">música 2: <i>Masquerade Waltz</i> - Aram Khachaturian </span><br />
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">pinturas vídeo: Bob Pejman</span><br />
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<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"> </span>Antonio Martín Bardán http://www.blogger.com/profile/11545032462963036161noreply@blogger.com4