Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







jueves, 23 de agosto de 2012

Con un pedazo de tiza


Acabo de encontrar este vídeo y me ha emocionado. La historia es muy simple, pero me hace recordar de nuevo aquello que nunca se debe olvidar: que dentro de nosotros siempre hay una luz, una fuerza secreta. La posibilidad de encontrar una salida aun dentro del más oscuro e intrincado de los laberintos. Cuando lo de afuera nos ataca, queriéndonos arrastrar hacia el caos, la mirada interior puede mostrarnos una puerta abierta hacia la vida.


Antonio H. Martín

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Escapar de la violencia doméstica, de la intimidación en la escuela, del acoso, del maltrato de un profesor que desconoce la tragedia silenciosa. Un niño se refugia en un frágil universo con fronteras de tiza y números, un diminuto escenario sobre el cual danza y realiza su huida de la infeliz realidad donde sobrevive.

Esa es la historia que cuenta With a Piece of Chalk (Con un pedazo de tiza), un cortometraje de cerca de 4 minutos publicado en Youtube por el grupo de jóvenes cineastas JubaFilms, residentes en Alemania. El video presenta a Justen Beer, un talentoso break-dancer de 12 años. Hasta el momento supera el millón de visitas en esa red social.

"Como bailar es más que mover el cuerpo, tratamos de contar una historia a través de cualquier tipo de danza", afirman los cineastas en su sitio web. "Nuestro objetivo es convertirnos en una gran fuente de inspiración para todos, sin importar si son bailarines o no. La inspiración cambia el mundo y aporta nuevas esencias a la vida", afirman.

El breve atisbo a las jornadas de este niño asediado por la violencia, que encuentra en el baile un camino personal hacia la paz, nos revela otro de los rostros de la fortaleza humana. Aún en el más sombrío de los tiempos, nos habitan energías suficientes para convertir un callejón sin salida en un campo abierto por la imaginación. El dolor de este pequeño transformado en arte: no hay mejor metáfora del irreductible espíritu humano.



Boris Leonardo Caro



2 comentarios:

  1. ¡Muy emocionante! Tantas veces los adultos no vemos lo que les pasa a nuestros niños!
    Saludos

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