Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







jueves, 19 de mayo de 2011

Un cuento de hadas



"Considero el cerebro como un ordenador que dejará de funcionar cuando sus componentes fallen. No hay cielo o vida eterna para los ordenadores rotos, es un cuento de hadas para la gente que teme a la oscuridad."

Stephen W. Hawking



Estas palabras del conocido físico teórico, dichas en una reciente entrevista en Londres, no sorprenderán a nadie, dado el carácter eminentemente científico de quien las pronuncia. Pero a mí, profano absoluto en cuestiones de ciencia, sí me asombran, me hacen pensar y me mueven a un comentario personal.
Asimismo, en la citada entrevista, ante la clásica pregunta de "¿por qué estamos aquí?", Hawking responde que... "pequeñas fluctuaciones cuánticas en un universo recién creado plantaron las semillas de la vida humana"... Bien, pues tanto esto como lo anterior le parece a este caminante nocturno una excesiva reducción del misterio. Escrito así, insinúa la imagen de que soy una especie de místico, conocedor de verdades ocultas, pero no, no se trata de eso, y tampoco de que sea un loco. Se trata de que me parece una visión muy pobre el considerar al cerebro un simple ordenador, una máquina que computa, registra y archiva datos, para luego decidir, según la capacidad y flexibilidad de su sistema operativo, qué rumbo tomar ante una cuestión dada.
Evidentemente, el cerebro hace todas esas cosas, pero eso no lo convierte en absoluto en una máquina. Estoy convencido de que el cerebro, además de lo señalado, hace, o puede hacer, otras muchas cosas que desconocemos... Mi problema aquí es que no puedo demostrarlo, y así mi convicción queda como en una vaga nube creencial. Pero no me importa. Este cuaderno está tejido con hilos muy personales, basado en pensamientos e intuiciones que en absoluto requieren de una comprobación centífica, sino sólo de la respuesta vital. Y esa respuesta la he tenido ya muchas veces. Por eso sé de qué hablo.
Desde mi condición de lego en la materia, me atrevo a afirmar que la estimación del cerebro como un ordenador, no es más que una consecuencia lógica del pensamiento mecanicista. Responde a una determinada visión del mundo, a una determinada sintaxis mental. Pero, amigos, es que hay otras muchas visiones, otras muchas formas de ordenar las ideas y las emociones, otras muchas interpretaciones de este misterio que llamamos vida.

Ya en su primer libro divulgativo, "Historia del Tiempo", Hawking nos contaba lo siguiente: "Los primeros intentos teóricos de describir y explicar el universo involucraban la idea de que los sucesos y los fenómenos naturales eran controlados por espíritus con emociones humanas, que actuaban de una manera muy humana e impredecible. Estos espíritus habitaban en lugares naturales, como ríos y montañas, incluidos los cuerpos celestes, como el Sol y la Luna. Tenían que ser aplacados y había que solicitar sus favores para asegurar la fertilidad del suelo y la sucesión de las estaciones. Gradualmente, sin embargo, tuvo que observarse que había algunas regularidades: el Sol siempre salía por el este y se ponía por el oeste se hubiese o no se hubiese hecho un sacrificio al dios del Sol. Además, el Sol, la Luna y los planetas seguían caminos precisos a través del cielo, que podían predecirse con antelación y con precisión considerables. El Sol y la Luna podían aún ser dioses, pero eran dioses que obedecían leyes estrictas, aparentemente sin ninguna excepción, si se dejan a un lado historias como la de Josué deteniendo el Sol."

Lo dicho, puro pensamiento mecanicista. Aunque luego nos hable de los fallos del determinismo y del principio de incertidumbre de la mecánica cuántica y su indefinición de la posición y el movimiento de las partículas. Con la aparición de las ondas, vuelve a entrar en escena lo impredecible.
Por mi parte, disculpo a nuestros antepasados de sus peregrinas creencias en dioses humanizados que regían el universo a su antojo. Al fin y al cabo, la Humanidad estaba en su infancia en aquellos tiempos lejanos. Pero no se me escapa un detalle importante: que esos mismos antepasados, a causa de la flexible y abierta ductilidad de sus mentes aún no hechas, aún no determinadas, eran especialmente sensibles a fuerzas extrañas que hoy, desde el prisma de las leyes físicas, nos parecen de todo punto inverosímiles. Hay que recordar aquello de que "el niño ve cosas que el adulto no puede ver"...
De acuerdo, sabemos que el sol sale por el este y se pone por el oeste, y siguiendo esa pauta de pensamiento sabemos una infinidad de cosas más, conocimiento que nos ha permitido construir el cómodo mundo tecnológico que habitamos. Pero... ¿qué pasa con el misterio?
No quiero parecer oscuro, pero que me digan que "pequeñas fluctuaciones cuánticas en un universo recién creado plantaron las semillas de la vida humana", en realidad no me dice nada. ¿Cómo se explica, por ejemplo, la sincronicidad de Jung? ¿De qué extraña materia están hechos los sueños? ¿Qué sentido tiene que unas partículas fluctuaran hace muchos miles de millones de años y plantaran las semillas de algo que, al crecer, empezó a hacerse preguntas? ¿A qué se deben singularidades como el Big Bang o el Big Crunch?
¿Qué es la magia, y por qué no encaja en ningún parámetro de esa tan avanzada ciencia de la física? ¿Acaso no es más que una fábula sin fundamento real, alimento para crédulos incurables? No lo creo.

Preguntas y más preguntas... Por ejemplo, esta otra: ¿por qué, si se supone que estamos evolucionando, se ha llegado a la conclusión de que existe una segunda ley de la termodinámica, cuya flecha del tiempo apunta hacia una creciente entropía? ¿Es evolucionar caminar hacia el desastre? Y más aún: ¿es la entropía un desastre? Sin duda lo es a nivel humano, pero ¿lo es a nivel cosmológico?
En fin, muy rica la ciencia, muy loable en sus intentos de explicar, con experimentos de laboratorio y teorías de pizarra, la sustancia y el sentido de la realidad, pero...
Cualquier físico, si llegase a leer estos párrafos, se reiría abiertamente de mi ignorancia sobre estos temas, pero me da igual. Ya apunté antes que este cuaderno es personal, y lo expresado aquí no pretende ser más que una breve y profana reflexión, que se ciñe a un ámbito puramente individual. Que cada uno piense lo que quiera y se atreva a pensar. Para las leyes y las teorías, aceptadas o no, ya están los físicos, los filósofos y los matemáticos.

En mi caso ocurre que siempre quise ser un aprendiz de mago, y eso se nota en casi todo cuanto escribo. Y sucede también que no creo en un absurdo cielo para los ordenadores rotos, pero tampoco creo, en absoluto, que mi mente sea sólo un ordenador. Doy por cierto que después del último latido hay algo más, mucho más. Lo cual no garantiza la supervivencia de la individualidad, que sería quizás mucho creer, pero quién sabe... Eso pertenece a los secretos que están más allá del umbral.

No creo esto porque tema a la oscuridad. A mí me encanta la oscuridad. Y pienso que esta aventura misteriosa que caminamos día tras día y noche tras noche es, efectivamente, sepamos verlo o no, un cuento de hadas.


Antonio H. Martín

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foto: Ahm.

12 comentarios:

  1. "¿Qué sentido tiene que unas partículas fluctuaran hace muchos miles de millones de años y plantaran las semillas de algo que, al crecer, empezó a hacerse preguntas?"... ¡Cómo eres! llego desde el país de la incredulidad y la apatía y... me haces reir. ¡¡Eres un genio y un mago!!.. y tu Cuento de Hadas me ha encantado... qué lo sepas :)

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  2. Gracias, Luisa.
    No olvides eso, amiga, que no vivimos en el país de la incredulidad y la apatía, sino en un cuento de hadas. La diferencia entre uno y otro estado sólo está en un brillo de la mirada, y en atreverse a ver lo que ese brillo ilumina.

    Un abrazo.

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  3. Espero que sea verdad lo que tú crees. Desesperadamente lo espero. Que exista un motivo para todo, más allá de algún resultado cósmico. Porque somo humanos, porque sentimos. Pero también pueda ser que solo seamos robots con cerebros autopensantes.

    Un abrazo,
    Blanca

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  4. O sentindo das emoções entre tempos tão repartidos.
    Muito bom seu caderno infinitos...
    abraços amigo

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  5. Podría dejar aquí un largo comentario, defendiendo las palabras de Hawking o la fluctuación cuántica que no es más que variaciones en las energías, algo que puede cambiar el curso de cualquier cosa o acontecimiento. Pero no quiero comenzar aquí de nuevo nuestro eterno debate. Prefiero abundar en algo en lo que seguramente, ambos estaremos de acuerdo. Aunque sólo sea para variar jeje!. Y porque además creo que tu cuento de hadas, va de otra cosa distinta a cualquier postulado de la Física. Hawking, en este caso, está hablando del "cómo y tú del porqué".
    Hay muchas maneras de preguntarse por la verdad última de la existencia ¿verdad?

    Pero más allá de que exista un motivo para todo "esto", en lo que no creo... y sea como sea, la vida en si misma sin objetivo alguno ya es una maravilla. Aunque sólo sea en un presente rabioso de "a ratitos"...

    Pues eso, a ver si conseguimos disfrutar de alguno. Un abrazo Antuán.

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  6. Me resulta inimaginable, Blanca, que todo este infinito que nos rodea y nos habita no sea más que un absurdo, una ingente broma cósmica. Y no es sólo porque mi corazón no me lo permita, sino porque me parece que la vida es un asunto muy serio. Aunque le guste jugar...
    ¿Robots con cerebros autopensantes? No me gusta la idea, pero quién sabe... En cualquier caso, seríamos una clase extraña de robots, unos robots con alma, con el enigma y la pasión marcados en la frente y en el pecho.

    Un abrazo.

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  7. Hola, amiga Cristal.

    ¿Tenemos un "eterno debate" tú y yo?... Ah ya, te refieres a que tú sueles hablar de churras y yo de merinas, pero bueno, al fín y al cabo ambos hablamos de ovejas, ¿no?

    No sé en realidad si Sir Stephen se refiere al cómo y yo al por qué, pero sí tengo claro que la consecuencia lógica de su decir desemboca en un universo frío y mecánico, mientras que el mío habla de todo lo contrario. Cuestión de preferencias, supongo.

    Afirmas que la "vida en sí misma, sin objetivo alguno, ya es una maravilla". Pues es exactamente lo que pienso, amiga. Y quizá su objetivo sea precisamente ese, el ser una maravilla (que lo es). Y fuera de esto, poco importa dirimir sobre otros sentidos cósmicos que sin duda nos sobrepasan.
    En el fondo me da igual si somos ordenadores enchufados a una red eléctrica, o insectos pensantes que revolotean en torno a un pastel. Lo único que de verdad me interesa es eso que denominas "presente rabioso".
    Y en ello estamos, amiga, esquivando todo lo posible teorías de cualquier índole, pero sobre todo aquellas que me dibujan un escenario mecánico y sin alma.

    Un abrazo, Hada cuántica.

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  8. Bueno...aquí voy de “ intrépita” a meterme en un post de reflexiones personales pero que me ha gustado mucho la evolución de cada uno de sus parrafos…

    Al hablar de Stephen W. Hawking, verdaderamente yo me quito el sombrero…no porque esté de acuerdo con sus teorías sino por la persona limitada que es y por haber aprendido a llegar mucho mas allá de la silla donde se encuentra enclavado…pero eso no quiere decir ni mucho menos que comparto la idea de que nuestras mentes o mejor dicho, el cerebro (al menos para mi estos dos son diferentes) son ordenadores que al terminar su ciclo vital son echados en algún basurero intergaláctico…

    Me pongo a pensar eso y me imagino el espacio lleno de software inútil…pensamientos medievales y renacentistas mezclados con los actuales, porque como dije antes el cerebro como parte material se irá al pozo pero la mente escapará como gas noble hacia la atmosfera y pasará a ser parte de un todo y ya..punto final..c´est fini…!! Yo no estoy hablando desde un punto teológico…no tengo fuertes creencias pero no creo que seamos solo como menciona el Génesis que polvo somos y en polvo nos convertiremos, porque en este caso habría que cambiar a una versión mas moderna y decir...”polvo cósmico”

    En fin...No refuto para nada tus reflexiones..me han parecido muy bien dichas ..

    Saludos..

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  9. Y que efectos tendria que de pronto, ocurra un cambio en las estructuras del cerebro humano y dejamos de ver divisiones entre lo magico y lo "cientifico?" La divinidad esta en las maquinas, las maquinas son divinidad... ...cuantas, fisica,
    y cuantas maneras de "ver" el universo existen y cuantos distintos ojos? Que maravilla esta contenida en la humildad, por el no saber, abre puertas para contemplar posibilidades infinitas.

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  10. Hola, Doña Bostezos; gracias por pasarte y por tu "intrepidez".

    También yo admiro al señor Hawking, y mi comentario no está escrito en su contra, en absoluto. Sólo quería expresar mi punto de vista sobre ese comentario suyo, que a mí me parece bastante triste y desolador. Sólo eso.
    ¿Es la mente el cerebro? No lo veo así, pero parece ser que los científicos señalan al cerebro como el órgano que contiene la mente. O al menos eso es lo que deduzco de su lenguaje. Lo que me recuerda la sorpresa que se llevó Jung cuando un indígena de una tribu medio "salvaje", le dijo que los europeos estaban locos si pensaban que la mente residía en el cerebro, cuando en realidad reside en el vientre.
    En fin, que da lo mismo donde resida. Me gusta tu símil del gas noble que escapa hacia la atmósfera...

    Un saludo.

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  11. Muy interesante tu propuesta, Love2.
    Si eso ocurriera, si esa dicotomía se disolviese, y ambas direcciones se fundieran estaríamos muy cerca de ver la auténtica realidad.
    Creo que ya hay, entre los nuevos físicos, teorías que apuntan a esa unión. Todo un amplio horizonte de maravillas se está abriendo, entre las brumas de la incomprensión.

    Saludos.

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