Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







miércoles, 9 de diciembre de 2009

A. Martín



No tiene ninguna importancia, pero quiero dar aquí una breve explicación sobre mi cambio de nombre, al igual que hice en su momento con el cambio de imagen, cuando el lobo que aullaba a la luz de la luna se transformó en un señor con gafas...
El nombre y los apellidos nos los ponen al nacer, no los elegimos nosotros, pero pasado el tiempo podemos estar conformes o no con esa imposición. En mi caso, puedo afirmar que nunca estuve de acuerdo con el mío, no porque no me gustara, sino porque no tiene nada que ver conmigo. "Castellón" es un apellido que me pusieron cuando yo ya tenía nueve o diez años; es fácil imaginar la causa...
Y "Martín" formaba parte de mi nombre primitivo, el que me pusieron al nacer.

No se trata de buscarse a estas edades, ya avanzadas, un pseudónimo literario. Eso es algo que no me interesa, entre otras cosas porque no soy escritor. Pero, no sé, es como si me hubiera cansado de llevar un apellido postizo. Me siento mucho más a gusto con el de "Martín", un apellido muy corriente pero al que siento mucho más cerca.
Los que me habeis leído sabeis que ya he hablado aquí de un tal Martín, presentándole como un íntimo amigo, e incluso como un alter ego... Pues bien, desde ahora yo soy ese Martín.
Esto lo podría haber hecho desde el principio, cuando empecé con este Cuaderno Nocturno, y también hace veinte o treinta años, pero... las cosas suceden cuando suceden, ni antes ni después. Quizá cuando las partículas de energía se unen en una dirección concreta. Y a mí me ha tocado en este mes de diciembre.

Como decía al principio, esto no es importante, pero quería dejar constancia del pequeño cambio. Un nombre no es nada, lo que vale es el ser que hay detrás.


Antonio Martín
(9 de diciembre, 2009)

30 comentarios:

  1. Hola Antonio Martín,
    Sabes soy reciente en mis entradas a tu casa cibernética (aunque ya te leyera a través de tus comentarios al amigo Jojo); y no olvido la reciente reapetencia por Hesse, a través de algunas de tus entradas relativas a ello. Por lo demás, desconocía todo esto que ahora nos dices sobre Castellón. Uno/a se hace la imagen del interlocutor/a a raíz de sus escritos, de su narrativa (seas escritor o no, nos cuentas cosas...), pero me parece sumamente interesante romper ese bosquejo que idealizamos, porque ante todo somos personas, no meramente un usuario/a de la red.

    Aunque, me parece a mí -y no te conozco demasiado-, creo eres tal cual te muestras en tus entradas: una persona culta, atenta y gran merecedora de nuestro cariño.

    Así, vaya un abrazo amigable, y ¡bienvenido al club!

    Montse.

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  2. A. Martín, mientras nos estamos buscando, nos estamos demostrando a nosotros mismos que estamos vivos. Construimos los pilares de nuestra existencia.

    Saludos.

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  3. Hola, Montse.

    Como bien dices, uno se imagina al que escribe según lo que éste escribe, pero no está de más dar algún dato adiccional.
    Son datos sin importancia, pero ayudan a situar y a situarse.

    Muchas gracias por tus amables adjetivos.

    Un abrazo, Montse.

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  4. ¡Sí señor!

    Es como dices, amigo Terry: eso de demostrarnos que estamos vivos es todo un reto. Queremos vivir, por supuesto, pero también queremos demostrarnos que es cierto que vivimos. La conciencia se alimenta de consciencias...

    Un abrazo, Don Terry.

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  5. El nombre solo tiene importancia en la medida en que uno se identifica con él.
    Yo ignoraba que Castellón fuera un apellido real. Tampoco lo pensaba. Quizá ahora haga de Martín algo más real.
    Un abrazo.

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  6. Simplemente ...feliz cumpleaños!!! Antonio.

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  7. Haz de luz corpórea:

    Nunca imaginé tan feliz coincidencia.

    La grandeza te define y no tú nombre, pero qué bueno reunír a dos tan buenos amigos, bajo un mismo endo-espacio, siempre en vítal crecimiento.

    Eres alguien admirable, otra eternidad de paso, allende los temporales rostros del ser.

    Yo tampoco soy escritora amigo mío y ya ves, me hice pseudónimo por transtextual, para reunir bajo este grueso anti-faz ceremonial, a todas las tribus que me acosan. Y bajo el tepee, dos sangres luchan por sobrevivir, dos lobos transparentes cierran sus ojos, para abrir los de una luna polícroma.

    Las cícatrices van forjando capas que nos definen, transplantando el dolor de zona y por ende, el tamaño de nuestras sombras.

    Soy el avatar de un avatar, otra contínuidad en construcción, una suma de intermitencias, apagando la farola, para equilibrar ambos pulsos de energía.

    Soy y no soy Elizabeth, así como soy y no soy Poiésis.

    Lo que sí sé es que eres mi amigo, tan real como virtual y eso es más que suficiente.

    Un abrazo desde lo más profundo de mis más de dos corazones.

    Gaudeamus.

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  8. Estimado Antonio:

    Como bien dice Pessoa (o uno de sus heterónimos) en un poema: "Cuanto fui, cuanto no fui... todo eso soy." Y en eso andas tú con tu Martín y tu Castellón, asumiéndote y continuando en el camino. Para mí, en todo caso, siendo la misma persona amable, sensata y reflexiva que invita a la amabilidad, a la sensatez y a la reflexión en cada una de las aportaciones de esta bitácora.

    Un abrazo amigo.

    Antonio

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  9. Gracias, Alfaro.

    Tal y como dices, el nombre sólo es importante si te identificas con él. Si no es más bien como un lastre. Así que, bueno, digamos que me he quitado el lastre de encima, jeje.

    Un abrazo de

    Antonio Martín

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  10. Hola, Vico.

    ¿Feliz cumpleaños?... En todo caso sería un "no cumpleaños", al estilo de la historia de Alicia, de Carroll.
    Aunque quizá te refieras al estreno de nombre...

    Gracias.

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  11. Hola, amiga Elisabeth.

    ¿Tú dónde aprendiste a escribir? ¿subida a un árbol, mientras mirabas como un sol dorado se hundía en el mar? ¿O te subiste a una de esas nubes del atardecer, con tu cuaderno y tu pluma, y los ojos llenos de buenos sueños...?

    En cualquier caso, sobra decir que escribes de maravilla.

    Gracias por tus palabras.

    Un gran abrazo, amiga poeta.

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  12. En efecto, Antonio: somos lo que somos y también lo que quisimos ser y no fuimos, lo que soñamos.
    Lo del nombre es una especie de juego. Pessoa usó muchos heterónimos, también lo hizo Machado. Quizá porque quisieron dar un nombre particular a aquellas facetas de sí mismos que no lo tenían.
    En mi caso es algo así, pero más simple: sencillamente, me siento más a gusto, más yo mismo en la piel de "Martín".

    Pero, nombres aparte, te agradezco mucho tus palabras. Que consideres este humilde cuaderno como una invitación "a la amabilidad, la sensatez y la reflexión", es lo mejor que se me puede decir.
    Fue mi intento desde el principio, y que alguien como tú me lo confirme es para mí todo un regalo.

    Un fuerte abrazo, amigo poeta.

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  13. Sr. Martín... haz hecho muy requetebien, para que casen forma y fondo ;)

    Un beso.

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  14. Antonio (porque considero que, aunque hayas optado por otro apellido, mantienes el nombre de pila):

    Resulta muy importante irse "encontrando", a lo largo de esta vida. La cuestión de la identidad es una búsqueda que puede durar toda la vida. Yo celebro que hayas descubierto que te sientes más cómodo con el apelativo de tu infancia, ¡nada más natural!

    Me sucedió algo similar -claro, guardando las distancias-cuando adopté el seudónimo de LIRIO; me identifiqué con este nombre para una cierta parte de mi expresión. No por ello dejo de ser "Liz", pero da una sensación especial ponerse otro sobrenombre. Aunque sé que en tu caso el proceso es totalmente distinto, pues es más bien un acto de "recuperación".

    Ahora bien: tu nuevo nombre, MARTÍN, me encanta. Por muchos diversos motivos, y además porque empieza por la sílaba 'mar'...
    Pero la sonoridad de "Antonio Castellón" también me gusta mucho, en serio. Así que, como te decía en el comentario anterior, todos tus nombres me agradan.

    Respeto tu decisión, y la integraré a mi léxico.

    Te mando un beso decembrino

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  15. A eso me refiero precisamente. Como una simple manera de "festejar" tu identidad elegida, no importa cómo ni cuándo ni por qué, un nombre (que no es poco) que te acompañará el resto de tus días y , lo que es mejor aún, por decisión personal.
    Insisto: feliz día!

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  16. Gracias, Luisa.

    Has dado en el centro de la diana, porque eso es precisamente lo que quería: "casar forma y fondo".
    La verdad es que nunca me ví con cara de castellón, jeje.

    Un abrazo.

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  17. Hola, Liz.

    Sí, me sigo llamando Antonio, al menos de momento... (jejeje)
    En tu caso entiendo muy bien el sobrenombre de "Lirio", por dos razones: porque enlaza muy bien con tu nombre real y por tu fascinación hacia esas hermosas flores.
    Tienes razón en cuanto a lo de la "sonoridad" de Antonio Castellón, ya lo había notado, pero has de comprender que para mí ese apellido tiene ciertas connotaciones no muy positivas...
    En fin, son asuntos personales que no le interesan a nadie.
    El caso es que con este Martín me siento como en mi casa.

    Un gran abrazo, amiga.

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  18. Pues gracias de nuevo, Vico.
    No sé si este nombre será el definitivo, porque el día de mañana es aún un misterio por descubrir, pero creo que sí, que me encaja como un guante y me quedaré con él para siempre.

    Un abrazo, Vico.

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  19. Me encanta el poema de tu cabecera.

    Saludos

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  20. Querido Antonio,

    Es relevante el momento en que nos topamos con la identidad, no la que nos refleja el mundo y sí aquella que desvelamos a nosotros mismos con el nombre que hemos elegido, enhorabuena por encontrar la tuya, a veces necesitamos ‘más de una vida’ para conocer nuestro verdadero nombre.

    He ido a buscar el significado de Martín y mira lo que he encontrado:
    El nombre Martín significa "Guerrero", deviene de Marte. Otras fuentes señalan que significa "aquel que está consagrado a Marte".Algunos estudiosos de la onomástica señalan también la posibilidad de su adaptación desde el termino "Marcial" de origen latino.

    Por aquí ando nuevamente, ya podendo estar más tiempo del ordenador y dejando mi silencio transformado en palabra.

    Un abrazo muy fuerte

    PD. Me gusta mucho lo que escribiste sobre Morlita y la paciencia :)

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  21. Con Castellòn o Martìn, Tu imagen, nombre y apellido, yo los he personalizado a traves de tus letras.

    Por ejem: Te he convertido en el...
    (Este es mi secreto) :D

    Besos, sin nombre y apellido.
    Sòlo Amanecer!

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  22. No es la vida misma, tan cambiante.
    porque no hemos de serlo nosotros tambien. Verdad?

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  23. Bella renuncia la tuya. Sopla un viento de libertad según se va avanzando en tus letras de esta entrada.

    Escoger nuestro sentimiento ante algo impuesto y que de alguna forma nos obliga... es de valientes Antonio Martín. Me congratulo contigo en ello.

    Y no me extraña nada el significado de tu nuevo nombre que tan acertadamente ha buscado nuestra amiga Gárgola. Digno gesto de un guerrero el tuyo amigo.

    Abrazos.

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  24. Pues, hola. Antonio Martín.
    Has renunciado a un apellido de tan gran significado como" Castellón" para mí, que me pasé un tiempo entre "castellotes".

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  25. Gracias, Luis Antonio.

    El poemilla de la cabecera no es gran cosa, soy un negado para la poesía; aunque me entusiasme, no me veo capaz de escribirla. Pero, bueno, se me ocurrieron esos versitos libres para ponerlos como presentación de mi cuaderno.

    Gracias por tu visita. Un saludo.

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  26. Hola, Gárgola.

    Si te digo la verdad, este nombre de A.M. lo llevo deseando desde hace muchísimo tiempo, casi desde la época de la "reconquista" de Don Pelayo, jeje, pero ha sido ahora cuando me ha llegado el momento. Y espero que me dure.

    Gracias por los datos, que coinciden con los míos. Según mi librito sobre nombres, Martín viene "del latín Martinus, gentilicio de Marte: 'hombre marcial, belicoso, guerrero'. Célebre por san Martín de Tours, que compartió su capa con un mendigo."
    Pero, vamos, que no elegí este nombre por su significado etimológico, sino por motivos personales.
    "Guerrero" sí que soy, pero no en el sentido marcial, sino en otro que tiene que ver con el interior.
    (Precisamente, la amiga Isis lo explica en su última entrada de "Wu Wei"...)

    Me alegro mucho de tu regreso, y de que vuelvas a crear el tiempo.

    Un abrazo, amiga poeta.

    (¡sí, poeta!, sin lugar a dudas)

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  27. Gracias, Amanecer.

    Así que tengo un nombre secreto por ahí... jejeje. Bueno, espero que tenga que ver con lobo estepario o algo así.

    Efectivamente, amiga, la vida es cambiante, y nosotros tenemos la posibilidad de cambiar con ella. Así que montémonos en su tren, y veremos a donde nos lleva.
    Seguro que todo el trayecto estará lleno precisamente de eso: de vida.

    Un beso, Amanecer.

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  28. Hola, Cristal.

    Pues, la verdad, no sé si es "bella", pero te aseguro que me siento muy a gusto con esta elección.
    Es como si por fin hubiese encontrado un traje a mi medida; el otro me quedaba grande.

    Un abrazo.

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  29. Hola, Isoba (Maite).

    Imagino que por "castellotes" te refieres a esas ruinas que tan bien conoces por tus trabajos arqueológicos.
    Lo siento, pero mi renuncia es irrevocable, jeje. Me atraen mucho los castillos, pero este caminante guerrero sigue su camino impredecible hacia el horizonte, y con el "Martín" me siento mucho más ligero.

    Un abrazo, Maite.

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  30. Antonio, pluma y saeta, aullido que al ave acerca, tus ojos son la bandera, una antorcha que se vuelca, relámpago de inocencia, que se ofrenda a quien navega, en mares que al hueso albergan. Y tu voz nos encuaderna, con la llama que no cesa, ondulando desenvuelta, entre jirones de letras.

    Qué de bellezas nos cuentas, tornando noches miméticas, en la tiniebla primera, tan clara que en ella sueñan, capullos de blandas piedras, que sin cesar se alígeran, desatadas por tu siembra.

    Germina una nada tierna, como luna en cuya estela, se cícatriza la estrella, que sumergida, despierta. Nacer es esa sorpresa, que en la carne balbucea.

    La noche es piel de gacela, que los paisajes reinventa, pues sin ella sólo quedan, las fechas sin existencia, silencios que lento agrietan, al sonido de la selva y a la sombra desenhebran, coagulando nueva ausencia.

    Pero brota de la tierra, vagido que no es respuesta, pero que igual nos sustenta, exacta por imperfecta, sanando aqu éllo que infecta, pues toda salvación condena, latidos que desnivela, precisa por que amoneda, lo que el sentido dispersa y la razón desordena, la melodía que concreta, lo que el viento rumorea, resumiendo en pocas teclas, muchas muertes sin espera, muchos cuerpos y una vela.

    Tu palabra no es promesa, pero es voz de quien se enfrenta, a las voces que no cesan. Esas que nadas golpean, con su martíllo la entraña, dándole forma a una flama, que desprotege al poeta.

    Tus palabras siempre llegan, por ser núbil transparencia, la que habita la caverna, de verdades que se preñan, de esa innombrable extrañeza, que arma al rompecabezas, que nuestro nombre navega.

    Dos reflejos que espejean, lo que la noche encuaderna...

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