Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







domingo, 18 de octubre de 2009

Lo mediocre



Todos somos víctimas de la mediocridad, en mayor o menor medida, pero seguro que a algunos nos duele más que a otros. Nuestra capacidad de soñar está en la base de esa diferencia, nuestra sensibilidad, la medida de nuestra conciencia, quizá también la madera o el barro de que estamos hechos.
Resulta difícil superar esta condición de víctima. Con el tiempo pasa a ser parte de uno mismo, como una segunda piel que nos asfixia, como una vieja costumbre cuyo origen no recuerdas ya, pero que sigues automáticamente día tras día. Es como una tenaza de hierro, que te bloquea y te paraliza. No se puede luchar cuando te sientes encerrado de esa manera. Para poder salir lo primero es ver una salida, pero los días vacíos, tristes, sin luz se embarullan entre sí, y esa oscura madeja impide cualquier visión.
Caminamos envueltos, atrapados por esa larga colección de días sin historia; nuestra preciosa colección de tiempos y sombras nos tiene prisioneros. Demasiado peso para poder moverse con libertad.
Y lo mediocre no es más que el veneno azucarado e idiota que bebemos todos los días, sólo para que siga habiendo días.
Lo mediocre no es nada en realidad. Bastaría un golpe de viento para hacerlo desaparecer. Si todavía fuéramos sensibles al viento.

-Entonces, ¿hay o no una salida? -preguntó el joven, nervioso y expectante.
Y el viejo le contestó:
-Limpia tu casa y lo sabrás.

Los viejos, ya se sabe, siempre con sus misterios...


AC.
(octubre, 1996)

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Imagen:

"My Mokotowska Street", por Jacek Yerka

25 comentarios:

  1. Es maravilloso, ¿lo has escrito tú?
    pienso(no digo en voz alta pero lo transcribo, ahora llegará Antonio y me lo traducirá.
    Días sin luz ahora que llega el otoño, y nos trae una luz cálida, Seguro que habla de otra luz menos material.¿Día vacío? imposible, si tú estás en él, uno lo llena todo, hasta el tiempo que aún no ha llegado.
    Ah, yo también a veces quiero tirarlo todo, liberarme de los pesos pero dónde los deposito con cuidado, pues son pesos pesados y sin embargo frágiles,los llevo osbre mis hombros, los noreales, y pesan, pero cuando hace viento soy ligera el viento casi que me arrastra.
    Y al fianl d etanta divagación, seguro que llega A.C. y nos lo traduce todo.
    UN abrazo.

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  2. Hola, Alfaro.
    Sí, lo escribí en el 96, y es una simple nota del antiguo cuaderno. No sé por qué te parece "maravilloso"...
    La verdad es que no entiendo bien tu comentario, jeje. ¿Qué quieres que traduzca?
    Sólo tienes que desembarazarte de aquellos pesos que te sobran, no de todos, porque si no, como dices, viene el viento y te lleva en volandas.
    Para mí, en aquella época (y ahora), el lastre era lo mediocre. De eso era de lo que quería y necesitaba liberarme.
    Los pesos sobrantes tíralos en el contenedor correspondiente, según sean orgánicos, de plástico, vidrio o cartón. Y si son psíquicos los tiras directamente por la ventana, para que se los lleve el aire.
    No creo que te haya servido de mucho mi "traducción", jeje, pero esto es lo que sé.

    Un abrazo.

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  3. Compruebo que es un escrito tuyo de hace años, aunque lo que tratas es un tema eterno. Observando la imagen de Yerka, pienso que si no existiera esa casa de colores y de formas imaginativas, seria más complicado darse cuenta que es una calle mediocre. A veces, se requiere un acto mágico para sensibilizarnos de lo mediocre.
    Un abrazo, Antonio.

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  4. Ah, pues, sí, muchas gracias.
    Y esa calle estrecha y de dificios tan altos...que no puede llegar el sol, es toda igual, es imposible que haya ese colorido sobre una parte de la calle, totalmente imposible, solo lo hay porque alguien se lo imagina, realidad y fantasía, la imaginación atravesando esa línea tan fina que separa la realidad de la fantasía.Y ha coloreado, dibujado una casa típica de los cuentos.
    Gracias otra vez, me ha gustado mucho esta entrada.
    UN abrazo.

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  5. Y el mar, sin lugar para mas corazones en su ligero fondo, comenzo a llevarlos hasta la orilla, con tal de que en otros pechos vibraran tambien sus olas, pero casi nadie estuvo dispuesto a pagar su rescoldo con una lluvia de olvido...

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  6. Pues a mí, al igual que a Alfaro, también me parece maravilloso. Y no lo digo por decir:

    La vulgaridad y la mediocridad merman la capacidad imaginativa de las personas. El problema es --creo yo-- que la mente humana está preparada para admitir cualquier cosa que venga dada, sin esfuerzo. Sin embargo, cuando se trata de buscar la razón, el esfuerzo requiere cierto entrenamiento. Claro está que tanta mediocridad nos ha mermado nuestra capacidad de acción.

    Sería fácil echarle la culpa al consumo y a esta sociedad en la que nos ha tocado vivir, pero, para mí, no sería riguroso. Siempre hizo falta y hará falta un esfuerzo personal. La historia se repite y tampoco creo que seamos muy diferentes a nuestros antepasados. Quizá lo que más nos diferencia es que nosotros tenemos muchas más necesidades primarias cubiertas que lo que ellos tenían. Precisamente, ahora a nosotros nos toca luchar por cubrir esas necesidades humanísticas de las que adolecemos.

    Me gusta mucho te reflexión cuando hablas del “papel de víctima”. Ciertamente nos sentimos así. Ese papel es el que hace que nos rebelemos. Nos sentimos asfixiados, como dices, yo me siento así también a veces. Pero sé también que nadie va a venir a salvarme. El esfuerzo debe ser personal (y universal, pero el universo empieza en cada uno y termina en cada uno).
    Ciertamente hay que lavar la casa; deshacerse de lo que no vale o lo superfluo y quedarse con lo importante y —también— con lo que realmente deseamos.

    Un abrazo.
    Chuff!!

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  7. Antonio:

    Mi primer comentario es esta vez para la ilustración que has puesto: `¡me ha encantado!
    Como siempre, demuestras gran maestría para la elección de tus imágenes.
    Una ciudad aparentemente monocromática, en la que nada destaca de lo demás, de repente se ve invadida por elementos de color, que la pueblan de animación y vida. Hermosa.Y con respecto alo que dices, es muy cierto, y muy sabio también. Hay que sacudirse el "polvo" de la mediocridad y el aburrimiento, igual que se limpia y se sacude una casa... Los viejos, siempre con su sabiduría escondida detrás de sus misteriosas palabras.
    Gracias por llenar de colores mi día otoñal.
    Un beso

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  8. Buenos días, Antonio. Te dediqué algo en mi sitio: "La revolución de los mulos"
    Espero que te guste.

    Un abrazo
    Chuff!!

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  9. Tan actual tu escrito, Antonio!
    Además, breve, conciso, clarísimo.
    Tan actual es como es actual "El Hombre Mediocre", de José Ingenieros.

    Creo que es posible limpiar la casa, será que nos estamos volviendo "viejos"...

    Mil besos!

    (y acertadísima imagen)

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  10. Caminamos envueltos, atrapados por esa larga colección de días sin historia;...ese es el tiempo que temo, el que no existe, el que se nos va sin haberlo vivido.Y no hace falta grandes cosas para vivir intensamente sólo hay que saber encontrarlas y la mayoría de ellas están en nosotros. Estoy segura que tú sientes el viento.

    Un beso, mago de la noche.

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  11. me parece que si! todos hemos sido mediocres en algún momento, lo importante es detectar cuando lo somos para pulir ese aspecto de nuestra personalidad, pienso que poseemos de forma inherente esa mediocridad y lo que hay que resaltar es que eso nos hace quienes somos.

    saludos

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  12. Que el pájaro del sueño acreciente tus hermosos pensamientos.

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  13. Así es, Daniel.
    La casa de colores nos marca el contraste necesario para distinguir. Sin casa de colores, sin "acto mágico", no veríamos que esa calle es mediocre.
    De hecho, los mediocres no tienen ni idea de la mediocridad. Para ellos, el mundo es como es y no hay vuelta de hoja, para mí no.

    Un abrazo, "adulto" Conde.

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  14. Alfaro, esa casa muestra esos colores porque quien vive en ella ha cruzado la barrera: ya no es mediocre, o quizá nunca lo fue.
    Y no es porque haya pintado la fachada, sino porque mira de otra manera.

    Un abrazo.

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  15. Hola, Poiésis.

    Pues esa "lluvia de olvido" es muy necesaria. Sin ella no pueden vibrar en nuestros pechos las olas, ni nada que merezca la pena.
    Sólo el peso, la rémora, el lastre de los recuerdos.
    Siempre digo que la libertad es imprescindible, sobre todo la libertad mental.

    Un abrazo.

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  16. Hola, Zen.

    En mi humilde opinión, no es que la mente esté "preparada" para admitir cualquier cosa, es que la mediocridad es nada menos que lo fácil, y lo fácil seduce con mucha fuerza, sólo hay que dejarse llevar.
    Aparte de que, además, lo mediocre te lo regalan en cualquier esquina.
    El "esfuerzo personal" que mencionas es la lucha interna de quien no ve las cosas de la misma manera.
    Limpiar la propia casa es, por supuesto, una labor personal, y si se consigue nos encontramos con esa casa "distinta", de vivos colores, entre un mundo aparentemente gris.

    Un abrazo.

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  17. Hola, Liz.

    Nada que añadir a tus palabras, las suscribo todas.
    El polvo de la mediocridad hay que tirarlo directamente al cubo de la basura, no sirve para nada. Los colores de la vida están siempre detrás de ese polvo, ocultos tras la mugre.

    Un beso.

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  18. Hola, Silvia.

    No conozoco ese libro de José Ingenieros, pero seguro que es bueno.
    Lo que no entiendo es la relación que estableces entre limpiar la casa y volverse viejo...
    La casa hay que limpiarla siempre, porque si no nos cubre el manto de la experiencia, y ese manto no nos deja ver más allá.

    Besos.
    (dos mil)

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  19. Gracias, Juana.

    Sí, este caminante siente el viento de una forma especial.
    Y dices bien: para vivir intensamente sólo hay que saber encontrar, y eso está dentro nuestro.

    Un beso de viento.

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  20. Carolina, si somos capaces de detectar la mediocridad es que no somos mediocres.
    Hay momentos en que podemos caer en algunas necedades, por ignorancia o simplemente por dejarnos llevar por determinado ambiente, pero en seguida nos damos cuenta de si eso es o no mediocre.

    Un saludo.

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  21. Gracias, Virgi, por tu buen deseo.

    Aprovecho para decirte que me gustan tus poemas, tu prosa y tus fotos.

    Un saludo.

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  22. Bueno, pues siguiendo, ya, una antiguo hábito, comento cuando ya no hay caminantes por tu entrada.

    Es éste, un viejo debate entre el Cuaderno... y La mirada... desde aquella entrada de Nietzsche, que fue origen de fructífero e intenso debate. Poco queda por añadir a lo ya dicho y sin embargo...

    Yo no creo que haya que superar ninguna condición de víctima. La dificultad, no nos hace víctimas, sólo humanos.Y En nuestra condición de humanos van igual de implícitas la mediocridad y el heroísmo y me atrevo a afirmar que a partes iguales. Y añadiría además, repitiéndome, que ambos conceptos son y serán de una subjetividad cultural total y absoluta. Sólo las circunstancias y, no negaré que asimismo el carácter, nos llevarán en un sentido o en otro.

    Defiendo, asimismo, el derecho de todos los seres a instalarse en uno u otro concepto sin ser juzgados de forma peyorativa por ello en ningún sentido. Y no creo que ello constituya una tenaza de hierro que nos paralice en modo alguno. Es tan solo un lugar escogido con todo el derecho para instalarse.

    Dotamos a las palabras de significados que influyen en nuestra conducta... mediocre,comodo, como algo no deseable... o heroísmo y dificultad como encomiable y digno de ser vivido. Pues yo, no estoy de acuerdo amigo. Y no lo estoy por algo que tú, ya sabes de sobras. Escojamos lo que escojamos, todos caminamos hacia el mismo lugar sea por el camino que sea.Paris, Héctor o Aquiles están en el mismo Olimpo Antonio...

    Y por otra parte, dándole un poco de alas a mi sofismo natural...jeje! te diría, que para que realmente exista y nos percatemos de ese heroísmo o ese salirse de la norma... debe existir y es totalemente necesario lo mediocre... ¿cómo si no distinguiríamos lo uno de lo otro?

    Tampoco creo que los años nos doten más en cualquiera de los dos sentidos, pienso más bien que es una tendencia natural en el ser humano, independientemente de la edad que tengamos. Pero sobre todo y siempre, serán las circunstancias y las dificultades que nos vengan dadas en nuestra peripecia vital las que determinen uno u otro comportamiento.

    Y bueno, habrá que terminar... pero no sin antes decirte que sigo pensando que por más que limpiemos el horno... o no... nuestra naturaleza profunda nos seguirá gobernando ¡sin duda! amigo.

    Un abrazo y más que magnífico texto, como de costumbre.

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  23. Solo una frase: si no podemos cambiar al mundo, por lo menos habrá que procurar que el mundo no lo cambie a uno... ¿no??? ;)

    más besos y sigo el recorrido por tu maravillosa nocturnidad... ;)

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  24. Hola, Cristal.

    Me gustaría que entendieras una cosa que parece que se te escapa: mi escrito, aparte de ser viejo, es un escrito totalmente personal. No pretendí en su momento dar pautas de conducta ni establecer ningún tipo de definición objetiva. Yo no soy quien para decir qué es o no mediocre, sólo en cuanto a mí puedo hacerlo.
    Si veía entonces mi entorno como una "tenaza de hierro" y me sentía a mí mismo como "víctima", no era porque estuviera buscando algún tipo de heroísmo, sólo buscaba ser yo mismo, nada más.

    Por supuesto, estoy de acuerdo contigo en que ambos conceptos son subjetivos. Seguramente que un "mediocre" me verá a mí como alguien insulso, plano, superficial, incluso absurdo, porque esa es su visión del mundo y de la vida. Cada uno tiene su forma de ver las cosas.
    Tengo que reconocer una vez más que este caminante no es ningún filósofo, ni mago ni druida, sólo soy un caminante, y lo que he querido siempre es simplemente eso: seguir mi camino.
    Todo aquello que me estorbaba entonces y puede estorbarme hoy es lo que debo considerar como negativo. Todos tenemos esa apreciación, netamente personal.
    Lo que para mí es mediocre, normal o vulgar, para otro será símbolo de riqueza. No lo dudo ni lo pongo en tela de juicio.

    Dices que independientemente de lo que escojamos todos caminamos hacia el mismo lugar... Imagino que te refieres a la muerte.
    Bueno, pues a mí eso no me dice nada. La muerte es como volver a apagar la luz, y lo que me importa es lo que haga, lo que pase, lo que viva mientras esa luz esté encendida.
    Cuando esa luz se apague, ya veremos, o no. Pero mientras, mi lucha está en vivir, y vivir requiere, al menos en mi caso, evitar en la medida de lo posible todo aquello que yo considero mediocre. Por una sencilla razón: porque eso me hace daño, me detiene y me impide avanzar.

    En el fondo no pretendo más que esa "naturaleza profunda" que mencionas sea, efectivamente, la que gobierne mi vida, y no otras corrientes que lo único que pueden hacer es desviarme de mi camino.

    Un abrazo, hada.

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  25. Hola, maga Isis.

    Me encanta tu frase. Algo muy parecido me decía a mí mismo cuando era joven. Nunca pensé en cambiar al mundo, pero sí ví la posibilidad, no de que el mundo me cambiara, sino de que me destruyera.
    Afortunadamente, y aunque lo ha intentado en muchas ocasiones y de diferentes maneras, no lo ha conseguido. Este caminante, a pesar de todo, sigue su camino.

    Un beso, amiga.

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