Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







jueves, 3 de septiembre de 2009

Noche de agosto (IV)



NOCHE DE AGOSTO (final)


Allí abajo, en la plazoleta cubierta de gravilla que hay frente a su casa, entre las sombras, bajo la luz de la luna, había un hombre desconocido y un tanto raro. Vestía un traje anticuado pero elegante, de un color castaño, o eso le pareció. Y llevaba sombrero. Rafaela primero se retiró de la ventana y corrió las cortinas, porque creyó que el extraño aquel la estaba mirando. Pero luego, cuando volvió a oír el silbido, se asomó y, sin saber por qué, le saludó con la mano.
Y aquel hombre, que no era joven ni viejo, sino todo lo contrario, levantó su sombrero y lo agitó en el aire.

-Buenas noches, señora. Perdone que la moleste. Es que no conozco bien este barrio y, bueno, parece que estoy un poco perdido. Vi la luz en su ventana y se me ocurrió que usted podría ayudarme. No hay nadie más por aquí. He tenido que silbar porque no sabía cómo llamar su atención. Por cierto, permítame que me presente: mi nombre es Juan Tiempo. ¿Puedo saber el suyo?

Rafaela, como inmersa en un sueño, sólo llegó a susurrar:
-Me llamo Lucía. Suba, si quiere.


Lo que pasó después no lo sabe nadie. Bien es cierto que en un encuentro entre la luz y el tiempo puede suceder cualquier cosa, pero seguro que nunca será nada vulgar. Lo insustancial, lo mediocre, lo que solemos llamar normal y entendemos, creo que equivocadamente, como la única realidad posible, eso sucede todos los días, a todas horas, en cualquier esquina, bajo cualquier sol, luna, farola o lámpara, sin que en verdad ocurra nada en absoluto.
Pero ese encuentro era algo muy distinto. Entraba en la esfera de lo mágico. Se movía al compás de otra música, muy diferente. No sé explicarlo. Era como si el lejano pájaro del sueño entrase por la ventana... Otra luz, otro tiempo.

Volvimos a ver a Rafaela al mes siguiente, y Ana y yo nos sorprendimos ante su nueva vitalidad. Tiene más de ochenta años, pero parecía mucho más joven esa tarde. No es que nuestra mirada se dejase engañar por un entusiasmo ocasional, por la chispa del momento. No, es que estaba realmente más joven, como si hubiera viajado en el tiempo.
Nos confesó que no había podido terminar su cuento, que lo había intentado pero no le había sido posible. Pero que daba igual, que lo más importante estaba escrito, se lo sabía de memoria y nos lo podía contar... Y así lo hizo.

Cuando acabó su breve y extraña historia, se quedó en silencio un largo instante, como abstraída. Miré a Rafaela, a la que conozco desde hace muchos años, y pude ver un raro brillo en sus ojos. Quise preguntar, pero no me atreví. Al final fue ella quien nos preguntó:

-¿Habeis visto alguna vez a Orión, como un gigante en la noche, apoyado en la línea del horizonte, y mirando fijamente a Aldebarán, la codiciada?

Entonces supe que Rafaela había cambiado. Nuestra querida amiga no sólo estaba más joven, también era más libre y estaba más viva que nunca. El misterio de esto no es algo que yo pueda explicar. No sabría encontrar las palabras, no sabría traducir aquello que, aunque veladamente y desde lejos, entiendo de esta historia. Tampoco entonces, como ya he dicho, quise inquirir más sobre el asunto, para no romper la música del momento.
Quizá nuestra amiga había estado hablando realmente con ese señor de su cuento y había aprendido algunas cosas nuevas. Cosas que sólo el tiempo puede contar, cuando se junta con la luz.
Otra luz, otro tiempo.


Antonio H. Martín
(agosto, 1997)




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- Only Time
- Enya

20 comentarios:

  1. Quizás ese sea el misterio tras el que todos corremos. El tiempo y la luz unidos nos transforman, o mejor, nos desvelan como realmente somos. Puntos en los que alcanzamos con clarividencia nuestras propias razones de ser y estar.

    Los que escribimos, aún inconscientemente, a veces buscamos una perfección basada en los modelos que la crítica o el mundo editorial nos pone delante de las narices y rechazamos nuestros escritos al hacer la comparativa. Erramos. Sólo el lector está capacitado para darle el visto bueno. Y como es natural, a unos no les dirá nada y a otros les creará en sus adentros un maremoto con tsunami incluido. Y por ese grupo, por muy pequeño que sea, la obra será válida y siempre habrá merecido la pena sacarla a la luz.

    Yo me alegro muchísimo de que hayas decidido regalarnos este precioso cuento de NOCHE DE AGOSTO y de que hayas provocado mi particular tsunami.

    Muchos besos, señor lobo.

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  2. Creo además amiga Luisa, que lo que el amigo Antonio, nos quiere transmitir en este relato tan lleno de simbología es que los caminos del tiempo son insondables e inexplicables.

    El tiempo es solo un concepto, del que, aunque nos concierne a todos, sólo somos capaces de percibir sus efectos en este universo que habitamos. Y, aún así, porque lo medimos, o vemos sus "aparentes" efectos... pero siempre será inaprensible a la mente humana.

    Nos transciende, nos descoloca y nos acerca a otra dimensión, a la que sólo accederemos de forma onírica o a través del realismo mágico de nuestra imaginación.

    En cuanto a Lucía, tal como dices es nuestro "alter ego" que nos revela y nos lleva hacia nuestro ser etérico de Luz, al fin y al cabo según los Físicos, no somos más que fotones reflejando la Luz del Universo. Esa luz primigenia y antiquísima, y que ¡ojo! sólo vemos en pasado cuando observamos el cielo, y con la que acabaremos por fundirnos un día camino de Aldebarán, la codiciada. Sólo entonces alcanzaremos el "presente".

    Creo que el autor,en efecto tal como apuntas, muy lejos de metas editoriales, ha querido despertar en el lector, a ese ser que todos llevamos dentro (con sutnami incluido) oculto e incluso a veces machacado por un supuesto presente, que nos atrapa... para mostrarle el camino hacia su último reducto en las estrellas.

    Soñar, es gratis amiga...

    Fantástico relato y fantástico, nunca mejor dicho, epílogo, Sr. Druida.

    Abrazos.

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  3. ¡Qué de acuerdo estoy con Cristal! ese cuento mágico nos hace voltear como un "sutnami"mental...
    Ese encuentro entre la luz y el tiempo me hace pensar en aquello de que el tiempo nos lleva por un camino de búsqueda de la iluminación. El nuevo estado de la mujer que ahora se hace llamar Lucia... (curiosamente la patrona de los ciegos),me habla de que la luz llegó a ella tras un largo camino y eso la hace llegar hasta las estrellas...
    Estupendo final Antonio, digno de ti; gracias por prestármelo lo leeré de nuevo a la luz de tu ultimo capitulo.

    Besito volado en busca de luz...

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  4. El tiempo es un cuento cuya moraleja está en nosotros. Un cuento que nunca termina, o que empieza a cada instante. Forever young...

    Un abrazo!!

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  5. Me ha cautivado esta historia querido Antonio. A parte de consideraciones filosóficas o literarias, me ha transportado a una dimensión onírica y al mismo tiempo real. Me gusta cuando entro en el relato y paso a formar parte de ello porqué ya no estoy delante de una hoja o de una pantalla y sí puedo sentir el olor de la noche, el tacto del terciopelo y una extraña sensación de ya haberlo vivido.

    Felicidades por lo conseguido y gracias por compartirlo.

    besos

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  6. Y resultó ser un relato enmarcado! Maravilla!

    Todo lo demás lo han dicho Lucía y Cristal, así que, cierro mi boca, me pongo de pie, y aplaudo.

    Mil besos,Antonio,y también a Rafaela,dueña ya de la luz y del tiempo.

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  7. Lo he leido del tirón y al terminar me he quedado extasiada mirando la pantalla, pensando en esa magia y deseandola en mi vida. Que hermosura! la luna conversando con la noche, ¿qué se dirán? y el encuentro de Rafaela donde realidad y sueño se confunden, vivir otro tiempo otra luz otra realidad...no volveré a cerrar mi ventana voy a esperar al pájaro de los sueños a lo mejor un día se posa en ella con sombrero incluido. Me ha gustado mucho, muchísimo.

    Un beso mágico Antonio.

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  8. Hola, Luisa.

    Pues si te digo la verdad, no sé que "inconsciencias" me llevaron en su momento a relacionar al tiempo con la luz. Puede que sea como tú lo describes.

    Este cuento no lo escribí en absoluto siguiendo ningún modelo. De hecho, estaba perdido entre viejos papeles y nunca pensé sacarlo al exterior. Sólo fue un regalo para mi amiga Rafaela.
    Que ahora tú me digas que te ha causado un pequeño "tsunami", me sorprende, y muy gratamente, claro.
    Estoy de acuerdo con tu razonamiento, pero ten en cuenta que tú sí estás en ese mundo de la escritura y las editoriales, yo no.
    Si alguna vez, cuando sea mayor (jeje), me dedico a escribir, sería este tipo de cuentos lo que me más me gustaría hacer.
    Una vez lo soñé, hace mucho tiempo.

    Sobre todo, me alegro de que te haya gustado, a pesar de su pobreza literaria.

    Gracias, Luisa, y un abrazo de agua y luna.

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  9. Hola, Cristal.

    Te digo lo mismo que a Luisa: no sé qué me andaba por la mente cuando escribí este cuentecillo, no lo sé. Pero es evidente que algo tenía muy claro. La magia tiene estos caminos para expresarse. Y uno escribe, escribe, a veces con una idea y a veces no: sólo se deja llevar por la corriente del relato, que se mueve solo y sin ayuda, como el río. Uno escribe (al menos en mi caso) lo que ve.

    Un abrazo del fotón de al lado.

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  10. Hola, Brujita.

    Al final, Cristal, con su habitual arte de convicción, ha conseguido transformar "tsunami" en "sutnami", jaja. ¿Cómo lo hará?

    No había caído en ese detalle de que Lucía es la patrona de los ciegos... ¡qué curioso! Qué juegos tiene el inconsciente.

    Un besito desde la sombra entreclara.

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  11. Hola, Zen.

    La verdad es que el tiempo es como una percepción particular de la mente, normalmente muy subjetiva.
    Estamos rodeados de relojes, y cuando estos se paran, no sabemos ni dónde estamos. ¡Es cierto! Nos quedamos como perdidos, desorientados...
    Pero, ah, qué placer perderse de esa manera.

    Un abrazo, amigo joven.

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  12. Gárgola, no es mi intención cautivar a nadie, y menos a una aventurera como tú, jeje.

    Lo que de veras me encanta es que te hayas "metido" en el relato. Eso es lo mejor que se puede conseguir de una historia. Pero si así ha sido no es a causa de mi "arte" con las palabras, no, es porque has encontrado una afinidad, una química con lo que allí se cuenta.

    Un abrazo, poeta aventurera.

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  13. Hola, Silvia.

    No se llama "Lucía", se llama Luisa, jaja.
    ¿Lo de "relato enmarcado" lo dices porque queda redondo, porque da la vuelta? ¿porque se cierra el bucle? Pues me alegro que así te lo parezca y que te haya gustado.

    Un beso grande, Silviyuela, que vale por mil.

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  14. Hola, Juanaazul.

    Tus palabras me animan a escribir más cuentos de esta índole. Nunca serán tan "redondos" como los tuyos, porque no soy brujo, pero haré lo que buenamente pueda.
    La verdad es que es lo que más me gusta. Tengo alma de cuentista, jeje.
    El pájaro del sueño es muy caprichoso; yo nunca le he visto con sombrero, pero seguro que tiene alguno en su armario.
    Me alegra que te haya gustado, y no son palabras hueras.

    Un abrazo mágico.

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  15. Ja,ja,ja...fruto de la lectura del comentario de Cristal, el cerebro causa estragos je,je.
    ¿De verdad que no te diste cuenta de que le ponías el nombre de Lucía a sabiendas de que es la patrona de los ciegos?...Seguro que te traicionó el inconsciente.

    Besito volado

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  16. e ha encantado y conmocionado tu cuento fantástico. En un mundo real, en una atmósfera cotidiana se introduce un elemento extraordinario que transforma el mundo del personaje, y que crea en el lector una inquietud, una duda, que nos hace pensar en una realidad otra...

    Soy una apasionada de los cuentos fantásticos. Un placer leerte.

    Soco

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  17. Aaaaay, qué bonito cuento.
    Antonio: sólo puedo decirte que me fascinó cada detalle, que eres un tremendo escritor lleno de sensibilidad y que llevas a tus lectores a regiones remotas del ser.
    Y que me quedé con las ganas de asomarme alguna vez a mi ventana y ver a ese Señor Tiempo silbándome...

    Besos mil

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  18. De verdad, Brujita: no tuve en cuenta ese detalle, sólo pensé en la relación del nombre "Lucía" con la luz, nada más.

    Un besito luminoso.

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  19. Hola, Soco, y gracias.

    Así lo veo yo también, y creo que la magia funciona de esa manera: "colándose" en el mundo real y cotidiano.
    Por eso lo importante es estar muy pendiente, para no perdernos nada importante. Y no estoy hablando ahora de literatura.

    Un saludo y gracias por tu visita.

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  20. Me alegro mucho, no, muchísimo, amiga Liz, de que te haya gustado este cuentito.
    Yo también deseo eso que dices, pero en mi caso es diferente: me gustaría más que fuera una "Señora Tiempo", con una luz especial en su mirada y muchas historias que contar.
    ¿Lo de "tremendo escritor" lo dices porque doy miedo? Jeje. Espero que no.
    Es broma, Liz, gracias por tus amables palabras.

    Un beso grandote.

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