Aquí escribo,
al filo de la noche,
en este cuaderno de cristal
y humo,
para ahuyentar las sombras.


Con la ventana abierta,
por si viene el pájaro
del sueño.

AMB







jueves, 25 de septiembre de 2008

El veneno de lo absurdo


El absurdo es como una serpiente venenosa que se acerca sigilosamente por entre la espesura de las cosas, por el laberinto de las horas, y cuando menos lo esperas, justo cuando te sientes bien contigo mismo, porque has hecho algo que te agrada y te templa el ánimo, justo en ese momento tranquilo, confiado, indefenso, se acerca por detrás y te ataca.
Entonces, sin saber cómo ni por qué, te sorprendes haciendo y diciendo cosas que un instante antes estabas muy lejos de querer hacer y decir. Inesperadamente, te vuelven las neurosis, las pequeñas locuras, los miedos, la ira..., y todo tu bonito castillo recién construido se cae hecho pedazos.
Es muy rápido el efecto de su veneno.

El problema es que cuando estamos especialmente bien, cuando nos sentimos a gusto con nosotros mismos, orgullosos de la acción realizada o de la actitud conseguida, nos solemos relajar en una especie de descanso del guerrero, como si hubiéramos conquistado una difícil cima o alcanzado una meta sin retorno, sin posible pérdida.
Ése es el momento del peligro, que la serpiente, ávida de luces humanas, nunca va a dejar escapar.

Siempre nos tiene en su punto de mira, porque somos su alimento. Nos inocula su veneno calladamente, sin que nos demos cuenta de su picadura, se lleva nuestros pequeños éxitos de una hora y nos deja a solas una vez más con la niebla de la idiotez y el necio torbellino de lo absurdo.

De manera que sería bueno que en esos raros momentos en que nos relajamos, saboreando la miel de una recién hallada alegría, no olvidáramos mantener siempre un ojo abierto, por si las víboras...


AHM.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Pues ya sabes: hay que tener un ojo abierto. Generalmente al absurdo se le ve venir; otra cosa es que te apetezca en cierto momento hacer alguna locura... en ese caso puedes dejarte llevar, por placer o por diversión, pero siempre siendo consciente de lo que haces.

    Un saludo más grande.

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